Las corridas con mi primo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Estaba recién despierto esa mañana de sábado oyendo desde mi cuarto las voces de mi padres y de mis tíos que se apuraban para viajar seis horas a realizar un negocio de maquinaria, luego escuché un largo silencio, después escuchaba las pisadas de mi hermana por el corredor del piso de tabla en el piso alto, seguí bostezando no quería salir de mi cama calientita porque afuera hacía mucho frío esa mañana, por eso mi pene lo tenía bien tieso
Continuaba con mis bostezos agarré mi pene dentro de mi pijama haciéndome placer apretándomelo y sobándome la punta del pene con la yema de mis dedos, saqué la mano llevando los dedos a la nariz oliendo el olor característico del pene con orina y semen que había eyaculado la noche anterior en el baño, el poco frío que iba desapareciendo me provocaba grandes deseos de masturbarme, me entretuve rascándome las bolsas expulsando mi aliento estaba en todo mi deleite cuando escucho unos pasos que se acercan me hago el dormido siento que mi hermana me toca el hombro diciéndome que se iba a cuidar a mi abuela que estaba delicada de salud y que en la cocina quedaba mi desayuno yo agestado con malhumor le hacía quites y ademanes para que me soltara el hombro con la intención de seguir durmiendo, avisó que faltábamos de desayunar mi primo y yo, me sorprendí, mi primo estaba en casa, mis tíos lo habían dejado en casa, mi hermana salió de mi cuarto, yo seguía acostado, miles de ideas pasaban por mi mente ilusionándome de las intenciones de culear a mi primo y de pronto como un resorte estuve en pie junto a la cama viéndome el pene como lanza indicando hacia adelante amoldado a la fina tela de mi pijama salí al contacto del escaso frío del ambiente que más me hacía entiesar el pene, entré al baño cayendo mi pijama al suelo, me senté en el inodoro, orinaba con mi pene bien tieso, pujaba botando la caca, pujaba con gusto respirando fuerte acordándome del culo de mi primo, me puse a rascarme los testículos sacándome pelos de la pelvis los hacía flotar en la orina y otros pegados en el inodoro
En ese instante escuché el sonido de la puerta principal cerrándose supuse que era mi hermana saliendo de casa, fui a la cocina, estaba pensativo bebiendo jugo de naranja me percaté en efecto que mi hermana había salido, pensaba en las nalgas redonditas de mi primo por eso creció mi angustia acelerándose la respiración, me entró la necesidad de estar con mi primo, fui en silencio al dormitorio de mis padres, lo encontré aún dormido, estaba acostado de perfil algo tapadito con la sábana, su cara descansando sobre sus manos juntas, le acaricié el pelo recorrí sus brazos con mi mano deslizándole la sábana muy suavemente hasta que pude apreciar esas nalgas suaves cubiertas de la tela de pijama gocé mucho viendo ese rico pene que algo estaba moldeado por la tela del pijama, más abajo sus pies unidos bien limpios y juntos con sus uñas bien cortadas, tenía sus labios algo abiertos, acerqué mi nariz a su pene vestido por el pijama me gustó ese olor, ya antes había olido sus calzoncillos me había pillado oliéndoselos en la lavandería de su casa, creo que desde ese momento mi primo se imaginaba lo que pretendía porque también le hacía gestos y señas de culear o me veía que lo tomaba a nuestro vecino Edgardo por detrás con movimientos sexuales, pero mi primo no me hacía insinuaciones de lo que había visto sino que simplemente se hacía el tonto y se sonreía mirando a otro lado o corriendo del lugar, era típico de un chico algo tímido de 13 años y yo un chico fogoso de 19 años
Una vez los vi salir del baño a mi primo y a Edgardo arreglándose los interiores y limpiándose las espaldas cuidándose de mirar por alrededores que los vieran, eso me dio más deseo de culeármelo siguiéndolos cuando iban a lugares alejados de su casa ya sabía que iban a culearse y regresaban serios, cabizbajos con caminada pausada.
