Lo conocí en 1o de Bachillerato
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Lo conocí en 1º de Bachillerato, guapo, blanco, ojos cafés muy expresivos, sonrisa encantadora, cuerpo bastante desarrollado para su edad, luego supe que era un gran apasionado del futbol y además bailaba en un grupo de animación en fiestas de XV años, su nombre Fernando, aún tenía 15 años; yo su maestro de Psicología 28 años, delgado, moreno, buen cuerpo, sociable, sabía que tenía pegue con las alumnas y también con las maestras, sin embargo nadie sospechaba que soy gay, siempre he separado mi vida personal de la laboral pero hace mucho tiempo que ningún alumno me llamaba tanto la atención, Fernando estaba a punto de romper mis esquemas.
El llegar a la escuela y entrar al salón de Fernando se convirtió en un ritual, me alegraba el día con tan sólo verlo delante de mi escritorio, me ponía celoso cuando alguna niña resbalosa se le acercaba, en verdad él tenía mucho pegue con las alumnas; se convirtió en uno de mis mejores estudiantes, y pase todo el ciclo escolar fantaseando con este alumno, en verdad me gustaba y el tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos hacía que mi cuerpo reaccionara al instante con erecciones difíciles de controlar; fueron pasando los años y observe sus cambios físicos de ser un niño-adolescente a todo un adolescente-hombre. Habían pasado ya dos años iniciaba el curso escolar, el último año para Fernando en la escuela, era el mes de Septiembre, nuestra relación maestro-alumno había traspasado las puertas de la escuela, nos teníamos mucha confianza, habíamos salido un par de ocasiones al cine o a beber un café, siempre me platicaba de lo bien que le iba con las niñas dentro y fuera de la escuela, me relataba las diversas formas en que tenía sexo con ellas, las posiciones y que a él le gustaba que le arañen la espalda, que le gustaba cogerlas por el culo pero muy pocas habían accedido, cada vez que me contaba esta parte siempre estuve a punto de decirle que ahí estaba yo para que me coja como quiera que me entierre su verga en mi culo deseoso por tenerlo, confieso que tenía erecciones y las disimulaba aunque me imaginaba a detalle todo lo que me platicaba, terminaba mojando mis bóxer que incluso en ocasiones se notaba la mancha en mis pantalones. Definitivamente yo estaba dispuesto a entregarme a Fernando o si él se dejara a comerlo a besos; yo siempre fue reservado en mis platicas únicamente le contaba pequeñas situaciones con mi “pareja” sin especificar género.
Después del primer período parcial yo tuve un pleito muy fuerte con mi pareja (por supuesto hombre) que me llevó a la depresión, a la tristeza, incluso falté a la escuela excusando alguna enfermedad, y por supuesto Fernando lo notó, cuando decido ir al colegio, él fue el primero en recibirme y es cuando me pregunto. ¿Oye Carlos quién te dejo así?, dime el nombre del “tipo” y le parto su madre, porque no me gusta verte así, yo te quiero mucho y no quiero que te hagan daño, sabes lo mucho que te quiero y aprecio, me has hecho falta estos días en la escuela, además me preocupe porque no respondiste mis mensajes y llamadas; con cara de asombro lo escuché y pude constatar que él sabía perfectamente de mi homosexualidad, ¿cómo es posible que un adolescente de 17 años a unos meses de cumplir 18, me diga eso?, ¿por qué carajos me estoy dejando apoyar por un chamaco?, ¿tan notorio era mi interés en él, que ya se estaba dando cuenta?, ¿escuche bien?, ¿me dijo que me quiere?, mi mente era una revolución de ideas, le dije que no podíamos seguir platicando en la escuela, pero que si quería me busque por la tarde en el parque donde en ocasiones salíamos a hacer ejercicio.
Nos vimos en el parque, platicamos muchas horas, de lo que había pasado con mi ahora ex pareja y la situación que nos llevó a terminar, no hubo necesidad de decir que soy gay, él lo sabía perfectamente, me escucho con mucha atención y su mirada tierna me fascinaba, al finalizar la charla me pidió que me ponga de pie y al abrazarme sentí ese cambio en su musculatura, me dio un fuerte abrazo, me repegó mucho su entrepierna y su pene rosó el mío, (no le di importancia, pero yo sentí que él tenía una leve erección) y para rematar me dio un beso en la mejilla, en verdad mil cosas pasaron por mi mente, olía muy rico, lo observé de pies a cabeza y en verdad era muy guapo, un verdadero macho; pero había dos grandes obstáculos: su edad y no podía olvidar que era era MI ALUMNO.
