LIBERTAD CONDICIONAL
Parte Diez (Final Primera Temporada).
Décima Parte
(Traducción del inglés)
Han pasado ya siete años desde la vez que celebramos el cumpleaños y prácticamente vuelta a la vida de Jacobo… Jajajaja aún cuando no murió en el accidente, pero nos asustó enormemente. Especialmente a mi padre Dylan.
Aún recuerdo lo destrozado que estaba cuando supo de la explosión de aquel avión donde pensaba que había perdido la vida su amado esposo. Por mi parte yo extrañaría el excelente sexo que tuvimos desde el momento en que nos conocimos, literalmente me hizo sentir lo que era tener una buena sesión de sexo… Ufffff… Sí, tendría motivos para extrañar a Jacobo.
Ya hace unos años recibí mi título en Letras en la universidad de Louisiana, hice mi maestría en Publicidad y Marketing y dejé el doctorado (Gerencia de Negocios) en pausa para venirme a Austin.
Mi relación con aquella novia que tuve se terminó, porque cuando volví de Austin después de las vacaciones de verano, ella tenía dos meses de embarazo, y evidentemente no era mío. Aún cuando ella me pidió y me rogó que no terminara con ella, que nos casáramos y formáramos una familia, yo le dije que no iba a poder confiar en ella. Al final aceptó y quedamos como buenos amigos. Después del nacimiento supe que era hijo de un profesor de la universidad, casado y con el menor de los hijos de su matrimonio aproximadamente unos tres años mayor que yo. Ella quedó como madre soltera, pero con trabajo y sacrificio logró graduarse.
Las cosas han sido un poco extrañas, actualmente tengo 29 años, papá y Jacobo son unos caballeros de 50 años, pero nadie les cree la edad que tienen de lo atractivos que son.
Hemos estado viviendo los tres bajo el mismo techo, y la convivencia ha sido un poco complicada. ¿Por qué? Sencillo, a Jacobo no le gusta compartir. No se opone a que estemos él y yo, sexualmente hablando, pero se molesta cada vez que me les quiero unir en un trío. Por otro lado, disfruta vernos a mi papá y a mi teniendo sexo. ¿Loco? Si… Pero es como disfrutamos. A él le gusta ver a «sus dos cabezas de jengibre» teniendo sexo.
Ya se acerca el aniversario de bodas de Kate y James, treinta años de matrimonio. Ellos se mantienen igual, una pareja hermosa, ella sabe lo que tiene de marido, y debo confesar que yo también he disfrutado de ese cuerpo como he querido, sé que no soy el único, sobre todo de la Gran Anaconda Texana que duerme entre sus piernas jajajaja…
Pero eso no es relevante para mi tía, no es fácil disfrutar del monstruo de verga que tiene su esposo y como ella misma dice abiertamente: «Mientras él consiga cómo estar plenamente satisfecho en lo sexual, podemos tener un matrimonio feliz». Creo que ese es un concepto bastante avanzado para mi entendimiento… Yo como que en verdad soy como dijo una profesora: Un alma vieja y conservadora envuelta en un cuerpo joven y proclive al pecado… Jajajaja.
Hace un año tuve que ir a Hamden, donde me hicieron una entrevista de empleo, ahí conocí a un señor bastante guapo, William North. Bill, como le gusta que le llamen era quien me iba a entrevistar. Estaban buscando un editor para una revista.
Según, yo calificaba para el perfil. Cuando llegué al lugar de la entrevista ahí estaba él, un hombre alto, piel blanca, cabello negro, liso, corpulento, cargaba unos lentes de montura de pasta que le daban un cierto aire a Clark Kent.
Sus ojos… Wow… Jamás había visto unos ojos como esos, quedé impactado, de un gris muy claro, casi blancos, donde era imposible obviar sus pupilas, con el borde del iris casi negro. Le daban un aire gótico, como de muchacho malo… Jajajaja… Bueno, un señor ya en sus sesenta, pero su imagen gritaba peligro, y eso me gustó. Además, parecía como si todas las pestañas que iban a tener los niños contemporáneos con él, se las hubieran puesto a él, un bosque de pestañas.
