Los Hetero Curiosos, Parte 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por carlos.cifuentes280.
Luego de un breve descanso, Erick estaba duro como una roca, al igual que yo.
La escena estaba grabada a fuego en mi mente y mi cuerpo reaccionaba acorde, tanto así, que mi pene no perdió su firmeza en el par de minutos que recuperábamos el aliento.
Esta vez, Erick tomó las riendas de la situación, empujándome para quedar acostado, mientras tomaba una de mis piernas y la separaba de la otra.
E: Te voy a devolver el favor ahora – me dijo con voz de caliente, mientras se lamia los labios.
Yo solo asentí con la cabeza, que fue la señal para él para desatar a su bestia interna.
Me besó intensamente mientras su mano exploraba mi pene y mis bolas.
No perdió ni un segundo y se lanzó a mi pene.
Primero pasó su lengua por la cabeza de mi pene circuncidado, para luego mirarlo por un pequeño lapso de tiempo (me imagino que nunca había visto un pene circuncidado en su vida xD!).
No demoró demasiado en eso, ya que, como si fuera un experto mama vergas, se metió mi pene hasta la garganta, mientras estrujaba y jugaba intensamente con mis bolas.
Yo solo me afirmaba fuertemente de los soportes de la cama y gemía sonoramente.
Estuvo un buen rato chupandome, jugando con mis bolas y una que otra incursión a mi ano, pero luego se detuvo.
Me miró un poco sonrojado y me dijo.
E: Cómeme el hoyo de nuevo porfa – lo dijo sin mirarme a la cara
S: Tú pídeme lo que quieras con confianza, quiero que lo pases bien – Le dije levantando su rostro con mi mano para que me mirara – Ponte pa hacer un 69 arriba mío
Al decir esto, creo que sus inhibiciones empezaron a desaparecer, ya que se puso sobre mí, me miró entre sus brazos, para luego mirar mi pene y lanzarle un gran y sonoro escupitajo, y acto seguido… se lo comió, hasta que sentí su nariz enterrada en mis bolas.
Mi cuerpo se arqueó en respuesta, mientras soltaba un gran bufido.
Me sentí en la obligación de corresponderle, así que hice mi mejor intento de garganta profunda, y me metí su gran pene a la boca.
Por más intentos que hacía, unos 3 dedos de su pene aún estaban fuera de mi boca, sentía su glande palpitar en mi garganta, lo que me hacía sentir que iba a vomitar.
Erick, al parecer, quería sentir mucho más placer, y en el momento en que yo me preparaba para hacer el último intento de comerme ese gran pene, aflojando lo más que podía mi garganta, él se dejó caer con todo su peso en mi boca.
Su pene fue como un cuchillo caliente en manteca (siendo la manteca mi garganta xD!) que se abrió paso por mi garganta hasta que sentí sus grande bolas en mi nariz.
Sentía que el aire me faltaba, pero logré dar una gran inhalada, lo que le dio la señal de moverse como poseído, me folló la garganta como si no hubiera un mañana, unas 10 estocadas para luego salirse completamente de mí.
Me lagrimeaban los ojos, me faltaba el aire, sentía saliva saliéndome de la nariz y probablemente estaba extremadamente rojo, por un momento perdí la noción de donde estaba y lo que estaba haciendo, hasta que lo ví, con cara de preocupado sentado al lado mío.
E: Oh, disculpa weón, me calenté demasiado y se me pasó la mano – Me dijo con una clara preocupación en la cara.
S: Está bien, pero la tení muy grande weon, teni que tener más cuidado no más… Además, ahora me toca la venganza – Le dije con una sonrisa picarona – Ya, en cuatro sobre mi… como estábamos recién… y ponte a chupar.
El me miró un poco descolocado, pero la calentura le ganó e hizo lo que le ordené.
No perdí mi tiempo y empecé a comerme ese rico ano que había saboreado minutos antes.
Él, muy obediente, empezó a chuparme el pene de nuevo.
Lo hacía lento, se tomaba su tiempo en la cabeza, para luego enterrarselo en la garganta, y luego repetía.
Empecé a acelerar mis langüetiadas y el empezó a gemir, mientras se comía mi pene con más efusividad.
Esa sensación de tener en tu poder a alguien, sobre todo cuando es más grande y corpulento que tú, es indescriptible.
En un instante en que tenía todo mi pene en su boca, puse mis piernas en su cuello, como haciendo una llave de lucha libre, y empecé a moverme para follar su boca.
