LIBERTAD CONDICIONAL 2
Parte Dos .
*LIBERTAD CONDICIONAL*
Segunda Parte
(Traducción del inglés)
Al día siguiente despertamos abrazados en la cama, ya era medio día, y el hambre golpeaba fuertemente haciendo rugir nuestros estómagos.
Buenos días campeón, le dije a Dylan.
Buenos días, dijo soltando un bostezo y estirando su cuerpo.
Vamos a salir de la cama, hay que encender la chimenea, abrir las ventanas, esto apesta a sexo y sudor… Jajajaja… Le dije tratando de sacarlo de la cama.
No quieeero… Me dijo poniendo cara de niño tremendo. No quiero levantarme, lo que quiero comer está aquí. Dijo agarrando mis nalgas.
Jajaja… Dame tiempo, le dije.
Pero anoche cuando nos vinimos a la cama te encantó como te comía el culito…
Jajaja… Sí, pero una cosa es la lengua y otra…
¿Qué? ¿Que te meta la verga hasta llenarte de leche?
Exactamente… Le dije riendo avergonzado.
Tranquilo, vamos poco a poco y cuando quieras, me detengo.
De acuerdo…
Comenzamos a besarnos, nos abrazábamos como si quisiéramos fusionarnos uno con el otro, el roce de sus pelos me estaba volviendo loco, de pronto comenzó a bajar por mi cuello, mi pecho, besando mis pectorales, mamando mis tetillas, como si fuera a sacar leche de ellas, cuando de pronto sentí sus dedos haciéndose paso entre mis nalgas…
Abrí más las piernas y fui relajando esa parte de mi cuerpo, sentí como iba entrando su dedo, hurgando en mi ano, no me molestaba en lo absoluto, simplemente era una sensación nueva. Sus dedos largos y gruesos se iban adentrando poco a poco en mi culo hasta ahora inexplorado. Cuando tuvo tres de ellos dentro de mí, me vio a los ojos y me dijo: Vas a ver lo bien que lo vamos a pasar.
Buscó un condón, lubricante, se lo colocó y untó bastante cantidad. Se acomodó de manera que seguía chupando mis pezones mientras iba perforando lentamente mi culo con su verga rosada y cabezona… Hummm… Se me escapó un quejido…
¿Me detengo?
¿Quién dijo que te detengas? Hemos llegado a este punto… Ahora, cógeme duro.
¿En serio?
Nunca había hablado tan en serio.
Wow… No hay resentimiento ni vuelta atrás… Ya pasamos el punto de no retorno…
Ya con esto comenzó a bombear dentro de mi, sentía esa mecha como iba taladrando cada vez más rápido y más fuerte mi culo… La sensación me gustaba… Aún cuando mi verga permanecía indecisa entre terminar de erguirse y quedar completamente flácida. Pero igualmente lubricaba a chorros.
Diossss que delicia de culo tienes Jacobo, es el mejor que he cogido… Uffffff… Es tan apretado y caliente que no voy a poder aguantar mucho tiempo…
Dame duro… Dame duro…
Toma cabrón, toma verga… ¿Esto quieres?
Sí… Dame más duro…
¿Quién es tu macho? ¿Quién?
Tú, tu eres mi macho… Dame más duro…
Ahhhh… Mierda… Voy… A… Uffffff… Ahhhh…
Y conté: uno, dos, tres, cuatro, cinco espasmos dentro de mi culo.
Uffffff perdón por durar tan poco… Pero no me pude contener. Dijo Dylan dándome un beso.
Estábamos empapados en sudor y nos quedamos un rato dormidos, abrazados, él seguía dentro de mí, y yo disfrutaba las sensaciones nuevas que había tenido. Me despertó sentir de pronto mi culo vacío. Ya su erección había perdido su fuerza y se había deslizado hacia fuera. Le retiré el condón lo anudé y lo dejé junto a la cama. Él se giró boca arriba y comencé a darle una mamada.
No me importó el sabor a látex, me gustaba el sabor de su leche, y fui mamando hasta que se despertó…
Si seguimos así, vamos a terminar enamorados, me dijo riendo.
Le coloqué dos dedos sobre los labios y seguí mamando, cuando me doy cuenta que comienza a mover sus caderas aceleradamente y jadear incesante. Anuncios inequívocos de su corrida… Uno, dos, tres, cuatro, cinco, SEIS disparos dentro de mi boca, que tragué con gusto.
Uffffff… Esa si es una buena manera de comenzar el día, dijo Dylan sin poder ocultar su satisfacción.
Que bueno que te haya gustado cariño, ahora vamos, que te toca preparar el desayuno.
