Las Filias de Mr. Monster
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Eventualmente_Sexual.
Otras veces me he recostado sobre otro hombre, y creyendo que es su miembro erecto, resulta ser la cartera u otra cosa abultada que lleva en los bolsillos. Pero esta mañana he tenido suerte, el chico, un estudiante de preparatoria, se ha levantado esta mañana con el monstruo apretado y arrecho.
El culo me palpita, se siente una ola de calor en el vagón apretado de tanta gente. Los fluidos de mi cuerpo, de mi verga se corren y debo estar mojando mi ropa interior. Espero que el joven no se baje en la próxima estación; la estaca que lleva en la entrepierna, es punzada, y tiene vida propia. No ha dejado de brincar, recostando toda su virilidad juvenil en mis glúteos.
Estaba muy mareado, pero no era del calor, sino de cómo el joven me tiene todo afincado. Puedo sentir cuando se hinca, el vapor de su transpiración es como una sombra detrás de mí. Acobijando mi pequeño cuerpo, su virilidad está a punto de reventar el mono que lleva puesto; deseo detener el tiempo y paralizar a todo el mundo, y que solo el joven estudiante y yo podamos hacer de todo, me imagino una tremenda cogida del chico; reventando mi culo hasta no más poder…
II
Al llegar al trabajo veo a Rafael, lo desnudo con la mirada; hoy es viernes, él quiere ir a mi casa. Tengo la impresión que sabes mis palpitaciones homosexuales, quizás lo estoy imaginando. Pero esta noche quedamos en beber…
Se supone que no debo hacerlo, se lo he prometido a Sebastián, el psicólogo que ha jurado no decir las perversiones de Mr. Monster…
Es un delito, me lo recuerdo. No puedo hacer eso, a la gente no se le droga, para luego manosearlo todo, cuando está durmiendo. Tal vez debo llamar a Catherine, pedirle que me mande a una pareja, y solo disfrutar en ver cómo, Alessandro se coge a la puta de Marlene… pero no, tampoco puedo, la idea es tener una relación normal, con la cual esté dispuesta de compartir mis deseos más oscuros.
Le sirvo una copa de vino, Rafael se queda viendo, como que; ¿vamos me vas a dar esto…? >>. Le cambio la bebida por un wiski sin hielo, él se lo toma todo de un trago, lo quedo viendo fijo, y luego giña un ojo. Creo que no puedo ruborizarme, pero tengo que dejar esa mirada de sádico que ahora mismo debo tener.
– ¿No ibas a traer contigo, una chicas esta noche? –le pregunto.
– Mejor la pasamos tú y yo solo –me responde y giña de nuevo el ojo.
Trabajo en una compañía de publicidad y mercadeo, todos mis compañero deben preguntarse por cual orientación sexual me inclino.
Rafael no es nada feo, es un rubio que está siempre en un gimnasio. Cuando ya se ha bebido varios tragos, la cara la tenía roja y no dejaba de sonreír, se levanta de las sillas del bar y se recuesta en el sofá de la sala.
Ya tengo preparado otro trago, con solo abrir la gaveta, la que yo sé dónde está la droga que lo hará dormir… pero lo estoy pensando, que diría mi psicólogo si ahora estuviera aquí…
Hazlo, hazlo, hazlo… él quiere tener sexo contigo, no lo está violando >>. Mr. Monster está hablando con la voz de Sebastián. La piel se me crispa toda, aprieto mis ojos, abro la gaveta y en un parpadeo ya he echado la sustancia en la bebida.
Antes de llevarle el trago, cojo el control y enciendo el reproductor de música. Le paso el trago y Rafael se lo está tragando de un solo jalón. Me pide otro, le giño un ojo y le hago seña que espere un poco.
…I’m changing, I’m spinning
Uh, morphogenic
I’m webbing I’m morphing
Uh, morphogenic
I’m hungry, I’m thirsty
Uh, morphogenic
I’m tired, I’m wasting
Uh, morphogenic… [Nostalghia – Homeostasis]
Le bailo muy sensual, Rafael no esta tan consciente, apenas me ve con los ojos entre abierto. Aún tiene la sonrisa en los labios. Mi mirada es la de Mr. Monster, a gatas, voy arrastrándome hasta sus piernas abiertas. El cierra los ojos, cuando yo paso ambas manos en ambas piernas, sobre la tela de gabardina. Se muerde el labio, y cuando toco su entrepierna, aprieta los ojos e intenta poner sus manos en las mías, pero no pudo. Al subirme en sus piernas, le acaricio los brazos, le cojo por el cuello, y está débil, coloco mis labios en los suyos; suspira dentro de mi boca, y absorbo su aliento y alimento mi morbo.
