Las visitas a casa de mi tia.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
A veces visitaba durante las tardes a mi tia con mandados que le enviaba mi mamá, mi tia crió por un tiempo a su nieto Fernandito (actualmente tiene 34 años) que se lo dejaba su hija que era madre soltera que trabajaba puertas adentro
A veces mi tia cuando estaba ocupada, me pedia de favor que le limpiara el culito a Fernandito después de que este hacia popo, era muy engreidito por mi tia por ser su único nietito por ese tiempo, todo iba normal hasta que derrepente en un día en que lo limpiaba me llamó la atención su nalguita rojita y el movimiento de su verguita cuando saltaba graciosamente al pasarle el papel por las nalguitas, por respeto me limitaba a sobarla era tan suave que me hacia parar la verga al pasarle los dedos.
Estaba con mi tia arreglando los cuartos en el piso superior de su casa de tablas y caña, Fernandito gritó que le limpiaran el culito, mi tia me pide que le ayude y bajé con el pensamiento de hacerlo mio, entré en la letrina que era con paredes de caña, techo de zinc, un entablado con un hueco en el centro rodeado de mampostería para sentarse y hacer popo, allí estaba sentado Fernandito como de costumbre con su calzoncillo a los tobillos, la verguita sobresaliendo sentada sobre la mampostería y sus bracitos rodeando la cintura, le hice levantar y parar sobre la mampostería sus piecesitos estaban húmedos de orina que mojaban las sandalias que llevaba puestas, lo puse de espaldas a mi le pasé el papel higiénico, le pasé repetidamente mi dedo medio con agua por el culo después traté de metérselo de a poquito con el agua, Fernandito seguía en su posición moviendose a los lados
Le dije que se quedara quieto, me saque la verga que ya la tenía bien alargada la acerque a la raja del culito y se la sobaba como lo hice antes con el dedo, me agradó sobarle mi verga mi gusto crecía hasta que decidí metérsela un poquitito,, en mi primer envión, sentí molestia allí fue que me regresa a ver y se me sonríe le dije que no regresara a ver para atrás y que siguiera viendo para adelante, que ya terminaba y que se dejara limpiar, realmente el contacto de mi verga con sus nalguitas era delicioso no quería dejarlo pero me di cuenta del tiempo en que estábamos encerrados y tuve que vestirlo y vestirme saliendo para evitar sospechas, esa tarde yo me quedé más tiempo de lo que normalmente lo hacia en casa de mi tia, sólo con el afán de seguir viéndo el culito bien formadito de Fernandito, me gustaba verlo de cuclillas ya que se le amoldaba la verguita, esos movimientos deliciosos de su culo al andar y su modito engreído de hablar me lo imaginé como una nenita deseosa de amor.
Esto ocurrió cuando tenia 11 años, (ahora tengo 41 años) me llegó a la mente el agrado de haber sido yo su primer culión que le pasó la verga por el culo. En una ocasión en la que mi tia estaba limpiando y fumigando la cocina me pidió que cuidara de Fernandito, me puse alegre y subimos a jugar a los cuartos de inmediato lo acosté boca abajo y le puse el calzoncillo a los tobillos me saqué la verga y se la pasé por el culito, estaba tan arrecho que mi verga virgen trataba de puntearle el culo, Fernandito movía las caderas no me decía nada le dije que se quede tranquilito, supongo que algo lo puntié porque mi verga estaba húmeda, yo creo que era el sudor de las nalgas y el hueco del culo por donde le daba verga
Fernandito gemía y expulsaba fuertemente el aire de su boca como que si estuviera cansado de recibir tanta verga de mi parte, lo tuve asi por un ratito y le dejé de hacer eso cuando escuche pasos que subían por la escalera de tabla de la casa, me vestí y lo vestí como relámpago y nos sentamos sobre el entablado a jugar canicas uni mis piernas para cubrir mi verga que estaba bien parada, mi tia se acerca con dos mangos para que los comamos, todo ese tiempo la pasabamos delicioso porque ya nos gustaba.