Acto seguido, enterré dos de mis dedos profundamente en su ano, mientras lo escuchaba gemir y sentía su pene saltar en mi pecho.
Sólo estuve así menos de un minuto y lo liberé, pero fue suficiente, se sacó mi pene de la boca y aún con mis dedos en su culo me miró y me dijo
E: Follame weon – Con una voz lujuriosa y con cara morbosa, la cual estaba completamente congestionada por la follada de garganta que le había hecho.
Para mi fueron palabras majestuosas, así que me puse manos a la obra.
Le pedí que se pusiera igual que la primera vez que le mamé el culo.
Él lo hizo.
Le di un par de lamidas más para mojar su culo y lubricarlo un poco más, pero no era para nada necesario.
Su culo, si bien no estaba abierto (no como una O gigante), tenía un pequeño canal que me dejaba ver que estaba preparado, además le corría un hilillo de líquido que salía de él.
Me puse el condón y puse la cabeza en la entrada de su ano.
Sentí como su ano palpitó al sentir el roce con mi pene, pero no se cerró.
Proseguí y empecé a presionar lentamente, no había alcanzado a entrar siquiera la cabeza, cuando sentí sus manos en cada una de mis nalgas y me acercó firmemente.
Mi pene se deslizó con dificultad dentro de su cavidad, mientras el daba un bufido profundo.
Mi pene había entrado hasta la mitad, pero eso no bastó para él.
Con un gesto similar, me tomó con firmeza y me empujó dentro de él.
Dio un gemido fuerte, tan fuerte que podrían haberlo escuchado a varias casas de distancia.
No me moví por un momento, esperando a que se acostumbrara.
Cuando vi que era buen momento, me empecé a mover, lento pero firme, de adelante para atrás, sin sacar demasiado mi pene de dentro de él.
E: ¿Así te culiay a los weones? – Me dijo con una voz de caliente y casi demandante – Follame como un hombre, maricón de mierda – Vociferó mientras se abría las nalgas con ambas manos.
Algo se había liberado en esa muestra de “poder” que le di al momento de follarle la boca.
Y algo en mí también.
S: ¿Querí que te folle de verdad?, pídemelo claramente mariconcito… dime que querí!! – Le dije con autoridad, sorprendido de mí mismo al ver esta faceta desconocida hasta el momento.
E: Metemelo weon, quiero escuchar mis cachetes aplaudir, quiero que me rajes el orto… Follame fuerte y duro maricón… a ver si erí un macho de verdad.
Casi me sentí herido al escuchar esto… casi xD!.
Se la saqué por completo, le di un escupitajo en su hoyo semi abierto, golpeé sus nalgas con mi pene, que estaba como un fierro.
Él se abría las nalgas con tanta fuerza, que su piel se volvía más blanca ahí donde sus dedos la estiraban.
Contemplé por un segundo la imagen, y la bestia se apoderó de mí.
Sin miramientos lo clave profundamente, mis bolas en sus bolas… con un sonoro ¡PAFF! El quejido de Erick fue majestuoso, soltó sus nalgas y una de sus manos fue directamente a palpar su ano, mientras que, con la otra, se apretaba intensamente la base de su pene.
S: ¿Estay listo pa lo de verdad maricón? – Le dije autoritario.
Y sin darle tiempo de responder, lo empecé a follar fuertemente, mientras él se quejaba en cada penetrada profunda que le propinaba.
Estuve un buen rato en esa posición, follándolo duro y azotándole sus grandes nalgas.
S: ¿Te gusta así weon?
E: Si conchetumadre, me encanta como me rompí el poto – Dijo entre gemidos.
Me salí de él y lo hice voltearse.
Pude ver su cara, de la comisura de sus labios goteaba saliva, su rostro estaba completamente rojo y sus ojos entrecerrados.
Luego, pude ver su pene.
Se veía aún más grande de lo que era (si es que eso fuera posible), de la cabeza brotaba un hilillo sin fin de líquido pre seminal, que se acumulaba en su ombligo y escurría hacia un costado, para perderse en las sabanas de la cama.
Subí sus piernas a mis hombros y volví a poseerlo, fuerte y sin miramientos.
El gimió nuevamente cuando mis bolas tocaron finalmente sus nalgas.
Su pene brincaba sin parar y sus bolas subían y bajaban en su saco.
Empecé a moverme firmemente a una velocidad constante.
Él se aferraba a las sabanas y gemía fuertemente en cada estocada.
