LIBERTAD CONDICIONAL 9
Parte Nueve.
Novena Parte
(Traducción del inglés)
Desde que llegué de San Francisco he notado a Jacobo muy extraño, en las dos semanas que hemos pasado juntos hemos tenido sexo una sola vez, y eso fue el 5 de julio, al día siguiente de mi llegada. Ya hoy es 17, a sólo tres días de su cumpleaños, he hablado con Kate para organizar una fiesta sorpresa y tenemos todo en marcha.
Kate mencionó a un tal Robert, su sobrino que vino a pasar las vacaciones, según, vive en Nueva Orleans, me preguntó si me parecía bien que estuviera en el agasajo que le estamos preparando a Jacobo. Yo le dije que no sabía quién era, pero que si era su sobrino, no tenía problemas al respecto, al final, somos una sola familia, o en eso nos hemos vuelto. Ella mencionó algo que me dejó pensando: «Ellos se llevan muy bien, se conocieron el 4 y se hicieron muy buenos amigos en seguida». Lo que más me extraña es que el sujeto en cuestión tiene apenas 22 años. ¿Amigo de Jacobo? ¿Se llevan muy bien? Las ruedas de mi cabeza comenzaron a girar y eso no me gusta.
Jacobo ha estado llegando muy tarde a casa, se baña y se acuesta con cuidado para no despertarme. Al despertar, ya no está, como si yo no existiera. Rara vez ha venido a almorzar, y la comida que preparo se pierde, por lo menos su mitad, ya que ni siquiera la toca. Ayer venía hablando por teléfono con alguien y antes de entrar le dijo: «Ya estoy en la casa, te veo luego, no… Dylan está aquí, mejor esperemos. Besos. También. Nos vemos mañana».
Todo apunta a que hay alguien más en su vida, sabe dónde vivimos, sabe de mi, pero no me ha mencionado ni media palabra, por supuesto, yo no le he dicho respecto a los cambios que he visto en él. Detesto cuando las ruedas giran, porque parece que nunca termina bien el asunto.
¿Será que vuelvo a San Francisco y hago mi vida con Oswald? Ya me lo ha propuesto varias veces, pero yo le he sido claro en qué lo que le puedo dar es sexo solamente, porque amo a mi esposo, amo a Jacobo. Pero como que a diferencia mía, él sí ha desarrollado sentimientos hacia esa persona. ¿Será Robert?
Sí, quien puede aclarar todo es Jacobo, pero hay más de una forma de pescar un atún. Así que… Ferdinand, como que debemos hablar. Tomo las llaves me subo a la camioneta y manejo hasta la casa de Ferdinand. Ahí no está la camioneta de Jacobo. Toco la puerta de la casa y abre Lyle.
Dylan… Pasa hombre, siéntate, ¿qué se te ofrece? Estás pálido, ¿quieres café, cerveza, limonada, agua? ¿Te sientes bien?
Agua está bien, gracias. Pues… Digamos que no, no estoy bien.
Ya te traigo el agua, dijo Lyle tratando de hablar de manera calmante. Cuando estuvo de vuelta se sentó a mi lado, tomó mi mano derecha entre las suyas y me dijo: Puedes contarme todo lo que quieras, sin problema.
Creo que la conversación iría mejor en el sentido opuesto… Cuéntame si has visto algo inusual en Jacobo.
¿Se fue de casa? ¿Se mudó a Nueva Orleans?
¿Por qué se iría a Nueva Orleans?
Digamos que si se me hubiera presentado la oportunidad a mí, lo habría hecho. Pero se le presentó a él. El muchacho es bello, de hecho, viéndote, se parece mucho a ti. Podría ser tu hijo, o tu hermano menor.
¿En serio? ¿Dirías que es una versión más joven de mi? ¿Qué edad crees que tengo?
Unos… 34… Tal vez…
Jajajaja realmente tengo 42 años. Que me vea de menos es una cosa que debo agradecer a mi madre.
Y Jacobo… ¿Es mayor o menor que tú?
Mayor por seis meses. Pero somos del mismo año.
Ok, tu eres del 20 de enero entonces.
Del 21 para ser exactos. Porque según, nací a las 0h01.
Jajajaja está bien. Entonces tu esposo va a cumplir 43 este viernes… No pensé que tuviera más de 30… Bueno, en realidad no soy bueno para ese asunto de estimar edades… Jajajaja… ¿Ya te sientes mejor? Tienes mejor semblante que cuando llegaste.
Sí, ya me siento mejor, creo es el calor que ha estado haciendo, parece que fuera a caer un diluvio de tanta humedad que hay últimamente.
Estando en la sala escuché un ruido familiar, era la camioneta de Ferdinand, en eso le pedí a Lyle que no contara nada de lo que hablamos. A lo que él accedió.
Cuando ya me había puesto de pie entró Ferdinand, con su usual alegría.
Hola extraño… Te acordaste que tienes familia… Jejeje…
Hola tío.
¿Qué te trae por acá? Preguntó dándome un abrazo que casi me parte las costillas, será un hombre mayor, pero tiene la fuerza de un grizzly.
En realidad, estaba confirmando la asistencia de ustedes al cumpleaños de Jacobo. Dije cuando pude reponer mi aliento.
Por supuesto que iremos, ¿verdad cielo? Preguntó Ferdinand a su consorte abrazándolo desde la espalda fuertemente.
Claro que si amor, no nos lo vamos a perder por nada del mundo.
Bueno, me parece excelente, sigo mi camino, voy a conversar con Kate respecto a la comida. Quiero que todo sea perfecto. Jacobo es el mejor esposo del mundo, y se merece lo mejor.
Estoy de acuerdo contigo, Kate está en el negocio Jacobo está en Houston, creo que vuelve tarde hoy, o de pronto mañana. Si quieres, puedes quedarte aquí, hay mucho licor para beber… Jejeje.