Bueno, volviendo a lo de esa mañana, yo seguí contemplando el cuerpo de mi primo, las suaves manos de piel brillosa estaban sobre la almohada empezó a mover su cara sobre la almohada era preciosa tersa adornada por su pelo sedoso giró un poco su cuerpo dejándome ver su preciosas nalgas punteadas bien curvas delimitadas por la tela del pijama no pude soportar más el deseo y acerqué lo más que pude mi nariz por el culo de mi primo, uní mis labios para besarlo por sobre la tela, ese culo que tanto deseaba estaba a centímetros de disfrutarlo me entró el deseo de ver su piel blanca rosadita tomé del filo del pijama y lo corrí algunos centímetros pude ver esa rajita hermosa que se hacía entre sus nalgas traté de acercar lo más próximo mi nariz para olerla y que mi primo no se despierte ese olor característico de culo me puso a mil ya tenía mojada la cabeza de mi pene me contuve de no botar todo mi semen
Puse a sobar mis mejillas en sus nalgas con mucho cuidado, de rápido mi primo que se da la vuelta jala su pijama a la cintura dándose la vuelta mirándome algo sorprendido con los ojos entreabiertos me quedó viendo mi pene tieso mojado en la punta que se notaba la mancha en el pijama me dio una sonrisa me quedé petrificado por unos segundos ruborizándome mi primo seguía mirándome con risas metió las manos en su pijama rascándose el pene yo hice lo mismo en su delante mi primo no dejaba de ver cómo me rascaba el pene por dentro de mi pijama en una de esas bajé el pijama mostrándole la cabeza húmeda de mi pene que me lo estaba masturbando
Mi primo acostado en la cama se corrió el pijama hasta los muslos mostrándome como se masturbaba el pene entendí que esa era señal de lo que tanto había deseado así que rápido me quité todo el pijama me acosté encima de mi primo haciendo mover nuestros penes que de por sí ya estaban calientitos, lo rodee con mis brazos sintiendo esa rica piel de súbito puso sus manos en mi pecho tratando de separarme diciéndome que ya no porque podrían entrar y vernos, le dije que estábamos solo los dos en casa fue que no forcejeó porque se tranquilizó sintió seguridad y se dejó manosear
Girábamos los cuerpos en la cama las sábanas caían al suelo nos arrodillamos en la cama quitándonos toda la ropa todo era a prisa queríamos culear yo me sentía maravillado con la actitud de mi primo, era lo que en silencio él también deseaba de mi creo que esperaba que yo diera el primer paso, sin pensarlo dos veces abrí mi boca acaparando el paquete de mi primo que lo tenía suave, se retorcía de gusto que reía fuerte pensé que era la primera vez que alguien lo hacía gozar de esa manera, me entusiasmé con eso, seguí chupando los testículos que ya estaba todo su pene ensalivado mi primo había arqueado las piernas abriéndolas y yo entre sus piernas me daba gusto lamiendo y mamando, le hice dar la vuelta me dijo que tenía miedo que le hiciera doler, ya se me puso que otros chiquititos le habían culeado su culo pero al ver el grueso de mi pene le creció el temor a mi primo, le dije que se lo iba a hacer ricoo y así fue lo pasé rapidito por entre sus nalgas hasta que fui acelerando mi movimiento dejándole el semen chorreado en sus nalgas tomé rápido mi pijama y lo limpié para que el semen no se pegara a las sábanas
Nos quedamos acostados un buen rato ya el sol daba fuerte desapareciendo totalmente el friecito del rocío, arreglamos la cama nos quedamos en trusa con camisetilla y salimos a la cocina a freír lo que estaba en la sartén mi primo no dejaba de verme sobre todo mi culo que lo empecé a mover a los costados mi primo se reía bajé mi trusa a la mitad de mis nalgas seguía con mis movimientos al sentarme en la mesa nuestros pies se rozaban de igual forma que nuestras piernas era delicioso ese roce que después lo hacíamos con las manos viéndonos reír, tomábamos las cucharas haciendo un parecido mete y saca en la boca, le hice señas para culear de nuevo, mi primo se reía, le pregunté si le gustaba mi culo dijo que si, dejamos la mesa de comedor para ir a mi cuarto me puse en el largo de la cama, mi trusa al piso igual que la de mi primo, me sostuvo de la cintura recostándose sobre mi cuerpo sentí que su pene recorría mis nalgas por un ratito me quedé quieto palpando su piel ya estábamos sudando chocando entre si nuestras piernas de los empujones suaves que me daba tratando de culearme
Yo podía darme cuenta que su pene salía de mi raja, de lo excitado que estaba empujaba para atrás le tomé el pene con las manos y me lo puse entre las nalgas diciéndole que empuje ahí fue que sentí dolor mi primo me culeaba pero al rato se sentó en el piso estaba agitado sonriendo abierto de piernas tomándose el pene entre las manos estaba roja la cabeza del pene hice que se sentara en la cama para mamarle el pene pausadamente con saliva mi primo se dobló en la cama riéndose largamente le hice cosquillas suaves me acosté encima moviendo nuestros penes lo viré a mi primo me arrodillé en el piso lo tenía abierto de piernas pasándole mi lengua por la raja escupí el culo calé la cabeza de mi pene en la entrad de su culo empuje suave haciéndolo pujar y gemir ya la puntita de la cabeza de mi pene estaba dentro empujé un poco mas mi primo me rehusaba con el cuerpo diciéndome que le dolía, me dio un gusto cuando apretaba el culo en mi glande que de un empujón le metí más pene por ese culo que tanto deseaba me acordé que a los culos rotos le salía sangre pero creo que no lo penetré bien aquella vez pues no le salía sangre más su cara decía desaprobándome por lo que le hice
Fue así que tenía lágrimas de dolor en los ojos se pasó delicadamente las manos por el culo diciéndome que le dolía yo le dije que no pasó nada yo estaba nervioso con miedo a que dijera algo a mi hermana, o a mis papás o a mis tíos, le suplique que guardáramos esto como un secreto entre los dos, mi primo no dijo nada simplemente se puso la ropa y salió de mi cuarto, pasamos en silencio el resto de la mañana ya para almorzar se fue a ver la comida a casa de mi abuela donde mi hermana estaba cocinando regresó con la vianda muy alegre como si nada, me dio gusto ver su semblante pero a ratos le veía que se metía las manos sobándose el culo, me contó que el motivo de su alegría era un dinerito que un vecino le había regalado cuando estaba de visita donde mi abuela yo también le regalé a mi primo unos pesos su cara brilló mucho ya sabía cuál era su debilidad dijo que me dejaba la comida y se iba a la casa de mi abuela, sentí mucha tranquilidad al verlo muy feliz a mi primo
Tiempo después aproveché de esa debilidad para romperle el culo en una culeada imborrable, esta narración es parte de mi vida real.
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