Lectura de culo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La gente me llama “Cobo”, tengo diesiocho y vivo en una comunidad muy pequeña.
En mi comunidad tenemos nuestras propias costumbres y hasta nuestro propio idioma.
Mi tia vende perfumes para el amor o la buena suerte, tambien hecha las cartas, le llama “lectura de cartas”, tambien lee la mano a veces.
Yo nunca he creido en las lecturas, pero me es común, siempre la he visto haciendo eso.
Lo que nunca imagine es que alguien me haría una lectura y le atinara tan exacto.
Creo que el no intentaba hacerme una lectura pero para mi que fue como eso.
Fue el papa de una chica Francesa que conoci en un pueblo.
Se que suena como de broma, pero es lo que voy a contar.
Voy a contar como lo conocí, que es lo que me leyo, y cual fue exactamente mi historia.
Asi que es como va:
Desde que era chico canto y bailo musica de mi comunidad, incluso me gano propinas cantando en pueblos de la costa a donde van los turistas.
El otro dia me habló una chica Francesa despues de que me vieron cantar ella y su papá. Era agradable y simpatica.
Su papá me sonrio y confio en dejarme andar un ratito con su hija.
No es común que un turista deje que su hija dar la vuelta con un cantor ambulante. Regresamos a su hotel antes de que se hiciera noche.
La chava y yo pudimos platicar porque yo hablo algo de ingles y ella tambien.
Cuando su papa nos vió en recepción le dio un beso y ella subió a su cuarto. Quedamos en vernos para la mañana siguiente.
Entonces el papa de esta chica puso su mano sobre mi hombro y me dijo, “quieres acompañarme?, te invito un refresco, no te invito licor porque eres menor pero yo si quiero tomare una copa.
No es que tuviese ganas de licor pero la afirmación me ofendió y le enseñe mi credencial para votar. Hace cinco meses que cumpli los diesiocho años.
Creo que me sentí mas a gusto con el que con su hija porque lo que decía me asombraba, pero yo no lo demostraba, de por si no me gusta que se me note cuando algo me asombra..
Dijo que no me veo muy diferente de muchos chicos de mi raza que hay en su pais. Pero que ninguno de ellos le aceptaría una copa.
Poco a poco nos hicimos mas confianza y me dijo que quería llevarme a la cama, que si yo aceptaría.
Yo en ese momento vi mi imagen en el vidrio del vaso y luego lo vi a el y le dije que estaba bien.
Pago la habitación en otro hotel. Creo que le costò algo caro.
Despues de que le dijeron las llaves le dijeron que yo no podia subir con el porque yo era menor.
Otra vez tuve que enseñar mi credencial. El de recepción me vió con desprecio.
No se si me vio asi por discriminación a gente de mi comunidad o porque yo me metía con un tío mayor. A lo mejor por las dos cosas.
Despues de que hicimos sexo me dijo que estaba seguro de que yo necesitaba hablar con alguien, y que podia hablar con el si yo queria hacerlo.
Le pregunte porque, el dijo que simplemente el pensaba que yo necesitaba alguien con quien hablar.
Me reí y pregunte de que cosa querría hablar con el, no se me ocurría nada.
El dijo, yo trato con gente joven. En algunas ocaciones asi, como estamos tu y yo ahora, y cuando se da una de esas ocaciones sus cuerpos hablan conmigo.
Otra vez me reí y le dije. “entonces nada mas porque me cojió mi cuerpo habló con usted?”
El dijo, “tal como lo dices”
El dijo, “cuando estoy con un chico su cuerpo me dice que es feliz, o que esta conmigo por interes o por gusto, que tiene otra cita, que esta triste o contento, sus cuerpos me dicen todo”.
Le dije, “y mi cuerpo que le dijo?”.
Y ese señor me dijo, “lo que te ha pasado, lo se, lo supe cuando te estaba penetrando”.-
Le pregunte que era lo que supo y dijo, “parecía como si dejaras que alguien abusara de ti”.
