Le comí el culo al mariconcito de mi hijo, y luego lo llevé a mi bar a trabajar de puta.
El dueño de un bar, tiene un hijo afeminado, una noche le come el culo, y lo pone a mamar, y luego lo pone a trabajar de puta en su bar..
Mi papá es dueño de un bar en el pueblo, se la pasa la mayor parte del tiempo trabajando y ocasionalmente acostándome con una que otra de las putas que trabajan en su bar.
Mientras que yo dejé de ir a la escuela al terminar el sexto grado, por lo mucho que me molestaban en la escuela, debido a mi manera de hablar, caminar, y comportarme, además de que algunos de mis compañeros de clase se la pasaban agarrándome las nalgas, y en par de veces me obligaron a mamar las vergas de varios de ellos.
Por lo que, desde esa época, por una parte, me dedicaba ayudar a mi papá a trabajar en el bar limpiando los baños, y encargarme de todos los quehaceres domésticos, de la misma manera como se encarga mi mamá,
Al principio me limitaba a barrer, limpiar, planchar, lavar, y preparar la comida, pero en ocasiones junto con mi madre, me ponía la ropa de ella, y fingía que era una chica.
Ya que mi mamá, a medida que fui creciendo, como que ella se dio cuenta de que me sentía más a gusto, usando la ropa de ella, que mi propia ropa.
Además, mi mamá en una ocasión, mi papá le dijo que ella me estaba criando muy afeminado, y mi mamá se molestó con mi papá.
Por lo que mi papá no le volvió a decir nada, sobre la manera en que me criaba, por lo que yo dejé de cortarme el cabello, y tras dejármelo bien largo, mi mamá me lo peinaba o me hacía una coleta, aun cuando mi papá estaba en casa.
Ya que, mi mamá cuando estábamos las dos a solas, me trataba como una hija, en lugar de tratarme como a un hijo, cosa que a mí papá le molestaba que ella hiciera.
Pero una lluviosa tarde, en que mi papá se había marchado a trabajar al bar, pensé tardaría en llegar, me quité toda mi ropa, y rápidamente me puse, la ropa de mi mamá, incluso hasta sus pantis y sostén, aunque me quedaban algo grandes.
Luego tomé la escoba, y me dediqué, como de costumbre a realizar la limpieza de la casa mientras que mi mamá sino estaba metida en la iglesia, se encontraba bebiendo en el bar.
Esa tarde como estaba lloviendo, cayendo truenos, y relámpagos, estaba tan concentrado en mis labores, que ni cuenta me di cuenta, de que mi papá había regresado a casa.
Lo cierto es que cuando me vio así vestido, de espalda barriendo con la ropa de mi mamá puesta, pensó que ella había regresado, pero cuando se dio cuenta de que era yo, no me dijo nada, y no me hizo comentario alguno.
Por lo que entendí que a mí papá no le importaba, ni me molestaba que yo anduviera por toda la casa así vestido, y como no me dijo nada, seguí barriendo y limpiando muy feliz, lo único que mi papá hizo, fue sentarse, a beber ron.
Desde ese día, seguí usando la ropa de mi madre, en todo momento, pasaron unos cuantos días, y una noche que estaba barriendo, vestidito con ropa de mi mamá, mientras que ella se encontraba durmiendo borracha en su habitación.
En ese momento pasé frente a mí papá, que me encontraba bebiendo, y viendo la televisión, intencionalmente me detuve dándole la espalda me incliné, para recoger la basura, mostrándole mis redondas y paradas nalguitas, apenas cubiertas con un pequeño panti.
Mi papá no dijo nada, solamente me dio una ardiente nalgada, supuestamente para que me hiciera a un lado, porque me encontraba justo en frente del televisor.
Pero un poco más tarde, mientras que seguía barriendo, y al volver a pasar cerca de mí papá, y nuevamente ponerme a recoger la basura, en lugar de darme otra nalgada, con toda su calma, me agarró las nalgas, y me dijo. “Tienes las mismas nalgas que tu madre.”
Yo me quedé quieto, únicamente sintiendo el contacto de sus manos, y dedos, acariciando mis nalgas por encima de la tela de los pantis que tenía puestos en esos momentos.
Al rato me fui a la cocina a lavar los platos, mientras que mi papá estaba sentado frente al televisor, él no dejaba de verme las nalgas, mientras que yo no podía dejar de pensar en la manera en que él me había agarrado las nalgas, y que yo me había quedado tan tranquilo, como cuando mis compañeros de la escuela me bajaban los pantalones e interiores y me las agarraban.
Así que mientras seguí lavando los platos, comencé a imaginarme que nuevamente me las agarraba, así que distraídamente poco a poco fui levantándome la bata lentamente, hasta que mis nalguitas quedaron prácticamente al aire.
Esa noche al irme a costar, me di cuenta de que mi papá me estaba viendo, como nunca antes lo había hecho, al tiempo que yo actuaba de manera bien parecida a mi mamá, cuando él le agarraba sus nalgas.
