Los Giros del Destino 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Continuando el relato anterior… me junte con Don José el viernes. Lo llame un poco emocionado y quedamos de juntarnos en su casa a las 4 pm (para lo cual pedí permiso en el trabajo, esto no me lo perdería)
Llegue a las 3:50 y presioné el timbre, y en un segundo estaba Don José en la puerta, con un bañador (de esos que ocupaban los futbolistas antiguamente, a mitad del muslo), sin camisa y con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando entré todo estaba igual que mi última visita, el corral con varios caballos, la piscina y su enorme casa. Cerró la puerta tras de mi y me besó apasionadamente, yo correspondí su beso y estuvimos así un rato. Su mano enloquecida acariciaba mi pene por encima del pantalón, mientras que yo apretujaba sus nalgas. Nos soltamos un segundo y me dijo “¿sabes como soporté tanto tiempo sin ti?”, me quedé pensativo y me dijo apuntando al corral “Tengo un poni allá adentro, tiene una muy buena herramienta y además se deja follar” mis pene dio un saltito cuando termino de decir la frase, todo mi cuerpo estaba deseoso de sentir esa nueva experiencia.
Nos acercamos al corral y ahí estaba, un poni del 1.50 de largo y no más de un metro de alto, de color café, en su entrepierna se veían colgando unos huevos deliciosos. “Acércate, es muy manso” me acerqué y empecé a acariciar esos huevos, su textura era extraña, pero eso más me excitaba. Seguí en lo mio, cuando Don José se metió debajo del poni, totalmente desnudo y ofreciéndole el culo. El poni (probablemente entrenado) sintió la mano de su amo en su enorme verga, la cual dio un saltito y acto seguido se la empinó completa dentro del ano de Don José, este dio un gemido de placer mientras el caballo empezaba un lento mete y saca (que después me enteré que Don José le había entrenado para que no lo hiciera tan fuerte).
Estaba a mil con la imagen que se formaba frente a mis ojos, por lo cual me desnude en un segundo y empecé a mamarle la verga a Don José, él gemía de placer diciéndome “esperé tanto para esto”. Luego, cuando su verga estuvo totalmente erecta, me volteé y me metí de una sola vez el pene de Don José en mi ano. Viejos recuerdos llegaron a mi memoria de cuando tenía 13 años.
El movimiento del poni hacía que Don José me metiera y sacar toda su verga de mi ano, lo cual me excitaba a mil, y creo que a él también, porque se corrió dentro de mi en un par de minutos, me dijo “ponte en cuatro frente al hocico del poni, te gustará”, le obedecí y no alcancé a estar totalmente en cuatro, cuando el poni me empezó a lamer mi ano totalmente abierto, limpiando hasta la última gota de la leche de Don José. Cuando terminó su trabajo, me dirigí al culo del poni, le levanté la cola y vi su ano apretado, totalmente limpio. Me escupí la mano y me lubriqué la verga, luego, se la metí al poni, el cual relinchó. Empecé mi mete y saca, y el poni se vino abundantemente dentro de Don José, este se sacó la verga del poni, se puso en cuclillas e hizo fuerza, con las manos debajo de su ano. Un segundo después, su ano soltó toda la leche del poni, la cual Don José se bebió como un desquiciado, se dirigió hacia mí y me empezó a lamer las bolas.
Yo seguía con mi mete y saca, mientras Don José lamia mis bolas, mi pene y el borde del ano del poni, aumente la velocidad y me fui dentro del poni. Que experiencia más gratificante y excitante.
Nos fuimos al borde de la piscina y yo me acosté en el pasto que ahí había, Don José se puso a mi lado y me empezó a masajear el pecho. Estuvimos un buen rato así hasta que mi pene se reactivó con una fuerte erección. Don José se dispuso a hacer un 69, dejándome su culo a la altura de mi cara, empecé a mamar su verga con énfasis y a meter mis dedos en su culo (que entraron sin ninguna dificultad gracias a la follada del poni) entraron 4 de una sola vez, presioné un poco mas y mi pulgar se coló dentro de su culo, Don José dejo de mamar mi pene y se puso en cuatro. Me posicioné detrás de él y empecé a empujar con más fuerza, mi mano entraba con poca dificultad, mientras que Don José arqueaba la espalda de placer. Saqué mi mano y la empuñé, volví a metérsela y esta vez Don José gritó “Ahhhh!!!! Siiiiii dame más!!!!”, seguí con un suave mete y saca mientras masturbaba su pene flácido (pero lleno de pre-semen) enfáticamente con mi otra mano. Mi pene daba brincos de excitación mientras follaba con mi mano a Don José, pero yo quería más. Volví a sacar mi mano, puse mis dos palmas juntas y volví a metérselas a Don José. Esta vez tuve que esforzarme más pero lo logré, me detuve un momento para dejarle descansar (en el suelo ya había un pequeño charco de pre-semen). Luego, empecé a empuñar mis manos dentro del ano súper-dilatado de Don José, sus gemidos y gritos de placer eran ensordecedores, una vez ya estaban empuñadas Don José me dijo “es tan rico sentir tus manitos dentro de mi, al menor movimiento siento un placer indescriptible”, al oír esto no dudé en empezar a girar mis puños. A Don José le temblaban las piernas, su pene (ya erecto) daba brincos, me detuve un momento y me acosté en el suelo (sin sacar mis manos) y me metí entre las piernas de Don José, para empezar otra vez el movimiento de mis puños, su pene empezó a brincar cada vez que daba un giro. Pasó un minuto y su pene descargó una abundante cantidad de semen en mi cara y boca, él cual me bebí.
Saqué las manos de su interior y Don José se desplomó en el suelo, me acerqué a él y lo empecé a besar, luego, él me limpió toda su leche de mi cara con su lengua y me beso otra vez. Sonrió y bajó a mi pene aún erecto, se lo metió en la boca, le dio dos lamidas y me corrí (debido a que penetrarlo con mis manos me había dejado a mil).
Esa noche me quedé en su casa. Pero creo que esto lo dejaré para la proxima
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