Las revistas Playboy de papa (2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por frannsalazaress.
Trate de contenerme lo mas que pude, trate de distraerme para bajar la erección.
Espere a papa por horas pero jamas llego, supuse que las cosas se habían puesto complicadas en el trabajo y simplemente cene y me fui a la cama para dormir.
A la mañana siguiente me sentía muy extraño, me sentía diferente e indeciso, tenia miedo de que papa se haya arrepentido o algo por el estilo.
Me puse mis pantuflas y fui hasta la cocina, como cada mañana ahí estaba el.
-Hola, ¿como estas? -pregunto tomando el periódico- Te prepare el desayuno
-Hola pa.
Muchas gracias.
-me senté frente a el y espere a que soltara algo con respecto a lo que había sucedido ayer.
-Anoche me demore, tenia que terminar algunas cosa, lo siento.
-explico luego de darle un sorbo a su café- llegue y estabas dormido.
Había algo de tensión entre nosotros, era algo incomodo por que ambos queríamos hablar de "eso" pero ninguno tenia las agallas.
Finalmente papa dijo teníamos que hablar, el tono en el que lo dijo me dio un poco de miedo pero aun así me alegraba que no lo haya dejado pasar.
Papa propuso que vayamos al centro comercial caminando y en el camino podríamos hablar.
Papa estaba tan confundido como yo o mas, el decía que solo se dejo llevar y no estaba seguro de que lo que hicimos estuviese bien, le dije que a mi me había gustado, al igual que a el.
El dijo que podíamos seguir pajeandonos juntos, un tiempo "Padre e Hijo" no le hace daño a nadie.
Luego de que tomáramos un helado volvimos a casa, estaba feliz de que pudiéramos haber hablado y que todo haya estado bien, tenia algunas tareas que terminar así que fui a mi cuarto a hacerlas.
-Hijo ¿Estas ahí? -grito papa desde su cuarto.
-Si ¿Que quieres?
-¿Puedes venir? -pregunto a lo que fui corriendo lo mas rápido que pude, esperando que estuviese desnudo sobre la cama esperando a que se la chupara.
Me decepcione mucho al ver a papa con una pila de ropa en su mano.
-Ten, esto es tuyo, llévalo a tu cuarto
-Okey.
-dije un poco triste.
-¿Que paso?
-Nada.
Luego de llevar la ropa a mi cuarto, me acosté en la cama y cerré los ojos para recordar.
Recordaba cada segundo, su verga en mi boca, sus manos en mi cuerpo,, su pecho peludo.
Todo de el.
Luego de abrir los ojos note la gran erección que tenia entre mis piernas.
En ese momento se me ocurrió una idea.
-Pa, ¿me prestas tus revistas? -pregunte desde el marco de la puerta.
-Si, están debajo de mi cama.
-contesto riendo
-Gracias.
Entre a su cuarto y tome la caja de debajo de la cama, y comencé a ver una por una.
-Wow si que tienes varias, cual me recomiendas.
-Mmmm.
déjame ver.
-dijo papa acercándose a mi para tomar la caja- Esta me gusta mucho.
-Okey, confió en ti.
-dije saliendo de su habitación.
-Espera, si quieres quédate aquí.
-propuso papa.
Me di la vuelta y me senté en la cama, no me hizo falta hojear la revista puesto a la erección que levaba en ese momento, esperaba a que papa se sentara con migo y nos pajeáramos juntos pero el siguió doblando su ropa.
-¿No me vas a esperar? -pregunto papa.
-Si, si te esperare.
-conteste emocionado.
Luego de que mi padre terminara de acomodar la ropa se sentó a mi lado boca abajo y se puso a ver esas revistas, cuando volteo hacia arriba tenia un gran bulto, metió su mano por debajo de su pantalón y comenzó a masajearse, en cambio yo saque mi pene por completo y comencé a masajear mis pelotas.
Papa por fin saco su enorme verga de su pantalón, y comenzó a pajearse.
Con sus grandes manos se quito la camiseta y luego me quito la mía, me gustaba apreciar la diferencia de tamaños entre el y yo.
-¿Puedo? -pregunto papa tomando mi verga en sus manos.
Lo hacia tan bien, el conocía todos mis puntos débiles, con su otra mano comenzó a masajear mis pelotas y antes de que pudiera darme cuenta mi pene estaba en su boca, solté un gemido de placer, eso era lo mas deliciosos que había experimentado en mi vida.
Me tomo con sus grandes manos y y me giro de modo que quedamos en un 69, su verga estaba tan dura pero a la vez era muy flexible sin duda me encantaba.
Papa podía meterse mi verga en su boca por completo, sentía su campanilla con mi glande.
Mientras que yo solo pida meterme la mitad sin tener arcadas pero hacia lo mejor que podía.
El me puso boca abajo y llevo su cara a mi culo, no estaba seguro si esto me iría a gustar pero fue delicioso, sentía su barba en mis nalgas y su lengua en mi agujero, era tan excitante.
-¿Quieres probar? -pregunto papa besando mis nalgas.
Asentí con la cabeza, el tomo mi posición y yo me senté en sus muslos, puse mi cara entre sus nalgas y mientras las abría con mis manos trataba de buscar su peludo agujero con mi lengua, eso no era lo que mas me gustaba pero aun así era rico.
-Métemela.
-susurro papa.
-¿Que? -pregunte sorprendió.
-Que me la metas.
-repitió papa poniéndose boca arriba y separando sus piernas.
Me tomo de la cintura y me acerco a el, con mi glande roce su agujero y lentamente trate de meter mi pene, una vez dentro comencé a moverme, papa de vez en cuando gemía, no se si eran gemidos reales o fingidos pero me encantaban.
-Creo que me voy a correr.
-dije entrelazando sus manos con las mías.
-Espera, sacala.
-ordeno papa- ahora me toca.
Me asuste un poco al oír eso, me puse como el me dijo y espere a que me la metiera, escupió en su mano y la paso por mi agujero y por su pene, rozo mi culo y lentamente metió su glande.
No podía contener los gemidos, realmente no estaba seguro de que fuera a entrar por completo era muy grande y eso dolía mucho.
El siguió tratando de meter su verga en mi culo pero realmente era doloroso.
-Me duele.
-le dije.
-Perdón, lo siento, no quería lastimarte.
-dijo papa tirándose sobre besando mi cuello y con sus dedos rozando mi agujero que finalmente penetro con dos de sus dedos.
Papa se sentó en mis piernas y tomo nuestras vergas con su mano y comenzó a pajearnos, ambos estábamos como piedra, al cabo de unos segundos una lluvia de semen mancho todo nuestro alrededor.
-Quería acabar en tu boca.
-dije pasando mi dedo por su pecho lleno de semen y llevándolo a mi boca.
-La próxima.
-contesto lamiendo mi pubis lleno de nuestro semen.
finalmente ambos nos recostamos en la cama, estábamos exhaustos, con una remera limpiamos el resto del semen y caímos dormidos
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