LAS VACACIONES CON MI ABUELO
Mi historia comienza así: En vacaciones mis padres nos enviaban a mis hermanos a casa de mi abuelo. Yo no entendía por qué mis hermanos de 11 y 10 años, yo tengo 8 años, no querían ir, pero mis padres los obligaban..
Mi abuelo vive en el campo en medio de un bosque. Llegamos con maletas y todo lo adecuado para estar dos meses ahí. Mi abuelo se alegraba mucho cuando nos veía llegar, mis hermanos no tanto. Ese día cenamos y llegó la noche, cada quien en su habitación (debo contarles que mi abuelo enviudo hace ya 5 años).
A media noche siento unos quejidos que venían desde la habitación de mi hermano mayor me levanté y no quise abrir la puerta y sólo escuchaba: Te echaba de menos mi putita, mientras mi hermano solo se quejaba, ahí te viene tu ración mi amor; sentí un suspiro muy ahogado luego unos pasos, me fui corriendo a mi habitación. A la mañana siguiente mi hermano estaba de lo más cariñoso con mi abuelo, le ayudaba en todo. Mi hermano de 10 años sólo se limitaba a mirarlos, en algunos momentos cuchicheaban entre los dos y parecían molestos. El día paso sin mayor contratiempo.
En la noche me quedé despierto para ver si pasaba de nuevo y si pasó. Sentí que entraban a una habitación y mi hermano le decía que no, mi abuelo le decía: pero ya me olvidaste amorcito? y luego el silencio pasó a ser de quejidos de placer, mi abuelo le decía: “que apretadita estás mi putita” ohhhh que rico! Yo no entendía que sucedía.
Al día siguiente me levanté tempranísimo y paso por la habitación de mi abuelo y veo a mi hermano mayor acostado al lado de él completamente desnudo, me entró aún más la curiosidad. Esa noche me decidí a ver lo que ocurría, esta vez nadie entró a las habitaciones de mis hermanos, sentí unos pasos que iban hacia la habitación de mi abuelo; lo seguí. Mi hermano mayor no cerró bien la puerta y vi como mi abuelo lo recibía desnudo, mi hermano le chupaba su verga como profesional: te gusta abuelito? Sí mi amor! cuando mi hermano le tenía la verga durísima se sienta sobre el falo y se estira sobre él, mi abuelo lo masturbaba mientras mi hermano se movía, mi hermano estaba en otro mundo. Luego mi abuelo lo toma y lo pone en cuatro y comienza a bombear, mi hermano parecía un juguete donde lo follaba como a una mujer, estaba acabando mi abuelo en el culo de mi hermano cuando me dice: ahhhhhh ya nos descubriste; ven, acercate yo quise escapar, pero me ganó la curiosidad. Le dijo a mi hermano mayor que se fuera a su pieza que hoy dormirá conmigo. Una vez salió mi hermano de la habitación mi abuelo comenzó a besarme todo, incluso mi pequeño pito, se sentía muy rico, me hizo chuparle su falo de primeras, no era un sabor muy agradable, pero al final me gustaba. Mi abuelo me dijo que ahora era mi turno de probar ser una putita, yo me sentía caliente, me puse como mi hermano y mi abuelo rozó su falo en mi culito, le pregunté: me va a doler? Me dijo que sí, pero ya al caso nadie iba a ayudarlo. Me toma de las caderas y empuja con fuerzas y doy un grito que en mi vida lo había dado, me decía esto pasa sólo cuando tienes el culito virgen pero después ya no. Ya tenía la cabeza dentro mío, me dolía, pero esperó a que se acostumbrara y comenzó a bombear y del dolor pase a un placer increíble, me bombeó hasta que sentí un chorro caliente en mi culito recién desvirgado y mi abuelo cayó al lado mío cansado, me dijo que putita sos.
Mi abuelo ya tenía 70 años pero aún tenía lo suyo. Después de mi desvirgación, en la mesa conversamos y mi abuelo nos dijo que ahora ya no hay que esconderse de nada, si quieren de mi polla sólo pídanmela, mi hermano del medio le dijo: enserio, o sea nos cogerás cuando queramos?? Sí mi putita. Mi hermano se para, yo quiero ahora porque anoche no me culiaste! Mi abuelo lo comienza a tocar y a masturbarse le bajó los pantalones a mi hermano y lo sienta ahí mismo sobre su falo, mi hermano se veía que lo disfrutaba, cuando mi abuelo le dice ahí viene y mi hermano se movía aún más hasta que se calmaron los dos. Esas vacaciones inolvidables las tengo en mi mente. Pasamos dos meses cogiendo como unas verdaderas putitas y cada vez que íbamos allá lo repetíamos.
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