Después de ese día Fernando no de dejaba ni un solo momento, siempre tenía tiempo para mí, fueron pasando los meses yo seguía soltero y él con novia, hacíamos todo juntos, cine, deportes, nos fumábamos el cigarrito, jugábamos video juegos, etc., siempre hubo respeto entre los dos y nunca se volvió a repetir lo del abrazo ni lo del beso, a pocos días de finalizar el curso escolar, (él ya estaba a punto de egresar), fue a mi casa como siempre después de visitar a su novia- solía ser los fines de semana- no era raro que llegue de improviso, aunque a veces me enviaba mensaje diciendo que estaba en camino; lo raro era que estábamos a media semana y al día siguiente teníamos clases; llegó a la casa después de la media noche, había peleado con la novia porque después de clases se fue con unos cuates a beber y se le acordó su visita y cuando fue con ella, ya no quiso recibirlo; cuando lo dejé pasar observé que estaba bastante bebido, cayéndose de borracho, entre balbuceos me pidió el favor de que si se puede quedar a dormir porque si llegaba a su casa sus papás le pondrían una regañadiza marca diablo; le dije que sí, entró y me pidió cerveza, yo igual bebí una para acompañarlo, observé que tenía un pantalón muy ajustado, que le marcaban las piernas, las nalgas y la cabeza de la verga (yo sabía por las niñas que Fernando estaba bien proporcionado sin embargo nunca le había visto la verga), una playera sin mangas que dejaban al descubierto sus grandes brazos, una barba como de tres días, unos bóxer color azul que sobresalían del pantalón cada vez que él se rascaba el ombligo; me dice que si se puede bañar para que se le baje un poco la borrachera pero que lo ayude a desvestirse porque solo no podía y que vigilará que no se vaya a caer bajo la regadera.
Por mi cabeza pasaron miles de pensamientos morbosos, obscenos, calientes, como por ejemplo bajarme a mamarle la verga que tantas veces había soñado, o besarlo muy rico y meterle la lengua, o chupar ese culito que hasta la fecha nadie ha explorado y al final cogérmelo o que me coja, en este momento no me importaba la posición. Nos dirigimos al baño y lentamente le quite los zapatos con sus calcetines, la playera dejando al descubierto su pecho con poco vello ya que lo tenía recortado, le ajuste el cinturón , abrí el botón del pantalón y el cierre dejándolo en bóxer, ese bóxer color azul que estaba viendo hace unos minutos atrás, yo estaba ahí en el baño con mi alumno, por él me había masturbado muchas veces, fantaseaba tener sexo en el salón de la escuela, el alumno que quería que me meta la verga con fuerza como hace mucho tiempo nadie lo ha hecho y yo también quería meterle mi verga que en ese momento estaba super parada quería romperle el culo y ser su macho por primera vez, estar dentro de él sentirlo mío. Yo pensé que se metía a la regadera con el bóxer, pero en menos de 2 segundos con un poco de trabajo se despojó del bóxer metiéndose bajo el chorro de agua y yo vigilando que no se vaya a caer, le pase el jabón, observaba cada detalle de su cuerpo tenía una verga deliciosa, el prepucio le cubría el glande el cual estaba semi descubierto, ligeramente curveada hacia abajo, con el vello recortado, unos huevos igual de grandes que su verga sin un solo vello, invitaban a chupárselos, su trasero firme, sus nalguitas ricas blanquitas con una fina capa de vellos, y aunque no podía ver su culito ya imaginaba que lo estaba chupando para después meterle de un solo golpe la verga.
