Las aventuras de Nicolas y su Papa (2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por frannsalazaress.
Desperté muy ansioso, emocionado y aterrado, no me atreví a girar, y ver a mi padre.
Anoche había sido el mejor día de mi vida, ver por primera vez el pene de mi padre en esas circunstancias me hacia desearlo cada vez mas.
– ¿Nico?- susurro mi padre.
Por un segundo mi corazón se detuvo y rogué que no comentara nada con respecto a lo de anche, de verdad tenia mucha vergüenza, pero a la vez lo había disfrutado muchísimo.
– ¿Si? – pregunté.
– ¿Estas despierto?- pregunto sentándose en la cama rascándose la cabeza.
En ese momento me senté como el y lo mire de reojo, su cuerpo velludo era exquisito, deseaba tocarlo, deseaba poner mi mano encima de su pecho, deseaba oler sus axilas y lamerlas.
Solo se escuchaba su bostezo y el ruido al rascar su pecho.
– Me voy a bañar y después vamos a hacer algo ¿queres? -pregunto levantándose de la cama.
– Si queres anda a desayunar algo, yo no tengo hambre.
– propuso tomando la toalla y poniéndola en su cuello.
– No se, si queres te espero, no tengo problema.
– dije también levantándome de la cama.
Papa negó con la cabeza y se metió a la ducha, yo me termine de vestir e iba a tratar de espiar a papa mientras se bañaba pero no me atreví y sali del cuarto.
Al bajar había muy poca gente, pude ver a lo lejos una mesa con algo de comida, me acerque, tome una taza y la llene con leche y le agregue algunos cereales.
– Hola ¿Estas mejor?- pregunto alguien a mis espaldas
Gire la cabeza y ahí estaba el señor de la jardinera, solo que esta vez llevaba unos shorts a la rodilla y una camiseta.
– Bien, solo me raspe un poco.
– dije revolviendo los cereales.
– ¿Y tu padre?- pregunto luego de un silencio abrumador.
– Estaba duchándose.
– conteste tras probar mi desayuno.
– Voy a ir a verlo, íbamos a ver a donde salíamos.
– ¿Si? Tal vez pueden ir a andar a caballo o hay a la cancha de fútbol, si no saben que hacer pueden venir que les recomiendo algunos lugares.
Luego de hablar con aquel señor subí al piso de arriba y entre al cuarto, al abrir pegue un salto, no podía creer lo que estaba viendo, papa estaba desnudo secándose, y tenia una notable erección, mi primer instinto fue cerrar la puerta y quedarme del otro lado procesando todo.
– ¿Nico? Ya podes pasar.
– Dijo papa del otro lado.
– ¿Seguro?- pregunte abriendo la puerta.
Papa estaba de frente con una toalla envuelta, estaba aun agitado y sorprendido, el no separaba que yo entrara, se notaba que tenia una gran erección por debajo de aquella toalla.
– Perdón, pa, No sabia.
– dije disculpándome
– Esta bien, no paso nada.
– dijo poniéndose la remera.
– Te manchaste.
– dijo mirándome.
No entendí esa ultima frase, mire mi entrepierna para comprobar que no tenga semen o algo así pero papa se refería a mi camiseta, al cerrar la puerta salpique algo de leche con cereal en ella.
Deje la taza en mi mesa de noche y me quite la camiseta, no encontraba una así que papa me ayudo en la búsqueda.
En un momento papa se agacho para abrir la maleta y la toalla que tenia en su torso se callo, antes de que la pusiera en su lugar pude ver que aun tenia una erección, Pense en comentar al respecto, eso me ayudaría a romper el hielo con el ademas si el fuera yo de seguro diría algo.
– Si queres me voy, así.
bajas eso.
– dije algo tímido, pensándolo bien.
Papa se rió y me miro como si hubiese sido una broma pero lo decía en serio.
Al parecer el se dio cuenta de esto y borro la sonrisa de su rostro.
– No te voy a hacer esperar ahí afuera a que me termine de pajear.
– comento riendo entre dientes.
– ya se baja sola.
La masturbación no es un tema del cual solemos hablar, papa es muy abierto con migo pero no solemos tocar estos temas por ende ambos estabamo algo nerviosos.
Luego de eso tome una camiseta del piso y encontré el comprobante de anoche, en el había una gran mancha de semen seco, eso me hizo recordar y me excito aun mas y ahora si mi erección era evidente.
Supuse que papa ya había visto mi miembro erecto y me senté en la cama algo avergonzado.
Papa se me quedo viendo, yo estaba sudando de los nervios y mi erección no se bajaba.
Papa camino hasta la cama y se sentó a mi lado, alborotando mi cabello.
– ¿Que pasa Nico?- pregunto papa mirándome.
Simplemente no respondí y trata de disimular mi erección poniendo una almohada.
– No tengas vergüenza.
– dijo mirándome a los ojos.
– desde que nos separamos con tu madre, nos hemos acercado mucho, me encanta compartir tiempo con vos.
Sos como mi mejor amigo y sabes que me podes preguntar o contar lo que sea.
Papa se quedo mirando hacia adelante esperando que dijera algo pero no respondí, estaba muy avergonzado.
– Veo que se despertó.
Si queres me voy para que bajes eso.
– dijo quitando la almohada.
Ambos reímos.
– Gracias.
– susurre.
– No te felicite.