Le doy un besito en eso labios finos y rojos. Ya está dormido, lo aprieto contra mí, y aspiro toda la fragancia que le sale de camisa blanca.
Chupo el lóbulo de su oreja, Rafael es un hombre grande y grueso, no puedo tanto con él, pero esto es la perversión que enloquece a Mr. Monter; estar bajo de un hombre grande, y abusar del él…
Cada musculo le toco, y lo que más disfruto es una buena verga aguada. Puede entrar toda en mi boca, y jalo con una chupada intensa y no hay oposición que me detenga. Con solo quitar cada prenda que viste, es como si estuviera jugando con un muñeco. Otros dirían que mejor es disfrutar con alguien despierto, pero mi psicólogo dice, que esta manía la hago desde que una vez, en mi infancia, he tocado a un tío mío, estando ebrio y dormido.
Al tenerlo todo desnudo, agarro el bóxer que llevaba puesto, lo huelo donde reposaba su verga dormida; imaginado cada fluido que ha botado en el día, cada olor de su hombría me pone con la verga tiesa. Comienzo a masturbarme lentamente, oliendo el bóxer y sin dejarlo de ver, como está sentado en el sofá y dormido.
Entre más lo hago, una ociosidad pasa en mi mente, el monstruo que llevo dentro quiere abusar de ese hombretón inofensivo. Todo desnudo, me monto sobre el sofá, abro las piernas y coloco mis bolas sobre la cara de Rafael, y luego en toda su nariz respingada, froto mi culo, para luego acercarme y darle un beso, pegar mi nariz en toda su cara, y oliendo como lo he dejado oloroso.
Cuando uso mi fuerza para agarrar un hombre tan pesado, tiemblo, no porque no pueda, sino que el morbo que me hace sentir, me pone apunto de querer acabar. Sebastián me dijo que, esto una fantasía propia de un pre púber; – seguro esto lo imaginabas mucho, cuando te masturbabas en la adolescencia >> me dijo esa vez.
Acosté a Rafael en la alfombra, lo quedo viendo fijo de pies a cabeza. Vaya que tengo un adonis de la antigua Grecia acostado en la sala de mi casa.
Beso cada dedo de sus pies, las pantorrillas peludas le pasó la lengua hasta las rodillas. Cuando en una sesión, le dije a Sebastián que me gustaba saborear el sabor de la piel de un hombre sudado, el me pregunto si alguna vez he tenido pensamientos en cometer canibalismo…
Ahora que tengo metidas sus bolas peludas, dentro de mi boca, veo su tripa aguada, e imagino de arrancarla con solo mordiscado. Pero no, Mr. Monster no es así, la sangre le da asco, y él es vegetariano. Le agarro el pene aguado y se lo pelo, aun así estando dormido su virilidad, es una verga gruesa, de cabeza rosada pálida. Tiene debajo del frenillo masa acumulada del día. Paso la lengua y se la remuevo toda, me engullo toda su verga, y oliendo la fragancia de macho en el pubis, le mamo el pene, y de un chupado la saco de mi boca.
No hay manera de decir lo que siento al verle el culo de un hombre grandote. El de Rafael es rosado, con muchos pelos a los lados. Quizás soy un puerco, pero entre más sudado y más tenga olor a cobre un culo, mas entierro mi nariz y luego lo mamo.
Con Rafael de nuevo boca arriba, me monto encima. Froto mi erección con su entrepierna, imagino que hacemos el amor, lo beso y le paso la lengua en toda la cara, para luego imaginar que le hice eso, y masturbarme en el trabajo o en la noche. Apretujando mí cuerpo contra el de él, mis glúteo se contrae, y el morbo de acabar pensando que lo que hago está mal, se aproxima y mi cuerpo empieza a temblar… gimiendo con todo el cuerpo tenso, siento como mi verga expulsa mi eyaculada intensa. Acabe todo sudado, veo a la cara de Rafael, el pobre hombre está durmiendo, sin saber todo lo que le he hecho.
Mr. Monster se ha ido, ha dejado mis pensamientos libres. Salgo corriendo al baño y vomito desesperadamente…
III
Estaba en el cerro, había salido a ejercitarme. Me senté un tronco de un árbol caído, saco la botella de agua y sacudo el sudor de mi frente. Siento unas ganas de ir al baño, como si estuviera nervioso, pero no es eso, de solo imaginar que pueda tener un cruising…
Veo a un deportista que viene a lo lejos, me escondo entre el matorral. Ahí metido me bajo el short, y dejo ver mi culo, solo traigo un suspensorio puesto. Por el camino que viene, el chico si va viendo a los lados, me va ver, y si quiere acción, ahí mismo me va a coger…
Continuara…
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