Leche paterna IV
El castigo de papa.
Estaba sentado al lado de mi papa callado, el me acababa de decir que iba a ser castigado, yo pensé en que quizá me quitarías mis juguetes o si me daría mas nalgadas. Mi mirada estaba dirigida hacia abajo viendo mis rodillas. El mesero llego, dejando la cuenta, y mi papa puso los billetes que había dejado Aldape su compañero, el cual había salido casi corriendo luego de darme su leche, la cual chupe bajo la mesa.
Mesero: nene? porque tan triste?
Yo voltee a verlo y el me sonreía, tomándome de la barbilla la levanto.
Mesero: no debe estar triste, mire esta con su papi que lo quiere mucho, y acaba de comer muy rico. – luego me guiño un ojo.
Papa: quédese con el cambio, gracias.
Yo voltee a ver a mi papa y el tenia la cara mas malhumorada que de costumbre, me tomo del hombro haciéndome salir del lugar. Ya afuera caminamos sin hablar un rato por la acera. Yo veía a la gente en los locales, con bolsas, familias paseando, niños de las manos de sus papas, todos se veían felices. Luego de un rato caminando llegamos a un local al cual mi papa me dirigió para que entráramos, era una tienda de mascotas.
El local era azul con blanco, con perros y gatos dibujados, adentro olía feo, a animal y comida para animal, pero a mi me gusto ver a dos perros en una jaula que al verme movieron la cola, mas lejos se veía dos aves y en costado peces de colores en una pecera enorme. Trate de correr a ver todo pero mi papa no me soltó del hombro. Se acerco el dependiente, un señor gordo, con cara de no ser muy listo, usaba un overol de mezclilla y una camisa a cuadros.
Dependiente: dígame, en que le ayudo.
Papa: quiero un bozal para perro. -Yo me sorprendí, no teníamos perro, mi abuelo tenia uno pero no creía que mi papa le fuera a comprar algo ahí.
Dependiente: de que tamaño? que raza es?
Papa: mmm pues es no tan pequeño, digamos mediano – volteándome a ver de reojo.
Ellos acordaron el precio y mientras yo veía de lejos los peces de colores, mi papa me empujo fuera de la tienda. Caminamos otro rato en silencio, llegando a la parada del camión, donde había ya personas esperando. Había una señora sentada con dos niños los cuales jugaban con unos carritos, eso me hizo abrir los ojos.
Yo: papi mi carritos! deje mis carritos en el restaurante- dije gritando apurado.
Mi papa me vio muy enojado, su mirada me decía que me callara, luego me empujo lejos de los demás y se agacho poniéndose a mi nivel y dijo despacio.
Papa: como veo que no puedes tener la boca cerrada te voy a tener que poner esto. – y sacando el bozal que recién había comprado me lo puso sobre la boca, era color negro, de cuero sintético, olía a nuevo, cuando lo amarro tras mi cabeza yo aun no entendía que estaba pasando, estaba asustado, sorprendido, el bozal no me apretaba pero si me impedía abrir la boca. El se levanto dándome la espalda.
Voltee a ver pero nadie se percataba de mi, un niño de 4 años con un bozal de perro en la calle. Uno de los niños volteo y me vio y abrió mucho los ojos, luego vio a mi papa y se volteo rápido al frente asustado. Luego llego un camión, y mi papa me tomo de la mano y lo abordamos, el chofer no nos tomo importancia, caminamos al fondo, al pasar entre la gente algunos me veían sorprendidos, uno me apunto diciéndole a su pareja que me observara, yo sentia mucha pena por todo eso, llegamos a uno de los últimos asientos, estaba solitario esa parte, y mi papa me puso del lado de la ventana, quedando el del lado del pasillo, yo no quería que me vieran los que estaban afuera, me recargue en su brazo, deseando llegar rápido a nuestra casa, el paso su brazo izquierdo sobre mis hombros abrazándome, me sentí mas tranquilo.
El camión avanzo, mi papa veía sobre mi cabeza hacia la ventana, el aire que entraba de ese día de verano era caliente, el ruido del camión era lo único que se escuchaba desde donde estábamos, vi que papa movió su mano derecha apretándose la verga y moviendo los pies nervioso.
