LIBERTAD CONDICIONAL 5
Parte Cinco .
Quinta Parte
(Traducción del inglés)
Recuerdo que me desperté sobresaltado, no tenía idea de dónde estaba,totalmente desubicado. Fue entonces cuando vi a Dylan durmiendo abrazado a mí, y con su cabeza reposando sobre mi pectoral izquierdo. Ferdinand y Papá Harris no estaban en la habitación, y me dio curiosidad por saber dónde andaban, con sumo cuidado coloqué almohadas como para que Dylan no se percatara de mi ausencia, y sigilosamente salí del cuarto.
Dios, mi verga estaba dura, babeando, necesitaba sexo, quería un culo de macho, una boca, quería vaciar mi leche, pero masturbarme para acabar no era una opción. Quería coger.
Fue entonces cuando escuché unos gemidos en la otra habitación, la puerta estaba entreabierta y pude ver a Papá Harris dándole duro por el culo a Ferdinand, quien le pedía más, le decía que quería ser su mujer, que lo dejara bien preñado, que le diera más leche, que le llenara el tanque hasta rebosarse, que lo había estado extrañando, que nadie lo había cogido jamás como él. Papá Harris le preguntó que quién había sido su primer hombre… Y Ferdinand dijo que él, que él se había comido su virgo.
Esto hizo que Papá Harris acelerara las arremetidas y metía y sacaba completo ese tremendo mástil del culo de Ferdinand quien no cesaba de gemir, y le decía que por favor, necesitaba más verga, que necesitaba una buena verga para mamar, que se quería sentir mujer, puta, que quería verga hasta más no poder, que si se acordaba aquel verano donde le hicieron la doble penetración y los otros dos le cogían la boca, Papá Harris decía que extrañaba eso, que podía mamar las nuestras, que le encantaba verlo embarrado de leche y lo goloso que se ponía intentando atrapar cada gota con la boca…
¿Se conocían de antes? ¿Han mantenido una relación? ¿Qué es esto? ¿Aquel verano? ¿Con quiénes estarían? Diossss… Cada vez descubro más cosas, y lejos de asustarme y alejarme, me dan más morbo, pensé en ese momento. Y no era mentira, cada vez que veía cosas así me aumentaba el morbo. Así que decidí armarme de valor y entrar a la habitación. Papá Harris me vio y se sonrió con lujuria, me hizo señas de subir a la cama y Ferdinand me miró suplicante y me dijo que le diera su botella, que él quería leche, le metí mi negra verga a la boca y él tragaba cada fracción de pulgada como un experto, diossss… Que delicia de boca… Al mismo tiempo él iba metiendo los dedos en mi culo, que estaba muy caliente y dilató sin problemas. Tres dedos ocuparon mi culo, y yo estaba feliz, mis sentimientos y emociones eran una cosa extraña, sentía amor por Dylan, pero no me sentía mal por estar con este hombre, comencé a apretar y retorcer mis pezones, Papá Harris hacía lo mismo, en ese momento, en que nos percatamos de que íbamos a acabar, me hizo una seña y uffffff… Soltamos nuestros disparos, contamos a la vez: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, OCHO…
Cuando vuelvo en mí, luego de haber descargado todo en la boca de Ferdinand, volteo a la puerta de la habitación y ve a Dylan con tremenda erección. Ferdinand, aún con restos de mi corrida rodando por su mejilla le dice que se acerque, Papá Harris le hace señas y Dylan se coloca donde estaba yo, en seguida mete su verga en la golosa boca de Ferdinand y Papá Harris me dice que si quiero probar algo delicioso. Yo le dije que sí. Y me dijo que me acomodara junto a él. Cuando veo que no tenía preservativo puesto me puse pálido, y Papá Harris me dijo que no me preocupara, que de vez en cuando había que probar un culo al natural, y que su hermano se cuidaba mucho.
Esa última frase hizo girar las ruedas de mi cabeza, tan fuerte y tan rápidamente que casi que se oían en Houston. Pero mi verga quería seguir jugando. Así mismo fui metiendo en el culo de Ferdinand, ocupado por la enorme tranca de Papá Harris, y de verdad, la sensación de ir sobre dilatando fue estupenda. Uffffff. Papá Harris me comía la boca y hurgaba en mi culo con sus dedos. Eso me estaba gustando. Dylan, gozaba como nunca de esa mamada, y le daba hasta el fondo, los ojos de Ferdinand no cesaban de llorar, Dylan lo tenía sumiso, complaciente, él marcaba el ritmo.
