LOS HERALDOS DE LA LUJURIA X “Un Vicio Llamado Isiel”
Isiel arrastra a Marco Antonio a senderos inexplorados de placer, después de este encuentro nada será como antes..
Isiel tenía todos los movimientos calculados, sabía y sentía la atracción que el maduro experimentaba hacia él, e iba a hacer uso de esa atracción, la excusa del baño era perfecta y en realidad lo necesitaba. Se había percatado de la reacción de Marco Antonio y su nerviosismo y esa reacción no sólo le excitaba sino que le divertía ver a un hombre tan varonil tan enorme comportarse como un quinceañero en su primera vez, eso le llenaba de diversión y morbo claro está.
I: ayúdame a levantarme por favor Marcos, estoy como adolorido, cuando me muevo me duele todo, imagino que debí golpearme al caer al rio.
M.A: sí ya te ayudo déjame llenar la bañera hace mucho frio y debo calentar el agua descansa un poco mientras hago eso.
I: está bien aquí te espero, no me moveré, jajajajajajajaja.
Isiel observaba como Marco Antonio iba de un lado a otro preparándolo todo para el baño de Isiel, calentó el agua, llenó la tina puso en una silla toallas y todo lo necesario para el baño, lo hizo con diligencia y mucho nervio.
M.A: está listo el baño.
I: ayúdame a parar por favor
Marco Antonio acudió en su ayuda, lo ayudó a incorporarse, Isiel le paso el brazo por el cuello mientras Marcos lo tomaba de la cintura y hacía fuerza para ponerlo de pie, logró levantarlo y quedaron abrazados de frente Marcos sosteniéndolo por la cintura e Isiel asido a su cuello al ser casi de la misma altura sus caras quedaron encontradas, los rostros quedaron a pocos centímetros de distancia y se miraron fijamente, Isiel rompió el silencio y exclamó:
I: de verdad gracias por lo que haces por mí, te debo mi vida.
Esto lo dijo poniendo una mano en su mejilla, Marco Antonio se quedó congelado ante ese gesto y se perdió entre esos ojos miel que se iban poniendo casi amarillos, se sintió perdido en ellos.
M.A: bueno, bueno es hora del baño vamos aún está lloviendo y no es bueno que estés con ese frio.
Poco a poco lo llevó a la bañera y lo ayudó a meterse en ella, afortunadamente ya Isiel estaba desde la cama desnudo así que sólo se metió en la bañera y se abandonó al placer del agua caliente y perfumada que preparó el maduro, se sentó en la bañera con el agua casi a los hombros y se relajó ante al agua tibia sintiendo como sus músculos iban perdiendo tensión. Marco Antonio acercó una silla y se sentó al lado de la bañera y tomó una esponja y poco a poco iba frotando los hombros y cuello de Isiel, la imagen era en realidad hermosa, el cabello rojo de Isiel caía mojado sobre sus hombros y algunos mechones en su cara dándole una apariencia más sexi si eso era posible, su cuerpo era perfectamente armónico y al estar desnudo no perdió detalle del mismo, se encontraba sumergido en estos pensamientos cuando la voz de Isiel lo sacó del trance:
I: Marco Antonio, quítate esa ropa y métete conmigo en la tina así estas más cómodo y nos bañamos los dos.
Esas palabras pronunciadas por Isiel dejaron sin palabras a Marco que abriendo mucho los ojos casi no podía pronunciar palabra incluso pensó que había escuchado mal:
M.A: pero que dices bañarnos juntos, en la tina, desnudos?
I: claro y por qué no, somos hombres, estamos solos, nadie va a venir en días ya que los caminos están inundados, me has visto desnudo hasta el cansancio y yo a ti no, creo que es justo que te conozca más jajajajajajaja… anda hombre deja de mojigatería y quítate esa ropa y metete conmigo aquí lo estas deseando tanto o más que yo.
