LOS DESEOS DE PIRUCHA. Lo que ahora quiero, pero que ocurra no solo depende mí. Relatos calientes que espero hacer en breve. Por Ruizy
Lo mío es coger, follar, culiar. Ser usado para dar placer es lo que me pone cachondo. Sentir que se vacíen dentro de mi culo o mejor fuera de él y que lo metan y vuelvan a depositar la carga de su lujuria en mi interior ávido de placeres prohibidos de la homosexualidad escondida y enraizada en cad.
En los baños públicos
Cada vez que uso un mingitorio público, pienso con mucha frecuencia en lo trasgresor y pecaminoso que es tener sexo ofreciendo el culo en una de las cabinas. Me imagino entrar, bajarme los pantalones y descubrir mi culo apuntando a la puerta. Por supuesto y como he comprobado ninguna de ellas tiene pestillo.
La sorpresa que se llevará el que entre y vea mi culo ansioso y deseoso de verga suplicando ser penetrado.
Una historia que me contó un amigo estilista, gremio en que hay mucho homosexual, que en un cine capitalino uno de ellos se ofrecía en uno de los baños a culo desnudo y durante la exhibición de la película se turnaban los que iban a depositar su líquida lascivia en ese potito blanco rozagante de anito rosado como cachetito de ángel. No faltaba el imbécil que no se lo cogía sino que lo meaba.
A pesar de ello, mi amigo me contaba que lo aceptaba y también sentía placer en ser orinado.
-¿Tú también te lo culiabas?
-Bueno… Sí también me lo culié más de una vez, pero procuraba ser de los primeros y siempre lo hice con preservativo.
-Seguramente, más de una ETS debe haber contraído.
-No supe más de él porque se fue a España, creo que a Barcelona y perdí el contacto con él.
Al final de la conversación y al llegar a mi casa no pude dejar de darme gusto anal con esa historia. En el baño imaginé que era yo el que estaba a poto pelado (como se dice en chilensis jerga) esperando ser enculado por la verga de algún visitante… El consolador me produjo lo más cercano a la soberbia culiada que puede ser obtenida en un baño.
Lo que ahora planeo es citar a un habitué de mi adicción anal a un baño de alguno de los malls y esperar con el poto abierto y humedecido de calentura salvaje a que mi compa me use como el estilista cachondo del cuento de mi amigo. De solo pensarlo, siento como fluye el calor en mi pene y en mi agujero hambriento.
El otro paso y de eso ya he hecho algunos avances con uno de los cuidadores de coches de las cercanías, averiguaré a qué hora termina su trabajo y le pediré que me invite al baño donde se asea para ir a su casa.
Es un moreno alto, al parecer colombiano, que viste un overol limpio pero con manchas de aceite. Lleva una gorra que cubre su cabeza rapada. Sendos tatuajes en los brazos. Una serpiente en el brazo izquierdo y una águila en el derecho. La semana pasada me acerqué y le puse en su mano un billete. Me miró con cara de asombro. Me llevé el índice a los labios y le susurré que habría otro para la próxima vez.
Disimuladamente le di una detenida mirada a su paquete que, estoy seguro, se movió con deseos de salir de ese encierro.
Asintió con la cabeza y se dirigió a ayudar a un conductor a retornar a la vía.
He pasado por su lado cuando he ido a comprar y me percaté de que espera el desenlace. Sin embargo lo dejaré alimentar sus deseos de cogerme y recibir el resto del pago.
Se preguntarán por qué hay que comprar sexo, pero no es mi preocupación. Lo que realmente importa es obtener gratificación del deseo sexual y retribuir el servicio.
+++
Relataré en la próxima entrega el último deseo que me queda de la lista. Reitero mucho de lo que he dicho en estos relatos son fantasías basadas en encuentros reales que me han despertado la imaginación de putita cachonda que he adoptado como parte de mí.
Esperen eso sí que habrá otra sección de la vida azarosa y pervertida de Pirucha.
Espero ansioso su respuesta a las preguntas que les he hecho y surjan nuevas exploraciones de la homosexualidad de las lecturas de la historia de Pirucha, la puta trans.
Recuerden dejar sus comentarios acá o contáctenme a mi email [email protected]
Siempre contesto
Me encanta las perras serviciales y masoquistas que sepan agradecer las usen
Gracias por tu comentario, Hanko121, es un placer extremo sentirse usada como perra y prestarse al disfrute del otro incluye dejarle hacer lo que le plazca. Agradecer ese morboso uso hace duplicar lo recibido.
Guau gracias por darme ideas para mi lista de deseos a cumplir este año. Muy caliente quedo imaginando esas locuras.