LOS HOMBRES DE MI FAMILIA 1° CAPITULO
El inicio de Fernando con los hombres de su familia, el relato contiene lenguaje que puede ser ofensivo para algunos..
LOS HOMBRES DE MI FAMILIA 1° CAPITULO
Introducción
Me llamo Fernando tengo 12 años soy delgado, pelo corto, piel blanca y me considero guapo, les describiré a los personajes conforme se vaya desarrollando la historia, soy el hijo no planeado según mis padres, mi padre se llama Efrén tiene 42 años, él es el segundo de su familia, mi madre Celia de 41 años la menor de su familia, mi hermano mayor Luis de 23 años, mi hermana Denise de 20 años.
Mi padre tiene dos hermanos uno mayor y otro menor que él.
Mi tío Aron el mayor de 44 años, su esposa Martha de 44 años, su hijo Santiago de 24 años y Marlene su hija de 20 años. Mi tío Heriberto de 40 años, su esposa Verónica de 41 años, su hijo mayor Manuel 20 años y el menor Mauricio 17 años. Y por parte de mi madre, mi tío Julián de 45 años, su esposa Juana de 45 años, su hija mayor Berenice de 23 años, Michel de 21 años y el menor Marcos de 17 años.
Cuando mi familia salió de vacaciones de semana santa, yo tuve que quedarme por asuntos del colegio así que me quedé solo en casa, mi familia se marchó el viernes por la tarde, así que tenía casa solo para mí, sin dudarlo el sábado mandé un mensaje a Ricardo, mi vecino de 18 años. A Ricardo lo conozco desde que se cambió a vivir en este barrio, cuando él llegó yo tenía 6 años, él 12, ahí empezó nuestra amistad y con el tiempo una relación de amigos con derecho, de hecho, él fue el primero que me metió la verga por el culo, eso pasó cuando yo tenía 10 años, él me rompió el culo por primera vez.
El sábado por la tarde, le mandé un mensaje a Ricardo que llegó en 5 minutos a casa, lo invité a entrar y nos fuimos directos a los besos y caricias, poco a poco nos fuimos quitando cada prenda sin dejar de besarnos, busqué la verga de Ricardo, una verga de 17 centímetros, blanca con algunas venas que resaltaban, el glande rosado, unos testículos grandes y depilados, cuando ya estábamos desnudos y en la habitación, empecé a darle una mamada de verga que lo volvían loco y a mí me encantaba mamársela, mientras yo me entretenía mamándole la verga y Ricardo, él masajeaba mi culo y comenzaba a meterme sus dedos poco a poco hasta que relajó bien mi ano, cuando mi ano estaba listo, me agaché sobre la cama dejándole mi culo a su disposición.
Este comenzó a meterme su verga poco a poco, como lo hacíamos cada vez que teníamos sexo, la fue metiendo despacio, hasta que la tenía por completo dentro de mi culo e iniciamos ese mete y saca tan rico que me hacía pujar, al estar “solo” en casa, no paraba de gritar y gemir de placer, la respiración de Ricardo entre cortada y fuerte, aceleraba sus envestidas, estábamos a punto del clímax, cuando escuchamos la voz de mi padre, una voz fuerte y ronca parecía como el trueno de un rayo en seco.
Efrén: Pero ¿qué hijos de su puta madre estás haciendo?, hijo de toda la chingada, ¿para esto te querías quedar solo en casa?
Mi padre entró a la habitación maldiciendo, tomó a Ricardo del pelo y lo sacó a rastras de la casa, como pudo Ricardo fue recogiendo su ropa y poniéndosela, para que mi padre no lo echara desnudo a la calle, mi padre le tiró un par de patadas y golpes a Ricardo. Cuando mi padre regresó a mi habitación yo estaba hecho un mar de lágrimas, tenía miedo a la reacción de mi padre.
Efrén: ¿Pero qué diablos estabas pensando al haber hecho eso?, ¿qué ahora te llamaré Fernanda?
Fernando: Papi perdóname por favor, te pido no me hagas nada.
Efrén: Ya basta de llamarme papi, de ahora en adelante me llamarás padre o papá nada de papi, esto que hiciste tendrá consecuencias.