Yo estaba en el cielo, un curioso penetrado fuertemente por mí, con una herramienta considerablemente más grande que la mía, y gimiendo como si no hubiera un mañana debido a mis penetradas.
S: ¿Soy suficiente macho pa ti maricón? ¿Qué erí weón?
E: Soy tu hembra, preñame weón… reviéntame el hoyo, déjame moqueado… quiero ser tu perra weón.
S: No se te ocurra tocarte la tula weón – Le ordené.
Aceleré mis movimientos y empecé a penetrarlo rápidamente.
Sus nudillos estaban blancos de tanto apretar las sabanas y su pene no dejaba de dar saltitos cada vez más fuerte.
Como sabrán si han leído mis otros relatos, me demoro considerablemente en eyacular, y esta no fue la excepción.
Me movía a una velocidad impresionante, metía y sacaba mi pene casi en su totalidad, para volver a meter mi pene bien profundamente dentro de Erick.
Sudábamos mares, el aire estaba enviciado, con el olor a sudor, semen y pasión.
Seguí con lo mío, hasta que sentí que su ano se empezó a contraer rítmicamente, sentía como su orgasmo se aproximaba rápidamente.
Tomé sus piernas de mis hombros y las abrí ampliamente a cada lado de mi cadera.
Su cuerpo casi dibujaba una T, mientras sostenía sus piernas de los tobillos, presionándolas en dirección de su cabeza.
Empecé a penetrarlo aún más rápido y él me ayudó con sus piernas.
Tenía una elasticidad sorprendente, estaba completamente abierto de piernas.
Seguimos hasta que dio un gran gemido gutural, abriendo de par en par los ojos, mientras yo seguía follándolo sin compasión.
Hizo el intento de soltar sus piernas, pero puse mis manos sobre las suyas y lo retuve en la posición.
Seguí follándolo hasta que dio un fuerte gemido, que parecía más grito.
Su cuerpo se estremeció, sus pupilas se empezaron a perder en su cráneo, su pene saltaba sin cesar, hasta que ocurrió lo inevitable.
Grandes cantidades de semen empezaron a brotar de su glande, primero lentamente, casi como arrastrándose con dificultad para salir de su conducto, hasta que la marea llegó.
Varios disparos se perdieron sobre su cabeza, hasta que llegaron a su rostro, su boca abierta en el gemido permitió que un par se perdiera dentro de ella, el resto se depositaron en su pelo, pecho, estómago y finalmente en su pubis.
Yo reduje la velocidad de mi movimiento, le solté las piernas y él se desplomó por un par de segundos en la cama, con mi verga aún dentro de él, dura como el primer momento.
Me acerqué a él y recogí todo lo que pude de su semen con mi lengua, saboreé un poco.
Tenía un sabor exquisito, más dulce que amargo, con una consistencia semi espesa y de un olor muy agradable.
El resto lo retuve en mi boca y me acerqué a su boca para besarlo.
Él ya empezaba a recuperar la “conciencia” y aceptó gustoso el beso con su leche que le dí.
Fue un largo y acalorado beso.
Lo dejé recuperarse un segundo hasta que le dije.
S: Yo aún no termino weoncito… Así que ven a complacer a tu macho, perrita.
Por un momento pensé que se iba a negar, pero muy sumisamente se acercó a mi e hizo el ademan de ir a mamar, pero lo detuve.
S: No no no… Vas a cabalgarme ahora
Al decir esto, su rostro recuperó esa cara de calentura y se empezó a acercar a mí, que estaba acostado de espalda en la cama.
Su pene flácido empezaba a reaccionar (el cual, en reposo, era increíblemente pequeño, de unos 4 o 5 centímetros, relativamente grueso… claramente él era un “grower” jejej xD!).
Puso cada pierna a un costado de mi cintura y empezó a descender lentamente, hasta cuando sintió la cabeza de mi pene en la entrada de su culo.
En ese momento me miró pícaramente y se dejó caer, penetrándose completamente.
Solté un grave y profundo gemido de satisfacción.
Su pene empezaba a ganar tamaño cuando se empezó a mover lentamente, cintura hacia adelante, cintura hacia atrás.
Arriba, luego abajo.
Cuando agarró más confianza, sus movimientos empezaron a ser más rápidos.
Volvía a gemir sonoramente mientras tenía sus manos en mi pecho.
Al parecer seguía obedeciendo mi orden de no tocarse.
Cuando empezó a cansarse, lo quité de encima de mí, y lo volví a poner patas al hombro, pero empecé a levantarme, hasta que lo tuve con la cabeza en el colchón, y el resto del cuerpo en el aire.
