Leche paterna VII
Al cuidado de mi abuelo..
Desperté aun ensartado de mi papi, la cabeza de su verga flácida se alojaba aun en mi culito. Estábamos aun en la sala, en el sillón individual, la puerta de la entrada se había quedado abierta, solo teníamos una puerta contra mosquitos. A este hora de la mañana podía ver un par de gentes caminando para su trabajo.
Mi papa roncaba bajo de mi muy fuertemente, baje mi mano y toque mi culito con la verga de mi papa dentro, me saque la verga soltando un quejido y me pare del sillón de un salto. Me frote los ojos mientras me estiraba y vi a papa dormir con las piernas abiertas, su cuerpo musculoso y peludo muy moreno, tenia la boca abierta, su barba negra cada vez estaba mas tupida. Le toque la cara moviéndola.
Yo: papi, ya hay que levantarse.
Mi papa soltó un ronquido de respuesta y yo lo moví mas intenso hablándole, después de un rato abrió los ojos viéndome, luego se estiro haciendo un gran bostezo y se quedo en silencio entendiendo que era lunes, y que ya tenia que ir a trabajar. Volteo a ver el reloj de pared y se levanto y cargándome sobre su hombro nos fuimos rumbo al baño.
Dentro abrió la regadera y nos empezamos a bañar en silencio. Yo lo ayudaba a enjabonarse y el a mi. Tome su verga y la llene de jabón limpiándola bien. El me lavo a mi con cuidado el culo, me dolía, pero solo al tocarlo, me queje pero el lavo un poco mas y después de terminar salimos de la regadera. Afuera mi papa saco el ungüento y me lo puso en el culo, se sentia frio, así que brinque.
Papa: así déjatelo, ya no te va a doler, ahora ve a buscar que vestirte tu solo, yo arreglare el desorden y hare el desayuno.
Corrí a mi cuarto desnudo, busque en mis cajones donde sabia que estaba mi ropa, nunca escogía yo mi ropa pero debía obedecer a mi papa. Desayunamos rápido, mientras yo acababa mi papa tiraba cosas a la basura y ordenaba lo que podía, luego se termino de vestir y tomándome de la mano salimos a la calle.
Caminábamos a prisa, afuera el sol ya calentaba, había vecinos barriendo las entradas de sus casas y algunos carros, caminamos unos minutos hasta llegar a la casa de mi abuelo, la reconocí porque era un terreno grande, con animales, corrí a la puerta donde mi abuelo ya nos esperaba, lo abrace quedando a la altura de su entrepierna.
Abuelo: como estas bebe, vienes bien bañadito, ve adentro, mientras platico con tu papa.
Yo obedecí pero me quede en la entrada escuchando, mi papa hablaba muy enojado de que mi mama hacia lo que quería, que quien sabe que andaría haciendo en la fiesta y demás cosas. En eso sentí que me lamian la mano, era Canelo, el perro grande color rojizo que era el compañero de mi abuelo, yo lo acaricie sonriendo y me fui a jugar con el al patio.
Luego de un rato regreso mi abuelo, el era un hombre alto y robusto, muy moreno, con cara amable llena de vello facial entrecano, manos muy grandes y barriga algo abultada, me vio y sonrió.
Abuelo: como estas bebe? ya desayunaste?
Yo: si abuelo. – entonces corrí junto con Canelo, jugando con el.
Después de un rato de jugar con el perro, con las gallinas que tenia mi abuelo y con las plantas regrese a la casa., Mi abuelo estaba en la mesa de la cocina, la cual era grande, de madera, la cocina era rustica, con azulejos de colores y adornos de animales que mi abuela habia puesto. Yo no la recordaba, ella había muerto hace años.
Mi abuelo escribía y revolvía papeles.
Yo: que haces abuelito?
Abuelo: nada bebe, estoy haciendo cuentas y cosas de grandes. Tu cuéntame como has estado, te he extrañado mucho.
Yo lo abrace por un lado, el paso su brazo por atrás de mi, su brazo y manos eran grandes, enormes para mi, acerque mi cara a su pecho, el olía a loción, a madera, me gustaba mucho. El bajo su mano acariciándome las nalguitas sobre el short celeste que usaba. Entonces le conté que mi mejor amigo Tino iba a tener un hermanito, pero que no habían regresado, le conté que mi papa me había cuidado varios días y cosas que vi en televisión. El escuchaba muy atento sonriendo, metió la mano bajo mi short ahora acariciando mis nalguitas directamente, sus manos grandes se sentían calientes y raspaban pero me gustaba.
Abuelo: ya es hora de comer, siéntate y sirvo la comida. – diciendo esto me dio dos nalgadas suaves sacando la mano de mi short.