No creo, debo seguir organizando cosas… De todos modos, gracias.
Así me fui donde Kate. Al llegar la consigo limpiando el local y vi un joven tal como me lo había descrito Lyle. En verdad el parecido conmigo es asombroso.
¡Hola Dylan! Justo estaba pensando en llamarte en este momento. Necesito que me des una mano para mover las mesas y tener todo listo para el cumpleaños de Jacobo. Hay mucho por hacer aún. Robert, cariño, necesito que muevas esas manos, hay que colocar los reflectores nuevos afuera y cambiar los bombillos que estén quemados.
Sí tía. Dijo el muchacho.
Pues, ya que estoy aquí, estoy en plena disposición de ayudarte en lo que sea necesario. Le dije.
Perfecto. Ven acá Robert, quiero presentarte a alguien… Cuando el joven se acercó detallé que somos muy parecidos. Más de lo que creía.
Arreglamos todo, colaboré pintando, colocando luces extra para el evento que se tenía planificado. Después, nos tomamos unas cervezas. Robert comenzó a preguntar respecto a Jacobo, porque no le devolvía las llamadas y su casilla de mensajes ya estaba llena. En eso recibo una llamada de Jacobo.
Amor, creo que ya estoy listo para irme y verte, te extraño mucho, quiero estar contigo, y no dejar de hacer el amor contigo, pero el vuelo sale el viernes, justo para mi cumpleaños, te tengo excelentes noticias, pero te las quiero dar en persona, porque quiero ver tus hermosos ojos cómo se iluminan. Te amo.
Que bueno amor, en verdad me dejas curioso, pero voy a esperar a que vuelvas. Yo también te amo.
Era Jacobo, dije con una sonrisa triunfante, que justo para el viernes estará nuevamente en casa.
¡Excelente! Dijo Kate. Así sabemos que contaremos con la presencia del invitado de honor… Jajajaja.
Por cierto, Robert, ¿por qué lo has estado llamando tantas veces? ¿Necesitas ayuda en alguna cosa? ¿Problemas con tu carro? Jacobo es excelente en eso. Yo he aprendido algo, tal vez te pueda ayudar. Pregunté.
No, simplemente quería hablar con él. Nada más que eso.
Bueno, me retiro por ahora para volver mañana si hace falta.
Cuando iba a cruzar la calle para llegar donde estaba mi vehículo escucho a Robert que me llama. Se acerca a mi y me dice que necesita hablar algunas cosas conmigo, que si puede ser hoy mismo.
¿Respecto a qué? Le pregunté. El muchacho se veía algo perturbado.
Pues… Hay cosas que quiero que sepas, cosas que pasaron entre Jacobo y yo mientras no estabas.
Este no es un buen lugar para eso, si quieres vamos a la casa y conversamos.
¿A… A… Tu casa? ¿D… Donde viven u… ustedes? ¿Se… guro?
Claro, no voy a ponerme a hablar esas cosas contigo aquí en medio de la vía, y ya quiero llegar a darme un baño y estar más cómodo.
Bu… Bueno… Vamos.
Yo me reía por dentro viendo los nervios de ese muchacho, a su edad ya yo era más decidido que él.
Nos metimos en la camioneta y al poner en marcha el motor le dije:
Sé que has tenido sexo con Jacobo, sé que te estás enamorando de él, pero quiero que sepas que él es un hombre casado, está casado conmigo y nosotros compartimos absolutamente todo lo que hacemos. Así que, si quieres ir a la casa, podemos, si es de tener sexo, igual, pero te recomiendo que dejes la obsesión con él, en Nueva Orleans está parte de tu vida aún. Vívela, disfrútala, es tu momento de hacer lo que te dé la gana, pero no te involucres con quienes no pueden corresponderte. Ahora, ¿quieres ir a la cabaña conmigo? Tienes la opción de bajarte y desistir de la idea.
Robert lo que hizo fue asegurar su cinturón de seguridad.
Manejé hasta la casa y Robert no había mencionado una sola palabra en todo el recorrido. Cuando llegamos me dijo que realmente él no quería interponerse en la relación, pero que no podía negar que Jacobo lo excitó desde el momento en que lo vio en el club esa piel morena, esos rasgos tan imponentes, el cuerpo tan desarrollado y ese enorme bulto que marcaba bajo el bañador, eran como un combo que siempre había tenido como fantasía, y de verdad que no pudo ni siquiera pensar en nada, sólo sentía la necesidad de que Jacobo lo hiciera suyo, que lo poseyera, que lo sometiera y le hiciera lo que quisiera.
Entiendo perfectamente, le dije antes de entrar.
Entró tras de mí, cerré bien la puerta y comencé a desvestirme, recogí la ropa, la coloqué en el cesto de ropa sucia y me dirigí a bañar. Le dije que se sintiera cómodo. Que no había problema si deseaba compartir la ducha conmigo. En seguida se desnudó y pude ver su erección ya a tope y emanando precum. Me hice el desentendido y fui ajustando la temperatura de la ducha. Cuando estaba a punto de entrar llega él al baño y como si necesitara permiso se quedó en el umbral de la puerta.
Pasa muchacho, aquí cabemos los dos. Le dije, a lo que él obedeció, siempre con la mirada gacha, como apenado, apenas entró lo abracé y lo comencé a besar.
Lo sentía tembloroso. Como asustado.
Comencé a acariciar su espalda, nuestras vergas se rozaban y la mía ya estaba en todo su esplendor. Con mis dedos fui hurgando en su culo, lo cual lo hizo soltar un suspiro y relajarse un poco más.
Su parecido conmigo era impresionante, en todo. Como si fuera hermano mío.
