Los dos chavales de la sesión golfa (2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por hector.richvoldsen.
Por fin he dado con Álvaro.
Resulta que había estado unos días sin conexión a Internet por culpa de una avería de los de Telefónica o no se que.
Hablé con él anoche, y me explicó un poco su situación.
Parece ser que lleva unos meses pillado por Mario, pero este pasa de él, y después de mucho insistir al final ha conseguido que acepte lo de las pajas mutuas.
Él querría llegar a más, pero no se atreve ni a insinuárselo por miedo a perder lo que ya ha conseguido.
Por otro lado, me contó que no tenía nada de experiencia con tíos, y que estaba deseando aprender cosas para ponerlas en práctica con su amigo, a ver si así le hacía más caso.
Por lo visto, lo más que ha llegado a hacer son pajas, a Mario y a un compañero suyo de clase.
Un día empezó con la tontería de enseñarle la polla, por aquello de presumir de pelambrera y tal, y Álvaro ni corto ni perezoso se la cascó en mitad de la clase de Inglés.
El chico se dejó hacer sin corresponderle, pero luego no quiso saber nada más de Álvaro, aunque no había dicho nada, posiblemente por miedo a que también le acusarán de gay por dejarse.
Y con Mario fue más difícil.
Solían cascarsela juntos viendo pelis porno en el ordenador de Abraham, y un día viendo una escena en la que el tío era pajeado por una tía hasta que se corría a mares, Álvaro no aceptó.
De entrada Mario no aceptó, ni en los siguientes días tampoco, pero al cabo de un par de semanas, dijo que sí.
Álvaro se lanzó rápido, y Mario fue algo más reacio a tocar una polla ajena, pero acabó accediendo.
Y no lo hacía nada mal, a juzgar por lo que me hizo el otro día, pero hace como que no le gusta el tema.
Claro que según Álvaro, más de una vez había tomado él la iniciativa.
Ya hacía tres o cuatro meses desde que habían empezado con aquello, y ahora solían hacerlo siempre que tenían ocasión.
Cuando no había casa disponible, pues en un descampado, en el parking de su bloque o en el cine, como el otro día.
Incluso una vez lo hicieron en un parque, aprovechando que era de noche y estaba vacío.
Se metieron en una caseta de estas con columpios, toboganes y demás, y se la machacaron el uno al otro mientras se contaban las burradas que le harían a una tía cuando follaran.
Y así, diciendo "yo se la iba a meter por el culo hasta correrme dentro cuatro veces" o "primero que me la chupara un rato, y luego se la metía entre las tetas para que me hiciera una cubana", se hicieron una paja tan brutal que casi les pilla una señora sacando el perro de las voces que daban.
De todas formas, según me dijo, la mamada que le había hecho en el cine había sido la hostia, se había corrido como nunca y quería aprender a hacerlas así para sorprender a Mario.
Me propuso quedar, y así hemos hecho esta mañana, aprovechando que yo tengo turno de tarde.
Su casa estaba libre hasta las cuatro que vuelven sus padres de trabajar, así que me he plantado allí a las doce, dispuesto a enseñarle todo lo que sé.
Álvaro me ha abierto la puerta en gallumbos, unos slips azules que no han tardado en estar por los suelos.
La tenía desempalmada, y la verdad es que tiene una polla muy bonita, delgada y muy blanca, con unos huevos casi desproporcionados que le cuelgan de una manera que me pone a cien.
He empezado mamándosela como el otro día, para luego tumbarme sobre él y hacer un 69 educativo, lo que yo le hacía a él, él debía hacérmelo a mí.
Si yo le lamía lentamente el capullo, él me lo hacía a mi, si le acariciaba el ojete con un dedo mojado en saliva, lo mismo para él.
No lo había probado nunca, pero la verdad es que tengo que repetirlo, si te sincronizas bien es como estar chupándotela a ti mismo.
Noté que iba a correrme, pero antes de que pudiera avisar, Álvaro soltó su leche dentro de mi boca, lo cual me dio permiso para hacer con él lo mismo.
No puso reparos, aunque lo escupió una vez hube terminado.
Aún con algún resto en la boca le besé por primera vez.
Y menudo beso.
Tiene el labio de abajo muy gordo y carnoso, y encima al llevar el pendiente justo ahí, da un morbo increíble.
Con decir que aunque acababa de correrme se me puso morcillona después de estar un rato comiéndonos la boca.
Era su oportunidad de demostrarme que había aprendido bien, así que me senté en el sofá y me dejé hacer.
Le dije que hasta que no me corriera no me iba a ir, así que tenía que currárselo, sobre todo teniendo en cuenta que el segundo orgasmo es más difícil de alcanzar.
Pese a ser su debut en solitario, lo hacía genial, aunque tuve que ir guiándole un poco hasta que se soltó del todo.
Me pajeaba al mismo tiempo, cosa que no me gusta demasiado pues no me permite centrarme en la mamada, pero aun así reconozco que el chaval apunta maneras.
Incluso se atrevió, sin que yo le dijera nada, a meterme un dedo en el culo mientras me la estaba chupando, cosa que me sorprendió gratamente.
También se ha tirado un buen rato chupándome los huevos, supongo que por la curiosidad de que los llevo depilados para que estén más suaves.
Álvaro tampoco es que los tenga muy peludos, pero lo suficiente como para que el tacto no sea tan agradable, al menos para mí.
Al rato se cansó de mamar y siguió solo cascándomela, pero le incité a que siguiera hasta el final.
Así lo hizo, empleándose a fondo hasta que consiguió que volviera a correrme otra vez.
Yo estaba exhausto, pero había que igualar de nuevo las cosas, así que le tumbé sobre la mesa del comedor y le estuve un rato chupando el culo, lo cual parecía encantarle.
Incluso tuve que quitarle la mano de su polla un par de veces, pues no podía aguantar y se ponía a cascarsela mientras yo le lamía el ano.
Iba a ser difícil que se corriera solo con aquello, pero cuanto más aguantara, más fuerte iba a ser su corrida.
Al final me apiadé de él y me puse a pajearle despacito mientras le chupaba el culo a toda leche.
Aun tardó un poco en correrse, lo suficiente para soltar un chorro que le saltó por encima de la cabeza, pringando las cortinas.
Nos tumbamos un rato en la alfombra sin dejar de besarnos, y cuando nos quisimos dar cuenta eran casi las tres.
Era mejor no correr riesgos, así que nos vestimos y nos quedamos un rato charlando mientras veíamos los deportes en todas las cadenas.
Llegué a la conclusión de que si quería, podía acabar liado en serio con Álvaro, pues me temía que lo suyo por Mario era una simple obsesión adolescente, y conmigo lo tenía todo más fácil, pero el problema es que yo también estoy obsesionado con su amigo, lo cual hace que el resto de tíos pierdan interés, incluyendo al bueno de Álvaro.
Casi me da pena, pues objetivamente está buenísimo y tiene pinta de ser un chaval encantador a pesar de su aspecto de niño malo, pero hasta que no consiga liarme con Mario, me temo que no hay nada que hacer.
Lo curioso es que los dos tenemos el mismo objetivo, y si no fuera por eso, no tendría sentido que no intentáramos nada serio entre nosotros.
Aun así, voy a aprovechar que en un par de días libro y me paso por la casa de Abraham, a ver si con suerte está su hermano y hablo un poco él para tantearle.
Me da que va de hetero homófobo, pero con catorce años la carne es débil, y si consigo sorprenderle y pillarle por sorpresa, no creo que pueda resistirse.
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