Le quite lo virgen a mi primito 2
Continuando los juegos con Robertito..
Continuando el relato anterior, (vayan a leerlo en mi perfil) cabe decir que esa noche a pesar de sentir que no descansé mucho, fue una noche MUY morbosa y excitante para mi y seguramente para Robertito también, me desperté un poco antes que él y pude notar la pequeña carpa que tenia bajo su trusa de niño, su pene cabe decir que era regular para un niño de 12 y esto lo sé por lo que les contaré más delante.
Decidí bajar al primer piso y me encontré a mi tía y mi papá haciendo el desayuno, mi tía me preguntó que si Robertito me había dejado dormir y tuve que mentirle diciendo que sí, pensando para mí lo putito que había resultado su hijo jaja, el día y la tarde pasaron con normalidad, mis primas en lo suyo y Robertito más cariñoso de lo normal, esa tarde salimos a pasear en bici a un parque grande que quedaba cerca de su casa, no quise tocar el tema por que no quería incomodarlo, pues sabía que yo de niño tuve también mis vivencias sexuales y se que es algo vergonzoso de hablar, ese día me quise cansar más de lo usual para volver a caer rendido y ver si volvería a pasar lo mismo del día anterior, mis papás y tíos volvieron a salir esa noche a casa de otra de mis tías, ella vive también cerca así que no había preocupación alguna.
La noche después de la ida al parque transcurrió como la anterior, jugando con mi primo con su Super Nintendo (en ese entonces los celulares no eran como los de ahora) estaba de más decir que yo estaba MEGA caliente, pero no podía pasar tanto tiempo a solas sin ser buscado por Robertito como para poder masturbarme a mi gusto. Mis tíos y papás no habían regresado, mis primas estaban en sus recámaras, vi que Robertito se paró y cerró la puerta en lo que sonaba de fondo la música del juego Mario Paint, claramente noté que puso el seguro en la puerta pero me hice el «tonto» y no dije nada, comprendí que esa noche volvería a intentar lo mismo de ayer, pero esta vez pensé que me haría el sorprendido, era sí o sí que algo haríamos.
Le dije a mi primito que me iría a acostar a la cama y descansar, evidentemente me dijo con emoción en su cara: «Sí primo, ya es tarde y yo no tengo sueño, buenas noches, ahorita me acuesto a dormir«.
Debe haber pasado una media hora en lo que el seguía jugando y yo cada vez me sentía más adormilado, de la nada escucho el juego pararse y el switch de la tele, el silencio reinaba en el cuarto y mi corazón se aceleró, sentí claramente los sonidos de sus pies acercándose a la cama. Mi verga crecía con excitación, y ahí estaba de nuevo Robertito en silencio, con su mano subiendo y bajando por encima de mi boxer, noté como se agachó y olía mi verga, yo para este punto comencé a lubricar mucho, soy alguien que lubrica demasiado, sentí como paso su dedo y vi con mis ojos entre cerrados como se chupaba el dedo índice.
Volvió a acercarse a darme un primer beso en la mejilla, luego otro más, y uno más ahora juntando sus labiecitos con los míos, ahí es cuando no me negué y le seguí el juego, su juego de niño caliente, rápidamente sentí como se alejó con una cara de susto y arrepentimiento, solo atinó a decirme: «Perdón primo, perdooón, no lo vuelvo a hacer, no le digas a mi mamá, por favor, me van a castigar, porfis primo no digas nada 🙁»
Me dio algo de pena su reacción ya que sé que solo era curiosidad de su parte, así que le contesté: «No te apures, no voy a decir nada, mejor ven y súbete a la cama conmigo» y procedí a darle un abrazo, pero en ese abrazo puse mi boca en su cuello y comencé a darle un beso, después otro y cada vez más metía mi lengua, jugando con ella en círculos, el solo comenzó a gemir y decir: «Ayyy, mmmm ayy primo, espérate, ayyy» sus pujiditos y gemidos traicionaban su evidente placer.