Chaqueta de piel negra, jeans azul pálido ajustados, y de qué manera Dios mío. Casi que se marcaba cada poro de su piel bajo la gruesa tela del jean. Camisa azul rey con tres botones desabrochados dejando ver un pecho hirsuto a mas no poder, y se veía que también se le daba el entrenamiento en gimnasio, porque ese pecho no se desarrolla solo con genética.
Me llamó la atención que llevaba botas tipo militar, de color negro, por fuera del pantalón.
Bajo la línea del pecho noté una cierta barriga, no exagerada, pero ahí estaba, al erguirse por completo, quedaba disimulada, que se veía dura y me estaba imaginando lo peluda que podía ser.
Pero mi mayor impresión fue al ver debajo de su cinturón, no, no fue su mandíbula cuadrada, con una barba perfectamente mantenida, no fueron sus hombros anchos y fuertes, no fueron sus brazos que parecían querer reventar la piel de esa chaqueta de piel tipo blazer, no eran sus botas negras de militar, ni sus ojos, no…
Tampoco sus muslos, donde podía ver casi que cada pelo de sus piernas de lo ajustado que le quedaba ese pantalón, sin dejar de mencionar lo gruesos que son, ni sus pantorrillas.
En ese momento, viéndolo de pie, cuando se acercó a saludarme, extendiendo su gran mano con las cutículas perfectas, al igual que sus uñas y la sensación sedosa de su palma, además de una sonrisa capaz de derretir un glaciar por tener los dientes perfectos y unos hoyuelos de aún bajo la barba se marcaban, no, no fue eso, ni el aroma de su perfume que más que eso podía considerarse un arma de seducción, cada una de esas notas y acentos aromáticos se clavaron en mi memoria olfativa, pero no, no fue eso, tampoco su estatura de dos metros.
Ni esa voz que parecía moverse sin dificultades en las notas más graves que podría sonar un contrabajo, emitiendo una voz profunda, aterciopelada, hipnótica, con un hablar lento, pausado, que te obliga a prestar atención, a no interrumpir su discurso, y sientes que va apoderándose de ti, de tu voluntad.
Yo me sentí indefenso ante él, todo me temblaba, no recordaba ninguna de las recomendaciones que me había hecho papá, estaba ante este macho alfa y quería ser suyo… Pero eso no fue lo que me impactó. No.
Lo que me impactó fue ver su entrepierna, si James se acomodara la verga de un modo como la mayoría de los hombres hacemos, el bulto de James sería la mitad de este. Jesús… Es imposible que alguien tenga una verga tan descomunal, cuando se sentó delante de mí, movió las piernas como con un movimiento de tijeras y vi el bulto. Parecía como si ahí estuviera metida una pelota de softball.
Él se dio cuenta, obviamente se dio cuenta, porque me hizo señas con sus dedos mientras hablaba dirigiendo mi mirada desde su entrepierna hasta sus ojos, esbozando una sonrisa pícara, si pudiera leer la mente diría que él estaba pensando: Tengo culo nuevo disponible. Y no estaría equivocado. Yo quería lanzarme encima de él, arrancarle la ropa, incluso, tuve una visión de cómo sería la escena, estilo de aquella abogada que se imaginaba un bebé en pañales bailando.