Mi padre me propinó unas cuantas cachetadas y un par de cintarazos, me pidió que no saliera de mi habitación y que preparara mi ropa que al día siguiente por la tarde nos iríamos a con el resto de la familia. En el trayecto del camino no dejaba de pedirle perdón y tampoco dejaba de llorar, le pedía a mi padre que no contara nada al resto de la familia, pero éste me callaba diciéndome “ya basta, deja de hablar, no me interesan tus súplicas, hubieras pensado antes de meter a ese muchacho a la casa”, cuando llegamos al lugar que renta mi padre para vacaciones, mi madre se puso muy feliz al verme. Mi madre siempre me ha dicho Fernandito y ese día mi padre le pidió a mi madre que ya no me tratara como si fuera un niño pequeño.
Efrén: Ya basta de llamarlo Fernandito mujer, llámalo, Fernando, es un hombre ya no es un niño.
Mi madre ignoró a mi padre y me pidió que me divirtiera en la alberca, aunque no estaba de ánimos, me vestí con la ropa adecuada y salí a la alberca, en ella estaban bañándose mis dos tíos, mi padre y dos de mis primos, Manuel el hijo de mi tío Heriberto y Santiago el hijo de mi tío Aron. Al llegar a la alberca me recosté en un camastro, mi padre se acercó a mí y me dijo al oído.
Efrén: Más te vale que te mantengas a raya y no hagas que me enoje, de lo contrario toda la familia sabrá la aventura de Fernanda ¿de acuerdo niño?
Fernando: De acuerdo papá, me portaré bien, no te preocupes por mí, tú solo diviértete.
Las vacaciones trascurrieron de lo más normal, mi padre se relajó, aunque no dejó de vigilarme y de vez en cuando llamarme la atención y cuando estábamos solos o que nadie lo escuchaba me llamaba Fernanda.
De regreso en casa, las cosas trascurrían de forma normal, mi padre no mostró cambio alguno conmigo, solo que me llamaba Fernanda en cada oportunidad y lo hacía en forma de burla, pues así lo sentía yo. Una noche escuché a mi madre gritar, ya era más de las 12 de la noche, escuché el grito aterrador de mi madre, seguido de varios reclamos a mi padre, (es por eso por lo que no me gusta hacerlo, eres un bruto no tienes cuidado, siempre has sido así, sabes que me haces daño y no te importa, pues en lo único que piensas es en ti y nunca en los demás eres un salvaje).
Los reclamos continuaron, pero yo tenía miedo, así que desperté a mi hermano mayor que dormimos en la misma habitación, salimos al pasillo y ahí estaba mi padre y mi madre discutiendo, pero al vernos se quedaron callados. Mi madre solo llevaba puesta su bata de seda y al instante cruzó los brazos para que no notáramos que venía desnuda, mi padre solo llevaba una toalla alrededor de su cintura.
Luis: ¿Qué pasa, están bien? Papá, mamá, ¿qué sucede?
Efrén: Descuiden hijos, todo está bien, esto es un malentendido entre nosotros, pero ya está bajo control, vayan a dormir, lamento haberlos despertado, andando Luis, Fernando, ya a dormir.
No era la primera vez que mi padre y mi madre discutían, pero en esta discusión, había cosas raras, pues quien más se escuchaba gritar era mi madre, mi padre permanecía callado, mi padre es de los que alega siempre en cada discusión y es papá quien grita más, pero esta vez se veía triste y avergonzado, no sé pues yo lo veía muy mal y muy serio.
Mi padre y mi madre estaban un poco distantes durante toda la semana, lo único que veía que se alegraba un poco mi padre es cuando me llamaba Fernanda, el fin de semana mi madre y mi hermana se fueron a la casa de la abuela que estaba un poco delicada de salud, mi hermano se fue a ver a su novia, mi padre tomando cerveza en la sala y yo viendo series en mi habitación, cuando salí a la sala, mi padre estaba tomando, pero se veía muy triste y apagado a diferencia de otras ocasiones, cuando vio que me dirigía a la cocina me llamó;
Efrén: ¿A dónde vas Fernanda, andas buscando al vecino? Jajaja, no creo que lo encuentres aquí a ese cabrón.
Fernando: Basta papá, no estoy para tus insultos.
Efrén: ¿Insultos? Si solo es broma, no lo digo con el afán de ofenderte, lo hago por diversión, me gusta ver la cara que pones.
