Lolito, el colegial 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por daniel-boy.
Las cosas no podían estar más confusas para Fernando: se sentía atraído sexualmente por un chico del colegio, un entrenador le mostraba que podía gozar con otro hombre y ahora un nuevo chico le hace despertar ese lado amoroso.
Estaba muy confundido, además de que Santiago se veía amenazante con esa última carta que recibió.
Pasaron las semanas, y todo pasó con tranquilidad: Santiago no volvió a aparecer, el entrenador no volvió a insistir y Jorge había logrado superar el hostigamiento.
Pasaron varios días y Santiago se comportaba como cualquier chico normal.
Eso tranquilizó su excitación por buen tiempo.
Luego de eso, llegaron las vacaciones.
Los chicos regresaban a sus hogares por unas semanas para volver al siguiente semestre.
Sin embargo, los profesores pasarían la evaluación final durante ese periodo, para ver si es que se quedaban o no en el colegio.
Para ese entonces, muchos de ellos habían desertado.
Quedaban Fernando y otros 5 colegas.
Como los alumnos ya estaban fuera, se les dio permiso de que puedan andar con su ropa casual por el colegio.
Fernando usaba bermudas y camiseta de tirantes por el calor.
Los demás usaban camisetas comunes o pantalones jean.
El entrenador, en ocasiones, andaba con el torso desnudo por los pasillos.
Una mañana, le llegó a su puerta una carta.
Era un documento en el cual decía que la última prueba para los futuros docentes sería dada esa tarde en la oficina del director.
Fernando se preparó con todo aquello que aprendió, pero cuando estuvo por salir, se le vino a la mente una vez más Santiago y su rico culo.
De alguna u otra forma, este sentía ganas de follar otra vez, pero se resistía a aceptarlo.
Se detuvo y escuchó algo de música para olvidar, y salió de su cuarto.
Como no habían alumnos, la carta decía que podía ir con la ropa que desee.
Fernando estaba con una camiseta blanca de cuello redondo y unos pantalones negros de corte tubo.
Al llegar a la oficina, se dio cuenta de que no había nadie.
Espero un buen rato pero nadie venía.
En eso, aparece el entrenador.
-¿Esperas a alguien?- Preguntó.
-Me llegó esta carta sobre la última prueba.
-Uy, eso no te debió llegar aún.
-¿Cómo sabes eso?- Pregunto Fernando algo desconcertado.
-Será mejor que te retires o alguien puede verte.
-¿A qué te refieres? – Insistió Fernando.
En eso suena que alguien viene.
-Ya es tarde, escondete!- Insistió.
-¿Donde quieres que me meta?- Replicó Fernando.
El entrenador lo agarró del brazo y lo metió a un armario que estaba cerca.
Fernando se preguntó por qué había un armario de ropa ahí, y en eso, el entrenador se mete también con él.
Se acercó el director, estaba con otro colega de Fernando.
Conversaban sobre su estancia en el colegio y su desempeño que había tenido con los chicos.
Se sirvieron un café y platicaron por un rato.
Fernando solo veía desde un pequeño orificio mientras el entrenador solo esperaba.
En un rato, el director cerró la puerta con llave.
Fernando se preguntó por qué.
En eso le explicó unas cosas que no logró entender, pero el colega se sintió abrumado.
El director hablaba con confidencialidad, y le explicaba muy tranquilamente de lo que se trataba.
Algo parecía andar mal, porque el colega se inquietó.
Fernando no entendía, y sintió entonces que el entrenador le agarró por la cintura y empezó a mordisquear su oreja.
-¡DETENTE! Nos van a descubrir.
El entrenador no hizo caso y solo siguió.
Fernando empezó a calentarse un poco.
En eso, se abre otra puerta, y aparece Santiago.
Fernando se quedó sorprendido de que siga un alumno en el colegio.
Entonces unos empleados trajeron lo que parecía ser un sillón en S.
Santiago estaba ahí, parado tranquilamente mirando a varios lados.
El director le volvió a hablar al colega, pero este mostró negación.
hasta que le mostraron un documento el cual, al abrirlo, el colega se quedó pasmado.
Todo esto era muy confuso para Fernando, y el entrenador solo se dedicaba a tocarlo y subirle la excitación.