En ese momento Marco Antonio se sintió descubierto en sus deseos, sintió su cara encenderse y su pene palpitar, sin dejar de mirar los ojos de Isiel se fue quitando la ropa con lentitud a pesar de haber visto desnudo a Isiel muchas veces, Isiel nunca lo había visto desnudo y sintió como poco a poco el ángel caído lo seguía con la vista mientras se desprendía de cada prenda, el sentirse contemplado hizo su cuerpo arder, su verga sin remedio se erectó a su máximo esplendor, ya desnudo Isiel se pudo de pie en la bañera e invitó a Marco Antonio a que se metiera con él con un gesto le indicó que se pusiera en su espalda y que se sentara en la tina ya estando sentado Isiel se fue agachando, Marco Antonio no perdía detalle de sus movimientos en un momento el culo maravilloso del ángel caído le quedó a la altura de la cara y estuvo tentado a besarlo y lamerlo Isiel se terminó de sentar y sus nalgas hicieron contacto con el pene erecto de Marco Antonio, el contacto fue enloquecedor para el maduro que echó la cabeza atrás y soltó un suspiro de placer.
Isiel lo sintió completo, el canal de sus nalgas alojó el pene largo y grueso del maduro, el calor de ese culo le clamar placer, Isiel sintió ese pene grande y grueso entre sus nalgas e hizo un leve movimiento para frotarse con el recargo su espalda en el pecho de Marco Antonio y apoyo su cabeza en el hombro del maduro.
I: de verdad quería estar así contigo
MA: yo jamás pensé que estaría así contigo o con cualquier otro hombre.
I: te gusta?
M.A: sí y mucho
Marco Antonio tomó la esponja con jabón y empezó a frotar el pecho de Isiel, froto sus tetillas las cuales se endurecieron al contacto, le levantó un abrazo y frotó la axila del pelirrojo, mientras todo esto pasaba Isiel giraba su cadera sobre el pene del maduro haciéndolo empujar hacia arriba su cadera para tener más contacto con esas nalgas deliciosas que internamente estaban muy calientes, sus manos ya dejaron caer la esponja y con sus manos frotaba todo el cuerpo de Isiel, sus manos bajaron por su pecho llegaron a sus ingles y tomaron su pene erecto largo y gordo e hicieron un suave masaje en el, en esas Isiel separa su espalda del pecho de Marco Antonio y con voz ronce y evidentemente excitado le dice:
I: lávame la espalda…
Isiel hizo movimiento de incorporarse, se arrodilló en la tina apoyando sus manos en el borde de la bañera, en pocas palabras quedó en 4 dentro de la tina. Marco Antonio se incorporó y quedo arrodillado detrás de Isiel metido entre sus piernas abierta a ambos de la bañera, la imagen que tenía ante sí lo dejó sin palabras, una espalda rotunda marcada de músculos con hombros redondos a ambos lados dando paso a unos brazos gruesos y marcados, cintura estrecha dando paso un par de nalgas redondas y paradas, la espalda quebrada levantando ese culo enloquecedor, las nalgas grandes y redondas cubiertas de suave vello rojizo, en medio de ellos un ojete boqueante que se abría y cerraba pidiendo ser llenado.