Me quede pensando y pensando en como adivino o si era alguna clase de mago.
Como si pudiese leer en mi culo como cuando mi tía les hecha las cartas y les adivina.
Le dije, “usted que trabajo hace, es Doctor o algo así”.
El dijo, “no importa, quieres contarme?”
Le dije, "para que se quiere aburrir?”.
Y el dijo, “ya eres buen amigo de mi hija, y ahora eres un buen amigo mio, y cuando me dejaste usar tu cuerpo nos convertimos en intimos”.
Le dije, “intimos?”. Y me dijo, “vamos cuenta”
Entonces le conte todo.
Desde que hable con el me siento bien, como si me hubiese quitado un peso de encima.
Cuando me despedi me abrazo y me dio su dirección por si alguna vez quisiese ir a Francia. Pero a mi ya no me gusta viajar.
Despues regrese a reunirme con mis amigos y ya no cumpli mi cita con la hija de ese señor que me cojió. Se me hacia raro volverla a ver despues de eso.
Esto es lo que le relate;
Antes hiba a los pueblos solo
Pero ya no voy solo, ahora voy con mis amigos que tambien cantan y siento ansiedad cuando el pueblo al que vamos queda muy lejos.
Hace un mes que regrese de una ciudad a la que me fuí y que esta al norte muy lejos de aqui, y desde entonces ya no he vuelto a viajar solo.
Es que en esa ciudad fui violado, y abusado sexualmente por dos meses, sin que yo pudiese hacer nada para impedirlo.
Yo ni siquiera había hecho sexo con nadie. Mucho menos con un hombre.
Ahora, lo he hecho con hombres maduros unas pocas veces. Creo que lo hago para probarme a mi mismo.
No se si busco la sensación a proposito, pero tampoco se que sensación busco exactamente, si es en mi cuerpo o en mis emociones.
En esa ciudad al norte la gente habla solamente Ingles.
Despues de que llegue creí que podría ganar propinas pero nunca me dejaron cantar dos veces seguidas en el mismo lugar.
Conocí a un gringo que me vió cantando, primero puso una propina y despues me dijo que me podría dar trabajo.
No era nada relacionado con cantar, era una floreria.
El gringo era grandote y gordo, y era el unico blanco en ese negocio porque ahí trabajaban dos chicas de color negro, y la dueña, que tambien era de color.
La dueña era la que me pagaba, pero poquito teniendo en cuenta lo caro que costaba todo. El gringo gordo era solo un empleado, el que hacía los arreglos.
Lo bueno de ese trabajo era que no tenía que gastar en comida ni hospedaje.
Me quedaba a dormir en la bodega que estaba arriba. La casa tenía tambien un sotano que era almacen y taller.
La floreria quedaba a nivel del la calle, una calle algo solitaria.
De hecho la ciudad era un poco gris y solitaria y hacia mucho frio. Un frio que es seco que con nada se quita, y el sol no calienta.
Lo mas frio de todo era el sotano de esa casa, y en ese sotano es donde tuve por dos meses la peor experiencia que puedo contar.
A veces sueño con ese sotano, y cuando sueño con eso me da frio y despierto.
Casi todos los pedidos eran por telefono, yo me encargaba de ayudar al gringo que era el que hacia los arreglos, ademas de limpiar y ordenar la tienda.
Me veían raro porque ahí solo había tres mujeres negras y el gringo guero.
Soy blanco, quiza un tantito cafe y mi cabello y mis ojos son negros, asi somos todos en mi comunidad.
Soy muy delgado comparado con todos los que vi en esa ciudad y por añadidura mas bajito que la mayoria.
Ademas con el desabrido sol de esa ciudad me puse blanco palido. Si vale mi descripción de que soy un tantito café, ahí se me quito todo el color.
Una vez una de las chicas negras me dijo, “Cobo tu pareces como una foto en blanco y negro y lo unico con color es tu ropa”.
