Las Aventuras de Ernesto (Clases de Piano)
Las redonditas y carnosas nalguitas de Ernesto, provocarían el nacimiento de un enorme y duro bulto, que se contenía en el cierre de un apretado pantalón, bulto que se incrustaría en las nalguitas de aquel niño de 6 años, transformando así su inocencia a su despertar sexual..
Año 2005, tenía 6 añitos de vida, mi nombre. Ernesto, era un niño gordito, no mucho pero si lo suficiente como para remarcar mis nalguitas redondas y carnosas, de piel trigueña y baja estatura, era un niño bien aplicado en la escuela, me concierto de una familia bien m, de madre abogada y padre dedicado a la agricultura, un niño sin ningún complejo, pero eso si, en secreto sentía un interés muy especial que no me atrevía y hasta el día de hoy no me atrevo sacar a la luz.
Ese interés venía de descubrir el enorme cuerpo desnudo de mi padre mientras se bañaba, ese descubrimiento despertaría en mi cierto cosquilleo que disfrutaba experimenter, la desnudez de mi padre imponía en mi, pues siendo yo tan pequeñito y el tan grande y viril, hicieron despertar en mi la atracción hacia el cuerpo masculino, sobretodo el de los adultos, aprovechando cualquier oportunidad, para poder deleitar mi pupila, ya fuese en la ducha espiando a mi padre o aprovechando alguna reunión en las piscinas para ver cómo los amigos de mi padre se desnudaban para ponerse el traje de baño, siempre viendo cómo disimulo disfrutaba de aquel desfile de enormes vergas llenas de pelos, que aquellos hombres exponían ante mi sin ninguna doble intención.
Era obvio que a esa edad ya me sentía atraído por el cuerpo masculino, sin embargo de ahí no pasaría, hasta que un día mis padres decidieron inscribirme en clases de música.
Siendo yo un niño bien aplicado y disciplinado, mis padres aprovecharon eso para refinar un poco más mi educación, pagándome así unas clases de piano en el conservatorio de la ciudad, ahí mi educación musical estaría a cargo de el profesor Manuel, que pronto se ganaría la confianza sobretodo de mi madre, pues al ver ella que yo era igual de disciplinado en el conservatorio como en el colegio, pronto contrataría al profesor Manuel para darme clases particulares en su casa ya que las clases en el conservatorio tenia que compartirlas con otros niños.
El profesor Manuel era un hombre maduro de 50 años, divorciado y con una hija que vivía con su madre, El profesor era corpulento, grueso y robusto, tupido de vello corporal, de brazos y piernas, pronto descubriría que el resto de su cuerpo estaba tan tupido como sus brazos y piernas, las clases fuera de el conservatorio eran 3 veces por semana a los cuales yo asistía puntualmente.
Ahí, el profesor se esmeraría más en mi, pues sabía de mi disciplina para las clases, El profesor contaba con un hermoso piano en casa el cual utilizaba para darme clases, al ser yo tan bajito de estatura, el profesor Manuel me sentaría en su regazo para que yo pudiera alcanzar con mayor comodidad el teclado de su hermoso piano.
al ser yo tan bajito e inquieto, me movía constantemente sobre el regazo de mi profesor, aquellos movimientos provocaron el brote de un pronunciado bulto que calaba en mis nalguitas, El profesor Manuel intentaba guiar mis manos con las suyas en el teclado del piano, haciéndose el desentendido, ignoraba su ya duro bulto clavado en mis nalguitas que al clavarse metían mi calzoncillo en la ranura de ellas.
Yo intentaba poner atención a las clases, pero era imposible no sentir eso que se adentraba en mi, a pesar de traer ambos ropa se sentía tan claro lo que era y realmente yo sentía tan bien como aquello tan duro buscaba camino a mi interior, sin embargo el profesor no decía nada solo se concretaba a impartir sus clases.
E- Profe porque eso está tan duro?
PM- Ernesto es que te mueves mucho y haces que se despierte.