Papa: ya ni pude ir al baño del Restaurante por tu culpa Ramon, y falta mucho, pinche café siempre me da muchas ganas de miar.
Luego mi papa se apretó de nuevo la verga, volteando para todos lados. Mi papa me saco bajo su brazo y desanudo el bozal, yo tome aire respirando aliviado, pero antes de relajarme el puso su mano tras mi cabeza obligándome a bajarla hacia su entrepierna, con la otra mano saco su verga de su pantalón, la cual estaba flácida pero gruesa, con esos pelos alrededor que me volvían loco, con gusto me la metí a la boca, pero también recordé que estábamos en publico, en un camión y había gente que nos podían descubrir y yo sabia que eso no era bueno.
Papa: tómatela, no me vayas a mojar la ropa ni tampoco la tuya, ve despacio que yo cuido.
Yo tarde en entender lo que me decía hasta que salió el chorro de su uretra, el cual rápidamente me apresure a tomar, mi papa me estaba orinando la boca, a su hijo, su único varón en ese camión publico. Yo tomaba apresurado, cuando sentia que se me llenaba mucho mi papa paraba el chorro, dándome tiempo a tragar, luego continuaba, el camión paraba y avanzaba, en un punto subió gente pero creo que no llegaron a donde estábamos porque mi papa nunca me aviso.
Su chorro seguía y seguía, yo creí que nunca acabaría pero paro. Yo trague lo ultimo y respire agitado, luego ya recobrando la respiración saque la lengua chupando la verga de mi papa, le corrí el prepucio chupando suavemente su cabeza, mi lengua fue recorriéndola por todos lados, mordí su pellejo suavemente lo cual hizo que su verga engordara hasta tenerla muy erecta, me la metí a la boca, no me cabía pero hacia mi mayor esfuerzo, sentia que se atoraba en mi garganta y luego me hacia hacia atrás y lo volvía a intentar.
Me encontraba boca abajo mamando, con la mitad de mi cuerpo sobre mi papa y la otra en mi asiento y de pronto sentí una mano en mis nalguitas, acariciándolas, voltee hacia arriba y mi papa me veía serio, luego desvió la mirada hacia los lados, cuidando que no nos descubrieran, yo chupe viendo su cara, me parecía muy guapo, moreno, de ojos negros profundos, de cara alargada con bigote y barba de días, siempre iba de vestir y siempre olía a perfume, me sentia enamorado al verlo.
El metió su mano bajo mi short y calzoncillo acariciándome directamente las nalguitas, suave, sus manos se sentían cálidas, grandes, yo chupe con mas gusto, luego me dirigí a sus testículos y les di atención con mi lengua, eso hizo que mi papa soltara un quejido suave, yo entendí que le gustaba y empecé a babearle los huevos peludos sin parar. Entonces sentí su dedo en mi culito suavemente, dándole vueltas lo cual me hizo estremecer, y apreté los labios para no soltar un jadeo.
Voltee a ver a mi papa y el sonreía pero sin verme, su mirada era hacia el frente cuidando. Lo tome como un reto, entonces tome su verga fuerte y me la metí de una en la boca, moviendo mi lengua en circulo. El se inclino hacia delante de golpe tosiendo para simular que no estaba en extasis, luego se recobro reclinándose. Yo lo vi desde donde estaba y el sin mirarme frunció el ceño de manera retadora y chupo el dedo índice de su mano izquierda, y me lo paso por la cara para luego dirigirlo a mi culito, metiéndolo un poco. Eso me derroto, yo solté un quejido, que mi papa me tapo rápido la boca. Nos quedamos quietos un rato, el con su dedo en mi culito, solo se escuchaba el ruido del camión, yo tenia su verga en mi boca la cual mantenía inmóvil, solo de vez en cuando le daba chupones para mantenerla erecta.
Sentí que el empezó a puntearme el culito, suavemente y entendí que el peligro había pasado, entonces seguí chupando con mas ritmo su verga, chupaba la saliva que se me acumulaba, a veces me detenía pues sentia que el dedo de mi papa entraba un poco mas en mi, eso me dolía pero me acostumbraba, el viaje continuaba y yo sentia que ya tenia una parte considerable de su dedo dentro.
