Lluvia dorada dentro de mi…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, soy Arturo, tengo 50 años y me inició en el amor entre hombres un señor adinerado que tenía empleada a mi abuela, ella vivía en la casa y yo me quedaba a dormir a menudo. Recuerdo que era un hombre mayor, Alejandro, muy moreno, y al principio me ganó con regalitos, aunque no le costó gran trabajo ya que me encantó desde el principio.
Recuerdo que me hacía sentar en una silla y se ponía a mi lado en pie, se sacaba su enorme polla, aún flacida, con ese tremendo glande morado, y me la restregaba por la cara y el pelo, me decía que lo chupara como si fuera un caramelo, cosa que yo hacía encantado, pasaba mi lengua a todo lo largo, hasta los enormes huevos que le colgaban, y luego intentaba metermela en la boca pero era imposible, le encantaba que le metiera la puntita de la lengua en su agujerito, y esa tremenda polla empezaba a engordar y a engordar, y a estirarse, con unas venas muy gruesas que lo atravesaban entero, yo lo cogía con mis dos manitas y apenas abarcaban la mitad de su longitud, pero desde luego no todo su grosor, le masturbaba con las dos manos mientras apenas el principio del glande lo metía en mi boca, él me decía que se la apretara muy fuerte con las manos mientras subía y bajaba y yo notaba el calor inmenso que salía de aquel mastil imponente y tan sabroso, hasta que empezaban a recorrerle unos espamos y comenzaba a disparar una tremenda andanada de semen caliente y rico, que me llenaba la boca, obligándome a tragar gran parte, así como toda la cara y las manos, tras lo cual me aprestaba a limpiarsela con mucha dedicación hasta dejarla brillante y limpia, aprovechando cuando empezaba a aflojar para meterme todo el glande en la boca y succionarlo cual rico chupete. Así estuvimos años, y yo deseando que llegara ese momento de sumo placer para los dos. A partir de los 10 años empezó a intentar penetrarme, pero no fue hasta los 12 en que consiguió, después de años de trabajo, colármela enterita en mi estrecho culo, subiéndome al cielo cada vez que me follaba, pero lo que me hizo volver loco fué una vez, en que tras correrse dentro de mi, se quedó un buen rato sin sacarla, como le gustaba hacer y a mi que me lo hiciera, y me dijo que iba a probar lo mejor de todo, me tomó en brazos sin sacarla, yo estaba sentado encima de su polla, mirándonos y besándonos mientras follábamos, y me llevó así ensartado hasta el baño, nos metimos en la bañera y me dio la vuelta de forma que quedé a cuatro patas, con su tremendo rabo dentro de mi culo, un poco floja pero debido a su tamaño no se salía, y de pronto siento un líquido ardiente llenando mi culo…., estaba orinando dentro de mí y ese chorro caliente hizo que se me volviera a poner la pollita dura y me corriera por tercera vez, aunque sin llegar a tocarme, tanto era el placer que sentí en esos momentos, hasta que me desmayé de placer y cansancio; me desperté al rato, estaba en la cama y él desnudo a mi lado, con su tremenda polla junto a mi cara, por lo que el premio que le podía dar por haberme hecho disfrutar de esa manera fue mamársela de nuevo y recibir su torrente de leche directamente en mi garganta.
En otro momento continuaré con mis relatos, hay mucho que contar, pero la lluvia dorada interna no he vuelto a disfrutarla ya que se asustan al proponersela, asi que si hay alguien en Tenerife que la apetezca probarlo másdeme forma de contacto, solo si eres discreto y limpio, no te arrepentirás. Besos y hasta pronto.
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