LOS DESEOS DE PIRUCHA. Lo que siempre quise, pero no sucedió. Relatos reales y calientes que deseo repetir o necesito ampliar. Por Ruizy
Hay muchas cosas que quiero hacer o que me hagan, porque siempre deseé ser usado vestido con lencería femenina. Lo mío es coger, follar, culiar.
Hay muchas cosas que quiero hacer o que me hagan, porque siempre deseé ser usado vestido con lencería femenina. Lo mío es coger, follar, culiar. Sentir que doy placer es lo que me hace calentarme cuando percibo los estertores del orgasmo ajeno. Esa es mi fuente de placer libidinoso. Sentir que se vacían dentro de mi culo con fuertes clavadas y apretones.
Ahora excitémonos juntos, acá una vez más les comparto otro deseo no cumplido de mi lista. Tal como digo antes, hay cosas que no me hicieron y otras que deseo ampliar o repetir.
Relataré paso a paso cada uno de estos en las siguientes entregas. Sepan que lo que cuente en ellos son fantasías basadas en encuentros reales que me han despertado la imaginación de la putita cachonda que vive en mí desde que se unieron mis dos universos: el de varón y el de hembra.
vii. Cruising
Empezaré por una invitación que me hicieron recientemente. Me daban las indicaciones de un lugar no demasiado lejos de donde vivo, Después de un semáforo se toma la ruta del oriente y a pocos pasos una entrada que conduce a un bosque lejos de las viviendas y cerca de la avenida. Me dijo que le gustaba hacerlo al aire libre y ese resultaba un buen escondite para culiar sin ser vistos protegidos por los matorrales y la vegetación del lugar.
Por razones de tiempo y algo también de incertidumbre no seguí adelante.
Sin embargo, como me diría un camionero que quería conocer el sexo culiándose a un hombre: “Me picó el bichito”.
Y eso me quedó dando vueltas. Además de muchos relatos que he leído acá. Pero se trata de investigar cuáles son los mejores lugares para realizar este tipo de encuentro casual en que activos y pasivos pueden satisfacer sus mutuos deseos de sexo.
Basta un lugar público al que se accede sin problemas y con cierta seguridad. Situado en las proximidades de un rincón oscuro. La playa, un parque.
Recuerdo en mis tiempos de estudiante con la hija de la dueña de la pensión, nos fuimos a practicar el atraque en un parque que lleva el nombre del conquistador español. Aparte de los besos y de subirme encima de la chica, abrirle la blusa y besar sus tetitas nacientes, acariciar sus muslos, deslizar mis dedos por sus húmedas bragas que protegían su virgo, solo se podía practicar el sexo con ropa, a veces, hasta el orgasmo de ambos.
La vuelta a la pensión no pasó inadvertida porque las picaduras de los mosquitos nos delataron.
Pienso que es un buen lugar para realizar ahora el sexo entre varones y me daría mucho placer ser cogido en ese parque aunque quede con el culo lleno de picaduras de esos molestos insectos.
Espero recibir ideas o datos de dónde se practica el cruising en la capital de la cuarta región.
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Ansío compartir con ustedes mi lista de deseos inconclusos o aquellos que quiero realizar con mis futuros “culiadores” que ojalá surjan de las lecturas de la historia de Pirucha, la putita trans. Recuerden dejar sus comentarios acá o contáctenme a mi email [email protected]
Siempre contesto.
Mis disculpas por la brevedad del relato, pero son deseos los que escribo y no testimonios de cogidas. Aunque ese deseo me hizo recordar otros tiempos en que no existía la píldora pero tampoco el Sida. Atrévanse a comentar o comunicarme sus experiencias y/o sus deseos. Este es el espacio para ser sin tapujos lo que vivimos en la intimidad. Besos.