Yo le pregunté para dejar de ignorar lo que estaba pasando. Y ante su respuesta, yo seguía moviéndome entre su regazo, para mantener con vida aquello que me estimulaba la ranura de mis nalguitas, Ante mis movimientos, el profesor dio por hecho que disfrutaba de aquel bulto incrustado en mi, dejando que yo siguiera con aquella danza de cadera disimulada.
El profesor siempre fue muy profesional y correcto con sus clases, esa erección fue espontánea, fue provocada por mis carnosas nalguitas que despertaron aquella bestia que El profesor escondía bajo su cremallera, nunca su intención fue excitarse conmigo, pero al ver que yo no ponía objeción ante su bulto, el se dejó llevar por mis movimientos, que se dejó arrastrar por el placer de rozar mis nalgas con su bulto intentando romper la ropa que se interponía ente los dos.
PM- Te gusta como se siente Ernesto?
E- Siiii!!! Está muy duro!!!
PM- Has visto uno?
E- Si, veo a mi papá cuando se ducha!
PM- Y te gusta?
E- Si es muy grande!!
PM- Quieres ver el mío?
E- Siiii!!!
PM- Pero no le puedes decir a nadie, debes mantener el secreto!
El profesor con su respiración agitada por la excitación me preguntaba si quería verlo, y yo ansioso e igual de excitado le respondí que si, bajándome de su regazo y poniéndome frente a El, empezó a desabotonar su pantalón, que se pronunciaba demasiado en la entrepierna, por aquel bulto que deseaba ser liberado, al bajar el cierre de la cremallera, sale expulsado aquel descomunal instrumento viril que se exponía ante mi mirada atónita, la descripción de aquello que estaba ante mi mirada, era simplemente un deleite para mis ojos, pues era la primera verga que veía dura y orgullosamente erguida, una verga de grandes dimensiones, con un largo y grueso tronco que era adornado por un sin fin de venas retorcidas y ese tronco era encabezado por un brillante glande expuesto como la cabeza de un champiñón.
El profesor Manuel exponía orgulloso su mástil ante mi, me invitaba a tocarlo, a acariciarlo con delicadeza pero a la vez con éxtasis, y yo accedía ante su invitación, lo tocaba y sostenía con mis dos manitos mientras Esa verga se hinchaba más por mi tacto.
PM- Te gusta Ernesto ?
E- Siii, muchooo!!!
PM- Recurda no puedes contarle a nadie!!!
El profesor me recalcaba que eso era un secreto que no debía contar a nadie, a mi no me interesaba decirlo a nadie, pues era más que claro mi atracción a el miembro masculino, que debía callarlo.
Conforme pasaban los días y las clases, El profesor empezaba a tenerme más confianza, al ver que yo iba emocionado a sus clases privadas y que mi madre me dejaba en su casa sin ningún problema, el profesor dedujo que yo estaba de acuerdo en mantener nuestro secreto, así que después de cada clase, el profesor daba un paso más.
PM- Dale un besito en la cabeza Ernesto!
E- Muuah, muaaah
PM- Asiiii, muy bien!!! Abre tu boca y chupalo!!!
PM- Aaaahhh asi Que ricoooo!!!
Yo aprendía a mamarlo y veía tan cerca su miembro mientras me lo metía, que no podía dejar de admirar aquel pasto de pelos que adornaban su panza y se tupía aún más en su verga, que era un deleite a mi boca y mi olfato, pues sus pelos púbicos que estaban entrecanos por su madurez despedían un olor a macho que me hacían mamar más y más.
PM- Uuuuy asiiii que ricuraaa!!! Estás aprendiendo muy rápido!!!
El profesor fue muy cumplido con sus clases y siempre las respeto, no era hasta después de clases que el me enseñaba a perfeccionar mis mamadas.
PM- Eres un niño muy listo Ernesto aprendes muy rápido, uuuuuffff!!!
En aquellas enseñanzas también aprovechaba para mamar mi culito virgen que estaba tan estrecho.
PM- Queeee cerraditoooo lo tienes Ernesto me encantaría metertela!!! Y hacerte mío
E- Siiii profe hagalooo por favor!!!!
PM- Noooo Ernesto eres virgencito y te dolería mucho!!