Fernandito ya estaba en el jardín de infantes y tenia un amiguito llamado Javier que era su vecinito que vivia al frente, se agregaba a nuestros juegos de canicas, en las que inocentemente me dejaba ganar, Mi tia salió a ver ropa de lavado a otras casas, me dejó al cargo de la casa, los tres estábamos en cuclillas, no resistí mas de ver esos culitos, me senté y me los llevé de espaldas hacia mi primero fue Javier que no me dijo nada cuando le pasé mi verga en su culo vestido y lo pasó desapercibido, luego lo agarré de espladas a mi pecho a Fernandino me senté con él con mis piernas bien abiertas rodeando sus caderas y sus piernas, me acosté de espaldas y me lo llevé a mi pecho ambos teniamos la cara hacia arriba movi mi verga, Javier se reía al mirarnos saltar nuestras caderas, lo puse a Fernandito de pecho al piso y me le monté encima allí le movi mi verga vestida en su culo, Javier seguía riéndose inocente de lo que hacíamos, perdí la vergüenza y le corri el calzoncillo dejándole ver muy descubierto las nalguitas blancas de Fernandito a continuación me bajé la ropa y le empalmé la verga trigueña en su culito, Javier miraba atento inocente de lo que era eso que le hacía a Fernandito, mi verga rozaba las nalgas y algo se hundía en el huequito de su culo, me di la vuelta y me lo puse cara a cara sobre mi pecho nuestras vergas culiaban entre si, le masajeaba las nalgas, Javier veía todo eso con atención por primera vez pero Fernandino y yo siempre lo hacíamos hasta que nos vestiamos y seguiamos jugando.
Fernandito salió al baño, nos quedamos en el cuarto Javier y yo, le propuse que hiciéramos el jueguito que vió y me dijo que si, le bajé su ropita quedando al descubierto una verguita más suave, gruesita y blanquita que la de Fernandito, lo acosté sobre el entablado y le di verga rapidito que recorría todas las nalgas su olor era delicioso, yo estaba encima de él y le preguntaba si le gustaba lo que estabamos haciendo, me respondía afirmativamente, le decía que no cuente a nadie de este juego y me volvió a responder que si, eso nos dio confianza y seguimos culiandonos, me lo ponía encima mio para que me sobe la verguita sobre mi culito, después me culió la verga, le sobé las nalgas y las piernitas., entra Fernandito y nos ve culiando, Javier lo tomó con naturalidad igual que Fernandito, le puse seguro a la puerta le bajé la ropa a Fernandito y culiamos los tres acostados de filo perfil sobre el piso de tabla, nos abrazamos, primero se puso Fernandito en medio de los dos, su verga culiaba mi verga y Javier con su verga le sobaba el culo de Fernandito, me tocó ponerme en medio de ambos, me gustó mucho poder abrazar a Javier unir las vergas culiarlas y sentir por detrás la verguita de Fernandito después le fui masajeando mi verga a cada uno por el culo quien más apretado lo tenía era Javier, otra vez me dio gusto ser el primer culión de ese culo formidable que lo puntiaba.
Cada visita que hacía a la casa de mi tia terminaba culiando en los rincones o en el traspatio o en los cuartitos de caña de la casa, afortunadamente nunca se dieron cuenta los adultos de lo que hicimos en casa de mi tia, cuando ellos cumplieron ya los 8 años, les dejé de hacer eso porque mi verga quinceañera era muy gruesa y les dolía cada vez que se las punteaba despacito y por temor y recelo a que me divulgaran, aunque una vez estuvieron a punto de hacerlo en una refriega que tuvimos, por eso me alejé más de ellos, ya por ese tiempo eran pocas las visitas que le hacía a mi tía pero me daba cuenta que Fernandito y Javier seguian culiandose entre ellos en los lugares donde antes yo los culiaba creo que esto lo siguieron haciendo hasta que ya tenían 11 o 12 años y porque fueron a diferentes colegios
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