Se volteó de espaldas a nosotros y se subió al pecho de Ferdinand, desde ese ángulo disfrutaba más y yo veía sus perfectas nalgas, deseando perforar ese culo maravilloso con mi negra verga… Ahhhh… Escuché a Dylan. Ahhhh… Estaba anunciando que pronto acabaría, Papá Harris también comenzó a gemir, el roce de nuestras vergas en ese culo, diossss… Me estaba haciendo perder el control.
Ferdinand acariciaba los pectorales de mi amado Dylan, y este gemía una y otra vez, ahhhh… Mierda… Me vengo… Dijo Dylan. Uffffff, yo también amor, respondí, y Papá Harris anunció que él no se quedaba atrás. Ahhhh… Ahí te va mi lecheeee dijo Dylan, y la miiiiaaaa, dijo Papá Harris, uffffff, la mía tambiéeeeeen… Dije yo…. Aaahh… Dilan contaba sus disparos: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, OCHO. luego Papá Harris: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, SEIS… y por último yo: Uno, dos, tres cuatro, cinco, seis, siete, OCHO. Apenas lancé el último, Ferdinand expulsó un chorro de leche tan potente que impactó contra la espalda de Dylan.
Ver esa leche chorreando por la espalda de mi novio me encendió, y sin pensar, me acerqué a lamer, a lo que me salí del culo de Ferdinand, las corridas de Papá Harris y la mía empezaron a brotar como una fuente. Limpié con mi lengua la espalda de Dylan mientras que el viejo lamía el reguero del culo de su hermano.
Ya apaciguados, caímos sobre la cama y Papá Harris dijo:
Muchachos, Ferdinand es hijo de mi padre con una amiga de mi madre. Y nos conocimos cuando éramos adolescentes, bueno, ya yo estaba en la universidad y él a mediados de la secundaria. Papá nos presentó y en seguida hubo una atracción mutua, pero el sexo vino un año después. Desde ese día, siempre buscamos la manera de estar juntos.
Y fue William quien se llevó el privilegio de ser mi primer hombre y mi primera experiencia sexual.
Después, Ferdinand y yo tuvimos nuestros matrimonios, yo sigo casado con la madre de Dylan, él enviudó, y si mal no recuerdo tienes dos hijos de la edad de Dylan, ¿estoy en lo correcto?
Ehhhh si, aunque hace más de ocho años no los veo.
A ver, dijo Dylan, entonces, ¿hay como un cierto parentesco entre nosotros?
Se puede decir, dijo Papá Harris, pero no es sanguíneo, aclaró.
Igual el morbo es grande. Dijo Dylan acercándose a la boca de Ferdinand y dándole un beso que parecía que se lo iba a comer. Ferdinand comenzó a acariciar el pecho de Dylan y ambas vergas estaban despertando en toda su magnitud en cuestión de segundos.
Papá Harris tomó la de Dylan en sus manos y yo la de Ferdinand, nos vimos a los ojos, como esperando uno qué iba a hacer el otro, y luego comenzamos a darles unas mamadas que ambos hombres se volvieron locos de placer. Luego de unos cinco minutos los que parecían siameses unidos por la boca se separaron y cada uno iba tomando el control sobre nosotros, Ferdinand me tomó por las sienes e iba marcando el ritmo de la mamada que yo le iba dando, Dylan hacia lo mismo con Papá Harris. Luego, nos pusimos en posición de 69, dejando nuestros culos justo frente a sus bocas. Diossss que delicia sentir la lengua experta de Ferdinand en mi entrada… Mi negra verga estaba prácticamente orinando precum, lubricando sin parar, a la par que la restregaba contra ese pecho y me comía la enorme verga oscura de Ferdinand. Sentía como mi culo se abría y le dije casi implorando que me cogiera. Me dijo que me cogiera yo mismo, que usara su verga a mi antojo.
No aguanté más. Mi culo estaba desesperado. Uffffff… Me acomodé de forma tal que quedé encima de la hermosa verga oscura, gruesa, cabezona y extremadamente venosa de Ferdinand, él la sostenía recta hacia arriba, cuando fui bajando la orienté de manera que entrara con facilidad, eso pensé yo… ¡Mierda! Eso sí fue un dolor en el culo… AHHHH… Sentía que me partía, pero no desistí, poco a poco fue entrando y lo peor estaba por venir, porque la cabeza, si bien es de un grosor nada normal, entre más se acerca el tronco a la base se hace mucho más grueso… Ahhhh… MALDICIÓN… UFFFF…
Sigue bajando mi negro, que aun queda mas de la mitad por meterte. Me dijo Ferdinand.