Estuvimos dándonos placer oral por mucho tiempo, pero el profesor siempre insistía en el deseo de cogerme con su gran verga y desvirgar mi inocencia, pero no fue hasta que un día teníamos que viajar a otra ciudad por una presentación del conservatorio.
Gracias a la confianza que mi profe le inspiraba a mis padres, ellos accedieron a dejarme ir de viaje, todo el grupo se quedaría en un hotel, pero el profesor Manuel había alquilado una pequeña casita donde El y yo nos quedaríamos. El profesor tenía todo planeado, era el momento indicado de dar un paso más a nuestra relación secreta y yo también estaba consciente que ese viaje era el pretexto para por fin entregarme a mi profesor que bien podía ser mi abuelo.
Después de una de las presentaciones nos fuimos a la pequeña casita que había alquilado mi profe, y ahí en la intimidad de esa pequeña casita comenzamos a besarnos y a desearnos en la cama, yo me dejaba llevar por El. Sería mi primera vez, y El me enseñaría, siempre con mucho cariño y cuidado me trataba pero a la vez había cierta pasión que hacía desprender un calor en mi que me ardía en la piel pero aún así me gustaba.
El profesor me puso en 4 para mamar y comer de mi culito que sería preparado para su deshonra, yo jadeaba de gozo al sentir como la barba del profe raspaba mi delicado culito, que a su vez era lubricado por su lengua que buscaba adentrarse en mi.
E- Aaaay profeeee siiii asiiiii!!!
PM- Ye voy a hacer mío Ernesto, tienes que aguantarla toda!!!
E- Siiii Profesor siiii!!!
El saco un lubricante de su maleta y comenzó a lubricarme con sus gruesos dedos, haciendo movimientos circulares iba metiendo otro dedo más para dilatar lo más posible mi culo estrecho.
E- Aaaaahhhh Aaaagggghhh!!!
Yo gemía, sentía como sus dedos apretaban mi culo y se adentraban cada vez más, sentía un estímulo delicioso, que nunca me hizo imaginar el dolor que aquel tronco me daría al ser penetrado.
Cuando el profe se sintió confiado, se posicionó dominante y empuñando su verga ya lubricada fue clavándola con cuidado en el interior de mi orificio, su cabeza de champiñón era la punta que abriría el inicio de aquel dolor que yo empezaba a experimentar, el dolor era tan intenso a pesar de la delicadeza con la que mi profesor entraba.
E-Aaaaaayyyy dueleeee profeeeee!!!
PM- Shhhhh aguanta Ernesto, no hagas ruido!!!
La casita donde cogíamos era tan pequeña y tenía otras casas de alquiler muy pegadas, que el profesor temía que alguien escuchara mis gritos, ante sus súplicas yo tomé una almohada y la mordí para ahogar mis gritos en ella, mientras el profesor clavaba más y más su hombría en mi.
El profesor logró entrar lo suficiente para poder sentir el calor de mi húmedo culito que me tomó de la cadera y comenzó a caderear sutilmente para no lastimarme.
PM- Siiiii Ernesto siiii Que calientito lo tienes bebé!!!
E- Aaaay Aaaauuu!!! Dueleeeee!!!
En cada cadereada el profesor metía y metía más.
PM- Aguantaaaa bebé aguantaaa!!!!
Su descomunal grosor me desfloraba mi estrecho culito, imploraba porque el dolor pasara, mientras yo escuchaba como el profe gemía de placer que mi culo le daba.
PM- Como aprieta Ernesto!!!! Aprieta muy ricoooo!!! Aaaaaaghhhhh
Lo estrecho y cálido de mi culo provocaban palpitaciones en su verga que empezaban a escupir borbotones de leche en mi culito.
PM- Aaaaaaggggghhhhh Que ricoooo bebeeeee!!!
Yo sentía un líquido caliente y viscoso lubricar mis entrañas, y sentía como aquel duro tronco apretaba menos y menos mi culo, el profe descansaba un rato dentro de mi, para después sacar su verga flácida y deslechada de mi culo.
PM- Vamos reponer energía un momento bebé, en un momento vamos por la segunda!!!
E- Siiiii profe!!!
PM- Te duele mucho?