Jajaja está bien pero ven conmigo.
Salimos por fin los dos, completamente desnudos del cuarto, riendo y jugando como una pareja de enamorados, para encontrarnos con una visita nada esperada…
¡Señor Harris! Dijo Dylan al ver nada más y nada menos que al dueño de la empresa, muy sentado en el sofá. Nuestra reacción fue tapar nuestros genitales con nuestras manos. Yo me debo haber puesto como un papel, Dylan estaba transparente.
Buenos días señores, dijo a la par que encendía un habano. He venido a ver cómo van las cosas aquí, y veo que ya se van entendiendo.
Ehhhh… No sabíamos que vendría… Dijo Dylan.
Pues… La verdad, no tenían por qué saberlo. Por cierto, tremenda porno la de anoche, todo lo tengo grabado… Jajajaja… Y me he corrido como nunca, tan solo viendo lo que hacían.
Pe… Pe… Pero… Dijo Dylan…
Pero nada chicos, me agrada que se estén llevando bien. Por cierto, no les dejé las llaves de la casa en la gaveta de los cubiertos de la cocina, dijo guiñando un ojo. Y tampoco les estoy diciendo que en el granero hay una moto y un jeep que pueden usar, con combustible suficiente, y las llaves puestas.
Señor Harris…
Dime Jacobo…
Ehhhh… Gracias…
Tranquilo, tranquilos… No hay nada que agradecer, yo disfruté lo que hicieron ayer. Es más, estoy pensando en colocar un par de cámaras más. Jejeje… De todos modos, una pareja de sementales tan apuestos, puede ser bien remunerada… Piénsenlo, el porno vende muy bien. Ahhhh tampoco les dejé un par de teléfonos en el armario. Están listos para usar. Por cierto, si se la llevan tan bien, ¿les importaría pasar un poco más de tiempo… Digamos unos dos meses más juntos? Eso no afectaría sus pagos aunque a decir verdad, les podría aumentar sustancialmente el salario y depositar un monto igual en las cuentas de sus esposas. Pero por favor, no llamen a sus mujeres. Ellas no tienen que saber lo que hacen sus maridos y eso abriría la puerta a que vinieran. Y no queremos eso, ¿verdad?
Verdad… Dijimos los dos.
Así me gusta. Ahora, un abrazo, que este viejo se va. Dijo el señor Harris acercándose a nosotros con los brazos abiertos. No saben las ganas que tengo de que estemos juntos los tres. Agregó. Ahhhh… Se me olvidaba, en el horno dejé algo para que se desayunen.
Nos abrazamos, admito que fue bastante incómodo, por estar desnudos nosotros y haber sido descubiertos por el jefe, nada más y nada menos que el dueño de la empresa, y haber escuchado todo lo que nos dijo.
Cuando nos soltó para irse dijo:
Recuerden lo que no les he dicho… Y haciendo un guiño con el ojo derecho se dio la espalda y se fue.
¿Has visto y escuchado lo mismo que yo? Preguntó Dylan.
Pues si… Creo que vimos y escuchamos lo mismo…
Fuimos a la cocina y al abrir el horno nos conseguimos una caja de donuts, de varios glaseados. Preparamos café y comimos.
Aún no podíamos creer nada de lo que había pasado hacía unos pocos minutos.
¿Quién iba a ser adivino para saber que iba a estar el mismo señor Harris en la sala? Pregunté al tiempo que le pasaba la última donut a Dylan.
Pues, yo no, eso tenlo por seguro. Respondió. Y… Hablando de todo… ¿Y si buscamos lo que no nos dijo que nos había dejado?
Pues… Realmente, no estoy seguro de querer hacer nada de eso… ¿Recuerdas las cámaras? ¿Y si eso fuera una trampa? ¿En realidad crees que van a dejarnos salir y pasear?
Hummm… Bueno, pero no está de más comprobar… Digo yo, eso no haría mal. Fue la respuesta de Dylan.
Buscamos donde “no había dicho» el señor Harris, y ahí estaba todo. Dylan estaba curioso por abrir la puerta e ir a ver si estaba el vehículo y la moto. Lo tomé por un brazo y le dije: Piensa en algo importante… Si eso es un señuelo para luego reportar esos vehículos como robados, y te llegan a atrapar, vas a ir a prisión nuevamente.
Tienes razón. Mejor dejemos eso tal cual.
Dame las llaves. Yo las guardo en un lugar seguro.
Toma.
Mientras Dylan se bañaba guardé las llaves en un estante alto, él no iba a trepar como hice yo para buscar dónde estaban.