Yo estaba aún con ropa, con mi verga de 18 cm a tope, pidiendo salir a gritos de la prisión del bóxer en que estaba, ya estaba todo empapado de sudor mi respiración era agitada conteniendo las ganas de entrar con él bajo el agua, en verdad era un sufrimiento; cuando de la nada Luis resbaló y al sostenerlo para no caerse lo sujete de la espalda y con la otra mano le roce la verga e inevitablemente entré a la regadera mojándome toda la ropa; él me dio las gracias y al levantarse me abrazo, quedando frente a frente, él desnudo y yo con ropa, el agua cayendo en nuestros cuerpos, en ese momento olvide por completo que soy su maestro y él mi alumno y … lo besé con frenesí, con pasión, con arrebato, era ahora o nunca, saqué todas las fantasías oscuras, era mi oportunidad, Fernando accedió a mis besos y caricias y de manera brusca me quitó la ropa diciendo que para estar parejos, al quitarme el pantalón vio que mi verga estaba dura bajo el bóxer y la tocó, él estaba totalmente prendido, su verga había alcanzado un tamaño considerable no soy experto en medidas pero creo que llegaba a los 20 cm, era más grande que la mía; simplemente hermosa, invitaba a darle unas buenas y ricas chupadas, ya desnudos nuestros cuerpos se complementaron, la exploración inició, caricias por todo el cuerpo, besos en labios, cuello, barba, pecho, tetillas, espalda, nalguitas, fui bajando lentamente hacia su abdomen y por ultimo metí su exquisita verga a mi boca , lamí del tronco a la punta, chupaba con toda la experiencia del mundo disfruté ver la cara de satisfacción de Fernando,
Sus gemidos me indicaban que lo disfrutaba, chupe uno a uno sus huevos, me turnaba verga- huevos, huevos-verga, al subir de nuevo para besar su boca me correspondió de manera exquisita, diciéndome que quería hacerme lo mismo pero que nunca lo había hecho, le dije que lo hiciera despacio sin meter lo dientes y que poco a poco lamiera mi verga la cual a diferencia de la de él es circuncisa, bajó a mi verga y lentamente pasó su lengua por la cabeza de mi verga, dándoles los primeros lengüetazos, era un inexperto, pero ahí estaba Fernando arrodillado ante mi mamándome la verga de un modo delicioso, quién iba a pensar que mi alumno, el chavo más popular de la prepa, el cogelon de viejas, el de un cuerpo exquisito, me estaba llevando al máximo placer orgásmico, a su profesor, y no lo estaba haciendo nada mal para ser su primera vez.
Después de mamarme la verga y pedirle que me chupe los huevos, lentamente besó mi abdomen subiendo hacia mi pecho para unir nuestros labios, su boca y la mia embonaban a la perfeccion, mi líquido preyaculatorio sabia exquisito en sus labios, lo giré hacia la pared para observar su cuerpo joven, musculoso, pasar mis manos por su duro y firme trasero, tocar sus ricas nalguitas, observar su culito virgen y apretadito, él solo me dijo que lo hiciera despacio, que quería sentir una verga en su culo pero que luego él quería metérmela, no me lo dijo dos veces, yo ya estaba chupando ese rico culo con muy poco vello, muy cerradito, limpio, metía mi lengua y mis dedos lo más profundo que podía, quería que sienta que el sexo entre hombres es lo más rico que existe, deseaba dilatarlo para que la penetración no sea dolorosa, intercalaba lengua y dedos , él sólo gemía muy rico, diciéndome: “métemela maestro”, “hazme tuyo ahora”, me olvide del condón y del lubricante, solo quería estar dentro de él cumplir sus deseos de ser cogido por su maestro, romper su culito virgen y decirle al oído lo mucho que lo quería, que lo deseaba con todas mis fuerzas, mis pensamientos fueron interrumpido con un – “cógeme ya, métemela”, “quiero sentir su verga maestro”, “quiero un 100 de calificación”, “me he portado mal castígueme maestro”, “métame su rica verga”- le fui introduciendo mi verga la cual me costó trabajo, porque en verdad estaba muy apretado, muy cerrado a pesar de la dilatación, es lo máximo coger un culito de machito heterosexual deseoso de probar una verga; el sólo decía más, más, más, el sentía que mi pubis chocaba con sus nalguitas, el mete saca era placentero, aún no quería venirme, aguantaba lo más que podía, estaba muy excitado, le dije- Fernando ya la tienes toda adentro- primero lo cogía lento pero luego fue rápido, no me importó si lo lastimaba, pero sabía que no, en verdad veía su cara de placer, disfrutaba entrar y salir en ese rico agujero, le llene de besos el cuello y la espalda mientras lo cogía,
