Lluvia dorada dentro de mi 3…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En esta ocasión quiero contaros la primera vez que me penetraron dos hombres. Como ya sabeis a los 12 años me desvirgó Alejandro, un hombre de 55 años con quien vivía mi abuela de empleada de hogar. Los dos años anteriores a este momento fue dilatando mi culito con paciencia y dedicación, hasta que consiguió alojar su tremendo miembro en mi estrecho culito. Desde entonces lo hacíamos casi a diario, en todas las posturas imaginables, y la mayoría de las veces terminaba orinándose en mi interior después de correrse y antes de sacarla.
Un día apareció con Pablo, un amigo suyo de unos 50 años, delgado, con buen cuerpo y no muy alto, era un hombre muy beducado y cariñoso. Me presentó y le dijo que yo era su putita particular, y que iba a disfrutar como nunca. Antes que nada y como hacía siempre me bañó, me limpió bien por dentro con el chorro de la ducha y me perfumó, luego me recostó en la cama y se desnudaron; si Alejandro tenía una tremenda polla, muy gruesa y de unos 20 cm, su amigo Pablo la ten´´ia aún más gruesa y más larga, de forma que al principio me asusté un poco.
Se pusieron cada uno a un lado de mi y acercaron sus pollas aún flacidas a mi boca, yo empecé a lamer aquellos dos troncos intentando meterme la cabeza entera en mi boca antes de que se pusieran duras y no pudiera por su tamaño, veía como iban creciendo y la de Pablo era enorme, con un glande morado y brillante en el cual podía meter la punta de mi lengua, lo que parecía que le encantaba por los gemidos que daba; en ese momento era el niño más feliz del mundo, ellos me frotaban sus pollas por toda mi cara, hacían como que me la metían por las orejas, por la nariz, me ponían los huevos en miboca y se los lamía e incluso intentaba metérmelos en la boca, tarea casi imposible por su tamaño; en cierto momento Alejandro se puso sobre mi cara, poniendo al alcance de mi boca su ano, bien depilado, el cual lamí metiendo mi lengua en su interior, luego sus huevos y luego iba bajando su polla mientras yo la degustaba hasta llegar a su capullo, el cual ya no me cabía en la boca pero lo chupaba como si fuera el mejor caramelo del mundo; mientras Pablo había bajado hasta mi pollita y me la chupaba con muchas ganas, también mis huevos, y luego me levantó las piernas y se dedicó a comerme el culito, metiendo su lengua, volviéndome loco de placer; cuando ya estaba bien lubricado empezó a meterme uno de sus gordos dedos, lo metió hasta el fondo y lo giraba dentro de mi dilatandome poco a poco, luego metió hasta tres dedos y comenzó a follarme despacio preparándome para lo que vendría después. Mientras Alejandro seguía sobre mi cara, su polla no paraba de soltar líquido preseminal, que yo tragaba con placer, y después de un rato se cambiaron y fue Pablo el que se puso sobre mi cara, su polla era un enorme mástil durísimo, con un glande enorme y al que no abarcaba ni la mitad con mis dos manos, le lamía como un loco, cada vez más ciego de excitación, me colocó el ano en mi boca y le metía la lengua entera mientras con las manos le masturbaba notando el grosor de sus venas a todo lo largo de su polla, hasta que Alejandro me cogió en volandas y se recostó en la cama, muy cerca del borde, me colocó a horcajadas sobre él y apuntando la cabeza de su polla sobre mi culito comenzó a meterla, aunque estaba muy dilatado sentí perfectamente como entraba poco a poco aquel cabezón, hizo varios movimientos de meter y sacar solo el glande hasta que de un empujó me metió la mitad de su tronco, soltando yo un gemido por lo inesperado; siguió con su mete saca, la sacaba entera y de un golpe metía la mitad, y de pronto otro tremendo empujón y me la metió hasta los huevos, quedándose quieto unos minutos a la vez que me recostaba sobre su pecho.
En ese momento Pablo comenzó a lamer mi culo, y la polla y los huevos de Alejandro, y mientras éste empezaba a moverse metiendo y sacando su polla de mi culito Pablo comenzó a introducir un dedo a la vez, lo hizo con tanta delicadeza que no me dolió en absoluto, al contrario, me estaban volviendo loco de placer; después metió otro dedo más y mientras Alejandro me follaba Pablo me iba abriendo cada vez más el culo con sus dedos, hasta que se puso en pié y colocó su polla en mi culo, ahora Alejandro se quedó quieto y Pablo empezó a empujar muy despacio hasta que entró su tremendo glande y se quedó quieto, mientras Alejandro movía poco a poco su pollón dentro de mi, luego Pablo comenzó un mete saca suave, solo de su cabezón, mientras Alejandro seguía más rápido, y de pronto un empujón de Pablo y me metió la mitad de su tronco, y esta vez me quejé un poco porque eran dos tremendas pollas las que me estaban partiendo el culo, pero eran tan delicados conmigo que pasó el dolor y seguí disfrutando como un poseso.
En cierto momento Alejandro me la metió hasta los huevos y se quedó quieto, y Pablo empujó su polla despacio hasta alojarla entera en mi culito, quedándose quietos los dos mientras yo sentía las palpitaciones de esas tremendas pijas dentro de mi; entonces empezaron un movimiento alucinante, parecía que estaban sincronizados, porque mientras uno de ellos sacaba su polla casi entera y me la volvía a meter, todo muy despacio, el otro se quedaba quieto, y después de unas cuantas embestidas se turnaban y cambiaban el papel de activo y pasivo. Yo a esas alturas estaba fuera de mí, me había corrido dos veces sin tocarme y le mordía los pezones a Alejandro, que era el que estaba debajo de mi, y en cierto momento empezaron los dos a sacar y meter sus pollas a la vez, hasta que a una señal de Alejandro comencé a sentir la corrida de los dos, un torrente de leche hirviente que me llenaba el culo, mientras seguían con el mete saca frenético y sincronizado; cuando terminaron de c orrerse dejaron bien adentro de mi culo las pollas y se quedaron quietos unos minutos, yo sentía como iban relajándose las palpitaciones pero seguían manteniendo las pollas bien duras dentro de mi, hasta que las sacaron y me salió un chorro de leche que cayó en la pòlla de Alejandro, me puse de rodillas y lé lamí polla y huevos hasta dejarlos relucientes y sin una gota de leche, y luego la de Pablo, e inmediatamente me llevaron a la bañera, Alejandro se sentó en el borde y me sentó encima suya, metiéndome la polla hasta los huevos, y luego Pablo hizo lo mismo, de nuevo me vi ensartado por aquellas tremendas trancas, y de pronto comenzaron a orinarse dentro de mi, un chorro interminable de líquido caliente que me llenó los instentinos y que acabó con otra corrida de mi pollita. Sacaron sus pollas de mi culito y en agachado en la bañera desalojé todo el líquido que tenía dentro, mientras me acercaban los dos su pollas, ya un poco flaccidas, y se las limpié con mi lengua hasta dejarlas impolutas, y esta vez aproveché y me metí el glande entero de cada uno de ellos en mi boquita cansada y exhausta.
Espero que os haya gustado y deciros que esta es la primera vez que saco de mi interior todos estos recuerdos, aprovechando esta estupenda página, y que nunca se lo había contado a nadie, pero que hicieron que mi infancia fuera muy especial. Gracias.
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