¿En serio? Pero me siento el culo estirado a más no poder.
En serio, sigue bajando. Así… Suave… Despacio… ¿Ves que sí puedes? Vamos, quedan cuatro dedos, y ahí vas a ver las estrellas… Te lo aseguro… Hagamos algo mejor. Saca todo…
Nooooooo ni de casualidad. Le dije. Después de todo lo que he avanzado no.
Hazme caso.
Como pude saqué todo lo que había entrado en mí, y me quedé perplejo cuando vi semejante monstruosidad, pensar que lo tenía en mi boca hace apenas unos minutos.
Ferdinand abrió la gaveta de una mesa de noche y sacó un pomo de lubricante. El cual aplicó generosamente en su monstruo. Ahora sí, me dijo.
A nuestro lado Dylan tenía a Papá Harris rebotando como balón de basket desde hace rato sobre su verga. Yo quería hacer lo mismo con la de Ferdinand. Cuando vi que estaba bien aplicado el lubricante me acomodé nuevamente, y fui bajando lento, pero mucho más fácil, claro, tenía el culo expandido del intento previo. Ahhhh que delicia. Ferdinand colocó sus cuatro dedos como tope, para que sintiera dónde me había quedado. Luego de llegar a ese punto, los quitó y fui bajando, ahhhh… Diossss… Ahhhh… Uffffff… Ahhhhhhh… Sentí mis nalgas chocar con su ingle. Respiré aliviado. Así me quedé un par de minutos, y Ferdinand me veía sonriendo.
¿Ves que pudiste?
Uffffff siiiiiiiiii…
Ahora, demuestra las ganas que tienes de cogerme con ese hermoso culo.
Por si no recuerdan cómo es Ferdinand, aquí los pongo al tanto. Es un hombre maduro, yo pensé que entrado en sus 50, yo pensé que rondaba aproximadamente los 54, 55 años, pero no, realmente tiene 75, en cuanto a la estatura… La misma que Dylan, piel blanca, sobre todo las nalgas, porque del resto parece bronceado, cabello negro, un poco largo, casi llegando a los hombros, con entradas no muy pronunciadas y sienes plateadas. Sus ojos son castaños, en forma de almendras, cejas muy pobladas, barba de una semana, totalmente negra, pecho amplio, voluminoso, con amplias aureolas rosadas y los pezones largos y gruesos, la espalda muy bien desarrollada y ancha, tanto esta, como el pecho cubiertos de una capa de vellos negros densa que baja hasta su entrepierna y se extienden hasta los dedos de los pies, el abdomen no marcado, pero sí delgado y duro, nada de panza. Las piernas y brazos, en contraste, sí son fuertes y con muy buena definición, hasta se le marcan las venas en los brazos, sus nalgas son pequeñas, pero levantadas y firmes, también forradas de vellos negros. Su verga, en contraste con su piel, es bastante oscura, sin circuncidar, cabezona, la cabeza tiene un toque violáceo intenso, casi morado. Con venas gruesas y resaltantes, del mismo largo y grosor que la de Papá Harris. Todo un semental, y yo me lo estaba gozando.
Yo subía y bajaba, al principio con cierta calma, luego de acostumbrarme al gran intruso que tenía dentro, comencé a rebotar con más libertad. Uffffff que delicia, sentía cómo entraba y salía todo ese tronco… Ahhhh… Yo apretaba sus pezones y él no dejaba de gemir… Uffffff… Mi verga rebotaba contra su abdomen y el mío, ahhhh…
Dylan había puesto a Papá Harris con el torso sobre la cama y él estaba dándole duro desde atrás, con los pies en el suelo. Dándole nalgadas en esos globos blancos perfectamente formados, sus manos quedaban talladas en rojo. Papá Harris pedía más, más duro, más fuerte.. Dylan lo complacía, sin reparo. Que perra eres viejo… Le decía. Y este le respondía que era su perra, que lo gozara…
Yo estaba gozando de la cogida que le estaba dando a Ferdinand con mi culo. Me giré sin sacarme su verga y me puse de espaldas a él. Como que supo lo que quería, porque se fue acomodando hasta quedar yo en cuatro patas y él detrás, cogiendo mis caderas y yo moviendo mi culo a un ritmo frenético. De la derecha a la izquierda, de arriba hacia abajo, como bailando trap, él estaba que no daba crédito, lo oí decir que no iba a poder aguantar más.