Nosotros estábamos separados por una mesa de tope de vidrio yo me veía usando esa mesa como trampolín, y con el impulso necesario llegaba hasta su sillón, donde caía a horcajadas, desgarraba su camisa, me encontraba con ese pecho peludo, cubierto por vellos negros y comenzaba a lamerlo, lamía su cuello, su quijada cuadrada, luego bajaba casi que felinamente por su abdomen velludo y arrancaba su pantalón como si el de un desnudista se tratara descubriendo un slip de cuero negro, el cual tenía un cierre de un lado, lo deslicé y descubrí una enorme verga, que en reposo debía medir unos veinte centímetros, comencé a darle una mamada, postrado de rodillas ante él, el sacó un habano y comenzó a fumarlo mientras yo mamaba desesperado, cuando noté que ese monstruo crecía hasta llegar casi hasta su pecho y me estaba costando un mundo meter eso en mi garganta escuché que Bill me decía:
Robert… Robert… ¿Te sientes bien?
Cuando volví en mí, estaba todo empapado de sudor y con una erección que hasta me dolía.
Estábamos hablando de tu contratación, y de pronto como que te desconectaste y comenzaste a tocarte, sudar y gemir. ¿Quieres que te llame una ambulancia?
Que vergüenza… Bill había visto lo caliente que me había puesto. No, no hace falta… Le respondí.
Él sonrió y fue a buscar agua para darme.
Cuéntame, me dijo cuando me entregaba el agua. Donde vi que había vaciado un sobre de suero granulado. Cuéntame con toda confianza, estamos entre adultos, y quiero saber qué sucede en esa cabeza tuya.
¿Siempre tienes suero granulado en tu oficina?
Sí, ya debo comprar más, lo suelo beber cada vez que llego con resaca a trabajar. Soy un hombre muy solicitado en eventos y fiestas. Pero no me desvíes el tema. ¿Qué pasó?
¿Le digo la verdad? ¿Será que me saca con los de seguridad por ser pervertido? Bueno… Me pongo en manos de Dios.
Realmente estaba prestando atención a lo que me decías, le dije. Pero paralelamente estaba imaginando una escena sexual entre tu y yo. Esto último lo dije bajando la mirada avergonzado.
Jajajaja… Tranquilo, no hay problema, ¿te gustaría tener una sección en la revista donde puedas desarrollar esa imaginación?
¿Es una broma?
No, hablo en serio. Y con respecto a eso que imaginaste, ¿por qué no vamos a cenar esta noche y vemos a ver qué tal lo pasamos? Eres un hombre joven, muy atractivo, yo no soy ni heterosexual, ni bisexual, ni homosexual. ¿He tenido sexo con mujeres? Sí. ¿Tengo hijos? Sí, uno, vive en París, con su madre. Y creo que podrían llegar incluso a gustarse, él tiene tu misma edad. ¿He tenido sexo con hombres? Sí. ¿He tenido sexo tanto con hombres como con mujeres a la vez, tríos con mujeres, tríos con hombres, participado en fiestas que terminan en orgías haciendo de todo lo que te pueda imaginar? Claro que sí. Pero mis actividades sexuales no me definen. Al igual que ser el dueño de esta compañía, ni las propiedades que tengo. Yo vengo de Chicago, nací y me crié en una zona pobre, papá era obrero de construcción y mamá ama de casa. Pero eso es tema para la cena. ¿Te parece si te paso buscando a eso de las 19h00? ¿En qué hotel te estás alojando?
Ehhhh… Aún no me he registrado en ningún hotel.
Perfecto, toma esta tarjeta, llama y di que vas de parte mía. Es una posada, pequeña, pero vas a tener cama y desayuno. Es lo importante. Y no es caro. Te paso buscando por ahí entonces en… Tres horas… Dijo sonriendo. No vas a quedarte contemplando el techo un viernes en la noche… Un joven como tu debe querer divertirse.
Está bien. Me parece excelente.
Bueno, ve, la cena es en mi apartamento, no necesitas traje formal. Una camisa y unos jeans bastarán.
Perfecto, de eso tengo. Dije sonriendo.
Salí de su oficina, tomé el elevador, llegué a planta baja, me entregaron mi equipaje que lo habían guardado en un depósito por medidas de seguridad, y llamé a la posada, estaban a pocas cuadras, rumbo al este.
Llegué caminando y al tocar la puerta abrió una señora.
