Le comí la polla a un amigo por una apuesta
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo le había visto cambiarse varias veces, la tenia grande, y no se había depilado el bosque de alrededor de la polla en su vida, a pesar de esto, su polla seguía resaltando.
Debía de medir unos 20 centímetros, pero eso era una estimación mía.
Un día cometí el error de retarlo a una carrera, yo me consideraba muy rápido, y lo soy, sin embargo, el resultó ser mas rápido que yo.
Hice una apuesta equivocada.
"Hey, a que no llegas al final del campamento antes que yo" le dije yo arrogante.
El me miró unos segundos antes de responderme con la misma arrogancia, "Antes que tu? Esto va a estar facilisimo pedazo de maricón.
No te crees ni tu que me puedes ganar.
"
Yo me reí delante de el, "De verdad te crees que vas a ganar tu, pues va, entonces te gustara esta apuesta, el más lento hará todo lo que quiera el ganador.
" yo estaba seguro de poder humillarle después, pero estaba equivocado.
Empezamos a correr, y como ya sabréis, el llego antes que yo, pero solo por segundos.
La carrera había sido larga, y los dos estábamos sudados.
El entonces me llevo a nuestra habitación de la cabaña.
"He, habías dicho que ahora tienes que hacer lo que yo te diga, esto te pasa por chulo".
Me quedé mirándole unos segundos, el acercó su boca a mi oreja y me dijo suavemente, " ponte de rodillas".
Me apretó los hombros hasta que bajé.
Le mire a la cara desde abajo, y vi como se sacaba la polla.
Me la puso justo delante de la cara, de hecho, la dejó reposar sobre mi cara.
"Fran, por favor, cualquier cosa menos esta.
"
El apartó su masivo aparato de mi cara y me jiró la cara de una bofetada.
"Ahora vas a hacer lo que yo te diga.
" rápidamente, me tiró al suelo y se sentó encima de mi pecho.
Su musculo apretado contra mis labios.
Empezó a forzarlo hacia dentro, hasta que sumergí mi cara en su bello púbico.
Era muy frondoso, y claramente no se había duchado en días, lo sabia por el sabor y por el olor.
Sabía a rallos, pero no pude evitar notarla forzarse contra la parte de atrás de mi garganta.
El entonces decidió clarificarme aquello que yo ya suponía.
"Hey, no pensaba que esto fuera a pasar pero pareze k no haberme duchado en una semana ha venido bien.
A demás, he estado sudando todos los días, lo hueles?" dijo riéndose.
No le puede contestar, pero si que lo olía, y era insoportable.
Poco a poco empezó a hundir su polla mas hondo en mi garganta, mientras me agarraba la nuca.
Literalmente me estaba follando la cara.
"Hey, creo que esto te gustará" me dijo mientras yo empezaba a notar el sabor salado del semen.
Cogió una canica enorme de su maleta y la apollaba en mi cadera sin parar de meter y sacar la polla.
Empecé a toser, no podía respirar, era tan grande que no me cabía en la boca.
La sacó para dejarme toser y después me dio la vuelta mientras yo tosía, y me metió la canica en el culo.
No era una canica normal, tenia el tamaño de su puño.
Se sentó encima de mi espalda mientras a mi me saltaban las lágrimas por la bola de cristal que yo tenia en el ano.
Enseguida me la sacó y me la puso delante de la cara, para poder olerla.
Se río unos segundos sin levantarse y después me bajó el pantalón para poder follarme el culo metió su polla rápidamente.
Yo solté un grito de dolor ese instante y el prosiguió envolver su brazo musculado alrededor de mi cara.
Noté sus bíceps forzándose contra mi cara mientras me dijo otra cosa.
"Solo te he metido media polla.
Iba a ir poco a poco pero parece que la quieres entera".
Me la metió hasta el fondo y sentí que no podía seguir con tanto dolor, pero rápidamente mi culo se acostumbró, y el compensó follandome mas rápido.
El estiró un poco el brazo y acabó poniéndome el sobaco en la cara, se notaba que había sudado y que no se había duchado, pero esa era la menor de mis preocupaciones, porque yo notaba que estaba a punto de correrse dentro de mi.
La sacó.
Me sorprendió y me jiré a ver porque, y en cuanto me jiré, vi su pollazo en mi cara.
Me abrió la boca con las manos y descargó toda su lefa dentro de mi boca, me quemaba la garganta, y no tenia pinta de parar porque la lefa seguía callendo a pesar de que se hubiera corrido ya cinco veces.
Finalmente se corrió diez veces.
Me cerró la boca con la mano y me dijo, " traga".
Acabe tosiendo y cubriéndome la cara de su semen.
Me agarró del brazo y me arrastró hasta el baño, donde me pegó dos bofetadas y me dijo, "estate aquí mañana a la misma hora.
Se fue andando a la habitación donde se cambió y me dejó tirado en el suelo cubierto de semen.
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