El se levanto y pude ver que de su pantalón de mezclilla se le veía un bulto grande, marcándose la cabeza de la verga por un lado. El usaba aparte del pantalón de mezclilla, una camisa a cuadros verde con negro, botas café y un cinturón café. Yo lo seguí con la mirada directo en su bulto mientras el se movía en la cocina sirviendo la comida. El sonrió al cruzar mi mirada y nos pusimos a comer, mientras platicábamos de las gallinas, las cuales seguían poniendo muchos huevos y de como quería comprar una chiva para hacer queso. Yo lo escuchaba comiendo muy animado.
Abuelo: oye bebe y extrañas a tu padrino?
Yo: si abuelito.
Abuelo: y que es lo que mas extrañas de el?
Yo pensé en su verga, en su leche que sabia tan rica y sonreí bajando la mirada.
Abuelo: Que bebe? extrañas chuparle la verga y comerte su lechita verdad? se ve que te gustaba mucho.
Yo asentí sonrojado. Al voltear a ver a mi abuelo el sonreía.
Abuelo: pues yo tengo mucha lechita, tu puedes ser mi becerrito y sacármela toda, yo tengo mucha.
Yo abrí los ojos emocionado, y me pase la lengua por los labios. Mi abuelo se paro y camino a mi silla, y abriéndose el cierre de su pantalón saco su verga gorda y morena, la cual estaba semierecta con mucho prepucio colgando, se veía la baba saliendo ya lubricando, me la acerco a mi cara pegándola a mi boca y tomando mi nuca acercándome.
Abuelo: abre la boquita mi becerrito, es hora de comer lechita caliente que te he guardado.
Yo obedecí y abrí la boca metiéndome su glande recorriendo el prepucio, con el cual jugué con la lengua. Pase mi lengua por toda la cabeza y me tome toda la baba que le salía.
Abuelo: eres un buen becerrito, se nota que tienes hambre, yo te alimentare bien.
Yo chupaba haciendo sonidos de succión, los cuales hacían eco en la cocina de mi abuelo. El empujo mi nuca obligándome a tragar un poco mas de su verga la cual ya estaba erecta, enorme.
Abuelo: así mi becerrito, debes chupar con ganas si quieres lechita calientita, debes ganártela.
Yo voltee a ver hacia arriba, donde mi abuelo me veía sonriendo, me guiño un ojo. Luego de un movimiento metió la mano en la abertura de su cierre y saco sus huevos gordos y colgados, eran negros y olían fuerte. El me tomo de la cabeza dirigiéndome a lamérselos.
Abuelo: así es becerrito, chupa los huevos, de aquí saldrá tu premio, agradéceles que te van a quitar el hambre.
Yo: gracias huevos, gracias por la lechita.
Abuelo: así me gusta, estos huevos aunque viejos te darán mucha lechita para que mi becerrito no pase hambre.
Yo chupaba, babeando mucho esos testículos, luego me dirigí a su verga chupando desesperado.
Abuelo: ah mi becerrito ya quiere leche, ya no aguanta el hambre, muy bien pues ya le vamos a dar de comer.
Yo: mmm chup chup chup
Abuelo: Pero vamos a ver, un buen becerrito debe estar en cuatro patas y no lleva ropa.
Dicho esto me bajo el short y ropa interior, quedando solamente con playera, y me bajo de la silla hacia al suelo haciéndome poner en cuatro patas. Todo esto sin sacarme la verga de la boca. El inclino las rodillas con las piernas como ancas de rana, quedando frente a mi sosteniéndome la cabeza llevándola hacia delante y hacia atrás, a su ritmo, yo tragaba tratando de no ahogarme, el era un poco brusco.
Abuelo: así es mi becerrito, así me gusta.
Y ahí estábamos, mi abuelo cogiéndome la boca flexionado, moviendo la cabeza a su nieto de cuatro años, mi camiseta se empezó a mojar con la saliva que se me salía de la boca.
Abuelo: ya viene la lechita, ah ah trágala toda, te la has ganado.
Yo trataba de no ahogarme, de no caerme con el movimiento, la verga de mi abuelo se empezó a hinchar, abrí los ojos y vi a mi abuelo viendo desde arriba con la lengua de fuera, indicándome con movimientos de cabeza que se le salían los mecos, los cuales atrape como pude, pero se me salía por las comisuras de la boca, su esperma era mucho, sabia fuerte, empujo mi cabeza metiéndome la verga un poco mas disparando el resto de su leche en mi garganta. Un disparo, luego otro mas.
Por fin me soltó y yo tosí escupiendo leche, mis lagrimas salían y agarre aire como pude. Tosía mucho, pero fui recuperándome, mi abuelo me tomo mi cabeza acariciándome como a un animal, yo seguía aun en cuatro patas.
Abuelo: así es mi becerrito, si llenaste? veo que tiraste de la leche que te guarde con mucho cariño. Tómatela bebe, debes ser obediente.
Voltee a ver a mi abuelo, no tenia la cara del abuelo amoroso que conocía, se veía serio y autoritario, voltee a ver el piso y vi restos de semen, realmente había eyaculado bastante. Voltee a verlo de nuevo y el asintió y bajo la mirada al piso. Entonces saque la lengua y empecé a lamer la leche del piso, tragándola, trague hasta que no quedo mas.