Oh… Cariño, tú debes ser el pequeño Robert, siiiiii Roooobert… Billy me habló de tí, jijiji… Eres lindo, pareces un ángel, siiiii… Hermoso… Un ángel, ven cariño, deja que te lleve a la habitación, ¿sabías que esta casa ha estado en mi familia por seis generaciones? Ohhhh siiii… Seis generaciones de North. Ahhhh… Por cierto, soy Christina, Christina O’ Hara, pero puedes decirme Tina, soy la tía de Billy… Jijiji… Del lado materno… Materno, si… Te dejé toallas limpias, pijama y una jarra con agua en la habitación. Jijiji… Ohhhh siiiiiiiiii… Mira, esta es la llave de tu habitación, es la 21, segundo piso, mano derecha. Tiene una hermosa vista, siiiiiiiiii… Hermosa… Jijiji… Mañana se sirve el desayuno a las 7h45, no te trasnoches. Mañana es día de panqueques. Jijiji… Yum, yum, panqueques ricos… Amo los panqueques… Panqueques… Humm… Bueno, te dejo para que subas a la habitación, la tuya tiene baño privado y hay agua caliente. Así que vas a estar bien, siiiiiiiiii muy bien… Bieeeeenn…
Subí por las escaleras conseguí la habitación, esa vieja parecía de un cuento de terror de campamento. De esas que se comen a los niños… Con su risa y la manera de hablar me tenía asustado. Me di un baño, y me recosté un rato, puse la alarma para las 18h30 para vestirme. Apenas sonó la alarma me levanté como un resorte, cepillé mis dientes, me lavé la cara, me peiné y comencé a ver lo que me iba a poner. Un jean, una camisa manga larga azul marino, zapatos, medias y cinturón negros, además de un suspensorio del mismo color. No está de más ser previsivo, y unos condones en la billetera.
A las 18h45 llamó Bill, me dijo que saliera sigilosamente y que lo esperara en la esquina siguiente. Así hice, cuando llegué a la esquina él estaba esperando recostado de su carro, un mustang negro convertible. Tenía la capota abierta, me saludó con un apretón de manos y luego me abrazó. Diosssss… Otra vez ese aroma…
Él lucia un jean negro, camisa negra manga larga y un blazer de Jean, negro también. Las mismas botas que le vi en la entrevista y ese paquete hipnótico entre sus piernas que me hicieron pensar que si no comíamos, no importaba llegar directamente al sexo.
Pareces un vampiro, le dije riendo. Y él me dijo que sí, que su look siempre era invariablemente gótico. Pero que me aseguraba no morder, muy fuerte, si no era de mi agrado.
Eso me dio mucha risa… Abordé su carro, y comenzó a conducir, llegamos a un edificio pequeño, no más de tres pisos, en total el recorrido duró unos diez minutos. Él como que se dio cuenta que miraba extrañado la fachada del edificio. Se veía algo viejo, pero con cierto encanto.
Dejamos el mustang junto a la acera, Bill abrió la puerta del edificio y me dijo: Bienvenido a mi casa. Por dentro era otra cosa, totalmente distinta. Era una construcción estilo loft, totalmente moderna, con acabados metálicos, todo el edificio era una sola casa. La quijada casi me llega al suelo.
Esto no lo hice de la noche a la mañana, dijo Bill, fue producto de años de trabajo y dedicación. Pero tengo la casa que siempre quise.
Ya veo… En verdad sorprende.
Te daré el tour… Ven… Pasamos a la cocina, parecía la de un restaurante, y así fuimos paseando por toda la casa. Hasta que llegamos a su habitación. Hasta ese momento era la más grande que había visto. Recordé mi casa en Nueva Orleans y casi toda cabía en esa habitación. La habitación tenía su propio comedor, sala de estar, y hasta un área de gimnasio en una especie de mezzanina que cubría la mitad de la habitación. Sin hablar del baño que tiene hasta sauna, una ducha de 4×4 metros en todo el centro y se activa por peso, en lo que entras comienza a fluir el agua perfectamente temperada. El agua bajaba de una ducha que simula lluvia de lo grande que es, cubre casi toda el área.