Ya una vez que pude introducir tres dedos en su culo se dio la vuelta y comenzó a buscar mi verga para empalarse él mismo… Su culo se abría gustoso a medida que iba llenando poco a poco su cavidad, yo sentía que era lo más delicioso que había experimentado hasta ahora. Sentí cómo succionaba mi verga con su culo, uffffff…
Ahora entiendo por qué Jacobo estaba tan satisfecho sexualmente, este muchacho es una maravilla… Mientras estaba ensartado yo acariciaba sus pectorales, pellizcaba sus tetillas y con la otra mano iba masajeando su verga, que no dejaba de palpitar en mi mano.
Así pasamos unos cuarenta minutos, dándole verga poco a poco, quería controlar todo, no quería llegar al orgasmo antes que él, quería sentir las contracciones de su ano para poder dejar bien preñado de mi leche caliente ese culo delicioso que se me había ofrecido de una manera tan voluntaria y placentera. Ahhhh… Lo escuchaba gemir… Ahhhhhhh… Estoy a punto de correrme, me dijo entre susurros, tímidamente, con un tono un poco agudo y tímido a la vez… ¿Quieres que te preñe? Le pregunté y me dijo que sí, que lo necesitaba… Ahhhh… No aguanto más… Por favor, por favor… Llena mi culo con tu leche… Hazlo… Ahhhh… Me rogaba.
Ya mi eyaculación era inminente. Ahí te va… Le dije, y como si hubiéramos ensayado, lo escuché contar a mi unísono: Uno, dos, tres, cuatro cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, TRECE…
Madre mía, trece chorros de mi leche fueron depositados en su hermoso culo, y él derramó la misma cantidad en mi mano… Mi verga salió totalmente flácida de su encierro y la de él también se fue a reposo inmediatamente. Uffffff que delicia de muchacho.
Después aguardamos hasta que nos dieron ganas de orinar, ahí mismo en la ducha y nos bañamos. Al salir del baño le di besos hasta más no poder, de todos los hombres con quien he estado este me ha vuelto loco completamente.
Quiero formar parte de su vida, quiero que viva con nosotros, no es normal lo que siento, lo deseo tanto que mi verga se vuelve a poner dura como un mástil. Estábamos en la cocina, me subí a la encimera y él se sentó en un banco a mamar, que manera de mamar… Ahhhh… Mientras va mamando va halando mis bolas, eso me encanta… Las hala y las aprieta fuerte, uffffff… Se las mete a la boca y muerde suave, ahhhh…
Le ofrezco mi culo para que lo lama y él no se hace rogar, mete su lengua hablidosa, sabe cómo comerse mi culo, uffffff… Me va a hacer explotar de placer, mi corazón se acelera de manera tal que no puedo mas… Me come la verga nuevamente y cojo su hermosa cabeza de cabellos rojos como los míos, le marco el ritmo, lo suelto y él sigue el ritmo que le indiqué. Uffffff, ¿cómo no estuve aquí cuando Jacobo disfrutó de todo este caramelo de jengibre? Que delicia… Ahhhh… Habrá pasado una media hora cuando siento que me vengo, uffffff… Ya no puedo más… No puedo contenerme, ¿le digo? No, mejor le lleno la boca de sorpresa. Ahhhh… Estoy en el mismísimo cielo con este muchacho que tiene la mitad de mi edad prácticamente, ahhhh… Jamás había estado con alguien tan menor, uffffff… Me vuelve loco… Ahhhh… Uffffff.. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, ONCE… AHHHH… Me recorre un escalofrío desde Los pies hasta la cabeza y como una ola se devuelve.
Lo veo tragar con glotonería mi leche y recoger con su lengua lo que escurrió de sus comisuras. Me bajo de la encimera y le doy un beso apasionado, saboreo aún mi leche en su boca, me siento feliz. Ya más relajados nos sentamos desnudos en el sofá de la sala a beber unas cervezas.
¿Te gustó? Me pregunta con esos ojos hermosos mirando fijamente a los míos.
Jajajaja por supuesto que sí, ¿y a tí?
A mí también, pero hay algo de lo que necesito hablar contigo.
¿Hablar? Tenemos toda la noche para tener sexo, le dije abrazándolo y comenzando a mover mi mano al rededor de su verga que ya estaba tomando rigidez nuevamente… Después podemos hablar hasta de astro física si deseas, le dije.
Es en serio, en verdad hay algo que necesito decirte, y debí hacerlo antes de que pasara todo esto.
Bueno, pero podemos hablar durante el sexo, sin problema alguno…
No, es un asunto serio. Y no sé cómo van a ser las cosas después de decirte lo que necesito contarte.
En ese momento se esfumó de un soplo mi morbo, sólo quedaba mi verga rezumando precum, pero ya sin erección. Me levanté hacia la cocina encendí una hornilla y puse a hacer café. Robert se acercó, y mirándome a los ojos me dijo que disculpara su actitud, pero en realidad era importante lo que debía decirme.
¿Tiene una ets? ¿Quiere que mate a Jacobo? ¿Anda en problemas legales?
Cuando estuvo el café y se lo serví rompió el silencio.
A ver… ¿Por dónde empiezo?
Por donde te sientas más cómodo, tienes toda mi atención…
Bueno, como ya sabes, vengo de Nueva Orleans, allá vivo con mi madre, estudio, y trabajo en una cafetería, además de eso, tengo mi novia, que está perfectamente al tanto de mi bisexualidad. De hecho, nos gusta mucho hacer tríos con hombres, como le conté a Jacobo, a ella la enciende que me estén dando verga por el culo mientras le doy por el coño… Así de mente abierta somos.
Excelente, ¿eso era lo que necesitabas decirme?
Ehhhh… No… Vamos a la sala, ahí estaremos más cómodos.
Yo me senté en mi poltrona favorita y él en el sofá. Estábamos en L, pero yo no dejaba de ver su hermoso cuerpo.