Cuando terminé de esconderlas, fui a darme una ducha.
Pensé que no querías bañarte conmigo, dijo Dylan.
¿Y qué te hizo pensar eso? Dije tomando el jabón y pasando mis manos untadas por mi trasero…
No sé. Demoraste mucho tiempo… Jajaja…
Pero ya me tienes aquí… Le dije tomando su mano derecha y dirigiéndola a la raja entre mis nalgas. Él deslizó sus dedos, buscando mi culo… Uffffff… No pares, le dije… Metió tres dedos de una vez, lo que me hizo gemir de placer. Los metía y los sacaba sin problema… Yo veía su verga dura, como un asta. Comencé a masturbarlo y me dijo que quería darme por el culo. Terminamos de bañarnos y sin secarnos, nos fuimos a la habitación. Se colocó un condón y me dijo que me pusiera en cuatro patas. Yo obedecí, colocó bastante lubricante y empujó su verga hasta que sentí sus ingles golpear mi negro trasero… Uffffff dale, rompe ese culo Dylan… Hazlo… Dame duro.
No esperó una segunda voz y comenzó a follarme duro, a lo bestia, sentía que me poseía, que era suyo… Que él era el que mandaba
¿Quién es tu macho? ¿Quién es tu primer hombre? Me preguntaba…
Tu eres mi macho, mi primer hombre, dame más duro…
Di mi nombre, dilo…
DYLAN, DYLAN JOHNSON, DYLAN JOHNSON ES MI MACHO…
¿Y qué eres tú?
Lo que mi macho desee que sea. Me tenía en un éxtasis externo, no tenía control de mis palabras, estaba sumiso, complaciente, completamente siendo suyo.
Eres mi hembra, ahorita eres mi perra, quiero que te sientas mujer, así es como estás ahora, haciendo el papel de mujer…
Escuchar eso y sentir los embistes de su verga en mi culo hicieron que me erectara de tal manera que botaba lubricante sin cesar… Mi negra verga estaba a tope, y estaba a punto de acabar, sin tocarme.
Te gusta, te gusta como te rompo el culito… Ahhhh… Que delicia de coño tienes, perra… Me decía, y yo respondía gimiendo. Él agarró mi verga y me dijo: Que puta tan caliente, ve como lubricas… De pronto me sacó la verga por completo y me dijo que me pusiera boca arriba, así hice. Colocó mis piernas en sus hombros y ensartó su verga nuevamente en mi, ufff… Fue lo que dije. Entraba y salía como un pistón, rápido, constante, me tenía las manos agarradas con las suyas, inmovilizadas completamente.
Abre la boca, me dijo…
Escupió dentro de mi boca y luego se acercó a darme un beso… El contacto de su pecho velludo contra el mío y el roce de mi verga entre nuestros abdómenes era la gota que faltaba para que yo acabara a chorros… Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, OCHO disparos…
Uffffff que delicia como acabas amor, y cómo me aprietas con cada contracción de tu culo, ahhhh… Ahí va… Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, SIETE… ahhhh dijo Dylan. Y cayó rendido sobre mi.
Diossss, que delicia de culo tienes Jacobo… De verdad que no voy a conseguir tener sexo tan rico con nadie más. Y mira, no se me quiere bajar… Quiere más… ¿Aguantas otro round? Decía mientras se quitaba el condón y jugaba con su verga dura.
Jajaja… Sólo hay una manera de averiguarlo… ¿No crees?
Uffffff… Pero ahora quiero que me cojas con tu culo…
Jajaja jajajaja… Eso es nuevo… ¿De qué hablas?
Pues… Dijo Dylan mientras se acomodaba boca arriba con la verga apuntando al techo. Te subes en cuclillas, y vas cubriendo mi estaca con tu culo… Yo no voy a hacer nada, tu eres quien va a controlar absolutamente todo. Vamos, ¿qué esperas? ¿O acaso no tienes ganas ya?
Claro que sí…
Pero no veo movimiento… ¿Será que te acobardaste o te duele el culito?
No sé explicar lo que me estaba pasando por la mente, pero no me pude resistir a sus palabras, quería sentirlo dentro de mí. Por lo que me paré encima de él y comencé a bajar hasta sentir la cabeza de su verga haciendo contacto. Tuve una sensación distinta… Y Dylan me dijo: Hey campeón… Se te olvidó algo… ¡Mierda! Tenía razón, el jodido condón. Busqué uno, se lo coloqué, coloqué un poco de lubricante y volví a sentarme encima de él. Uffffff… Esto es distinto, lo siento como me perfora, pero estoy en control de todo. Ahhhh… Decía Dylan a medida que pulgada tras pulgada iba desapareciendo en mi interior. Así hasta que llegué a sentir su pubis y comencé a cabalgar. Dios, que bien se siente, le dije.