En eso me despegué de él, podía ver ligeramente su cara por la luz de la lámpara de calle atravesando las cortinas, estaba sonrojado y tenía una carita de excitación que no podía con ella. Le pregunté si quería seguir «jugando» y nerviosamente contestó que sí, así que lo jale y lo puse encima de mi, con sus piernas al lado de mi torso y procedí a besarlo en la boca, no fueron besos muy expertos de su parte, era muy torpe pero el hacia lo posible por cooperar, mientras tanto le pasaba las manos por su espaldita y sus piernas un poco regordetas.
Era clara la excitación que sentía por encima de su short ya que su erección pegaba en mi estómago mientras nos «besabamos«, yo a su vez tenía mi erección pegando directo y con toda la intención por encima del short directo a su anito. Le pedí que se quitara la ropa y yo hice lo mismo, los dos quedamos muy excitados con lo que veíamos, yo veía su cuerpo color leche, con su verguita apuntando al techo, sus pezones pequeños y rosados, sus gruesas piernas y su cara hermosa, su cuerpo lamíño, él veía mi verga gruesa y pulsante, dura, sus ojos clavados directo a ella, le pedí que hiciera algo muy sucio para un niño, le supliqué que se sentara en mi cara.
Vi que su reacción fue con una cara de «¡Comó?» y le dije: «Sí, así como oyes, siéntate en mi cara, vas a ver que se siente rico«, esos mismos juegos me los hizo el señor Don José cuando era un niño y sabía lo riquísimo que se sentía antes de que me penetrara.
Yo estaba acostado boca arriba con mi cabeza en la almohada, él puso sus brazos y manitas encima de la cabecera y se sentó directo en mi boca y nariz, el olor, POR DIOS, ese olor a cola y pito de niño invadió mi cara, no me lo pensé y comencé a comerle el culo y verga con mucha devoción, me alternaba entre meterle la lengua en su anito y su prepucio, mamaba sus huevitos y su verguita, después metia mi lengua lo poco que podía o mamaba su ano, se sentía todo tan suave, sin ningun rastro de vello, él gemía como loco, le tuve que tapar la boca con mi boxer y pedirle que por favor no hiciera mucho ruido, tenía miedo que nos escucharan.
No pasaron muchos minutos para cuando sentí que su anito comenzó a pulsar, sabía que estaba a nada de correrse así que rápido subí mi cabeza y recibí con mi boca lo que se sintió como cuatro disparos de algo calientito, su semen si es que así se leMmmmmm, mmmmmm uuuhhhhh, ayyyy«
Yo a la par me comencé a masturbar y largué no se cuantos chorros de leche abundante, tan fuerte que le cayeron en su espalda y nalgas, estaba más que excitado, era una vorágine de sensaciones a la vez, mis gemidos ensordecidos para evitar hacer ruido, mi primo se sacó un poco de onda, pero le dije que se acostara boca abajo y le quite el boxer de las manos, lo limpié para que no se sintiera raro de tener mi leche en su cuerpo y procedi a abrazarlo con su espalda pegada a mi estomago y lo besé levemente en su nuca y oreja.
Un rastro de semen volvió a quedar en su colita, el cual lamí para dejarlo limpio, el pobrecito se notaba muy cansado, era su primera vez haciendo algo así conmigo.
Después le pregunté que si le había gustado y con su vocecita me dijo: «No manches, sentí muy rico, me siento todo aguado jaja«, me dió mucha risa como lo dijo, me acosté a su lado y le pregunté que si ya quería dormir, su respuesta desvanecida fue un «sí, ya tengo mucho sueño», después de todo habíamos pasado una media hora o más jugando a nuestros juegos sexuales.
En el próximo relato les contaré como al tercer día de visita logré meterle la verga y hacer que se viniera mientras lo tenía ensartado.
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