Bajamos la escalera de mármol en forma de caracol y llegamos al comedor. Ya la comida estaba servida.
¿Pensaste que íbamos a ir directo al sexo?
Jajajaja no me habría molestado.
Ehh… Eso lo hago cuando pago por tenerlo. Tú me das otro tipo de ideas. ¿Hace cuánto estás soltero Robert?
¿Soltero? Realmente no estoy casado, pero digamos que no significa que no tenga alguien en mi vida.
¿Y él sabe que estás aquí conmigo?
¿Él? Ellos… Son una pareja, de hecho, ellos sí están casados, y hasta los momentos hemos tenido una relación de 3. Saben que venía a la entrevista, pero no que estoy contigo.
Conceptos modernos… Bueno, y… Si se da algo más allá del sexo entre nosotros, ¿cómo lo manejarías?
Ya iremos viendo. De todos modos, el contrato aún no ha sido firmado.
Y… ¿Si te pido que te quedes conmigo? Digamos… Uno o dos meses a ver qué tal nos va.
Pues, podría, pero… Necesito ganar dinero. Aún tengo cuotas de la universidad que pagar.
Ese no es problema, te incluyo en la nómina de la empresa y tienes un salario, bastante bueno de paso, eso sí, cuando sea convocada una reunión debes asistir y ahí no habrá privilegios que valgan.
Salimos después de cenar a un club nocturno donde él era socio, estuvimos bebiendo, bailando, hasta que dieron las 4h00. Nos fuimos a su casa y apenas se cerró la puerta comenzó a desvestirme. Poco a poco, sin prisas, pero muy sensualmente. Besaba mi frente, mis ojos, mi nariz, labios, mandíbula, orejas, cuello… Diossss… Este hombre sabe cómo volver loco a otro.
Quise irlo desvistiendo, pero tomó mis manos entre las suyas y me las puso detrás de la cabeza. Eso era un no. Él estaba controlando la escena, toda la situación. Y esa sensación me gustaba.
Fue bajando poco a poco, recorriendo mi pecho, lamiendo mis pezones y dando suaves mordidas. Luego fue descendiendo por mi abdomen hasta llegar a la cintura de mi pantalón, acarició mi verga por encima de la tela con su mano derecha mientras que la izquierda jugaba con los pelos de mi pecho.
Luego necesitó de ambas manos para aflojar la hebilla de mi cinturón. El cual después le facilitó desabrochar mi pantalón cayendo este hasta mis tobillos.
Al ver mi bóxer completamente abultado y con mi verga pugnando por atravesar el elástico los ojos se le abrieron de par en par y la boca le empezó a salivar. Sin más preámbulos liberó mi verga gruesa, dura y palpitante de su encierro para meterla en su boca. Uffffff… Dije cuando rocé con la punta su campanilla. Que boca tan deliciosa y experta.
Al mismo tiempo que me estaba dando esa mamada iba apretando y acariciando mis nalgas.
Parecía como si me conociera de antes. Fue metiendo sus dedos poco a poco entre mis glúteos, buscando a tientas la entrada a mi culo, cuando la ubicó ejerció presión levemente y este aflojó casi de inmediato. Introdujo cuidadosamente su dedo, Diosssss…
Eso era una tortura, lentamente iba metiendo, demostrando que no había apuro, aunque yo estaba impaciente a más no poder. Yo me sentía sumiso ante ese hombre, lo que me estaba haciendo, y me gustaba. Mi sorpresa fue cuando de golpe metió dos dedos más en mí culo… Ahhhhhh… Mi Diosssss… Se me escapó, como desde el fondo de mi alma.