Mis piernas a cada lado de su cuerpo, y mi pene apuntando hacia abajo dentro de su culo.
Sus piernas estaban totalmente estiradas y hacían un ángulo con la cama.
Seguí mi movimiento fuerte, hasta que me percaté de su pene.
Goteaba pre seminal en abundancia, que se empezaba a depositar en los labios de Erick debido a la posición.
Y ahí lo vi.
Su pene estaba a unos centímetros de su cara, me entró la maldad (como se dice por acá xD!) he hice que sus piernas se doblaran un poco, al igual que su espalda.
S: Abre la boca mariconcito – Le dije con firmeza, él estaba con los ojos cerrados en ese momento – Bien bien abierta weón y la lengua afuera – Y lo hizo.
Tomé su pene con mi mano y el gimió, empujé levemente su culo y el entendió la indirecta, y empezó a ceder sus piernas.
Cuando sus rodillas estaban casi por tocar la cama, hice mi movimiento.
Puse su pene en sus labios y al instante, él abrió los ojos y me miró con incredulidad.
S: Pajeate, fuerte y con ganas, pero no saquí la cabeza de tu boca… y cuando llegue el momento… no quiero nada desperdiciado
Él solo me miró, con su cara de caliente… y empezó a masturbarse, lento al principio, pero luego agarró más velocidad (debo decir que le entraba mucho más que sólo el glande, gracias a su elasticidad y flexibilidad, yo creo que era cerca de un puño de su pene).
Mientras él hacia esto, yo lo follaba con insistencia, mientras que con mi mano derecha lo tenía agarrado bien agarrado de las bolas, las cuales apretaba a conciencia y él gemía y daba un saltito con cada apretón que le daba.
Mi mano izquierda estaba encima de su nalga, mientras que mi pulgar se perdía dentro de su ano.
Se escuchaba sonoramente el sorber que hacía cuando chupaba su propio pene y el sonido que hacía mi follada.
Me salí de él y lo sostuve de las nalgas para que mantuviera la posición.
Metí el pulgar de cada dedo en su ano y lo abrí lo más que pude, y acto seguido… Enterré mi lengua en él.
Se estremeció y se escuchó su gemido ahogado con su propio pene.
Sus testículos, los cuales colgaban a cada lado de su pene, se acercaron a la base y a su culo.
Sus piernas temblaban y su culo palpitaba.
Mi pene, ya liberado de la prisión del condón, babeaba profusamente y daba brincos a cada salto que Erick daba.
Finalmente, su orgasmo llegó, su manzana de adán empezó a saltar con cada trago que daba, uno, dos, tres, cuatro grandes tragos, mientras una de sus manos estrujaba hasta la última gota que se albergaba en su larga verga, la otra apretaba firmemente sus bolas.
Cuando vi que su eyaculada había terminado, lo dejé caer en su cama.
Sin dejarle recuperar el aliento, me subí sobre él, con las rodillas a cada lado de su cabeza.
Él entendió y abrió su boca.
Acto seguido, le dejé caer todo mi peso en su garganta, tal cual lo había hecho él un rato atrás.
Lo empecé a follar por la garganta con furia y en unas cuantas estocadas, sentí como mi pene palpitaba, mi ano apretaba, y….
mi semen empezó a salir a raudales.
Clavé fuertemente mi pelvis en su cara, depositándole mi leche directamente en el esófago, sólo saliéndome entre convulsiones para que tomara un poco de aire, para volver a clavarle mi barra de carne en la garganta.
Fueron varios chorros de semen espeso y caliente que deposité en él, hasta que mis convulsiones cesaron.
Me desplomé al lado de él, respirando agitadamente.
Por largo rato, sólo se escucharon nuestras respiraciones, que lentamente volvían a un ritmo normal, hasta que él empezó a hablar.
E: Eso fue… impresionante weón… la cagó… Nunca había sentido tanto placer en mi vida… que manera de follarme weón….
S: Jejej que bueno que te gustó – Le dije, un poco sonrojado ante el alago
E: Hay que repetirlo luego weón… creo que me voy a hacer gay ahora – Dijo mientras soltaba una sonora carcajada, que yo también acompañé.
Con Erick hemos tenido varios encuentros más, entre los dos, y entre más gente… donde también ha hecho el rol de activo… pero eso es para otra ocasión jejej 😀
Dejen sus comentarios y acotaciones 😀 nos vemos en otro relato….
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