Mi mamá es prima de Kate, pero su madre falleció cuando ella estaba pequeña y la madre de Kate se encargó de su crianza. Por eso se tratan de hermanas.
Suele ocurrir…
Sí, pero lo interesante es que a los 17 mi mamá se casó con su amor de la secundaria, intentaron tener hijos durante 2 años sin éxito, hasta que se hicieron los exámenes y resultó que el problema era él, no ella. Por esto decidieron ir a una clínica de fertilidad en San Francisco, ella vio la información del donante y le gustó, incluso, averiguó el nombre. Dylan Johnson. Le dieron tu dirección y ella no fue sino mucho después que yo había nacido a verte, y le dijeron que estabas en prisión.
Espera… ¿Por qué me cuentas esto?
Porque tú eres mi papá.
Jajajaja ¿y se supone que debo creer en esa mentira? ¿Qué se supone que vas a lograr con eso? ¿Quieres que te dé mi apellido? ¿De eso se trata? ¿A qué coños viene toda esa mierda?
Podemos hacernos una prueba de ADN si deseas, pero si ves, el parecido es impresionante.
Peter, el marido de mi madre, no ha sido un mal padre, me ha dado todo el amor y cariño que necesitaba para crecer, nunca faltó comida en casa, ni hubo ningún tipo de carencias. Ama a mi mamá y me ama incondicionalmente, pero él se enteró por Kate que tú estabas viviendo en Austin y me alentó a venir a conocerte, en verdad quería hacerlo, quería hablar esto contigo antes, pero antes, vino el sexo.
Espera… Sólo querías que supiera que existes, que eres mi hijo, pero no quieres que sea tu padre… Porque según tú, tienes uno que te ama y te ha dado de todo. Entonces… ¿QUÉ COÑOS QUIERES?
Quiero que sepas que además de la atracción sexual que hay, hay un nexo sanguíneo entre los dos. Y quiero ser parte de tu vida, así como de la de Jacobo, creo que podemos incluso llegar a convivir. Sin problemas.
¿Jacobo sabe algo de esto que me acabas de comentar?
Sí, tal vez por eso estará un poco distante, dijo que no era fácil asimilar que había estado sexualmente con un hijo de su esposo.
Así que comprenderás que no es fácil para mí asimilar que acabo de darte mi leche en el culo y la boca.
Y que hace quince minutos querías coger conmigo otra vez. Entiendo que no te resulte fácil. Si quieres, me voy. Dijo haciendo un ademán de levantarse.
No, quédate… Por favor…
¿Hablas en serio?
Sí, hablo en serio. Mira Robert, de verdad me parece admirable que hayas tenido el valor de contarme todo esto. No te niego que me dejas asombrado, pero si eres mi hijo, y antes de saberlo ya habíamos tenido sexo, y lo pasamos muy bien, ¿por qué no seguir adelante? Yo no veo nada de malo en que sigamos compartiendo sexualmente, incluso, con Jacobo. Ahora entiendo por qué estaba distinto, hasta distante, no es fácil asumir que se cogió a mi hijo. Jajajaja… Pero aún cuando entre nosotros hay un nexo genético, biológico, yo no sabia nada de tu existencia hasta hace unos minutos. ¿Me sigues?
Creo que sí…
Perfecto, además, no es que vas a quedar embarazado de tu padre… Jajajaja… ¿Alguien más está al tanto de todo esto? Además de tu madre… Por ejemplo: ¿Kate?
Sí, ella lo sabe, y me dijo que no te contara nada, porque no sabía cómo podías reaccionar. Por otro lado, me dijo que eres un ser maravilloso, y que siempre te ha visto un cierto aire paternal. Que eres un hombre muy especial, comprensivo y muy sincero. Pero que mejor no te haga enojar porque tienes puños de acero, que incluso derribaste a Ferdinand.
Es cierto, lo de Ferdinand, pero lo demás es una bonita apreciación que tiene ella de mi.
¿Quieres que te llame Papá?
¿Después de 22 años? Nahhh… Llámame Dylan, como lo hace todo el mundo. O simplemente D. No creo que sea necesario, salvo que quieras que te dé mi apellido. Lo cual implicaría un proceso largo y tedioso, todos tus documentos tendrían que ser actualizados. Además, tu tienes un padre que te ha dado de todo, techo, ropa, comida, educación, y se llama Peter. Así que no le veo sentido a esos romanticismos. Aunque, si en el sexo lo quieres hacer, sería tu papito… Jajajaja… Mira como se me pone nada más de pensar en darte por ese culito nuevamente… Ya hasta está babeando…
Y… ¿Papi quiere que tome leche de su biberón?
Toda la que quieras… Toda… Por la boca y por el culito… Me encanta ese culo que tienes. Dije mientras me la meneaba una y otra vez delante de mi recién descubierto hijo.
Puede ser que esté mal, pero saber eso, lejos de asustarme, me dio más morbo del que pensé que podría sentir.
Robert se acercó gateando y tomó mi verga con sus labios directamente, comenzó a mamar tal y como le había indicado hacía rato en la cocina.
Sus manos las llevó hacia mis pectorales, los cuales masajeaban y sus dedos pellizcaban sensualmente mis pezones… Sentía su saliva chorreando por mi verga y mis bolas ahhhh… Que delicia… Sentía que había más que simples impulsos sexuales, había como una devoción de parte de él hacia mí, estaba venerando la verga de donde salió el semen que le permitió formarse. Y ese mismo día ya lo había degustado y recibido por el culo… Ahhhh sigue mi Robert, sigue hijo… Así estuvimos unos veinte minutos… Hasta que decidió cambiar de posición, quería sentarse sobre el regazo paterno, pero con mi verga dentro.