Sigue, que me estás cogiendo con tu culote, dame más…
Yo movía mi cuerpo y rebotaba como una pelota de basketball, ahhhh… Mi verga rebotaba contra mi abdomen, sentía cómo rozaba mi próstata con la suya, y que en cualquier momento me iba a correr. Poco a poco fui dando la vuelta hasta quedar de espaldas a él, e incliné mi cuerpo hacia sus pies. Él recogió las piernas y tomé, de pronto por el morbo o no sé… Uno de sus pies y comencé a lamerlo.
Ahhhh que delicia cariño, me vas a hacer acabar… Sigue por favor…
Yo me giré nuevamente y busqué sus axilas. Ese olor me estaba volviendo loco de morbo y deseo. Las lamía una y otra vez, Dylan no se movía, literalmente yo lo estaba volando con mi culo. Lamí sus diminutos pezones y ya no aguantó más. Comenzó a contar sus disparos como yo, como lo había hecho hace rato.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, OCHO…
Yo aún no había acabado, él se estremecía como un caballo brioso debajo de mi, se movió para sacar su verga, aún dura. En ese preciso instante me acomodé con la punta de mi verga apuntando hacia su boca. Él no puso resistencia, comenzó a mamar y jugar con mis bolas. Ambos estábamos gozando como nunca… Ya yo estaba próximo a acabar, se lo dije… Y siguió mamando… Uffffff Dylan… Voy a… Ahhhh… Me… Corro… Ahhhhhhh… Y solté mis disparos en su boca… Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, OCHO… Antes que terminara de tragar lo besé, mi lengua y la suya compartían mi leche, mi esencia, y eso me volvía loco él se quitó el condón y nos pusimos en un 69. Uffffff ese olor y ese sabor en su verga me hacían olvidar por completo mi vida heterosexual, me gustaba mucho sentir ese hombre, de pronto me estaba enamorando de él… Pero… ¿Qué sentirá por mí? Estuvimos en esa posición como tres cuartos de hora, hasta que al mismo tiempo nos corrimos uno en la boca del otro y nos volvimos a besar. En ese momento, luego del beso, Dylan me vio a los ojos y me dijo:
No voy a poder hacer esto con más nadie… Una lágrima rodó por su mejilla, la cual sequé con mis labios.
¿Qué sucede? ¿A qué te refieres con eso?
Jacobo… Siempre fui un hombre racista, odiaba a muerte a los negros, pero tú, tu me gustas, más allá del sexo, más allá de todo, me siento bien contigo, y… Y creo que me estoy…
¿Qué cosa?
Mierda… Creo que me estoy enamorando de ti. Sé que apenas llevamos dos días aquí, pero siento que te conozco de toda la vida y quiero una vida contigo. A lo mejor estoy siendo precipitado… Pero contigo puedo ser yo, sin embargo tengo una esposa, un hijo, tú tienes una esposa. Pero yo no quiero dejar de vivir contigo. Mi matrimonio es una mera pantalla para tapar mi homosexualidad, si, aquí donde me ves, siempre he sido homosexual. Y siento que no soy sincero con mi esposa, si se lo digo capaz se muere o me abandona y no podré volver a ver ni hablar con mi hijo. Él es lo único que me importa en esa relación. Pero… Sé que has derrumbado mis barreras, desde que me enfrentaste en la fábrica, volteaste mi vida de cabeza. Desde ese momento me encuentro luchando con estos sentimientos. Espero que no te sientas mal por todo lo que acabo de decir, pero no me lo podía guardar más tiempo.
Pues… No estás solo.
¿En serio? Dijo limpiando otra lágrima que le acababa de salir.
En serio.
Nos besamos y nos acurrucamos. Así estuvimos un rato hasta que nos quedamos dormidos. Ni siquiera tengo idea de cuánto tiempo dormí, sólo que me despertó el olor de una de esas sopas que habíamos conseguido.
Hummm… Huele sabroso… ¿Le volviste a robar la receta a la vecina?
Jajaja… Esta es una receta familiar. Viene desde Irlanda.
¿En Irlanda preparan ramen? Primera vez que escucho eso… Jajajaja jajajaja jajajaja
Jajaja jajaja come que se enfría…
Así pasamos los días, de verdad que no tenía en mente poder sentir estas cosas por un hombre. Un mes después de la visita del señor Harris volvió a la casa…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!