No deje de quejarme del frio hasta que el gringo me llevo a una tienda a comprarme una chamarra.
Nunca me quitaba mi chamarra casi ni para dormir.
La verdad, aunque me pagaban menos de lo que le pagaban a nadie a mi se me hacía bastante.
La patrona me dijo que yo le agradaba y si me quedaba mas de dos meses me pagaria mas.
El problema empezo por causa del mismo gringo que me llevó a trabajar a la floreria.
La segunda semana despues de que llegue el gringo gordo llego mas temprano que los demas y me llamo para que bajara a ayudar.
Todavia se veía obscurito y hacia mucho frio.
Bajamos al sotano para traer cosas que necesitaba cuando me agarro y me dijo, “quiero que vengas aca”.
Me jalo hasta unas cajas que estaban abiertas y dijo, “aqui falta mercancia, la que te has estado robando en las noches”.
Lo unico que dije fue, “yo no fui”.
Me dijo, “no te voy a reportar pero vas a hacer algo por mi”.
Trate de separarlo con mis brazos pero lo que hizo fue quitarme mi chamarra, voltearme, bajarme el pantalón y empujarme sobre el respaldo de una silla.
Su mano estaba aplastandome sobre la Madera de la silla. Me bajo los calzónes y me cojio.
La cojida fue una sensación horrible pero mas aún por el frio que hacía en el sotano y yo semi encuerado y sin mi chamarra.
Me cojio mas de veinte minutos porque escuche la campanita del reloj.
Cuando al fin termino yo estaba temblando, lo primerito que hice fue subirme el pantalon y ponerme mi chamarra.
Fue la primera experiencia sexual de mi vida..
Queria insultarlo pero las groserias no me salian porque mis dientes chocaban al mismo ritmo que temblaba todo mi cuerpo.
Me dijo en ingles, “no te gusto?”. Y dije, “No”. Despues el dijo, “pues acostumbrate”.
El resto del día trabaje pero lo ignore cuanto pude. Las chavas se daban cuenta de que no le hablaba.
Al dia siguiente llegó temprano otra vez y me sono el timbre para que bajara, lo ignore y no baje.
Hice mal porque el subió, tenía llave, asi que me agarro y me puso otra Mega cojida.
Esta vez si me tuvo encuerado del todo y mis piernas las me las alzo, mis pies quedaron apuntando para arriba.
Su pene entro mas que la otra vez y quede adolorido todo el dia, mucho mas que el dia anterior.
La siguiente semana volvió a llegar temprano y sono el timbre para que bajara.
Sabía que me hiba a cojer otra vez. Pensaba si atrancar la puerta o mejor bajar antes de que el se decidiera a subir.
Tambien pensaba si le podría decir a una de las chavas lo que me estaba pasando y quiza ella pudiese decirle a la patrona.
Yo no tenía seguridad de que la patrona me creería si yo solo se lo decía directamente.
Las chavas negras ya se habían hecho mis amigas, pero era dificil decirle a una chava eso, me parecía humillante.
Pense que era mejor bajar porque si el subía la cojida podría ser peor.
Pero decidí que no volveria a suceder, esta vez me defenderia con todo.
La pense mucho pero baje y lo encontre en las escaleras ya subiendo.
Bajamos juntos al sotano y me dijo, “ya sabes lo que tienes que hacer, bajate los pantalones”.
Le dije, “no me los vas a hacer otra vez, no me voy a bajar los pantalones ni voy a dejar que tu lo hagas”.
Coji un palo que estaba ahí y amenazé con defenderme, a pesar de que el era mucho mas grande y fuerte que yo.
Me dijo, “entonce voy a reportar lo que te haz robado”.
Le dije, “yo no he robado nada”.
Dijo, “nadie va a creer que no fuiste tu”.
Me quede pensando que era verdad nadie me creeria, y no estaba seguro de que pasaría si me reportaba.
Dijo, “vas a darme las nalgas cada vez que te lo diga y consuelate porque puedes seguir recibiendo tu salario como siempre.