De espaldas a mí, se fue metiendo poco a poco mi verga, cuando la tuvo toda dentro, se dejó caer sobre mi pecho, el contacto de su espalda me encantaba, y yo no dejaba de masajear sus pectorales perfectos. Uffffff… Que muchacho más tremendo. Me encanta cómo se mueve, cómo contonea su cintura, y el sonido de sus nalgas chocando contra mi pelvis. Uffffff.
Cuidando de no salirme de él, me pongo de pie y nos dirigimos a la habitación, quiero hacer el amor de verdad con él, no sólo quiero coger y listo. Poco a poco subimos a la cama, y él quedó boca abajo sobre el colchón, con sus caderas levantadas y sus hermosos glúteos a mi vista.
Que visión tan perfecta, un cuerpo hermoso mis genes irlandeses fueron dominantes, este muchacho de verdad me va a cambiar la vida… Retiré completamente mi verga de su culo y la unté con lubricante, generosamente. Deslizó como si nada. Mi hijo gemía a cada embestida que le iba dando su papá.
Uffffff… Esto es un sueño hecho realidad, para algunos estará mal, pero es la mejor experiencia que he tenido en años. Así fui dándole una y otra vez, estábamos sudados, empapados, lo giré de manera que quedáramos de frente, me encorvé para oler sus axilas, ese olor a limpio, sin desodorante, me excita, y su olor es el mismo mío.
Ahhhh hijoooo… Le dije… Él gemía… Lamí sus axilas, peludas, olorosas, besé su pecho, lamía y mordía sus pezones. Que Dios me perdone, pero si esto es pecado quiero irme al infierno con mi muchacho.
Vi que echó su cabeza hacia atrás, encorvando su espalda hacia mí, metí mis brazos por debajo y en un movimiento rápido quedamos los dos sentados frente a frente, su verga grande y gruesa no paraba de lubricar entre nuestros abdominales marcados, esa fricción lo hizo explotar en una eyaculación tan fuerte e intensa que hasta nuestras barbillas recibieron disparos. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, ONCE… Contamos.
Yo aún no acababa, pero sus contracciones me ayudaron a acelerar… Ahhhh… HIJOOOO… TE QUIERO PREÑAAAAAAAAR… Grité con el alma.
Hazlo papá, hazlo, preña a tu hijooooo…
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, DIEZ… Uffffff… Diez disparos dentro de mi hijo hermoso.
Caí de espaldas y él sobre mi cuerpo, sudados, empegostados de su leche, con mi leche en su culo, me vio a los ojos y me di cuenta que él había disfrutado tanto como yo. Luego se acomodó sobre mí y así mismo, con mi verga dentro de él, nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente nos despertamos, él estaba abrazado a mi cuerpo, con su pierna derecha sobre mi muslo izquierdo su pecho pegado al mío y su brazo derecho rodeando mi espalda. Jajajaja hasta en eso nos parecemos. Le di un beso en los labios y abrió sus ojos para volver a cerrarlos.
Es muy temprano papá… Aún no he descansado…
Bueno, pero uno de los dos debe hacer el desayuno.
Nahhh… Comemos donde mi tía Kate. Ella va a tener waffles. Dijo aún medio dormido y bostezando. Además, aún no he recibido mi ración de leche… Jeje…
Jajajaja… Ya sabes de dónde la puedes sacar.
Y sin decir más, se puso manos a la obra. Comenzó dándome un beso de buenos días, y poco a poco fue en descenso por mi cuello, mi pecho, mi abdomen. Cuando llegó a mi verga, la encontró completamente erecta y fue metiendo lentamente cada porción en su boca, hasta engullir por completo toda su extensión y grosor. Yo coloqué mis manos tras mi cabeza y me dejaba hacer, este muchacho sabe hacer lo suyo, pensaba. Sabe cómo me gusta que me mamen, laman, muerdan… Uffffff… Dios bendiga a América…
Me levantó las rodillas dejando la entrada de mi culo a su vista y comenzó a lamerlo con ganas… Cuando vio que estaba bien ensalivado introdujo dos dedos, haciendo que mi verga saltara y babeara una buena cantidad de precum. Él se dio cuenta y regó por toda mi verga ese líquido viscoso con sus dedos para luego meterse todo a la boca sin dejar de masajear mi próstata con sus dedos. Yo intentaba contenerme, pero fue imposible, y comenzó el conteo… Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, DIEZ… Diez chorros de mi leche bajaron por su garganta… Aún con la pólvora de mi último disparo en su boca me besó y me dio a comer mi propia leche.
Después de eso yo seguía excitado, él no dejaba de hurgar en mi culo, y cuál es mi sorpresa cuando mi hijo, mi propio hijo, busca el lubricante, coloca una buena cantidad en mi culo y comienza a hundir lentamente su verga veinteañera dentro del culo hambriento de este hombre maduro. Poco a poco fue tomando posesión de mi, lentamente, una vez que estuvo completamente dentro se quedó quieto, salvo por su respiración, acelerada, mi pequeño sudaba y su pecho estaba rojo, al igual que su cuello y su hermoso rostro angelical. Después de unos minutos comenzó un bamboleo lento, muy despacio, para que sintiera toda su dimensión dentro de mí.
Lo abracé y rodeé su cintura con mis piernas, quería que ese momento fuera eterno. Él sacaba todo, dejando un gran vacío en mi que en seguida estaba llenando nuevamente, así estuvimos unas dos horas, en verdad que tiene bastante control. Hasta que me dijo al oído algo que nunca he de olvidar: Papá… Quiero preñarte…
Hazlo hijo, le respondí, hazlo cuando quieras… Soy tu papá y soy tu hombre. Disfrútame como quieras.
