Las ventajas de tener un padre dueño de un taller
Desde que tengo memoria recuerdo ver hombres en el taller de mi padre, ahí empezó todo.
Todo empezó por el año 2012, yo era un joven recién entrando en la adolescencia (nací en el 2000) y empecé a sentir el despertar de todas mis hormonas que me hacían hacer locuras, locuras por ver a hombres desnudos.
Como mencioné en el título, mí padre tiene un taller de carpintería, en el cual tiene varios ayudantes, algunos fijos y otros que vienen por temporada.
Yo solía visitar a mí padre en el taller después de la escuela, salía del colegio a las 17:30, me quedaba con él hasta las 20 hs y luego íbamos a casa.
Todo esto pasó y empezó cuando un primo mayor (18 años) embarazó a su novia, entonces fue a pedir trabajo a mí padre y como era de suponer mí padre lo acepto y empezó a trabajar.
Paso a describir a mí primo; era el típico chico malo de barrio, dejó la escuela, se pasaba la tarde con amigos jugando fútbol y tomando. De cuerpo bastante lindo, robusto y algo marcado los abdominales y piernas, todo bien peludo. Yo, en cambio, era bastante delgado y algo alto para mi edad y con casi nada de pelo en el cuerpo.
El taller cuenta con una habitación (la cual solamente usaba mi padre o yo) una oficina y baños con ducha. Si bien el baño tenía ducha nadie se bañaba ahí, habían instalado las duchas solamente por una normativa municipal.
Un día, hacía muchísimo calor y ya cerca de las 8 mi primo le pregunta a mí papá si la ducha sirve, él le responde q sí y que me pida una toalla así se baña si quiere. Mí primo y yo vamos a la habitación y le paso la toalla y ahí nomás el se saca toda la ropa, cuando lo ví bajarse el pantalón junto con el boxer y quedar con su pene y huevos colgando quedé impactado, si bien antes ya había visto el pene de mi hermano y primos de mí edad, nunca había visto uno tan gordo y peludo. Él ni se percató, se envolvió la toalla en la cintura y fue a la ducha. Mientras él se bañaba yo miraba fijamente su ropa en el piso, quería agarrarla, olerla y frotarla por todo mi cuerpo, sentía que la sangre me ardía por dentro. En eso escucho la voz de mí padre despidiendose de los demás trabajadores y escuchaba el ruido de la ducha, me arde de valor y me tiré al piso a olfatear e inhalar fuertemente todo ese olor a macho que había en la ropa. Desde ése momento mi mirada y sentimientos por mi primo cambiaron.
Escuché que mi primo ya volvía para la habitación así que me acosté rápido en la cama y haciendome el distraido veo entrar a mí primo, se saca la toalla de la cintura y empieza a secar su cabello, todo un macho ahí sacudiendo sus bolas para un lado y otro, yo embobadisimo. Se empieza a vestir y me pregunta si voy a la cancha con él y sus hermanos, le dije que sí pero que primero voy a casa con mí papá.
Así pasaron los días y cada día que iba al taller tenía la esperanza que mi primo se diera un baño pero no pasaba. Pasaba más tiempo y yo sentía la necesidad de verlo desnudo de nuevo, necesitaba su pene, su olor. Estaba hasta molesto por sentir tantas ganas.
Hasta que un día volviendo del colegio me armé de valor, lo saludé y le dije
Yo: chu culiao tas re hediondo, anda a bañarte luego.
Él: naaa para que, si así le gusta a la minas. Y reinos a la par.
Mientras tanto, me fui a la habitación, tomé una toalla y le dije: Beto te dejó ahí la toalla (en la entrada del baño). Quedé súper nervioso e impaciente para ver si me primo por fin se daría un baño así lo vería desnudo de nuevo. Ya se acercaba la hora de salir del trabajo y nada q mi primo iba a buscar la toalla, me sentí decepcionado y estúpido por lo que hice, me daba vergüenza salir de la habitación y verle la cara a mi primo.
Estaba acostado en la cama y de repente escuchó que se abre la puerta y era mí primo que me dice: che putito tenés perfume? O sino me baño y voy a seguir hediondo. Le dije q sí, que ya lo buscó y se fue para la ducha. Me puse muy feliz, estaba tan emocionado de verlo de nuevo.
Pero el mundo se me vino abajo cuando lo veo entrar y ya tenía puesto el pantalón, venía sin remera y secándose el cabello. Le pase el perfume, se lo puso y ahí nos despedimos.
No quisiera hacer tan largo el relato así que dejo para otra ocasión la parte sexual. Espero que les guste lo que escribí hasta ahora. Es todo real, soy del norte de Argentina, actualmente tengo 23 años y muchas anécdotas que me gustaría compartir con ustedes, pero mientras tanto empezar, como quién dice, desde el comienzo 🙂
Saludos.
Que buen relato, espero la segunda parte
Extiende todo lo que quieras… Entre más detalles dés, mejor… Vas excelente!