Fernando: Pues para mí, si es ofensivo.
Terminé la frase y seguí mi camino a la cocina por unos bocadillos y algo para beber, cuando regresaba a mi habitación. mi padre me detuvo, pero esta vez ya no me habló como lo hacía cuando estábamos solos, ya no me llamó Fernanda.
Efrén: Hijo, discúlpame, no es mi intención ofenderte, hoy no me siento bien de ánimo y verte salir y hablarte así, se me hizo divertido, discúlpame por favor.
Me quedé escuchando a mi padre y pensé en retirarme, pero me dio lástima verlo en ese estado de ánimo, me regresé para estar un rato con él y tratar de platicar para que no se sintiera solo.
Fernando: ¿Qué te pasa papá, por qué estás así? Te vez triste ¿acaso es por mí, por lo del día que me encontraste con el vecino?
Efrén: No hijo, no es por ti, ni por tus hermanos, a veces la vida de un adulto puede ser difícil, los problemas nos llegan y de repente se quedan para siempre, pero tu aún eres muy joven para que te preocupes por ese tipo de problemas, ya tendrás los tuyos cuando seas mayor.
Fernando: Sabes papá me da tristeza verte en ese estado, confía en mí, puedes contarme lo que quieras, en estos días me viste siendo penetrado, así que no tengo nada que ocultarte, puedes contarme lo que quieras, las penas son mejor cuando se comparten.
Efrén: Gracias, hijo, pero no sé si contártelo o no, ya que eres muy joven, no sé si puedas entender lo que pasa entre tu madre y yo, además me da vergüenza contarlo.
Fernando: ¿Más vergüenza de la que me dio a mí, cuando me encontraste con el vecino en la cama?
Efrén: Jajaja, hijo. Sé que eso me debería de dar coraje y debería estar molesto contigo, pero cuando me acuerdo, es una mezcla entre coraje y algo divertido, al verte ahí desnudo y con todo eso dentro de ti, ahora me acuerdo y me da risa al recordar como saqué a ese cabrón y verte a ti con cara de miedo, ese día si estaba enojadísimo, más no era por tus preferencias, fue por la falta de respeto al haberlo metido a esta casa, con el riesgo que esto te trajo, pero bueno ya pasó, ahora se me hace algo divertido, una pregunta hijo ¿te duele cuando haces esa madre?
Fernando: Eh pues, un poco al principio, después ya no. Papá si te puedo ayudar en algo aquí estaré, al fin que yo no tengo nada que ocultarte, me conoces y prácticamente sabes todo de mí.
Efrén: Tienes razón, hijo ¿te gustaría acompañarme y escuchar a tu padre que te cuente mis problemas?
Fernando: Claro que quiero hacerte compañía y escucharte.
Efrén: Verás hijo, la noche que escuchaste a tu madre gritar fue por algo, que no tenía que hacer, me da vergüenza contarte, pero te tengo confianza, desde hace varios años las relaciones sexuales se han hecho algo desastrosas y muy esporádicas, de repente duramos días, semanas y hasta meses sin tener sexo, pero estos dos últimos años es definitivamente frustrante, dime si te molesta lo que te estoy contando y cambiamos de platica.
Fernando: No te preocupes no me asusta ni me incomoda, quiero escucharte y ayudarte en lo que pueda.
Efrén: Gracias, hijo. Pues continúo, cuando tengo sexo con tu madre, todo inicia bien, la verga se me para normal, pero cuando estamos en el sexo, tu madre pone una cara de dolor, se queja que le duele e intenta separarme, no lo disfruta, así que la verga se me baja, tu madre dice que tengo impotencia y el día que nos escucharon gritar, lo que paso es, ummm no sé, me da algo de vergüenza.
Fernando: Vamos papá cuéntame, ¿qué pasó? no tengas vergüenza, confía en mí.
Efrén: Me da algo de vergüenza lo que te voy a decir, pero ahí va, no pienses mal de mí, cuando se la metí a tu madre, ella tenía cara de dolor y yo quería comprobar que no soy impotente, así que fui agresivo, se la metí algo fuerte y tu madre sangró, fue cuando pegó el grito, de ahí empezó la discusión y reclamos de tu madre. No pienses mal de mí, soy hombre y quiero satisfacer mis necesidades, no sentirme impotente.