Uffffff papi, te amo…
Yo también bebé, dale esa leche a tu papi, préñame…
No acababa de decir eso cuando mi potro empezó a contar: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, TRECE… AHHHH… Y cayó rendido sobre mi cuerpo. Nos volvimos a besar, más con ternura, pero igual de apasionados. Cuando su verga salió de mí, se acomodó de manera que su cabeza quedó sobre mí pectoral izquierdo.
Jajaja… Tu corazón no desacelera aún.
Tú me lo haces palpitar sin cesar… Jajajaja… Lo besé en la frente y le dije para bañarnos porque ya no aguantaba más el hambre. Así hicimos, nos bañamos, se puso una camisa mía, sin ropa interior ninguno de los dos, y nos fuimos a comer waffles donde Kate.
Veo que decidieron aparecer, dijo Kate apenas nos vio. James está en casa, haciendo el mesón donde se van a colocar los regalos, ya el del pastel está listo y el de los pasapalos también. Ya mañana llega nuestro homenajeado.
Papá, voy a ir a la cocina a buscar unos waffles, dijo Robert, y me dio un abrazo que respondí y estampé un beso en su frente.
Asi que… Papá… Jajajaja… Que bueno que hayan hablado, yo no le veía necesidad, pero ya que eso no generó incomodidad… Dijo Kate riendo. ¿Vas a dar una mano? Los mirones estorban. Me dijo.
¿En qué necesitas ayuda?
En el negocio… Hay gente esperando que le lleven sus pedidos a la mesa, anda y apura a Josephine y a Darwin, que deben estar hablando de todo y sin ocuparse.
Así hice, fui a la ventana de despacho y les dije que había gente esperando. En seguida comenzaron a salir los pedidos. Llevé a las mesas y me fueron dando propinas.
Dylan, necesito que limpies el baño de caballeros, alguien no supo apuntar y anegó eso. Sabes dónde está todo. Ve… Me dijo Kate.
Una vez que terminé ya salía Robert con los waffles en una bandeja y el montón de salsas.
Nos sentamos a comer, para luego seguir ayudando a Kate. En lo que terminamos, Kate nos dijo que necesitaba que fuéramos donde Ferdinand a pedirle tres cocteleras para tenerlas listas para mañana, cada una con su colador.
Cruzando hacia la casa de Ferdinand, Robert me preguntó si me incomodaba que me dijera papá. Yo le dije que no había problema, que sólo tenía que acostumbrarme a que mi novio veinteañero sea mi hijo… Lo cual le dio risa y apoyó su cabeza junto a la mía.
Ferdinand estaba en el taller y Lyle nos entregó las cocteleras, con sus respectivos coladores, como dijo Kate. Luego fuimos a llevarlas y de ahí a la casa, no sin antes pasar por casa de Kate buscando algunas cosas de Robert.
Llegamos y escuchamos a James trabajando en el patio con su sierra. Fui a saludar mientras Robert buscaba lo que iba a necesitar.
Craso error… Al llegar al patio vi a James con una camiseta sin mangas, su torso empapado de sudor, ví también cómo deslizaba el sudor por su pecho poblado de vellos negros con canas, sus brazos completamente velludos expuestos de esa manera, dejando ver esos bíceps que marcaban venas, un jean ajustado desgastado casi hasta la entrepierna, donde marcaba un tremendo paquete y un culo perfecto, aún con el cinturón de herramientas puesto, botas y gafas de seguridad, su cabello abundante, negro con canas amarrado en una media cola, todo eso me causó una gran erección imposible de disimular bajo mis pantalones holgados. En mala hora decidí andar sin slip.
Cuando se dio cuenta que lo observaba James se acercó con una sonrisa de oreja a oreja y me dijo: Pero mira lo que trajo el gato… Apretando mi cuerpo contra el suyo, lo cual me puso peor, su olor a macho trabajador fue demasiado, él se percató de mi evidente empalme y con su mano derecha tomó mi verga por encima del pantalón diciendo: que bueno que te alegre verme D…
¿Era en serio? ¿O me lo estaba imaginando?
Pero peor fue cuando me dio un beso breve en los labios y estrujó mis tetillas. Diossss…
Vamos adentro, te preparo un té helado. Hace un calor infernal. ¿Viniste solo?
Ehhhh… Con dos de azúcar… Respondí…
Jajajaja… Vamos, que te está afectando el sol.
Entramos por la puerta trasera, que llegaba directo a la cocina, James comenzó a buscar para preparar el té y volvió a preguntar: ¿Viniste solo?
Ehhhh… No… Robert está también.
En eso entra Robert a la cocina, ya con un pequeño morral a cuestas.
Hola James, le saluda sonriente.
Hola muñeco, le dice James dándole un abrazo y un beso en la frente. ¿Vas a quedarte donde D? Bueno, sería Gran D, por lo que palpé hace un momento. Jajajaja.
Ehhhh… Sí, vine por algunas cosas.
Que bueno, ya está listo el té, tomen, ustedes son grandes, son familia y saben dónde están los vasos, yo me voy a dar un baño porque apestoso como yo, no hay… Jajajaja…
Salió al patio y entró en un pequeño baño a la intemperie, donde sólo hay una ducha, ese lo utiliza sólo cuando no quiere usar el de dentro de casa, sea que haya llegado de cacería o que haya estado trabajando durante el día. Habrán pasado unos cinco minutos cuando de pronto pide una toalla para secarse. Yo me ofrezco a llevarla y cuando llego a la ducha lo veo por fin completamente desnudo.
Ehhhh… Aquí está la toalla. Le dije.
Gracias vaquero, ¿quieres darte un baño también? El agua está bastante fresca. Y aquí cabemos los dos. Lo único es que podemos estar rozando… Jajajaja… Pero estamos entre machos y tú sabes que yo no soy precisamente el que se resiste a tener sexo cuando me fluye la sangre como debe…
Está Robert… Dije bajando la mirada… Y tratando de esconder mi erección. Ese hombre me encanta desde que lo vi por primera vez.
