Los juegos de papá VII
Recuperando la confianza.
Recibí el pedido del supermercado y empecé a acomodar las cosas en la cocina.
Me había acostumbrado a hacer todo por Internet y cómo estábamos en vacaciones tener más tiempo para disfrutar.
El barrio era tranquilo, de casas retiradas y con espacio alrededor así que nadie molestaba. Aparte del paredón que rodeaba la propiedad y la arboleda había instalado medidas de seguridad por mi trabajo.
De esta forma no tenía que preocuparme por miradas indiscretas.
Luego del momento con Luka me había arrepentido, no quería lastimarlo pero tenía que hacerle entender lo que iba a pasar si alguien sabía lo nuestro.
El padre de Alex no me había contactado pero imaginé que no iba a quedarse con la duda así que debía prepararme.
Los gritos se escuchaban desde la cocina, hacía horas que jugaban los dos en la piscina. Organicé la merienda y la lleve a la galería mientras los llamaba. Llegaron corriendo mientras reían a carcajadas de sus bromas.
Mientras tomaban su merienda me pudieron ir al cine una noche, otra de sus películas de super héroes.
Theo se estaba durmiendo sobre la mesa así que retiré todo y lo acomode en una de las reposeras. Si bien hacía calor con las cortinas y ventiladores bajo la galería teníamos resguardo del sol.
Me acomode sobre otra y Luka acercándose despacio se subió a mis piernas. Desde esa noche dejé que fuera él quién se acercará, no quería que me tuviera miedo. Me fui adormeciendo mientras acariciaba su barriguita.
Luka se movía rozando mi pene entre sus nalgas, no adiviné su intención hasta que llevando la mano hasta su trasero me di cuenta que su malla estaba rota. Luego le preguntaría como paso eso, ahora iba a aprovechar el momento.
Desprendi los botones de mi boxer y saqué mi verga que ya estaba lubricando, la metí dentro de ese agujerito y lentamente fui entrando en su hoyito. Lo había dilatado tan bien que ahora podía hundirme de una y aún así sentía sus anillos cerrándose sobre mi verga.
Luka suspiró mientras metía su mano dentro de su mallita, se notaba su pitito duro bajo la tela.
Lo tomé de sus caderas y dejé que él solo terminará de ensartarse. Cuando hizo tope largo un gemido y empezó a moverse, dejé que él hiciera todo.
Con otro gemido se recostó hacía atrás y su espalda se apoyo en mi pecho, miré su carita de placer. Al moverse pude ver como mi verga se marcaba en su vientre y sentía como se hinchaba dentro de él.
Fue moviéndose adelante y atrás sobre mi verga mientras que con la otra mano masturbaba su penecito. Gemía suavemente y cuando me di cuenta que ya no faltaba mucho me pare y con él ensartado en mi verga camine hasta la cocina.
Quería gemir y gritar sin que nadie nos escuché.
Salí de él y lo acosté en la mesada central, bajé su mallita y tomé su dura verguita en mi boca. Empecé a mamar y pasar mi lengua hasta que sentí que empezaba a temblar, sus puñitos se aferraban a mi pelo mientras acababa en mi boca.
Lo miré a los ojos y mientras volvía a ensartar mi verga en su hoyito sonreía. Solo necesité clavar mi verga dos veces para llegar al orgasmo, mi leche rebalsaba de su culito mientras yo seguía acabando.
Un largo beso sirvió para que los dos nos recuperaramos.
Lo abracé y así desnudos volvimos a la reposera dónde descansamos de nuestro último encuentro.
Me despertó el zumbido del teléfono, Luka y Theo aún dormían.
– Soy Mario, el papá de Alex- se escuchó del otro lado.
-Hola Mario, esperaba tu llamada. Que es lo que propones?
compo sigue