Fernando: Papá quizás tú no eres impotente, más bien es por la situación, deberías de ver un especialista, para que ponga una solución a este problema, tanto de mi mamá como tuyo y así tengan una vida sexual plena.
Efrén: No hijo, no hemos visto a ningún médico, por desgracia tu madre le comentó a su cuñada Juana y ésta le dijo a tu tío Julián, pues ya vez como es tu tío, cuando me vio, me empezó a decir delante de todos; oye cuñado es verdad que ya no se te para la verga y más comentarios ofensivos y personales. Fue la razón que yo tomé mi distancia, dejé de asistir a eventos familiares por cómo es tu tío, hasta que tu madre le dijo que ya no fuera así. Y fue cuando empecé de nuevo a asistir a las reuniones familiares.
Mi padre me platicó muchas cosas de su vida de joven, entre otras cosas, me preguntó sobre mi vida y sobre el vecino, así que también le confié mis intimidades sin detalles, a partir de ese día la relación con mi padre mejoró bastante, me daba muchas vaciladas, cuando él me decía Fernanda yo le decía Efrén, un día que estábamos reparando una parte de la casa, mi padre me pidió que le pasara un pedazo de lámina, cuando se lo pasé, se agarró su verga por encima de la ropa y se mordió los labios, yo solo sonreí y el también, a partir de ahí se fueron dando más seguido ese tipo de señas y bromas, un día estaba frente a mi papá y éste hizo un movimiento como si se estuviera follando a alguien en el viento y se mordía los labios, en otra ocasión estaba meando cuando me dijo ¿oye Fernanda la vas a querer o se la doy al perro? yo le respondí que si la quería, así pasaron varios días que bromeaba conmigo.
El primer acercamiento con mi padre, se dio un día que mi madre pegó un grito, acudí a donde estaba mi madre y me dijo que había una rata en la cocina, estaba bajo la encimera, tomé un bloque de madera y me puse a gatas bajo la encimera, prensé la cola de la rata con el bloque de madera, en eso llegó mi padre, pregunto qué ocurría cuando me vio a gatas con la cabeza metida en la encimera, mi madre le dijo lo que estaba pasando.
Fernando: Papá tengo atrapada la rata, ayúdame a matarla, no puedo hacerlo yo, tengo mis manos ocupadas.
Efrén: Espera, deja, voy por algo para matarla, no la sueltes.
Cuando mi padre regresó, yo aún estaba en la misma posición, mi padre tenía en sus manos un palo para matar a la rata, se arrodilló detrás de mí y se colocó en la misma posición, pero encima de mí y de un golpe mató a la rata, mi madre empezó a preguntar si ya la teníamos, si ya estaba muerta, antes de que mi padre respondiera, respondí yo.
Fernando: Creo que aún se mueve.
Efrén: ¿Le doy otro Fernando?
Mi padre tenía su verga entre mis nalgas y ya la sentía algo dura entre mis nalgas, disimuladamente mi padre pegaba su verga a mis nalgas, le dije a mi padre que le diera uno más para que la matara, mi padre se movió un poco y pude sentir aún más su dura verga entre mis nalgas.
Efrén: Mujer es mejor que salgas, no quiero que te asustes al ver este animal muerto.
Celia: Está bien, los dejo que ustedes se hagan cargo de ella, Efrén asegúrate que esté muerta, esos animales me dan pavor.
Mi madre salió de la cocina y mi padre me preguntó ¿le doy otro? Le dije que sí, mi padre dio una estocada en mis nalgas, simulando una penetración, me preguntó, ¿le doy otro?, le respondí sí, pero más fuerte, mi padre dio un par de envestidas un poco más fuertes, era un juego que me estaba gustando, estábamos en eso cuando escuchamos a mi madre; ¿ya la mataron?, mi padre respondió;
Efrén: Si ya está muerta no te preocupes, vamos Fernanda, qué si seguimos así, quien estará muerto seré yo.
Fernando: Vaya Efrén, a mí que me estaba gustando como la estás matando.
Efrén: A mí también me gusta matarla, ¿qué dices si la matamos después, cuando podamos estar solos?