Él seguía mamando, y estimulando mi culo a más no poder. Yo sentía que las piernas me temblaban, parecían de gelatina, creía que iba a desmayarme ahí mismo. Cuando de pronto toca mi próstata y… Aaaaaahhhh… Ahhhh… Aaaaaahhhh… Casi me corro… Ufffff…
Después de unos quince minutos comiéndose mi verga me acostó sobre un diván de cuero, levantó mis rodillas hasta que hicieron contacto con mi pecho y comenzó a taladrar mi culo ya dilatado con su lengua… Ahhh… Yo no paraba de gemir… Quería que me cogiera en ese preciso instante, deseaba ser empalado con ese monstruo que me imaginaba.
Él permanecía completamente vestido. No sé había quitado ni las botas, aún llevaba el blazer, la camisa, todo.
Yo, en cambio, estaba completamente desnudo y él estaba disfrutando mi cuerpo por completo con sus manos y boca. Taladrando mi culo con su lengua y sus dedos, abriendo cada vez más mi culo… Sin dejar de masturbarme.
Lentamente… Prolongando el éxtasis que me generaba cada roce, lamida, caricia.
De pronto se detuvo, para luego tomarme entre sus brazos y llevarme a la habitación, me acostó suavemente sobre la cama, se subió encima de mi cuerpo, lamiendo cada rincón.
Cuando vio que ya no podía más de la excitación volvió a detenerse y se ubicó frente a mí, a los pies de la cama.
Tócate, quiero ver cómo te exploras tú mismo y cuánto deseas estar conmigo, hazme sentir las ganas que tienes de entregarte a mi por completo. Fueron sus palabras antes de comenzar a torturarme con su strip tease. Lento, pausado, muy erótico, sin perder contacto visual, demostrando que él era quien controlaba el mundo en ese momento.
Lentamente se fue quitando el blazer, lo dejó sobre una silla. Le siguió la camisa, poco a poco. La dejó también sobre la silla. Ahí pude ver hasta el más mínimo detalle de su torso, perfecto, hirsuto, esos enormes pectorales que me había imaginado eran reales.
Su abdomen estaba totalmente marcado, aún cuando había un poco de volumen. Y desde el pecho había una espesura de vellos que parecían jamás haber sido rebajados. Diosssss… Cuando alzó sus brazos, musculosos a más no poder, también cubiertos de vellos hasta los hombros y pude ver sus axilas peludas creí que iba a morir antes de tener sexo con él.
Él se sonreía con una expresión de sadismo y superioridad, sabía que estaba sufriendo, que quería estar con él, que me tenía a su merced y aún así disfrutaba.
Desabrochó su cinturón, y lo retiró completamente del pantalón, ese lo colocó sobre la cama. Luego, sin decir nada, me hizo señas para que bajara de la cama, una vez que bajé, me vio a los ojos y ejerciendo presión sobre mis hombros me puso de rodillas, subió su pierna izquierda sobre un baúl que tenía al pie de la cama y tomando mi cabeza desde atrás me acercó a su bota. Cuando fui a soltar las trenzas con mis manos hizo un chasquido con la lengua y me señaló los dientes… Fui soltando el lazo con mis dientes y aflojando todo el trenzado.
Él acariciaba mi cabeza como si fuera un perrito que estaba siendo amaestrado. Bill se había convertido en mi amo y yo en su esclavo. Comencé a lamer sus botas, siempre había querido experimentar eso. Ser sometido por un macho alfa. Bill tiene todo lo que se necesita para serlo. Papá y Jacobo también, pero ellos ya habían tenido su experiencia con Oz y no querían revivir eso conmigo.
Mientras yo lamía con devoción su bota, él acariciaba su pecho, haciendo énfasis en sus pezones viendo desde arriba. Yo, desde abajo, veía como iba ganando volumen su entrepierna. Ufffff eso me ponía cada vez más caliente.
Cuando ya estuvo descalzo me ordenó que le quitara el pantalón, estando de rodillas. Así hice, estaba dispuesto a todo, a complacer todos sus deseos.