En eso me esforcé, en darle más placer todavía, bajé el ritmo, pero seguía contoneándome igual, su agarre se hizo más fuerte, más firme. Comenzó a embestir mi culo, yo me dejé hacer, estaba en el paraíso, de pronto siento cómo disminuye la marcha y pude sentir su verga ensancharse aún más dentro de mí y como si de un resorte se tratara, se retraía y se expandía a todo lo largo mientras iba vaciando su leche directo dentro de mi culo. Como que le gustó lo de contar los disparos, porque lo oí: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, DIEZ…
En eso me abrazó fuertemente y comenzó a masturbarme, aún estando ensartado por él. De verdad que es un maestro en las artes del sexo, estimulaba todo mi cuerpo, yo en cuatro patas, él afianzado a mí, cogiendo mi verga con una mano, con la otra estimulaba mis pezones y con su verga no dejaba de estimular mi culo… Ahhhh… Me vengo… Dije…
Aquí, dijo Papá Harris abriendo la boca. Nos acomodamos de forma que la cabeza de mi verga ocupó su boca… Uffffff…
Mierda… No puedo mas…
Suelta esa leche amor, me dijo Dylan… Inclinando su cuerpo para besarme sin dejar de darle duro a Papá Harris. De pronto los dos gemimos y escuché Ferdinand gemir también, uffffff… Ahhhh… Nuestras bocas estaban ocupadas, pero Dylan marcaba con nalgadas sus disparos: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, OCHO… yo con estocadas en la boca de Papá Harris: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, SIETE, y Ferdinand decía los números a viva voz: Uno, dos, tres, cuatro, cinco seis, siete, ocho, NUEVE…
Cuando acabamos, nos acostamos sobre la cama, un poco apretujados, porque esta no era king size, sino queen size, a descansar. Al rato Dylan dijo que tenía hambre. En eso Ferdinand y papá Harris dijeron que ellos iban a cocinar mientras nosotros nos íbamos dando un baño.
Así hicimos, fuimos juntos al baño, y nos duchamos, en eso estábamos, cuando Dylan me dice:
Respecto a lo que me dijiste cuando le di los golpes a Ferdinand…
¿Qué hay con eso?
Sólo algo que se te puede haber olvidado.
¿Como qué?
Qué nosotros ya no estamos bajo libertad condicional, ya papá se encargó de que incluso no haya expediente alguno en nuestra contra. No sólo somos libres, sino que no hay registros de que hayamos estado en esos lugares.
¿Hablas en serio?
Si quieres pregúntale.
Yo confío en tu palabra amor. Le dije dándole un beso.
De pronto escuchamos a Papá Harris decir desde la cocina:
Hey… Señores… Nosotros también queremos bañarnos.
Eso nos hizo reír y salimos de la ducha. Tan pronto nos secamos, salimos del baño y Papá Harris estaba esperando como desesperado, entró solo y cerró la puerta. Cuando llegamos a la cocina le preguntó Dylan a Ferdinand qué qué sucedía. Ferdinand se rio y dijo que tenía el tanque lleno de leche y necesitaba descargar…
Nos reímos y Ferdinand me dijo: No te rías mucho, porque por mas que tengas doble tanque para alojar todo lo que te suministré, en algún momento tendrá que salir..
Ay amor, tranquilo, es normal… Jajaja… Vas a ver que dentro de un rato te dan las ganas.. Jajajaja…
Bueno, pero de momento, no… Así que, vamos a comer, hay hambre y ya es de noche. Por cierto, ¿cuándo fueron a hacer compras? Pregunté.
Realmente, fuimos a buscar provisiones a su casa mientras ustedes estaban dormidos.
Entiendo, respondí.
Ahhhh que bueno es darse un buen baño, dijo Papá Harris llegando a la cocina completamente desnudo. Me siento muy bien. Hey, y… ¿Ustedes no piensan quitarse esas toallas?
Pueden colgarlas en el lavadero, dijo Ferdinand, junto al baño, aclaró.
Dylan se fue a llevarlas y Ferdinand lo acompañó, en eso le pregunté a Papá Harris:
¿Es cierto que no hay ningún expediente de que hayamos estado en prisión?
Sí, ya me hice cargo de eso.
¿Cómo? Si se puede saber.
Sencillo hijo, tomé algo que se llama teléfono, hice algunas llamadas, y listo.
Pero… ¿Por qué no me había enterado?
Bueno, cosas… Pero tranquilo, disfruta la vida.
En ese momento llegaron Dylan y Ferdinand, comimos, luego bebimos algo de licor, para bajar la cena y nos despedimos de Ferdinand, agradeciendo toda su hospitalidad y atención porque debíamos ir a la casa a descansar, ya que a las 6h00 teníamos que estar ahí trabajando.
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