Los juegos de papá IX
Papá nos cuida siempre….
Mario era casi de mi misma edad y un poco más bajo, se notaba que se cuidaba y dedicaba varias horas al gimnasio.
No habíamos tenido mucho trato, por lo general cuando iba a su casa por Luka solía atenderme Martina, su esposa.
No le iba a dar muchas vueltas, Luka había metido la pata y ahora teníamos que tratar de manejar la situación. Abrí el portón y dejé que entraran en mi casa.
Alex salió corriendo con su mochila al hombro mientras Mario se ocupaba de cerrar el coche.
-Bienvenidos- le dije mientras extendía mi mano, Mario se sorprendió pero igual me devolvió el saludo.- pasen, quiero que se sientan en su casa.
Fuimos hacía la galería, había planeado hacer unas hamburguesas en la parrilla en tanto nos distendiamos y organizabamos la noche. Los chicos pidieron ir a la pileta antes de cenar y nos quedamos solos.
No había hablado nada de lo que iba a suceder con mis hijos así que ellos suponían que era una visita de su amigo. Notaba que Mario estaba nervioso así que decidí tranquilizarlo.
-No te preocupes, sabía que era algo que podía pasar- le dije sonriendo- igual quiero que todo sea según lo que Luka quiera. Nada obligado.
-No, no. Tienes que estar tranquilo, yo también quiero lo mismo- me dijo mientras me palmeaba la espalda.
Cenamos tranquilos, tomamos algunas copas, los chicos seguían jugando. En un momento le dije a Luka que iba a compartir su habitación con Alex y le sugerí que podían ir a ducharse y prepararse para dormir. Theo fue con ellos, Mario y yo nos quedamos organizando la cocina.
-Theo va a dormir conmigo- le dije en un momento- cuando cierre mi puerta estás libre para jugar.
Theo se durmió, cansado luego de un día de diversiones. Yo prendí la computadora en mi escritorio y me dediqué a observar. Por lo que pude ver la fiesta estaba por comenzar.
Alex y Luka estaban en el medio de la cama y Mario los acariciaba mientras iba desnudandolos. El cuerpo de él estaba en forma y se lo notaba trabajado, se había sacado su boxer y su verga se levantaba mostrando su grosor. Era un poco más corta que la mía pero bastante más gruesa por lo que esperaba ver como aguantaba Luka su intrusión.
– Quiero que esto sea algo lindo para los tres- les decía, los chicos solo asentían- como lo hicimos en casa, nadie tiene que enterarse.
Alex fue el primero en moverse y se prendió de la verga de su padre, la movía arriba y abajo mientras chupaba. De tanto en tanto pasaba su lengua por todo lo largo del pene y volvía a meterlo a su boca, una de sus manos masajeaba los testículos.
Mario había puesto a Luka en cuatro sobre la cama y pasaba su lengua por su culito, cuando vio que estaba bien lubricado empezó a dedearlo. Alex quiso recibir el mismo tratamiento así que se puso igual que mi niño.
Mario pasaba de un culito a otro, chupando, amasando y metiendo sus dedos. El audio se lleno de gemidos mientras mi verga se endurecia y largaba líquido.
Las cuatro cámaras que había instalado me permitian ver todo lo que hacían, desde la cara de placer de Luka mientras recibía una mamada en su verguita hasta el gozo de Alex cuando se padre le metía tres dedos en su esfinter.
La cama se transformó en un campo de juegos, podían estar haciendo un 69 mientras Mario los miraba cuando de pronto se daban vuelta y se disputaban la verga que seguía dura y firme. Con este ritmo podían seguir horas.
Cuando creyó que los dos culitos ya estaban trabajados Mario empezó a masajear su verga, un largo hilo de líquido pre seminal chorreaba sobre su pierna y Luka, goloso, se prendió a mamarlo. La metía hasta el fondo de su garganta, estaba bien enseñado, y volvía a sacarla haciendo ruidos. Alex desde atrás chupaba los testículos de su padre.
Mario reacomodo a los chicos en cuatro sobre el borde de la cama y con una crema que tenía en la mesa de luz empezo a lubricar su verga. Con un dedo iba metiendo crema en el culito de Alex, apoyo la cabeza en la entrada y de un solo golpe se enterro en su hijo. El largo gemido de Alex se escucho desde mi habitación.
Mientras cogia a Alex con su otra mano lubricaba a Luka que con un suave vaivén dejaba que los dedos lo penetraran, sus gemidos y jadeos y su cara de placer estaban a punto de hacerme acabar.
El sudor corría por los músculos de Mario y la fuerza que hacía al embestir a Alex sacudía la cama. Salió de su culito y con un solo movimiento ensarto a Luka y empezo a cogerlo.
Una de las cámaras dejaba ver como la gruesa verga entraba y salía del esfinter de mi hijo, otra me mostraba el hoyo que había quedado en el culito de Alex. Mientras yo me masturbaba apretando mi pene para no acabar.
Los huevos de Mario chocaban contra las nalgas de Luka, Alex se puso de rodillas al lado de su cabeza y Luka empezo a chupar el pitito de su amigo.
Mario aceleró sus embestidas y sacando la verga de golpe los puso frente a él. Gimiendo de placer mientras se masturbaba empezo a largar su leche sobre la cara de Alex y Luka, el semen chorreaba desde sus lenguas mientras mi verga estallaba y se volcaba en el piso.
Luka y Alex sin querer desperdiciar nada se prendieron a la verga de Mario dejandola bien limpia. Terminaron los tres fundidos en un abrazo mientras se besaban.
Cuando vi que Mario salió de la habitación le seguí hasta la galería. Agitado se había tirado en una de las reposeras. Me miró sonriendo hasta que me escuchó decir.
-Tengo toda tu sesión grabada, cuando les dices que ya lo hicieron en tu casa- su cara se fue transformando- y cuando les dices que es algo de lo que nadie debe enterarse.
Su rostro se contrajo y parecía no respirar.
-No vuelvas a amenazarme ni vuelvas a tocar a mi hijo porque tu vida esta arruinada- me di la vuelta y volví a la habitación.
Por la cámara pude ver que Luka y Alex dormían abrazados, Mario seguía en su lugar con la cabeza gacha.
Me acosté al lado de Thiago, su perfume a bebé lleno mis pulmones. Abracé su cuerpito y me dormí, nadie se metía con mis hijos.
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