Las Aventuras de un Negrito 4

Don Luis nos da un Espectáculo.

Hace ocho años…

– ¡¿CÓMO QUE ESTAS EMBARAZADA?!

– Si…¿Qué vamos a hacer?…

– Uff…no lo se…

Una pareja joven de preparatoria se encontraba discutiendo, la chica había quedado embarazada del macho negro de su novio, era de esperarse de un noviazgo que inicio por que la joven escucho rumores de que el negro la tenia grande…y vaya que eran ciertos.

Se lo dijeron a sus padres, quienes al escucharlo no lo dudaron dos veces para obligarlos a casarse y dejar la escuela. Lograron encontrar un lugar donde vivir en una pequeña vecindad, el chico busco trabajo mientras que la chica se encargo de cuidar al bebe, ser padres no era lo suyo, su relación solo empezó por una calentura era obvio que nunca quisieron algo serio.

El niño creció, un negrito fuerte y saludable, apenas aprendió a hablar y caminar sus padres dejaron de preocuparse por el, solo le daban de comer y lo inscribieron a una respectiva escuela, no le mostraban cariño, amor ni atención. El niño no parecía impórtale mucho eso ya que creía que era algo normal y se termino acostumbrando a la larga.

El pequeño resulto ser muy responsable en sus estudios e incluso logro entrar al equipo de futbol de su escuela, un muchacho listo y atlético que se ganaba la admiración de sus maestros y los suspiros de sus compañeritas.

Quien diría que aquel negrito terminaría guardando tantos secretos…

El Presente…

Desperté desnudo en mi camita al lado de Sami, estaba abrazándome con su cabeza recargada a mi pecho, en ese momento caí en cuenta que nos quedamos dormidos mucho tiempo y asustado revise la hora, eran las 4:00 PM.

– Sami despierta nos quedamos dormidos.

– Uhm…hola Javi…

– Rápido ponte la ropa.

Nos vestimos y después fui a revisar si mi madre ya había llegado de su mandando, no la vi por ningún lado ni tampoco estaba en el patio de la vecindad platicando con alguien así que nos sentamos en el piso a ver la televisión mientras comíamos chucherías.

Me sentía diferente, había experimentado mi primera experiencia sexual a los ocho años con mi amigo y vecino Samuel, de hecho ahora que lo pienso creo que me pase un poco al tomarlo así a la fuerza, al pensar eso note que Sami estaba un poco incomodo.

–  ¿Qué tienes Sami?

– Es que siento que hicimos algo malo…

– No hicimos nada malo solo estábamos jugando ¿no te gusto?

– Sii pero…me dio un poco de miedo cuando me picaste el culito…

– Yaa tranquiloo, mira para que te relajes hay que jugarle.

– ¿Otra vez?

– Noo tonto a la pelota.

– Aaah…okey…

Tome mi balón y salimos al patio a jugar, Sami se puso de portero, yo le tenia que meter goles y el parármelos. Estábamos jugando con normalidad hasta que vi a Don Luis salir de su puerta, iba vestido con una playera blanca de tirantes y un short corto, acostumbraba vestir así en sus días de descanso por el clima caluroso.

– Buenas niños ¿Cómo están?

– Buenaas Don Luis.

– Holaa Luis todo bien.

Mientras lo saludábamos no podía evitar ver su cuerpo, sus brazos ejercitados, sus pectorales marcándose en su playera y por su puesto su culo redondo y firme siendo asfixiado por aquel short corto que lo aprisionaba, se veía tan apetecible…me daban ganas de…

– Ey Javier estas muy distraído jaja.

– Ehm…disculpe yo… esteee…

Me puse muy nervioso…¿acaso notó que me lo estaba comiendo con la mirada?…

– Jaja tranquilo Javi es normal que te llame la atención mi cuerpo, seguro cuando crezcas estarás mas grande que yo.

Me lo dijo guiñándome el ojo.

– Si seguro…

– De todos modos ¿A qué juegan chiquitos?

– Javi estaba intentando meterme gol.

– ¿Me dejan jugar con ustedes? Digo para que no estén aquí solitos.

– Si claro.

– Siii Don Luis.

Don Luis se puso de portero y nosotros intentábamos meterle gol, algunos los paraba y en otros le conseguimos meter el balón.

Mientras me tocaba patear la pelota miraba de reojo a Sami, que esperando su turno se quedaba viendo al bulto de Don Luis, gracias al sudor en su cuerpo sus atributos se le empezaban a marcar, yo hacia lo mismo cuando le tocaba patear a Samuel, miraba los culitos de ambos transparentándose sobre la tela, note que Don Luis se dio cuenta que lo estábamos mirando pero no dijo nada, de hecho el también nos miraba a nosotros de vez en cuando.

Después de un rato jugando nos cansamos, estábamos sucios y muy sudados.

– Uff niños creo que hasta aquí llegue jaja.

– Si yo también ya me canse.

– Creo que me voy a dar un baño, ¿Quieren acompañarme a mi casa? Tengo un poco de jugo en el refrigerador.