Una vez le había quitado el pantalón, vi que cargaba una especie de mini bóxer de cuero negro, con broches de presión a los costados. Cuando fui a soltarlos, me tomó de la mandíbula y me dijo: A la cama.
Así hice, él abrió un armario que tenía bajo llave y sacó algo, una caja de madera del tamaño de una caja de zapatos. La abrió y sacó unos guantes de cuero negro, me dio un par para que me lo pusiera, luego sacó un par de antifaces, mismo material, y me dio uno, luego sacó un arnés y me lo colocó. Yo vi una cadena con empuñadura, y esa la colocó en el arnés, pasando la empuñadura por su mano y descansando en su muñeca. Por último sacó una especie de gorro de policía, también de cuero negro y se lo puso.
Yo estaba tan excitado que no paraba de lubricar… Aún no me había dado permiso de acabar, pero sentía que si me tocaba en ese momento iba a ser inminente mi corrida.
Guardó la caja y volvió a cerrar con llave. Tomó un tubo de lubricante de una gaveta de su mesa de noche y me dijo que me pusiera en cuatro patas. Así hice. En seguida sentí algo metálico abriéndose paso dentro de mi culo. Él me dijo que relajara. Era una cánula para lubricar bien mi interior, con un anestésico y relajante muscular, porque no quería que la primera noche fuera traumática para mi.
Así me relajé y dejé que hiciera lo que se suponía debía hacer. Aún cuando a mi no me hubiera molestado sentí que me desgarrara por dentro.
Después de unos minutos, donde estuvimos rozando nuestros cuerpos le dije que sentía el culo caliente… Él me dijo que eso era parte de lo que me había colocado… Siguió besando mi cuerpo, acariciando todo mi ser y haciendo que me volviera cada vez más loco de deseo. Ahhhh… Siento que me quemo… Le dije.
Shhhh… Sólo aguanta un poco más… Ya vas a ver cómo vamos a disfrutar…
Ahhhh… Siento como si todo mi interior palpitara… Hummm…. Aaaaaahhhh…
Ya estás listo entonces para recibirme…
Colocó mis talones sobre sus trapecios y de un sólo movimiento se quitó el mini bóxer que llevaba. Su verga salió disparada, enorme, gruesa, completamente babeada, con venas por todos lados, esas bolas enormes colgaban pesadas bajo su monstruo de carne. Más larga y gruesa que la verga de James.
Ufffff que rico está este culo… Dijo al meter su cabeza. Diosssss… Podría empujar todo de una vez…
Hágalo, por favor mi Señor, hágame suyo.
Shhhh… Esclavos no opinan. ¿Estamos claros?
Sí Señor.
Así mismo… Siente cómo te voy llenando poco a poco con mi carne… Ufffff… Eres mío Robert, no ha habido nadie que te llegue donde te voy a llegar yo… Nadie ha escarbado tan profundo tu ser… Ufffff… Hasta aquí habían llegado… Ahora voy a llegar cinco dedos más adentro…
Ahhhh… Aaaaaahhhh… Gemía yo, era como si a la verga de James le hubiera crecido una cabeza más arriba… Sentía que me rompía donde nadie había llegado… Diosssss… Ufffff… Ufffff… Uff… Era lo que salía de mi boca.
Bill se quedó inmóvil un rato, y suavemente fue retirando su monstruo de mi interior. Hasta llegar a la mitad y volvía a empujar, lentamente, hasta que sintió que ya no había resistencia alguna, me había amoldado a sus dimensiones… Ufffff resoplaba con orgullo mientras me daba esa enorme verga, se veía victorioso, como si hubiera llegado a terreno inexplorado, y así fue.
Me hizo colocar mis manos sobre mi abdomen, y me preguntó qué sentía. Él me veía con sus ojos azul intenso, esbozando una sonrisa de evidente satisfacción ante mi desconcierto. Él se movía lenta y pausadamente dentro de mí, ahí supe que era su enorme verga la que sentía. Jamás había sentido eso, que pudiera tocar una verga a través de mi abdomen. Ufffff eso es otro nivel de morbo.
