Lo desvirgue a sus 10 años
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sirpepe.
Espero no aburrirlos con esta introducción.
Siempre me ha llamado la atención el arte, cualquier tipo de arte, pero en especial la literatura. El arte erótico es un punto esencial en la literatura, en donde el lector logra obtener imágenes muy fuertes y efectivas que no solo afectan la menta, sino el cuerpo instantáneamente. Es por eso que amo la literatura.
Espero disfruten de esta historia así como cuando yo disfrute al escribirla.
Con amor: Sir Pepe
10 años, le desvirgue el culo.
Hola a todos y todas, les voy a contar un relato que viví cuando tenía 16 años. Pueden decirme Pepe.
Todo comenzó cuando iba a clases de natación los sábados. Un día llego un nuevo compañero a la clase Isaac. Un pequeño niño de 10 años con un cuerpo fenomenal. Nunca antes habia sentido atracción por un hombre, menos aun por un niño, pero él tenía algo que era difícil dejar pasar. Como so te ganaras la lotería y no reclamaras el premio.
Pasaron los días y comencé a hacerme un buen amigo de Isaac. Cierto día, una vez que la clase habia terminado, solo nos quedamos él y yo en la alberca. Puesto que habíamos salido temprano y todos se habían ido ya a sus casas, inclusive el instructor.
Estando ahí ambos solos Isaac comenzó a confesarme que no sabía nadar muy bien. Esto era cierto, todos en la clase lo sabíamos siempre era obligado a usar chaleco salvavidas incluso en las zonas más bajas de la alberca. Yo de buena manera pensé en invitarlo a nadar un poco más con migo, para enseñarle al menos a flotar. Pero él fue más rápido y me pregunto primero.
-¿Me puedes enseñar Pepe?- Me quede en shock, no sé por qué, pero sentía que mi miembro comenzaba a endurecerse por debajo del calzón de natación negro que llevaba puesto. Sin pensarlo dos veces le dije que sí. El me sonrió dulcemente y espero mis instrucciones. Isaac. El niño hermoso de 10 años. Fino cabello negro algo larguito, piel blanca, piernas largas, brazos lindos, pequeños pezones rosados coronabas su pecho ligeramente marcado, y lo mejor, su escultural trasero que se enmarcaba con facilidad en su calzoncillo blanco. Cuando lo vi de pie frente a mí, no pude soportarlo más, tenía que hacerlo mío de una manera o de otra, él no se podría resistir, soy más fuerte, alto e inteligente que él. Podría engañarlo con facilidad, luego usar sus propios encantos en su contra, y si se reusaba usaría la fuerza. Un plan de 15 segundos emergió de mi cabeza al tenerlo frente a mí, un plan de como cogérmelo. Y así fue. – Bueno Isaac, te enseñare todo lo que sé, pero tendrás que hacerme caso para que la clase funcione.- Le dije, el solo confirmo con su cabeza y una sonrisa encantadora y vivas. – Primero tienes que quitarte el calzón, esto para más movilidad en el agua.- Le indique. -¿Enserio?- Me pregunto, yo solo le dije firmemente que si y que además éramos hombres, no sería cosa de otro mundo. Isaac se sonrojo y se quitó el calzón blanco frente a mí, dejando libre su pitito y sus bolitas sin pelos.- Ya.- Me dijo con una sonrisa y rojo de las mejillas.
Entonces entre yo primero al agua. Una vez dentro le dije a Isaac que se lanzara que yo lo ayudaría a salir a la superficie. El muy obediente así lo hizo, se lanzó de clavado y llego hasta en fondo de la piscina. Yo nade hacia él y lo ayude a salir, aproveche ese momento para tocarle las redondas y apretaditas nalgas. Una vez ambos en la superficie le dije que lo enseñaría a flotar, que solo se dejara ir, que hiciera blando el cuerpo y que cerrara los ojos. Una vez que lo hizo note como plácidamente comenzaba a flotar bica arriba, yo cruce mis brazos por debajo de su cuerpo y apoye mis palmas en su espalda y sus nalgas. Lo ayudaba a mantenerse a flote. Con sus ojos cerrados logre tener una perspectiva maravillosa de su cuerpo desnudo, mis ojos se centraba más en su verguita y sus huevitos que nadaban con suavidad al ritmo de las ondas en el agua.
Así estuvimos un tiempo dentro de la piscina. En cada momento aprovechaba para tocarle partes de su cuerpecito, lo cual hizo que obtuviera una enorme erección, que se notaba a simple vista sobre mis calzones negros.
Cuando salimos del agua Isaac, sin frio alguno se tumbó satisfecho en el suelo por haber aprendido a flotar.
– Gracias Pepe, eres buen maestro.- Me agradeció y luego me sonrió. Mi pene dolía por la erección así que comencé a actuar en la fase dos.
– No, tienes esos mal.- Le dije señalando sus pezones rosados.
– ¿Mis chichis?- Me pregunta viéndose el pecho.