Fernando: Con gusto seré tu ayudante, solo di cuándo y dónde.
Mi padre se puso de pie, era muy evidente su erección y antes de salir de la cocina, se acomodó su verga, para que no se notara su erección, me la mostró y sonrió de forma coqueta, como lo hace cada vez que bromea conmigo, también yo tenía una erección y mi padre lo notó, después de ese día, cuando estábamos solos, mi padre palmeaba mis nalgas y las acariciaba, en una ocasión cuando estaba él viendo tv, llegué y fui a sentarme a un lado de él y como estábamos solos en la sala, mi padre me tomó de mi cadera y me sentó sobre su entre pierna, empezó a abrir y cerrar sus piernas haciéndome notar su verga bajo la ropa, así estuvimos hasta que se escuchó que entraba mi hermano mayor, rápido mi papá, se acomodó su verga, para ocultar su erección, a mí no me quedó de otra que tirarme boca abajo en un sofá, para ocultar también mi erección.
El sábado por la mañana mi hermano y hermana salieron de casa muy temprano, mi madre fue a ver a su mamá y mi papá y yo nos quedamos en casa, mi padre me dijo, oye Fernando vamos a dar una vuelta para comprobar algo que tengo en mente desde hace días, vienes ya que eres indispensable en esta operación, yo le respondí que sí y bajé a la sala donde me estaba esperando mi padre con las llaves del auto en su mano:
Efrén: Vamos a dar la vuelta para que me la mames, a ver si se me para o no.
Fernando: ¿En serio papá?
Efrén: Sí o ¿ya no quieres?
Fernando: Sí claro que quiero, vamos.
Mi padre manejó hasta un lugar alejado del pueblo donde vivimos, se orilló entre unos sembradíos de caña, adentrándose un poco y paró el auto, mi padre se veía nervioso al igual que yo, una cosa es las bromas y todo ese jugueteo, otra cosa es hacer lo que estábamos a punto de hacer, estuvimos en silencio un rato hasta que mi padre lo rompió diciendo; bueno ya estamos aquí, con su voz algo nerviosa, yo me adelanté y sin decirle nada empecé a acariciar su verga con mi mano, mi padre se dejó llevar y solo veía como le acariciaba su verga por encima de la ropa.
Efrén: ¿Qué te parece si nos vamos a la parte trasera del auto? ahí estaremos más cómodos.
Fernando: Sí, ahí estaremos mejor, vamos.
Mi padre seguía algo nervioso, nos fuimos a la parte trasera del auto y continúe agarrando su verga que estaba poniéndose dura, mi padre se recostó sobre el asiento y cerró sus ojos, luego quise desabrochar su cinturón pero no podía, mi padre se percató de ello y se empezó a bajar los pantalones, y dejando su verga solo bajo su ropa interior, me acerqué, la volví a tomar con mi mano, la fui sacando poco a poco hasta dejarla de fuera por completo, una verga grande de 19 centímetros, gruesa, morena, con vello recortado, unos testículos hinchados, mi padre se recostó sobre el asiento dejándome su verga a mi disposición, cerró los ojos y me dejó que continuara.
Le retraía el prepucio y dejaba salir su glande rosado al descubierto, brillante y saliendo algo de pre-semen de la punta, me fui acercando cada vez más, hasta que tuve su verga a milímetros de mi boca, despacio la empecé a besar, mi padre se removió despacio con un leve gemido, sabía que le estaba gustando, me la metí un poco a la boca y mi padre posó su mano sobre mi cabeza, me la metí un poco más, mi padre gemía lento, suave y suspiraba fuerte, me la metí hasta donde pude y empecé a follar mi boca con la verga de mi padre, mi padre empezó a ejercer presión sobre mi cabeza para que metiera toda su verga en mi boca, poco a poco la metía más y en varias ocasiones tenía arcadas, tocía y me salían lágrimas de mis ojos.