Isiel volteo a ver a Marco Antonio que paralizado no movía un músculo y sacándolo de ese trance le dijo:
I: tállame la espalda
Marco Antonio empezó a tallar la espalda de Isiel, en un movimiento para alcanzar la esponja al cuello, pegó su cadera a las nalgas de Isiel, el calor que sintió fue de más de placentero y mientras frotaba la espalda del pelirrojo empezó a mover su cadera arriba y abajo frotando su pene hinchado en medio de esas nalgas como un sándwich, inclino su pecho y lo pegó a la espalda de Isiel y aceleró el movimiento de su cadera, ya allí no había punto de retorno el maduro estaba perdido de lujuria en una situación sexual que nunca había vivido y menos pensó vivir. En un momento dado al estar subiendo y bajando su cadera frotando su pene entre esas nalgas provocativas, su glande se enganchó con el ano boqueante de Isiel y media cabeza quedó inserta en ese ano, ambos se detuvieron a la expectativa de lo que estaba sucediendo y a punto de suceder, Isiel sintió que su ano se ensanchó y oleadas de placer recorrieron su cuerpo, Marco Antonio se quedó privado por la sensación de calor que sentía oprimir su glande, era demasiado placentero sentir esa presión y ese calor, en perfecta sincronía sin decir una palabra Isiel echó su culo hacia atrás y Marco Antonio su cadera hacia adelante y lo inevitable sucedió, una sincronizada penetración y el gemido de ambos al unísono no se hizo esperar, sin detenerse Marco Antonio hizo tope y se quedó quieto para asimilar las sensaciones, suavidad, humedad, presión, calor…todo a la vez. Por otra parte Isiel sintió ese gran pene entrar en él y haciendo gala de uno de sus dones como lo es la dilatación, dejó que entrara y sin dolor alguno lo alojó en su interior y amoldó sus entrañas a esa verga y disfrutó de ella.
Luego de ese momento de expectativa comenzó la sincronía de caderas, los movimientos de ambos hacía que la cópula fuera perfecta, Marco Antonio sacaba su pene casi a la punta y lo volvía a meter con rapidez y profundidad, el maduro no estaba claro aún qué lo volvía más loco, si la imagen de ese macho en posición de perrito con su gran culo abierto siendo penetrado o el calor indescriptible y la suavidad de su interior cuando lo penetraba con profundidad. Isiel estaba feliz, primero había logrado su objetivo al seducir a Marco Antonio y segundo debía reconocer que este hombre le gustaba demasiado, la tarea en realidad no era ningún sacrificio, Marco Antonio era una delicia de hombre blanco, peludo, robusto y fuerte, cuerpo musculado por su trabajo como leñador, poseía piernas gruesas nalgas grandes y duras y lo mejor era ese delicioso pene que poseía el cual Isiel sentía duro al máximo dentro de su culo proporcionándole un enorme placer.
Marco Antonio en este punto golpeaba su cadera con fuerza contra el culo de Isiel, estaba cerca del orgasmo, mientras más penetraba, más calor sentía que envolvía su verga, no quería sacarla de ese agujero caliente y húmedo, nunca había sentido unas entrañas tan calientes y esa sensación y la fricción lo tenían al borde de sacar la leche acumulada en sus testículos, por minutos duró entrando y saliendo de ese ano tratando de alargar el placer hasta que no pudo más y terminó bañando de semen las entrañas de Isiel en un orgasmo prolongado que caso le hace perder el sentido, Isiel sintió cada uno de los trallazos de semen que botó el maduro y cuando sintió el primero paró más el culo para recibir los restantes sintiendo la esperma caliente y espesa dentro de sí. Luego de acabar Marco Antonio cayó casi inconsciente en la espalda de Isiel, se quedaron en esa posición unos minutos recuperando el aliento hasta que Isiel rompió el momento.
I: creo que el baño terminó
MA: jajajajajajajajajaja creo que sí vamos a la cama
Ambos salieron de la bañera ya Isiel no requería ayuda, caminaba perfectamente, llevaba de la mano a Marco Antonio ya ambos cayeron en la cama. Aún llovía pero Marco Antonio necesitaba más de ese hombre, no se podía explicar por qué le costaba tanto separarse del pelirrojo, era una atracción que no podía explicar. Al caer en la cama Isiel se montó sobre él y empezó a besarlo con pasión, sus lenguas se enroscaban con ardor a pesar de nunca haber besado a un hombre Marco Antonio no sintió extrañeza cuando Isiel lo besó, en este caso parecía lo más natural, poco a poco Isiel fue bajando por el torso del maduro, beso y lamió su cuello chupó sus tetillas con hambre, lamió sus ingles y llegó al pene de Marco Antonio que de nuevo estaba erecto, lo tomó con sus manos ese pene largo y grueso y lo llevó su boca besó el glande y comenzó a comerlo tratando de alojarlo todo dentro de sí, Marco Antonio abrió mucho los ojos cuando sintió el calor de la boca de Isiel, su esposa en par de oportunidades intentó hacerle sexo oral pero esta actividad no era de su agrado y el amor que sentía Marcó Antonio por ella lo llevó a olvidar esa práctica, jamás hubiese obligado a su amada a hacer algo que no quería, es por ello que la estupenda mamada que le estaba dando Isiel era algo nuevo para él, no salía de su asombro ante el placer que estaba sintiendo, Isiel alojaba todo el pene del maduro en su boca, lo tragaba entero y una vez dentro de su boca lo apretaba y aflojaba con su garganta, el placer que sentía era insólito.