Luego el camión se detuvo y me levanto apurado, se subió el cierre del pantalón y me sentó en mi lugar, me pare y vi que mucha gente venia subiendo y que el camión se llenaría. Al sentarme mi papa acomodo el bozal en mi boca, yo lo vi sorprendido.
Papa: aun estas castigado, no debes abrir la boca, solo cuando yo te diga.
Yo asentí, dejando que me amarrara el bozal, me recargue en el, escondiéndome. El camión se lleno, mi papa al ver a una señora mayor acercarse me cargo recorriéndose a mi lugar y sentándome sobre su pierna izquierda, al hacerlo metió la mano que tenia tras de mi bajo mi short nuevamente, metiendo su dedo en un solo movimiento, yo bufe.
Papa: siéntese señora.
La señora de pelo canoso, nos vio agradecida pero luego vio con sorpresa que yo usaba un bozal.
Papa: es que venimos del dentista, tiene mal la mordida y le dijeron que tenia que usar esto un par de días.
La señora me vio con cara de compasión, mientras mi papa hablaba con ella, yo no ponía atención, el dedo de mi papa en mi culito me tenían loco, el lo movía suave pero constante, aprovechaba el movimiento del camión para meterlo y sacarlo. Yo sentia el cuerpo caliente, mi mente no podía razonar, mi culito se sentia lleno, el dolor era mínimo, en un momento era yo el que me movía de adelante hacia atrás metiéndome ese dedo que me tenia poseído.
Voltee a ver y el camión estaba lleno, con gente parada, vi mujeres con niños, gente con uniformes, parejas, de todo. Entonces vi a un hombre parado cerca de nosotros vestía un jeans sucio con una playera de cuadros, el me veía directamente, al topar mi mirada con el el no desvió la vista, el era moreno, con pelo corto y mirada ruda, debía tener menos de 40 años. El dedo de papa se movió en circulos dentro de mi y yo me retorcí mientras sostenía la vista de ese hombre. El sonrió levemente y me vio de arriba a abajo, luego a mi papa, escaneo todo y pareció entender lo que pasaba.
Mi papa seguía platicando con la señora mayor, yo me sentia muy caliente, mi cuerpo estaba con la piel sensible, mi papa pareció notarlo, entonces sin perder la conversación con su mano derecha libre tomo mi cuello, recargando mi cabeza en su cuerpo y pasándome sus uñas suavemente por mi piel, lo cual hizo que tuviera un espasmo, y sin dejar de mi a mi testigo a los ojos tuve un orgasmo apretando con mi culito el dedo invasor de mi papa, el cual ingreso llevándome a un estasis que de no ser por el bozal hubiese gritado de placer.
Señora: nene estas bien?
Papa: si es que le duele la quijada al pobre, ya bebe tranquilo.- y me dio un beso en el cachete muy cerca de la boca, pasando su mano derecha por mi frente limpiándome el sudor.
Yo no me recobraba aun, veía como mi acosador no dejaba de verme, tenia una sonrisa maliciosa y con la mirada y el movimiento de la cabeza me felicitaba por el orgasmo que acababa de tener, se paso la lengua por los labios sonriendo.
Papa saco el dedo de mi culito de rato, y luego de unos minutos que continuo la conversación me bajo al suelo y despidiéndose de la señora le aviso que ya habíamos llegado a nuestro destino. Camine tras de el, y al pasar cerca del señor que me observaba vi que tenia un bulto muy notorio, el me dijo adiós con la mano y yo le devolví el saludo, y bajamos del camión.
Llegamos a la casa, en esa tarde tan calurosa no había gente en la calle, así que llegamos sin testigos a la casa, pero al pasar por la casa de Don Cornelio el vecino, este se encontraba fumando fuera de su casa y al vernos pasar me vio siguiéndome con la mirada hasta que entramos en la casa.
Uhh que ganas tenia de leer esta parte y como siempre una pasada, me he pajeado como nunca leyendote.
yo desearía a ver tenido una experiencia como la tuya: espero con ganas saber mas de la historia.
Dios, me he puesto muy cachondo leyendo esta parte, se nota que le trae ganas el papa
Amo tu historia, que morbo como el papá trata a su pequeño, me encanta que hasta lo haga beber su orina 🤤
Ufff… Así es como se enseña a un muchacho desobediente… ¡EXCELENTE!