E- Si
PM- Tenemos que aprovechar que aún estás dilatado para que sigamos abriéndote más, y así el dolor sea menos.
El profesor me acariciaba mi cuerpecito desnudó y me besaba para compensar un poco el dolor que tenía, yo me sentía muy complicado por sus besos y caricias, que pronto me olvide de el dolor, disfrutábamos de nuestras caricias y desnudez mientras hablábamos de nuestra primera experiencia, después de un rato El profesor, como buen semental, ya estaba recargado para la segunda.
comenzó a besarme mientras lentamente iba subiendo mis pies a sus hombros, exponiendo mi culo a su merced. Y ya erecto de nuevo como si no lo hubiera echo antes.
Y así frente a frente y de misionero empezó a dejar caer todo su peso sobre mi pequeño cuerpo. Que era ensamblado por su mástil, clavándolo de un solo está vez por completo, sellando mi culo con sus peludos huevos.
PM- prepárate mi niño te voy a dar más fuerte, ya está toda adentro!!!
E- Aaaaahhhh Siiiiii siiiii!!!
Comenzó a embestidme ferozmente para terminar de abrir mi culito.
PM- Yaaa eres mío bebé, solo mío!!!
Podía ver su cara de gozo y satisfacción, que casi me hacía olvidar que el peso de su cuerpo me asfixiaba, mientras el no paraba de embestirme, yo me aferraba a sus peludos brazos, soportando sus embestidas, que mataban cada vez más mi inocencia.
El profe emanaba un olor embriagante que me seducía y me aliviaba mas y más aquel dolor, era como una medicina que transformaba el dolor en placer. Mis piernas gorditas se meneaban por la fuerza que mi profe me embestía, el ruido del choque de sus huevos en mi culito eran como una melodía que nunca habíamos practicado en el conservatorio.
E- Aaaaahhhh Aaaaahhhh siiii asiiiii!!!
Mis gritos se transformaron en gemidos infantiles que excitaban más y más al Profe que se había convertido en un toro hambriento de placer.
PM- Te gustaaaa bebé!!!
E- Siiii profeee! Me gustaaa me gusta muchooo!!!
El profe después de un rato me pidió que me montara sobre su verga y comenzará a cabalgar en ella, Su gran trozo entraba en mi con mayor facilidad, que cabalgaba de gusto en ella.
PM- Esoooo asi Bebe gozalaaaa date gusto solo.
E- Siiiii Que ricoooo siiii aaaay!!!
PM- Mmmm te voy a preñar otra vez bebé aaaaaaagggggghhhh siiiiiiii!!!!
E- Aaaaahhhh Aaaaahhhh!!!!
Mis cabalgatas lograrían deslechar a mi profesor de nuevo, logrando así un placer que por primera vez había sentido.
Nuestros cuerpos terminaron empapados en sudor, sus vellos completamente pegados a su piel sudada y yo sobre El descansado por el ejercicio sexual que habíamos experimentado.
Los días después fueron los más difíciles pues el dolor anal regresó y me sentía muy incómodo e intentaba disimular mi dolor ante los demás. Pues aún teníamos presentaciones por hacer.
Yo me convertiría en el pequeño amante de mi profesor Manuel, aquellas clases de piano seguirían para terminar fornicando siempre en secreto, éramos alumno y maestro ante mis padres y ante la sociedad, pero éramos amantes en secreto.
Mi profesor Manuel despertó en mi una adicción sexual a mis casi 7 años que no podía dejar. Era el tan excelente amante que a pesar de ser yo tan pequeñito y el tan grande de cuerpo y verga, supo cuidarme y dar el placer que ningún niño había tenido jamás…
Este relato está basado en hechos reales que Ernesto me confió para convertirlo en un erótico relato. Espero haya sido de su agrado y como ya saben se aceptan sugerencias y comentarios que me pueden hacer llegar a mi cuenta de instagram (mando_gg) gracias a todos por su apoyo.
suguira una segunda parte me supongo saludos….
No sabes lo rico que lo pasé leyendo éste relato, que me vine al leer que fue una historia real. No dejes de publicar relatos tan ricos con morritos, que me ponen bien caliente.
Buen relato