– Dijo papa a lo que yo no entendí.
-Ayer, cuando te lastimaste, estas muy grande y veo que vos y tu amiguito están creciendo bastante bien, cuando tenia 15 como vos era así.
– Ah, eso, gracias.
Vos también estas grande.
Papa rió y me golpeo el brazo, se rasco la cabeza y sacudió su cuerpo, me miro y volvió a reír.
– ¿Ya te masturbas cierto?- pregunto papa sin vergüenza alguna.
Lo mire sorprendido y me quede mudo, no sabia que responder, solo asentí con la cabeza y el me sonrió.
– Estamos los dos en la misma situación.
– comento señalando su entrepierna.
– ¿Vos lo haces?- pregunte mirando a otro lado, empezaba a agitarme y los nervios me estaban comiendo.
– ¿A que cosa? – pregunto mirándome.
– Nada.
– respondí.
– Ah ¿si me masturbo? eso queres decir.
Si, lo hago todos los hombres lo hacen.
– Estamos los dos en la misma situación.
– comento señalando su entrepierna.
De nuevo un silencio se apodero del lugar, lo único que se escuchaba eran los pájaros cantar.
Mire a papa de reojo y se dio cuenta, me sonrió y se deshizo de la toalla que llevaba, al hacerlo su pene salto, estaba erecto pero no tanto como anoche.
Me quede inmóvil.
– Somos amigos.
-excuso papa acomodándose de modo que su espalda quedo contra el respaldar de la cama.
En ese momento no sabia si esto era un sueño o era realidad, tener a mi padre a mi lado a punto de masturbarse junto a mi, esta vez de modo consiente me comía la cabeza.
– Si, lo somos.
-afirme poniéndome en la misma posiciones que el, entre sus manos tenia sus pelotas, el las masajeaba y las estiraba haciendo que su pene subiera y bajara.
Suspire y de a poco baje mi pantalón, luego mi bóxer y finalmente mi pene quedo al aire, baje mi prepucio y estaba completamente lleno de liquido pre seminal, no podía concentrarme en mi verga, solo podía mirar de reojo a papa, sus manos eran tan habilidosas que deseaba tenerlas sobre mi.
– Así.
-señalo papa bajando y subiendo lentamente acariciando su glande cuando subía.
Imite sus movimientos y al acariciar mi glande una sensación de placer hizo que me retorciera, papa rió y siguió masajeando su glande, al parecer tenia experiencia en ello ya que ni siquiera se le movía un pelo.
Estuvimos mas de 5 minutos masturbándonos, no hablábamos simplemente nos concentramos mas en lo nuestro, aun que yo solo podía ver la verga de papa.
Yo estaba muy excitado y en cualquier momento acabaría.
Papa se levanto la camiseta enseñando su velludo cuerpo, con sus dedos indice y pulgar comenzó a masajear sus tetillas.
– ¿Que haces? -pregunte mirándolo.
– Proba, la pija no es lo único que da placer.
-respondió cerrando los ojos y volteando la cabeza hacia atrás.
– ¿Como se hace? -pregunte observado sus movimiento.
Los pezones de papa estaban gigantes, el doble de lo normal, acerco su mano a mi y levanto un poco mi camisa, eso me hizo excitar aun mas, papa con su gran mano estimulo mi tetilla, me fui imposible contener mi gemido, me retorcí del placer y de mi pene salieron despedidos cuatro chorros de semen, los cuales cayeron en la mano de papa.
– Perdón, perdón papa.
-Dije muy avergonzado
El lazo una carcajada, limpio el dorso de su mano lleno de mi semen en mi pecho y siguió pajeándose, solo que quede quieto mirando sus movimiento tratando de que no se diera cuenta lo interesado que estaba en su verga.
– Aghh.
ahhh -gimió retorciéndose, cruzo sus piernas y de su verga peluda salieron seis chorros, alcance a contar cada uno, todos cayeron en su pecho y su cara.
– 46 años y todavía no lo controlo.
-Papa volteo a mirarme y me sonrió con la barba llena de semen.
En ese momento papa tomo una remera sucia y limpio todo su semen, luego me la paso y pude limpiarme, la camiseta estaba impregnada con el olor a lejía de su semen.
– Si queres báñate, yo voy a caminar un poco.
-dijo papa levantándose- necesito tomar aire.
Luego de que papa saliera me quede pensando, estaba muy excitado, tome la camiseta con la que nos limpiamos y lamí su semen, era exquisito, me pajee por segunda vez y luego fui a tomar una ducha.
Había pasado mucho tiempo y papa aun no había vuelto así que me acosté, quede solo con mi bóxer, sin camiseta.
Luego de esto siento que mi vinculo con papa es distinto, ahora conocemos nuestros cuerpos mas a profundidad pero aun así quiero mas.
Estaba un poco dormido pero senti un beso en mi frente, entre abrí los ojos y era papa, el estaba al lado de la ventana mirando hacia afuera, se lo veía pensativo, como si aun estuviese pensando en lo que paso.
Papa se quito la camiseta y luego los pantalones quedando solo con sus bóxer, dejo todo en una silla y del bolsillo de sus pantalones saco un cigarrillo y lo fumo mirando hacia afuera.
Luego de unos minutos rodeo la cama y entro en ella, puse sentir los vellos de su pecho rozar mi espalda y su respiración en mi cuello.
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