LABIOS TIERNOS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo juan y esto sucedió cuando tenía 11 años. Mi mejor amigo Edgar (que tenía también 11 años)y yo jugábamos en el verano casi todo el día, desde andar en bicicleta, fut bol, patines de ruedas y juegos de mesas. Siempre comentábamos cómo era besar a una mujer y obviamente cómo hacerles el amor. Cuando tocábamos estos temas jugábamos a simular el cómo se les agarraba la cintura y el cómo besarlas. Nos acercábamos casi hasta tocar nuestros labios y al último momento nos separábamos y nos decíamos puto, ya te estaba gustando verdad?.
Edgar era un chico moreno de rasgos finos y labios sensuales, muy picaresco y tremendamente sensual. Un buen día que jugábamos en su recámara luchitas. Yo estaba encima de él tomándolo por las muñecas sometiéndolo y sentado en su abdomen, cuando me recorro hacia atrás siento algo muy duro en mi nalgas pensando que era un lápiz que pudiera tener en su short, le puse una rodilla en la muñeca y con la mano libre procedí a retirar el lápiz para no lastimarnos y cual es mi sorpresa que era su tierno pene tremendamente erecto.
Por un momento quedé mudo y no supe que hacer, hasta que al verle su cara y su sonrisa de gusto y alegría que hubiera descubierto su erección y salí de mi transe al sentir un fuerte empujón de su pelvis en mi culo, a lo cual reaccione y le seguí el juego calentándome también y erectando mi verga hasta el tope.
Como también tenía short, pero sobre todo que siempre me gusto Edgar, me baje el short y el calzoncillo y seguí con la lucha a lo que el también le deje zafarse un mano y se bajó como pudo su short y su trusa.
Aun sin entrar en contacto ambos dejamos de forcejear y tomé la iniciativa de ir acercando mis nalgas hasta que tocara su pene, Edgar se quedó inmóvil y me dirigía su mirada más encantadora que jamás había visto, como diciendo gracias y te deseo mucho.
Fui bajando mis nalgas buscando que coincidiera mi culito con su verga no fue tan fácil como parece y cuando logre que se tocaran, sentí como una braza caliente me quemara iniciando por mi culito y expandiéndose por todo mi cuerpo, propiciando un estremecimiento y una temblorina que no terminaba.
Lo solté de las muñecas, ya que habíamos dejado de forcejear y me concentré en abrir mis nalgas para dejar entrar su delicioso pene en mi virgen ano, pero la inexperiencia y los nerviosismos impidieron que por la falta de lubricante pudiera llevarse a cabo semejante y deliciosa experiencia tanto anhelada y esperada en nuestros inconscientes.
Edgar se me acercó como hacíamos para simular los besos entre hombres y mujeres, pero esta vez dejó llegar sus carnosos labios y depositarlos lentamente en los míos, para iniciar el beso más delicioso y amoroso que he recibido en mi vida, ya que era una mescla de ingenuidad, ternura, deseo y amor.
Me dio mucha confianza y procedí a responder con la misma pasión sus besos y caricias, nunca imagine que dos chicos de esta edad pudieran transmitir semejantes manifestaciones de pasión y amor como cualquier adulto.
Para no hacerles el cuento largo, les diré que nos besamos todo el cuerpo y nos mamamos nuestras vergitas hasta que nos cansamos. Edgar me volteó y me puso como se dice en cuatro patas y me lamió mi culo propiciándome la sensación deliciosa y una profunda relajación. Después de un rato me senté de frente a el y dejé caer mi culo dilatado y húmedo en su igual lubricada vergita, atinándole al primer intento y me envaine con un gemido que me estremeció todo el cuerpo. Sentir que su pene llenara mi culito era como sentirse profundamente capturado por un torrente de sensaciones de sumisión y poderío de su miembro sobre todo mí ser.
No me quedó otra opción que entregarme a sus movimientos de mete y saca y a abrazarlo para nunca dejarlo, así como entregarme a sus labios sensuales y deliciosos que besaba con loca pasión.
No pude más y me corrí, aunque es esa etapa de nuestras vidas, teníamos orgasmos, pero aún no generábamos semen o precum, sin embargo me permitió concentrarme en su proceso de correrse mi querido y amado Edgar y cómo me cogía y me hacía suyo, me dejé a su pasión, no sin proporcionarle mayor placer apretando y contrayendo mi culito para sabarearlo y para garantizarle la mejor corrida.
Al instante, cómo arte de magia comenzó a convulsionarse por estarse viniendo, lamentablemente sin lechita dentro de mi culo, lo abracé con todas mis fuerzas y le dije, “ya mi amor, ya soy tuyo para siempre.” No me salí y dejé que su vergita se fuera desinflando y me quede encima de él abrazándolo y besándolo con mucha ternura y diciéndole al oído que lo amaba y que siempre lo había amado,
Después de algunos encuentros no menos intensos, corrió el tiempo y no lo he vuelto a ver. Me muero de ganas de reencontrarme con él y abrazarlo y besarlo tiernamente para decirle que me hizo la persona más feliz del mundo
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