Fernando en verdad estaba gozando, gemía y me decía – que rico profesor, me ha roto el culo, métamela más, hasta el fondo- el aroma a sexo en el baño estaba en todo su esplendor, nuestros cuerpos sudorosos hacían más fácil la penetración, aún no quería acabar deseaba seguir cogiéndolo todo el resto de la noche, pero la excitación del momento pudo más y sin avisarle estallé dentro de él dejándole mi cargamento de leche, mi semen que hace varios días no había sacado, le llene su culito, me vine un chingo, era un orgasmo fantástico; Fernando sintió la venida, con la verga parada se estaba masturbando, pero no quería venirse porque él también me metería la verga; al bajar la erección mi verga salió de su culo aún con gotas de mi leche y con un poco de sangre, en verdad le había roto su culito, -le pregunté si lo había lastimado-, me respondió que no, dándome un beso y dicéndome –que rico me cogió profesor, pero ahora es mi turno- y de la misma forma como yo lo hice antes, él inició tocando mis nalgas y las abrió chupando lentamente mi orificio, en verdad es un buen alumno había aprendido muy bien del maestro, sin avisarme dejó de chupar mi culo apunto su verga en mi entrada me lo había dejado dilatado con mucha saliva y de un solo golpe me la dejó ir, tenía sus 20 cm dentro de mí, haciendo una rica penetración, disfrutaba tenerlo para mí, me cogía duro con el ímpetu de su adolescencia, entraba y salía dentro de mí, me gustaba que mi alumno me estaba dando verga, tenía toda la piel erizada, y me excitaba tanto que mi verga de nuevo se paró y mientras me cogía deslizo su mano hacia adelante y me masturbaba, diciéndome que desde hace un tiempo quería cogerme, que algo en él había cambiado desde hace tiempo, que soñaba con penetrarme en el salón de clases, o en los baños de la escuela, que muchas veces cuando hacíamos ejercicio él ya se había dado cuenta que lo observaba que lo desnudaba con la mirada y lo que más me impacto fue que se moría de celos cuando otros alumnos mujeres y hombres comentaban del buen trasero que me cargo y el buen cuerpo que conservo, que desde hace meses quería meterme la verga y ahora lo estaba haciendo realidad.
Fernando estaba destrozando mi culo sin piedad, no había dolor sólo placer, sentir como entraba y salía, sentir su verga en mi culo, sus besos en mi cuello sus manos en mi verga la cual estaba parada, me tocaba los pezones, su respiración agitada, era un momento que no quería que termine; me preguntaba –cómo lo estoy haciendo maestro?, ¿me pondrá un 100?, ¿Dónde quiere mi leche?, ¿me vas a dar el culo otra vez?, este joven de 17 años, mi alumno me estaba dando una de las cogidas más ricas de mi vida, gozaba como nunca, me estaba dando una cátedra de sexo interminable, sólo sentí su respiración profunda y con un gemido los chorros de leche caliente dentro de mí, me había llenado el culo de su leche, rebosaba, parecía que no dejaba de venirse, fue un orgasmo sensacional y yo eyaculé de nuevo manchando el vidrio del baño; se salió de mí, dejándome un vacío anal, y nos fundimos en un beso, yo no sé si fue de amor, de pasión, de lujuria, de placer, pero ese beso fue muy diferente, había mucho acoplamiento con Fernando, le llevaba más de 10 años, pero no me importaba, ahora ese momento era el nuestro nos habíamos entregado por completo.
Nos dimos un baño, enjuagando nuestros cuerpos y nos dirigimos al cuarto ya era muy tarde y al día siguiente teníamos clase, recordé que la primera hora era con el grupo de Fernando. Dormimos sin ropa, abrazados, no hubo más palabras, me venció el sueño; al despertar estaba junto a mí, como cualquier adolescente con la verga parada, yo sólo observaba queriendo guardar en mi memoria su cuerpo perfecto, aproveche para tomarle unas fotografías, ya se nos había hecho tarde para la escuela, lo desperté por supuesto que no tenía ropa de uniforme, aviso a sus padres que se había quedado en casa de un “amigo” y que estaba rumbo a la escuela, le presté unas playeras mías del instituto, se vistió rápidamente y nos fuimos a la escuela, lo dejé unas cuadras antes de la entrada. Al llegar al salón, él ya estaba en su lugar sin cosas, y cuando pase lista y mencioné su nombre fijamente me miró sonriendo pícaramente y guiñándome el ojo. Únicamente yo sabía que el ilustre y reconocido maestro Carlos de Psicología, había tenido sexo con Fernando, y por supuesto que no sería la única ni la última vez.
Soy de Mérida, Yucatán, y actualmente él está casado y seguimos frecuentándonos y cogemos ocasionalmente
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