Lluvia dorada en la casa abandonada
Mi grupito de hombres me bañan no solo de semen sino también de orina.
Hola de nuevo, hace unos días buscaba nuevas formas de experimentar con mi sexualidad, y que mejor manera que publicar aquí en el foro, y algunas no me desagradaron bastante, pero ya había querido probar lo que les voy a contar, y es que uno investiga para informarse mas sobre el tema, y es que la lluvia dorada es uno de los tópicos que había estado pensando en ejecutar, pero no he tenido la oportunidad de hacerlo hasta que finalmente se dio, probé en varios grupos de telegram que tengo cerca de mi localidad, algunos simplemente desistían de hacer esta practica, otros estaban interesados pero al ultimo siempre ya no.
Al final logré contactar con Raúl (de 18 años), Fernando (de 22 años), Luis (de 25 años) y Paco (de 28 años). Nos contactamos por telegram para afinar algunas cosas necesarias para llevar a cabo nuestro morboso plan, nos informamos bien antes de hacer tal parafilia, nos fuimos bien bañados e higiénicos, llevé condones, un jabón en barra, y nos dispusimos a encontrarnos en una casa abandonada cerca de donde vivo, tiene la puerta maltrecha y por ahí podíamos entrar; una de las cosas que pedí por seguridad es que no iba a tomar la orina, podían simplemente orinarme desde el cabello y prácticamente todo el cuerpo, pero tomarla ya no.
Finalmente nos reunimos a eso de las 9:00 pm para que no hubiera gente mirando, aunque nos fuimos un poco mas hacia el patrio, y colocamos un cartón en la ventana para que no se viera desde fuera, cuando llegué ya estaban todos reunidos, algunos ya estaban tomando cerveza y eso me prendió un poco, hacerlo con borrachos, la verdad que todo este tipo de encuentros sexuales me calentaba cada vez mas, me reuní con ellos y comenzamos a charlar sobre lo que se venía, nos pusimos de acuerdo en algunos puntos, todos podían disfrutarme y yo disfrutar de ellos, con protección, y alguna que otra nalgada, que últimamente le he estado agarrando cariño.
Después de unos minutos hablando y tonteando sobre todo lo que he hecho, me empece a hincar para degustar las vergas que estaban a mi disposición; todos se bajaban los pantalones y yo simplemente comencé a masturbarlos para hacerlos entrar en calor, algunos ya se estaban haciendo agua, rebosaban de liquido preseminal, y yo feliz, mamando esas vergas, cuando menos me di cuenta ya todos estaban desnudos, y yo hice lo mismo, algunos me tomaban las nalgas y las apretaban. Luego me puse de pie para comenzar con las penetraciones, creo que el primero fue Raúl, tiene una verga muy dura y gruesa, comenzó a empujar su mástil en mi interior, mientras agachado seguía chupando y jalando vergas a mi alrededor.
Todos intercambiaban lugares para cogerme, hasta que ya no aguantaban mas las ganas de hacer pipi en mi, así que me hinque e hice la mirada hacia arriba, y entonces todos empezaron a bañarme con su orina, Luis fue el primero que me aventó sus mecos directo a la cara, esos si me los lleve a la boca, los demás continuaron hasta vaciarse la vejiga, se sentía caliente y no soporte un poco el aroma, pero bueno ya estaba ahí ni modo de rajarme, y por consiguiente a vaciaron sus bolas, empezaron a venirse uno por uno en mi pecho y mi estomago. Debo decir que lo disfrute bastante pero no fue tan reconfortante como hacerlo en un lugar público, como lo fue la vez del parque, pero aun así me sentí satisfecho, después de eso, todos ser vistieron y se fueron, dejándome a mi solo, en la parte de atrás había una manguera con un tapón por lo que decidí limpiarme todo el cuerpo, luego de eso, me fui directo a la casa de Don Antonio para tener nuestro encuentro sexual, pero primero tuve que volverme a duchar, no quería tener ese olor en mi cuerpo. A Don Antonio no le gustó mucho la idea que lleve a cabo, pero le dije que estoy probando cosas que nunca había hecho, y que eso me gustaba mucho, le sugerí que el me bañara con sus miados pero no quiso, pero al menos lo intenté, esa noche, cogimos como locos, me lleve mis buenas nalgadas por portarme tan mal, tanto que hasta tomo el cinto y me lo puso al rededor del cuello, casi ahorcandome, mientras sus embestidas eran bestiales, me gritaba cosas como: puta, ramera, sucia, perra, pero al final terminamos cansados de tanto sexo, que al día siguiente no podía levantarme del dolor en mis partes traseras. Pero bueno, es el precio a pagar por andar de ramera. Espero lo hayan disfrutado, pronto estaré subiendo relatos mas seguido, he logrado seguir platicando con mi negro vergudo para mas sesiones de sexo.
Como siempre pueden contactarme a mi telegram: @Km4zh0
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