Bill comenzó a acelerar sus embestidas, y llegó un momento en que me abrazó como si quisiera fundir su cuerpo con el mío. Me besaba, me apretaba, gruñía y no bajaba el ritmo de la cogida que me iba dando.
Ufffff… Ojalá fueras mujer Robert… Ahhhh… Para preñarte y cuidar siempre de ti… Ahhhh… Ufffff… Quiero darte mi leche dentro…
Ufffff… Préñame papi, préñame, soy tu hembra, lléname de tu lecheeeee… Ahhhh…
Ahí te va, puta… Eso eres, ¿verdad?
Siiiiiiiii… Aaaaaahhhh… Soy su puta, mi Señor.
Ahhhh… Tomaaaa… Ahhhhhh… Aaaaaahhhh… Ufffff… Mierda… Ahhhh… Jesús… Amo cogerte…
Dijo mientras acababa frenéticamente dentro de mí, y llenaba mi culo de su leche… Así permanecimos un buen rato, hasta que perdió poco a poco dureza y fue saliendo lentamente dejando un enorme vacío en mi, y una gran cantidad de su esperma.
Esto podríamos hacerlo todo el tiempo si quisieras. Me dijo mientras me abrazaba y me daba besos por todos lados.
¿Y después? Le pregunté.
¿De qué hablas?
Cuando yo dejé de ser una novedad… ¿Qué pasará?
Yo no creo que me canse de ti Robert. Es más, quiero conocer a tu padre, a su esposo, a tu familia en general, quiero que sepan con quién estás y que no te hará falta nada. Y con el tiempo, me gustaría que aceptaras ser mi esposo. Sólo si así lo deseas de verdad. Yo no te prometo ser fiel totalmente, lo que sí te prometo es que a partir de ahora, con el único con quien tendré sexo sin protección, es contigo. Sea hombre o mujer, siempre usaré condón. No te estoy proponiendo matrimonio, sólo quiero que sepas que no te veo sólo como un revolcón. Vales mucho más que eso. No hace falta que respondas inmediatamente, luego, cuando te haga la propuesta formal, lo harás.
A mi se me salió una lágrima, jamás pensé que me dirían semejantes palabras.
Ven, dijo estrechando mi cabeza contra sus pectorales. Y nos quedamos profundamente dormidos.
Al despertar no sabía ni siquiera qué día era… Pero ahí estaba Bill, hablaba por teléfono, creo que eran unas cosas de trabajo, y cuando vio que me estaba despertando dijo: Debo irme, mi amor está despertando.
Buenos días dormilón… Me dijo sonriendo. Llevas todo un día durmiendo… Menuda siesta reparadora… Jajaja jajaja…
Humm… ¿En serio dormí tanto?
Sí, llegamos como a las 04h30 de ayer, sábado, terminamos de tener sexo como a las 8h00 y son las 10h00 del domingo… Jajaja jajaja… Has dormido tan profundo como hacia años no veía dormir a nadie.
Tengo mucha sed…
No me extraña… Si no parabas de roncar… Jajaja jajaja… Parecías un tractor descompuesto… Pero me gusta hasta eso de ti. Ya te preparo algo de comer. Date un baño, tienes ropa limpia en esa bolsa, fui y te compré algunas cosas. Espero sean de tu agrado.
Gracias…
Gracias a ti por estar conmigo.
Así Bill bajó a la cocina, mientras me daba un baño
El tiempo con Bill fue maravilloso, hasta que tuvo que terminar, quedamos como amigos, ese año con él me sirvió de mucho, aprendí a llevar una empresa, a ser yo y a no dejar que me defina lo que tengo.
Él me puso su jet privado a disposición, cuando quisiera verlo, e incluso llegó a conocer a mis padres, pero de eso sabrán más adelante.
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