No sientas pena, me dijo, ven, métete, deja la ropa allá y entra.
No pude más, por mas que mi cerebro decía que no, mi cuerpo quería. Así que me desnudé y entré a la ducha, James tiene una verga enorme de verdad, casi debe medir 25 centímetros de largo y proporcionalmente gruesa. Ya yo había escuchado rumores respecto a su bisexualidad, y que Kate no se ponía celosa al respecto, ahora entendí por qué. No es fácil que ese monstruo quepa en ningún lado. Lo insólito es que estaba separada de su abdomen en un ángulo de 15°, con su estatura y lo corpulento debe tener un corazón de toro, para poder bombear tanta sangre y no desmayarse.
Ups… Perdón, me dijo cuando su verga rozó mis nalgas, dejando escapar una risa. Tomó la barra de jabón y me empezó a enjabonar la espalda.
Tienes un cuerpo hermoso Dylan, no sabes las ganas que he tenido de hacerte mío desde que te conocí.
Desde mis hombros fue recorriendo mi espalda hasta la raja de mis nalgas e introdujo sus dedos, los cuales entraron con facilidad.
Uffffff… Te entran tres de una vez, estás caliente… Déjame tomar bien tu temperatura con este termómetro que babea por ti. Dicho esto apuntó su enorme cabeza a la entrada de mi ano y me fue metiendo cada pulgada. Dolía un infierno, pero no protesté. No pasó mucho tiempo antes de que tuviera a su pelvis en contacto con mis glúteos. Comenzó a moverse, acariciando mi pecho, jalando mi verga, mordiendo mis orejas, besándome, ahhhh… Yo estaba disfrutando, ese taladro enorme que perforación tras perforación me hacía suyo… Ahhhh… Cada vez más duro, cada vez iba acelerando.
Uffffff… Esta va a ser una probada, ahhhh… Luego lo haremos con calma ahhhh… Mierda Dylan, amo tu culo, que bien se siente… Ahhhh… Ahí te va mi leeeeeecheeee… Ahhhhhhh… Uffffff…. COÑO… COÑO… AHHHH.. UFFFFFF… DIOSSSS…
Así me echó siete chorros de su leche en mi interior. En seguida sacó todo su mástil y se lavó bien, lavando después mi culo con esmero.
Gracias, necesitaba vaciar leche, cuando paso dos días sin coger me duelen las bolas. Y donde mejor me corro es en un buen culo, pero a Kate no le gusta que se la meta seguido por ahí. Pero veo que tú no tienes problema con eso. Jeje…
A mi me encantó, y quiero que vuelva a suceder.
Sí, pero ahí está Robert, mejor en otro momento.
Me dio un beso, nos secamos, me vestí y fui por Robert para irnos a la casa.
Al vernos, yo con el cabello aún mojado, y James con la toalla amarrada a la cintura, Robert sonrió, de pronto imaginando lo que había pasado. Sentía que iba a pedir explicaciones, pero él estaba estupefacto viendo el torso del marido de su tía. Casi se le salían los ojos de sus cuencas.
¿Vamos hijo? Le pregunté. Sacándolo de ese estado similar a un trance.
Ehhhh… Bueno… Sí… Si estás listo, yo también pá, me respondió.
¿En serio son padre e hijo? Preguntó James terminando de secarse el cabello y sin nada que le cubriera.
¡POR AMOR A DIOS JAMES! Ponte algo… Dijo Robert al ver la descomunal verga que acababa de vaciarse en mi culo minutos antes y volteando la cabeza para no ver.
Jajajaja… Estamos solos, entre hombres. Y estoy en la comodidad de mi hogar… En eso sonó su teléfono y era nada más que Kate.
Hola tú… Está bien, en unos minu… OK… Sí, ya terminé, ajá… Voy sa…
¿La jefa? Le pregunté.
Sí, Katezilla, anda molesta porque el mesón aún no ha llegado. ¿Me ayudan a subirlo a la camioneta mientras me visto?
Anda, nosotros nos encargamos, le dijo Robert.
Como pudimos subimos el enorme mesón a la camioneta.
Cuando estuvo listo, salió James con su atuendo para trabajar en el bar. ¿Cómo hace para guardar semejante monstruo que tiene entre las piernas en un brief, colocarse un jean ajustado y no sentir que anda ahorcado? Se había vestido con un jean negro, camisa tipo leñador de cuadros rojos y azules, chaleco negro de jean con el logo del bar en la espalda, botas, cinturón y sombrero negros. Se veía espectacular.
Se despidió dándonos un abrazo fuerte a cada uno y se fue a trabajar. Nosotros nos fuimos a la casa. En la vía no dejaba de recordar la tremenda cogida que había echado con James una hora y un poco más atrás. Aún no había saciado mis ganas de sexo… Ese momento con James me dejó con más ganas inclusive.
Al llegar, apenas entramos, le comencé a quitar la ropa a Robert y besarlo apasionadamente. Él no entendía lo que pasaba, lo supe por su mirada, pero se dejó llevar.
Su cuerpo caliente me estaba volviendo loco de deseo. Cuando lo tuve desnudo completamente comencé a mamar su verga, que ya estaba en el punto exacto. Completamente dura. Uffffff decía mi muchacho cada vez que hacía desaparecer su larga y gruesa verga en mi boca. Ahhhh… Cuando chupaba sus bolas… Me quité el pantalón y me apoyé contra el sofá dejando mi culo a su disposición, él no dijo nada, sólo metió su verga dentro de mi y comenzó a cogerme.
Dame duro, le decía, cógeme con fuerza. Hazme tuyo hijo… Él me daba duro, como si fuera su perra. Me daba nalgadas, me insultó hasta más no poder, yo estaba en el cielo. Me estaba sintiendo de lo mejor, uffffff… Hacía tiempo que no me sentía violado.