Isiel tenía el control de la situación, su misión no sólo era seducir al maduro sino a su vez enviciarlo con el sexo entre hombres y para ello debía proporcionarle mucho placer y estaba dispuesto a dárselo. Levanto las piernas de Marco Antonio y chupo las bolas del maduro y su pirineo, poco a poco llegó al ano virgen del maduro y lo comió con hambre, la sensación hizo saltar a Marco Antonio, nunca nadie había llegado a esa zona tan íntima, la sensación no se parecía a nada que hubiese experimentando antes, poco a poco relajó la tensión inicial de sus piernas y se abandonó a la sensación de ese beso negro maravilloso que estaba experimentando, gimió de placer abrió lo más que pudo sus piernas para dar más acceso a su culo jamás explorado. Isiel lamio y comió ese culo con ansias, sabía que el maduro jamás había experimentado esa forma de sexo y quería que lo disfrutara pero también quería hacerlo suyo, ahora alternaba su lengua con los dedos y poco a poco fue insertando dedos en el culo del maduro, luego cambió la estrategia y empezó a darle una estupenda mamada a Marco Antonio y mientras esto sucedía iba frotando el ano del maduro e insertando sus dedos en él, la doble sensación resultó también ser nueva y estaba confundido, no sabía en cuál sensación concentrarse pero poco a poco su ano se iba dilatando por el estímulo recibido, de la mesa de noche Isiel tomó un pote de crema y embadurnó sus dedos y fue penetrando al maduro mientras lo mamaba, su ano iba dilatando más y más, cuando creyó que estaba listo volvió a levantar las piernas del maduro y las puso sobre sus hombros, al momento la excitación, miedo y confusión de Marco Antonio era sin igual, pero se dejó hacer. Isiel tomó su pene muy erecto y lo acercó al ano del maduro hizo contacto y entró en el canal, el dolor inicial se hizo presente en Marco Antonio, al momento que se iba a quejar Isiel lo besó taponeando el lamento, con el beso de tornillo Isiel iba avanzando en la penetración hasta que hizo tope se quedó quieto esperando que Marco Antonio se amoldara al intruso y luego de unos minutos empezó a serruchar las entrañas del maduro y lo penetró y penetró hasta que los gemidos de Marco Antonio retumbaban en toda la cabaña a pesar del ruido de la lluvia, Isiel lo penetró de manera salvaje, ruda, haciéndole sentir como coge un macho de verdad hasta que el orgasmo llegó sin remedio Isiel bañaba con su semen caliente las entrañas y la próstata del maduro, el sentir esa sustancia viscosa y muy pero muy caliente en su interior fue más de lo que pudo soportar y sin siquiera tocarse Marco Antonio acabó bañando su pecho, cuello y cara con su simiente y luego de esto quedó casi desmayado.
Fueron 4 días más de lluvia y de sexo sin control en todas sus formas, marco Antonio en este período de tiempo descubrió las delicias de la versatilidad, el dar y recibir, fue mamado y aprendió a mamar, recibió placer y aprendió a dar placer a un macho, después de esos 4 días su visión del mundo cambió para siempre, decidió que lo restante de su vida lo dedicaría a buscar, recibir y dar placer a los machos que se atravesaran en su camino.
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