No me dio mas tiempo para pensarlo, me volvió a bajar el pantaloon y ponerme sobre la silla y yo ya no me defendí.
Asi pasaron dos meses, el llamandome cuando quería en las mañanas y yo empinandome en el respaldo de esa silla en ese sotano tan frio.
Cada vez que bajabamos mis dientes empezaban a castañear y no sabía si era por el frio o porque sabía lo que hiba a hacerme.
Si pudiese describir con alguna imagen lo que sentía era como si a pesar del frio de aquel lugar tuviese que aceptar una ducha de agua helada en las mañanas. Como si fuese una tortura.
Ya no discutiamos nada, ya me había resignado a que las cosas eran asi.
Yo bajaba cuando el sonaba el timbre, me desabrochaba el pantalón, me desabrochaba la ropa y dejaba que me lo hiciera. Ya ni me dolía tanto y ya ni me quejaba, solo cuando el hacía algun movimiento raro que me dolíera.
Terminaba, me arreglaba mi ropa y seguía el dia normal. Pero yo ya no sentía ninguna felicidad de estar ganando mi dinero.
Al final lo que sucedió fue que un dia, exactamente cuando yo estaba empinado sobre la silla y la verga de ese gringo gordo me estaba entrando y saliendo una y otra vez en mi culo escuche un rechinido leve en la escalera.
Vi los zapatos de una de las chicas negras que trabajaba en la tienda.
Ella estaba mirando lo que el gringo me hacia.
Despues, durante el día no me dijo nada pero parecía que ya le habia comentando a la otra chica y a la patrona.
La patrona hablo conmigo afuera de la tienda y me dijo, “ya sabemos lo que estas haciendo con Rod en las mañanas y no estoy de acuerdo, tu eres muy joven”.
Yo no dije nada, solo me quede escuchando.
Luego me dijo, mira, lo mejor es que te regreses a tu casa y no nos compliquemos, y me dio dinero extra.
Yo tome el dinero y dije, “bueno”.
La chica que nos vio se despidió y me preguntó desde cuando me gustaban los hombres.
Yo la mire y le dije, “no me gustan los hombres, Rod me obligo”.
Asi que de todos modos perdi mi trabajo y regrese a mi comunidad.
Como podria confiarle a nadie en la comunidad que un hombre me estuvo cojiendo.
Hace dos dias recibí una carta de la chica que espió.
Lo que decía es que le dijo a la patrona lo que yo le comente cuando ella se despidió de mi y la patrona lo corrio de inmediato, despidió al gringo gordo que abusaba de mi, y la chica me escribe que puedo regresar si quiero.
Tambien decía que yo le gustaba pero nunca me lo dijo porque me veía muy chico.
Tambien escribió que nunca se imaginó que vería como se cojen a un muchacho, pero que cuando lo recuerda siente que quisera estar conmigo.
Yo no entiendo como puede ella sentir eso por mi despues de haber visto como me violaban.
Se supone que un hombre debe ser visto por su fuerza no por su debilidad.
Asi que no le he respondído y había guardado mi secreto hasta ahora que le conte al papa de mi amiga Francesa.
Creo que hasta ahora que conocí a el papa de esa chica he sentido un poco mas la alegría otra vez. Tal vez tan solo porque le conte todo lo que me pasó y nunca le había contado a nadie.
Hasta hace unos dias hacía como si nunca hubiese pasado nada de lo que estoy contando, aunque no fue hace mucho.
Cuando le conté me preguntò. “le dijiste a esa chica que a ti no te gustan los hombres, entonces porque estas aqui conmigo”.
Yo me alce de hombros y le dije, “a veces acepto, pero con usted acepté porque me sonrio”.
El dijo, “no te gustan los hombres pero te gustó como te sonreí”.
Le dije, “si”.
El me preguntó, “como te sientes ahora?”.
Y le dije, “bien. me siento bien”.
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