Mi padre cada minuto estaba más excitado, no dejaba de follar mi boca, lo volteé a ver y vi que mi padre tenía los ojos cerrados y se mordía el labio, cada vez empujaba más mi cabeza a su verga, queriéndola meter por completo, yo no dejaba de mamársela, quería darle todo el placer a mi padre mediante mi boca, después de varios minutos de montones de babas, lágrimas y dolor de quijadas, ya lograba meterme los 19 centímetros de la verga de mi padre a la boca, mi padre gemía y respiraba cada vez más grueso, empezó a tener espasmos y cuando menos esperé, soltó chorros de semen en mi garganta, me tragué cada chorro de semen que mi padre expulsó de su verga y después de la última gota, se la chupé hasta dejársela reluciente, tragué cada gota de semen que salió de su erecto pene.
Cuando veníamos de regreso a casa, mi padre y yo veníamos en silencio al inicio del camino, después de un momento en silencio, volteé a ver a mi padre y su cara era diferente, tenía una sonrisa, se veía feliz pero serio, así que decidí romper el silencio.
Fernando: ¿Qué es lo que te causa risa Efrén? Te vez contento pareces otro.
Efrén: Lo lamento hijo, pero ¿no te da vergüenza, el haberte tragado la leche de tu padre?
Fernando: Si a ti no te da vergüenza a mí menos, lo que sí puedo decir, es que me ha gustado.
Efrén: A mí también me ha encantado, no sabes el placer que me diste. Hijo ¿te puedo preguntar algunas cosas?
Fernando: Adelante pregúntame lo que quieras,
Efrén: ¿te duele cuando te meten la verga por el culo?
Fernando: Sí al principio, pero después ya no, eso ya te lo había contado.
Efrén: Sí lo sé, ya te había preguntado eso ¿disfrutas cuando te dan verga por el culo? ¿te gusta te den por el culo?
Fernando: Sí a las dos preguntas, lo disfruto y me gusta que me den por el culo
Efrén: ¿me dejarías meterte mi verga por el culo?
Fernando: Sí, me gustaría sentir tu verga dentro de mí y que me los eches adentro de mi culo.
Efrén: Te prometo que buscaré la manera de hacerlo, pues de verdad, deseo meterte mi verga en tu culo, más con este enorme placer que me has dado, pensé que era impotente, ya veo que no es así, hoy he disfrutado como nunca.
Fernando: Esperaré impaciente para que esa verga esté dentro de mí.
Mi padre me abrazó con su mano derecha, mientras manejaba con la izquierda, cuando llegamos a casa, entramos riéndonos y él cómo siempre bromeando, al entrar estaba mi hermano mayor Luis. Nos vio entrar y tenía una cara de sorpresa, más yo solo pasé e ignoré a mi hermano que siempre está molestando.
Luis: ¿Dónde estaban? llegamos a casa y estaba sola, ¿qué pasó? ¿adónde fueron?
Efrén: Tranquilo hijo, fuimos a dar la vuelta, estábamos cansados de esta en casa, así que salimos a que nos diera el viento en la cara.
Después de ese día, mi padre aprovechaba cada momento que podía para agasajarme y darme besos en la cara y en más de una ocasión, en el baño le mamé la verga haciéndolo rápido, a escondidas nos abrazábamos, nos tocábamos, en ocasiones que yo entraba al baño, él me seguía y ahí se la mamaba, el primer beso en la boca me lo dio un día que estábamos en la sala viendo tv, yo le estaba agarrando la verga por encima de su pantalón y me abrazó, volteé a verlo, acercó su boca a la mía, me dio un pequeño beso y luego uno más que le correspondí, invadió mi boca con su lengua, a partir de ahí nuestra relación fue mejor.
Continuará …………………
Toda la serie de éste relato que comenzaré a publicar, son autoría de mi amigo Cornelio, espero que les haya gustado este relato
Como sigue?
Muy buen relato. Como sigue?
No sabes lo caliente que me ha puesto tu relato… necesito mas.
Me encanta como escribes y como relatas todo. Ya que narrando todo así, has conseguido que me excite demasiado.
Uff… menuda paja me he hecho mientras leía tu relato. Felicidades! espero con muchas ganas la próxima parte.
Muy buen relato. Me encía y espero leer la prosecución pronto
Que rico relato, la traigo bien dura uffff espero que pronto actualices. No dejes con las ganas…. Actualiza pronto
Me encanta la historia, espero con muchas ganas la próxima parte.
Muy buen relato. Me encanta la forma que tienes de escribir… espero pronto volver a disfrutar con otra parte.
WOW QUE HERMOSA HISTORIA EGGG CHIDA