– Siii vamos.

Fuimos con Don Luis a su casa, al entrar mis ojos se posaron en el sillón de la sala, ese mismo donde vi a Don Luis dándose placer con sus dedos, nos ofreció jugo de naranja y encendió el ventilador para que nos refrescáramos.

– Voy a bañarme, cuando se sientan mas frescos deberían ir a su casa para que se bañen también.

– Siii Don Luis.

– Okeeey Luis.

Don Luis entro a su baño, mientras Sami se tomaba su vaso con jugo yo me puse a explorar el hogar de Don Luis, vi que tenia varios libros en un estante y unas cosas de su trabajo, hasta que llegue a la puerta que daba a su cuarto y por curiosidad la abrí y me asome.

– Javi no te metas ahí te van a regañar.

– Shhh cállate te va a escuchar, mira vamos a ver que hay.

– Mmm voy.

Sami y yo entramos al cuarto de Don Luis, estaba muy bien ordenado, su cama estaba recién arreglada y limpia, tenia un pequeño escritorio con una laptop, una estantería con mas libros y un ropero grande con varios cajones.

– Javi ya hay que irnos.

– Relájate déjame ver que hay.

– Pero es que- AAYY

– ¿Qué te paso?

– auuu…creo que me resbale…¿Qué es eso?…

– ¡¿NIÑOS TODO BIEN?!

Nos grito Don Luis desde el baño.

– Siii Don Luis, no paso nada.

Le respondí para que no viniera, entonces mire cerca de Samuel y vi con que se resbalo.

– ¿Qué es eso Javi?

– No lo se…parece un…¿globo?…

Mire extrañado el supuesto globo, era largo, transparente y estaba cubierto de un liquido viscoso…parecido a la «orina rara» que vi salir del pito de Don Luis.

– ¡¿Siguen aquí niños?!

Don Luis nos gritaba desde su baño.

– Siii Don Luis acá estamos.

– Olvide mi toalla háganme un favor y tráiganmela, es la azul que esta al lado del sillón.

– Okeey vooy.

Fui a la sala por la toalla de Don Luis, la tome y toque la puerta del baño.

– Aquí esta su toalla Don Luis.

– Pasa esta abierto.

Abrí la puerta y entre al baño, en el fondo estaba Don Luis en la ducha detrás de la cortina de baño…hasta que de pronto la abrió…salió desnudo y mojado de la ducha…se veía tan sexy carajo…

– Uff gracias nene.

Le entregue su toalla y el empezó a secarse delante de mi, paso su toalla por todo su rico cuerpo…su torso…sus brazos…y ufff sus piernas…al parecer noto que estaba embobado con el show que me estaba dando.

– Jaja ¿Te gusta lo que ves?

– Emm…u- usted es muy grande Luis…

– Claro chiquito todo esto es producto de mucho esfuerzo, ¿Quieres tocar?

Ni siquiera le respondí, solo empecé a tocar los músculos de Don Luis.

– ¿Se siente duro verdad?

– Siii~

Baje hasta las piernas de Don Luis casi cerca de su culo.

– Son muy grandes…y están suaves…

– Sii Javi…tu date gusto~

Poco a poco llegue hasta sus nalgas y las acaricie con mucho deseo.

– Eso chiquito~ son todas tuyas~

– ahm~…Luis…

– ¿Te gustan nene?

– Siii

Estaba tan hipnotizado por su culo que no me di cuenta en que momento Don Luis se empezó a masturbar.

– Tócalas chiquito se que las quieres, vi como me estabas mirando cuando jugábamos.

– Noo yo no-

– Jaja no me digas que no si me estabas espiando aquel día…negrito caliente…

Me vio…me descubrió espiándolo…

No me moleste en tratar de excusarme, total que a el también le había gustado que lo viera, además de que al fin tenia en frente mío ese culo que me volvía loco.

– Bésalo mi amor~

Empecé a repartir besos por todo su culo, restregaba mi cara en el, me calenté tanto que le di una nalgada.

– Uff sii chiquito~ Hazme tu putita~

– Ahm~ Que ricoo~

Me sentía en cielo…cuando de repente…

– ¡JAVI LLEGO TU MAMÁ!

Samuel me grito desde la sala, asustado me fui corriendo del baño y ni siquiera me despedí de Don Luis, me asome por la puerta y vi a mi madre platicando con alguien en la entrada de la vecindad, rápidamente corrí a mi vivienda sin que mi mamá me viera, olvide por completo que tenia prohibido dejar la casa cuando estaba solo, no por mi seguridad…si no para que nadie entrara a robar.

Samuel también fue detrás de mi ya que no debía llegar tan tarde a su casa.

Mi madre entro, acomodo las cosas que trajo del mandado y se fue a bañar, mientras yo en mi cuarto estaba temblando de nervios pero a la vez estaba feliz de lo sucedido con Don Luis, deseando volver a verlo para repetir lo que hicimos y talvez…hacer algo mas.