Luego de un rato de tensión, el colega empezó a desvestirse.
Fernando se quedó atónito pero le gustaba la situación.
En eso, al quedar ya desnudo, Santiago empieza a hacer lo mismo.
El director solo observaba desde su sillón.
Le ordenaron al colega que se sentara en ese sillón.
El entrenador le susurró a Fernando que ese era un sillón kamasutra, entonces Fernando entendió lo que iba a suceder.
Santiago se puso sobre el mirándolo y abriendo las piernas, agarró su polla y se la metió de una sentada.
Empezó a subir y bajar sobre su polla.
Fernando empezó a botar líquido preseminal, mientras Fernando le agarraba los pezones y acariciaba su polla.
El director iba tomando fotos y frotandose el paquete.
Cuando vio que se iba a correr, Santiago se apartó y dejó que la leche chocara con su rostro.
El colega quedó extasiado, pero luego de un rato su mirada se perdió en el aire.
El director le dijo que había pasado la prueba, pero que era su decisión si seguir o no en el colegio.
El colega dijo un rotundo NO, pero el director le amenazó con que si decía algo, esas imagenes iban a salir al aire, y no quieren que lo acusen de violador de menores.
El colega se sintió acorralado, se puso la ropa y salió rápidamente del colegio.
El director agarró a Santiago y lo sentó en sus piernas.
-¿Falta alguien, Santi?-Preguntó el director.
-Solo el profesor Fernando.
Es bastante difícil calentarlo.
-Fernando se quedó atónito.
-No te preocupes, ya caerá y será parte de esto.
Total, me dijiste que le gustaba, ¿no es así?
Fernando empezó a sustarse.
El entrenador no le decía nada.
Al rato salieron y Fernando salió inmediatamente de la oficina rumbo a su cuarto.
El entrenador lo siguió.
Ahí, Fernando estaba queriendo explotar.
No entendía lo que pasaba.
El entrenador le dijo que esa era la última prueba, y que luego de ello los profesores gozaban de un salario bastante bueno, aparte de buena compañía.
Fernando estaba atónito, pero entonces cogió su maleta y empezó a ordenar su ropa.
Había decidido largarse del colegio.
El entrenador lo detuvo agarrandolo de los brazos.
Fernando forcejeó, pero este tenía más fuerza.
Lo tiró contra el suelo y lo agarró de sus brazos.
-No quiero hacerte nada, pero ya sabes demasiado.
– Dijo el entrenador.
-Yo no quiero esto.
– Replicó Fernando.
-Eso no puede ser posible.
Gozaste mucho con Santiago las otras veces.
-Él me sedujo.
-¿Pero cómo le demuestras eso a la policía?- En eso Fernando se calmó un poco.
– Las cosas ya no volverán a ser como antes, Fer.
Nada puede negar lo que sientes por el chico y cómo te gusta.
-Pero, yo no decidí eso.
-Pero a fin de cuentas lo permitiste.
Fernando se quedó quieto, y unas cuantas lagrimas le salieron de los ojos.
El entrenador lo sentó en el suelo y le dio un fuerte abrazo.
Ahí empezó a botar toda la tensión.
-Solo acepta que te gusta.
Eso es todo.
Verás que te sentirás más tranquilo.
– Le susurró el entrenador cariñosamente.
Fernando se apegó a su pecho por un rato, para luego separarse y quedarse sentado un rato.
El entrenador solo observó, hasta que con su mano empezó a tocar la pierna de Fer.
Este no replicó nada.
Subió un poco más y empezó a sobar su paquete que ya estaba duro.
Fernando no ponía resistencia.
Presionó un poco más fuerte y este solo se le quedaba mirando sin decir nada.
El entrenador subió su mano y le quitó la camiseta a Fer.
Este hizo lo mismo con la suya.
En eso, ambos se quedaron mirandose.
Fue un espacio de tiempo algo largo, pero poco a poco ambos iban acercandose más y más.
En un momento, ambos sentían sus respiraciones chocar en sus rostros.
Hasta que fue Fernando quien se inclinó para adelante y le plantó un beso al entrenador.