Abuelo: así me gusta que no desperdicie, ahora límpiame la verga, que no quede rastro.
Entonces el se sentó en la silla, haciéndola para adelante quedando en la mesa como si fuera a comer. Yo gatee hacia el y me metí su verga flácida en la boca y suavemente me puse a quitarle los restos de semen.
Chupe sin prisa, su verga me gustaba mucho, era gorda y peluda, y daba mucha leche, de la cual ya era adicto. Mi abuelo entonces se paro quitándome la verga de la boca y fue por los recibos y papeles que vi revisando antes.
Abuelo: deja seguir haciendo cuentas bebe, tu sigue si quieres.
Yo seguí, jugaba con su prepucio, el cual sobresalía, me gustaba morderlo suavemente, chupaba su cabeza y su uretra. Escuchaba como mi abuelo movía papeles y escribía, también hablaba contando en voz alta. Me ignoraba, a mi su nieto, el cual seguía manándole la verga gorda bajo la mesa de la cocina.
De pronto sentí una lengua lamiendo mis nalguitas y voltee asustado, era Canelo, el perro pelirrojo de mi abuelo, el cual empezó a olfatearme y lamer.
Yo: abuelo…
Mi abuelo vio bajo la mesa y sonrió.
Abuelo: déjalo bebe, es Canelo, es un perro muy obediente, su lengua se siente muy bien, tu déjate, el sabe que hacer.
Yo voltee a ver a Canelo, el cual olfateaba mi culo, entonces saco su lengua lamiéndolo, yo me retorcí de placer al sentirla, entonces empezó a chupar rápido, sin piedad.
Yo: ah ah abuelito.
Abuelo: jaja te dije, ese perro esta bien entrenado, es mi mejor aliado para la soledad, le gusta mucho lamer culo y comerse la leche directa de la verga.
Yo escuche asombrado, nunca hubiera pensado que Canelo, el perro mas alegre y juguetón complaciera a mi abuelo, su lengua me estaba volviendo loco. Mi abuelo tomo su verga indicándome que siguiera mamando lo cual hice, a pesar de estar en extasis con las lamidas de culo del Canelo.
Mi abuelo retomo sus cuentas, mientras yo seguía bajo la mesa de la cocina mamandole la verga con su perro lamiendo mi culito. Ya no podía mas, el perro lamia con ganas, apreté la verga de mi abuelo con la boca mientras tuve un orgasmo intenso sintiendo la lengua del Canelo sin parar un solo momento. Todo me dio vueltas y grite cayendo al suelo boca abajo.
El Canelo camino sobre mi dirigiéndose a la verga de mi abuelo lamiéndola. Mi abuelo lo acaricio.
Abuelo: que buen perrito Canelo, mi complaciente perrito, quieres lechita verdad?
En respuesta el perro siguió lamiendo, yo veía todo bajo la mesa, entonces mi abuelo se reclino en la silla desde donde podía verle la cara y sonriendo me indico que me acercara.
Yo obedecí y mi abuelo movió al perro hacia abajo para que le chupara los huevos gordos, entonces me tomo de la cabeza poniéndome frente a su verga y se la empezó a jalar. Luego de tres movimientos soltó la leche la cual fue a caer a mi cara, se sentia caliente, me lleno la boca, la nariz, los ojos los cuales alcance a cerrar y hasta la frente.
Luego sentí una lengua, la cual iba por toda mi cara de arriba a abajo, era Canelo, el cual peleaba su premio, la leche de mi abuelo, yo me deje, y cuando pude abrir los ojos, mi abuelo me sonreía. Cuando el Canelo termino conmigo fue a la verga de mi abuelo buscando restos.
Abuelo: ya no te dejaron nada becerrito, el Canelo es muy voraz jaja.
Yo sonreí. Mi abuelo me ayudo a pararme saliendo de la mesa, y me acaricio las nalguitas punteándome el culo con su dedo índice, el cual fue metiendo.
Abuelo: bebe ya te entra el dedo, ya te la metieron?
Yo baje la mirada apenado, recordé la noche anterior donde mi papa me había cogido en el sillón, durmiendo toda la noche ensartado por su verga. Pero antes de poder responder sonó el teléfono. Mi abuelo contesto con su dedo en mi culo. Era mi madre, ya había llegado al pueblo y pasaría por mi en minutos. Mi abuelo colgó y saco el dedo del culo.
Abuelo: te salvo la campana.
Telegram: Rojito03
Qué rico relato. Se siguen sumando participantes y el nene disfrutando a cada rato.
comos igue
Como sigue?
Me encanta esta historia de verdad y siempre me hago una paja impresionante, gracias a ella.
Como sigue? Me encanta esta historia.
Uff, esta historia me pone a 1000, espero que nunca te cansas de escribirla.
Que rico sumar al perro
Uffff… Quiero que Canelo lo monte y lo abotone… Sería genial…