Cuando fue a acabar no me lo anunció, simplemente comenzó su conteo: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, TRECE… AHHHH… COÑO PAPÁ… TE PREÑÉ… UFFFFFF… Decía mi Robert.
Cuando terminó de salir su última gota sacó su verga y me hizo limpiar los restos con mi boca… Que locura… Yo aún no había acabado y él se ocupó, mientras yo limpiaba su verga, de la mía. No pude resistir mucho tiempo, en menos de cinco minutos ya estaba explotando en su boca. Mentalmente yo contaba: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, DIEZ… uffffff… Y en ese instante mi niño acabó con la misma cantidad en mi boca. Ninguno de los dos tragó, nos intercambiamos las leches en un beso blanco. De haber planificado eso, no habría salido.
Nos fuimos a dar una ducha, para comer y dormir.
A la mañana siguiente desperté a Robert con una mamada… Quería más leche, no sé explicar lo que me pasa con él, soy adicto a su cuerpo, su leche, su culo, el olor de sus axilas sudadas me vuelve loco, lo mismo lamer sus bolas sudorosas. Ayer en la noche hizo calor, y él no se quitó la cobija en ningún momento, por lo que estaba todo con ese sabor a sudor de cama.
Durante media hora estuve pegado a ese surtidor de leche de macho. Estaba deseando una descarga caliente en mi garganta, y Robert no iba a dejar de darme lo que necesitaba. Tomó mi cabeza con sus manos y empujó hasta que traspasó mi garganta y se corrió… Él no cesaba los gemidos, demostrando lo que estaba gozando.
Después de acabar salimos de la habitación, desnudos y me puse a hacer unos panqueques para desayunar. Él se metió a la ducha, cuando estuvo listo, ya estaban los panqueques, comimos y fuimos donde Kate a terminar de acomodar todo para la fiesta de Jacobo.
No sin antes llamarlo, desearle feliz cumpleaños y verificar a qué hora salía su vuelo, me dijo que me enviaba toda la información al teléfono. Número de vuelo, aerolínea y todo. Que deseaba verme como no tenía idea.
Después de esa conversación nos fuimos donde Kate.
Casi todos nuestros amigos estaban ahí, acomodando, colocando manteles, colocando las comidas, el pastel, los pasapalos.
Cuando llegamos eran las 15h00… Ya como a las 20h00 estaba todo listo, todos arreglados para recibir a Jacobo. Me fui al aeropuerto con Kate, James, Ferdinand, Lyle y Robert. Habíamos preparado una pancarta para que la viera apenas bajara del avión.
Yo veía las pizarras del aeropuerto y nada que veía el vuelo. Me acerqué a un puesto de atención de la aerolínea y le pregunté a la joven del front desk: ¿A qué hora se supone que llega este vuelo? Hace más de veinte minutos que debía estar aquí. La joven me dijo que iba a averiguar. Hizo una llamada y vi su semblante cambiar. ¿En serio? Preguntó. ¿Por qué no habían notificado? Aquí hay gente esperando los pasajeros…
En lo que colgó el teléfono me vio con los ojos llorosos y me dijo: Señor… El avión…
Kate se acercó nerviosa y le dijo: Hola Mary Ann… ¿Pasa algo con el vuelo que venía de Houston?
Le estaba diciendo al señor…
Pero termina de decir, le dije exaltado.
Señor, señora Kate, el vuelo no logró despegar. Explotó en la pista y no hay sobrevivientes.
No… No… ¡NO! SI ES UNA BROMA ES DE MUY MAL GUSTO… NOOOOOOO… Grité desesperado.
Segundos después pasaron la noticia por la televisión.
NOOOOOO… JACOBO NOOOOOOO… NOOOOOOO… ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? NOOOOOOO…
Robert intentó calmarme y lo aparté de un solo golpe en el pecho. Ferdinand y James me trataban de contener. Pueden haber pasado minutos, pero para mí fueron días… Quería matar gente, cuando de pronto oigo una voz que dice:
¿A qué se debe esta conmoción?
Cuando volteo, era Jacobo. Él había perdido el vuelo porque el taxi demoró demasiado y tuvo que comprar otro boleto que salía una hora y media después, pero demoró porque había que despejar la pista debido al siniestro.
Nunca abordó el avión que había explotado. Afortunadamente, porque no sé qué habría hecho sin él, ya me visualizaba en una espiral demencial.
Mi reacción, lejos de abrazarlo y besarlo, como se suponía que debía ser el recibimiento, fue darle un golpe en la mandíbula, ya lo hacía muerto, y yo viudo. Pero ahí estaba, vivo y ahora con el labio inferior roto. No lo lancé al suelo, pero sí tambaleó, y en vez de devolver el golpe, me abrazo diciendo: Yo también te extrañé mi vida. Esas palabras lograron que me calmara.
Los de seguridad del aeropuerto no se metieron. Reclamamos el equipaje y nos fuimos.
Llegamos directo donde Kate y tuvimos la celebración sorpresa del cumpleaños de Jacobo. Todos nuestros amigos se dieron cita, la cantidad de regalos no fue normal, mejor que años atrás, Jacobo no cabía de felicidad, cuando le cantamos el cumpleaños lloró de la emoción, se lo atribuyó al golpe… Jajajaja… Salimos de ahí como a eso de las 5h30. Bien borrachos, pero muy contentos.
Cuando terminó la fiesta, después de todas la emociones del día, además de todo lo que bebimos, nos fuimos a la casa caminando. Jacobo, mi esposo amado, Robert, mi hijo adorado, y yo, el hombre más feliz del mundo. Necesitábamos descansar, y eso fue lo que pudimos hacer…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!