– Déjame ayudarte con eso.- Le digo y luego me hinque frente a él y comienzo a lamerle los pezones erectos por el frio.
-Se siente rico.- Me dice y luego se ríe dulcemente.- Tu también las tienes paradas déjame ayudarte.- Me dice y acto seguido comienza a relamer mis pezones como si fueran paletas. Yo de pura excitación gemí un poco y coloque mis brazos en mi nuca. Isaac se detuvo al notar algunos pelos en mis axilas.
-Órale, ¿¡Ya tienes pelos!? Que padre yo todavía no.- Luego Isaac levanta su bracito y muestra su axila limpia y libre de pelos.
– Ya tendrás.- Le digo-, además tienes un cuerpo muy bonito así, ¿para que lo querías diferente?
-¿Tengo bonito cuerpo? ¿Que él lo más chido de mí?- Me pregunto el mendigo niño que gracias a eso me calentó aún más.
– Tus nalgas. – Le conteste.
-¿Te gustan mis nalgas? Si en verdad te gustan te dejo que me las beses.- Me dice y luego suelta una carcajada mientras se da palmaditas en su trasero bromeando. Yo no espero más y me lanzo salvajemente hacia él, dándole un beso en sus labios rojitos.
-Guacala.- Se queja, pero no le hago caso y lo volteo de espaldas. Rápidamente le lambo su rajada de culo desde abajo hasta la espalda. Isaac comenzó a forcejear, pero lo logro inmovilizar con mis brazos. Luego continúo relamiéndole sus nalguitas. Cada vez que intentaba acercarme a su agujerito virgen, Isaac apretaba sus nalgotas y me impedía la entrada, así que lo sujete solo con una mano y con la otra comencé a abrirle su culito. Ahí estaba su pequeño tesoro virgen, custodiado por sus grandes montañas de carne. Comencé a lamerle el agujero para lubricárselo. Isaac gritaba e intentaba escapar, pero no podía. Le deje en paz el culo por un rato y con la mano libre me saque la enorme erección, que comencé a frotar violentamente en su raja perfecta. -¿Que vas a hacer? Déjame, no me lastimes.-
– No te lastimare Isaac, con la condición de que dejes de moverte y mantengas esto en secreto.-
-Jodete meco.- Al escuchar el insulto del niño lo sujeto con más fuerza con un brazo y con la mano libre comienzo a darle de golpes en las nalgas haciéndolo aullar.
– Ya pues, ya pues, auch. Hare lo tú quieras.- Me chilla. Yo le digo que se ponga como perrito y el me obedece. Luego lo tomo de la cadera y comienzo a apuntar mi polla a la entrada trasera de Isaac.
Con fuerza comienzo a hacer presión en su culo, pero este es muy pequeño y apretado para mi verga. Pero eso me pone más caliente y lo intento una vez más. Cuando noto que el agujerito de Isaac empieza a ceder comienzo a metérsela más rudamente. Isaac solo gritaba y lloraba de dolor. De un empujón se la metí entera, Isaac se arqueo por cometo y solito un aullido como si fuera un perrito. Yo aprovecho que esta arqueado y le tomo por el pecho con una de mis manos, evitando así que regrese a su posición inicial. En esta nueva pose, puedo ver con facilidad como lo penetro, y la forma de sus nalgas chocando en mis muslos desnudos. Isaac entre lloriqueo y sollozo me dice que quiere hacer pipí, pero no le hago caso y sigo con las metidas y sacadas. Entonces del pilin de Isaac comienza a brotar un chorrito de pipi transparente que hace que mi excitación aumente. Cuando comenzó a acabar de orinar su culito se contraía como buscando darle más fuerza a su pito para hacer más pipi. Con cada contracción, sentía como su hoyito mordía mi verga. Así estuve durante unos quince minutos hasta que de un jalón deposite chorros y chorros de espesa leche en su culito. Sin movernos así nos estuvimos unos segundos, luego saque mi pene aun endurecido y del culito enrojecido de Isaac broto semen y un poco de sangre. Isaac se recostó en el piso y comenzó a apretar el culo, como por pura inercia, sus lágrimas rodaban por sus mejillas al ritmo que mi semen salía de su culito.
– Perdóname Isaac, pero es que eres muy bonito.- Le dije recostándome a su lado mientras con una mano le limpiaba el agujerito.
– Te perdono Pepe, solo con una condición.- Me dice Isaac levantándose un poco con los antebrazos y con una sonrisa.
-¿Cual?-
-Que me des más clases de natación como esta.- Y despues de eso se lanza sobre mí, se sienta sobre mi pene y me comienza a dar besitos de pico. Yo en cambio, comenzó a ponerme duro de nueva cuenta. Listo para la siguiente lección.
– A la próxima a mí.me toca meterte el pito Pepe.
Eso fue lo que paso, pero ahí no termina la historia sino que sigue. Pero eso ya será despues.
Chao. Los quiere: Sir Pepe
como continua por favor