Fue bastante intenso e hizo que ambos cayeran al suelo, Fernando bajo el entrenador.
Se besaron todo el cuerpo, desde los pezones hasta pasar rosandose las pollas.
En un rato decidieron hacer un 69, el cual Fer disfrutó como nunca antes.
No dejaba de botar líquido preseminal y gemir como loco.
El entrenador sabía que Fer era activo como él, así que solo se limitó a rosar su verga con la de él.
Era bastante excitante para ambos.
Luego de varias sobadas y mordisquearse cada parte del cuerpo, ambos se corrieron sobre sus vientres.
El entrenador agarró el semen de los dos con su boca y se lo dio a comer con un beso.
Se quedaron allí en la cama por un rato, abrazados totalmente desnudos.
-¿Cómo te sientes ahora?- Preguntó el entrenador
-Mejor.
Creo que tenías razón.
Era tiempo de aceptarlo.
-Pero,¿ aún quisieras tomar esa última prueba del director?
-Creo que vale la pena, total, estamos en esta situación por Santiago, ¿no?
-Jaja, eso es cierto.
Aún te lo quieres follar,¿no?
-Claro, ese culazo necesita de mi vergota.
-Conozco una forma en la que puedes hacer eso sin que él salga ganando.
-¿Cómo?- Preguntó curioso Fernando.
En eso, el entrenador le empezó a platicar a Fernando sobre cómo había empezado todo esto:
-Santiago era un chiquillo que había ingresado como todos los demás, pero por alguna razón se apegaba mucho a sus profesores.
Una noche, mientras todos dormían, me llegó una de sus famosas cartas, y pues yo me quedé curioso de saber por qué había hecho eso, hasta que cuando quise ir a avisarle al director sobre eso, pues, me topé con la escena de él follandolo apasionadamente en su escritorio.
Ahí fue donde me introdujo a ese mundo, aunque no fue nada difícil puesto que su culo es bien rico, y me gustó follarmelo desde la primera vez.
Pero no se comparaba nada hasta que te empecé a conocer, y pues me gustó tu forma de ser, es decir, todo tímido frente al sexo pero con un apetito voraz.
Estos días me lo estuve follando solo yo y el director.
A veces en privado pero otras para mi solo.
Es por eso que no te estuvo molestando todas estas semanas.
Sacó su celular y le mostró varias fotos de Santiago siendo follado por diversas personas.
En unas fotos salía el director y en otras él.
Eran bastante excitantes y se podía ver lo fogoso que era Santiago.
Así estuvieron ambos, Fernando recostado en su pecho y el entrenador abrazandolo por la cintura y espalda mientras le contaba todas las morbosidades que hacía Santiago.
-Y, ¿tú crees que ya me lo pueda follar yo, nomas?
-Claro, pero ahorita no.
El director saldrá mañana y regresará en dos días.
Ahí podemos aprovechar.
Pero tienes que seducirlo, sino no acepta.
No creo que te sea complicado, jaja.
-Claro que no.
El chico es recontra arrecho.
En eso, Fernando recibe una llamada: era de Jorge.
Este le hablaba para saber cómo estaba y que estaba muy agradecido con la ayuda que había recibido durante el paseo.
Fer dijo que no había de qué agradecer, entonces Jorge le dijo que quería verlo otra vez.
Fernando no sabía qué decirle, y entonces, el entrenador le dijo con señas de que aceptara.
Jorge estuvo felíz, y Fer le preguntó el motivo de ese encuentro.
Jorge le dijo que quería conocerlo de manera más íntima.
Fernando no quiso arriesgarse a decirle que quería sexo, pero le dijo que tenía otro amigo que al igual que él lo podía ayudar.
Jorge lo pensó un rato y le dijo que si quería venir no había problema.
Ambos se despidieron y antes de cortar, Jorge le dijo "me gustas mucho, profe".
Fernando dio una pequeña sonrisa, y le dijo, "yo también, pequeño".
Y cortaron.
El entrenador le preguntó qué había pasado, y Fernando le comentó lo que había sucedido en el paseo.
El entrenador se sintió bastante excitado por la situación, hasta se le erectó la verga, pero decidió no seguir.
Quería esperar a ir con Fernando a conocer a dicho alumno.
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