Yo procuré no dejaba de pensar en eso, pero estando en cama, de momento sentí que mi papá se asomó a la puerta de mi habitación, ya me había quitado la bata de mi mamá, y me había acostado boca abajo mostrando mi redondito culito parado.
Sin dejar de mirar mis llamativas nalgas, y sin hablar mi papá comenzó a desnudarse, mientras que yo algo asustado lo miraba, sin decir nada, pero bajándome un poco los pantis dejando mis nalgas al aire.
Al terminar de quitarse toda la ropa, se acostó a mi lado, colocándose a mis espaldas, no pasaron unos cuantos segundos, para luego abrazándome por la espalda, comenzó a decirme. “Esta noche quiero sentir tu culo.”
Al principio me quedé paralizado, sin saber que hacer, ni que decir, pero a medida que mi papá se recostaba a mi lado fue separando mis piernas.
No bien me dijo esas palabras, que comenzó a acariciar mis nalgas, y con varios de sus dedos, embadurnados con su propia saliva, mientras me los enterraba por el culo.
Sin que yo dijera nada, por lo menos al principio. así estuvo haciendo eso, por un buen rato, abrazándome, acariciando mis nalgas, besándome por el cuello, y mordisqueando mis orejas.
Cuando de momento, sacó sus dedos de entre mis apretadas nalgas, y sin más ni más comenzó a presionar su dura y caliente verga contra el apretado hueco de mi culito.
El dolor que comencé a sentir al principio fue algo brutal, tanto que hasta comencé a llorar y a pedirle que sacara su verga de mi apretado culito.
Pero lejos de hacerme caso, me apretó con más fuerza contra su cuerpo, y continué sintiendo como toda su parada verga, me fue penetrando, hasta que ya mi cuerpo, y el suyo se unieron.
Yo no podía creer que yo le estuviera haciendo eso, pero lo más raro aun fue que cuando continuó sacando y metiendo toda su verga entre mis nalgas, de inmediato había yo dejado de llorar, y gimiendo profundamente comencé a mover mis nalgas.
A medida que mi papá continuaba metiendo, y sacando toda su verga de mi apretado culito, más yo movía mis caderas, y hasta gemía profundamente pidiéndole que no se detuviera, y me diera más duro, hasta que se vino dentro de mí.
Esa primera noche mi papá me hizo su mujer, aparte de darme por el culo, cuando yo pensaba que todo se había terminado, él salió del baño tras haber orinado, y lavado su verga, colocándomela frente a mi boca, y agarrándome por mi largo cabello, me dijo. “Ahora quiero cariño que te pongas a mamar”.
En ese instante no tenía ni la menor idea de que yo le estaba hablando, pero al ver su adormilada verga, frente a mi boca, recordé lo que mis compañeros de clase me obligaban hacer, y de inmediato lo obedecí.
Por lo que, al poco rato, cuando comencé a sentir que su verga se había vuelto a poner bien dura, sacándola de mi boca, me puso bocarriba, luego me tomó por los tobillos, separó mis piernas y nuevamente me la enterró por mi culo.
Como ya creo que les dije, desde ese primer día, me convertí en su mujer, de algo que de inmediato de di cuenta, en medio de todo, fue que mi papá comenzó a verse de lo más feliz.
Por lo que en ocasiones en que él llegaba después de haber cerrado el bar, sin decirle nada lo recibía mostrándole mis paradas nalguitas, mientras que mi mamá haciéndose la desentendida se iba a dormir por lo que mi papá, me metía en la cama conmigo, y sin más ni más me penetraba, o me ponía a mamar.
Al poco tiempo le pedí que me comprase pastillas anticonceptivas, y cuando mi papá me dijo que era imposible que yo saliera preñado, riéndome le dije. “Esas son hormonas femeninas, estrógeno para ser más exacto, y sirven para que me crezcan un poco las tetas”
Ya llevaba varios meses consumiendo esas hormonas, mi padre estaba bebiendo en la sala, y al verme vestido de mujer de inmediato clavó sus ojos en mis provocativas nalgas, y en mis paradas tetitas.
Por lo que me dijo que me pusiera en cuatro patas, cosa que sin vergüenza alguna de inmediato hice, él levantó la parte inferior de la bata que él estaba usando, luego frente a mi madre, me bajo ligeramente los pantis, para sin consideración alguna me clavó toda su verga, en mí ya no tan apretado culito.
Mi mamá que no dejaba de observarnos sin decir nada, el resto es más o menos contarles lo mismo.
Por lo que poco, a poco siempre vestido de mujer, se fue dejando dar por el culo, o poniéndose a mamar la verga de la mayoría de los, chicos de la región, por lo que me llevó al bar a trabajar.
Desde ese momento hasta el día de hoy, además de atender la barra, y limpiar, ocasionalmente dejo que alguno de los clientes me dé por el culo o me pongo a mamar sus vergas, por lo que con eso me gano un buen dinero que pienso usar para ponerme unas tetas más grandes, eso si mi papá me ayuda un poco.
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