Los mecánicos no perdonan nada. Parte 1
Las aventuras de un grupo de cabrones depravados que trabajan en un taller mecánico, que no solo lo utilizan para arreglar coches, sino que aprovechan la ausencia de vecinos para sus borracheras y para otras aventuras más ricas..
Héctor es un cabrón mexicano de 45 años, casado con Ana desde hace 7 años que la preño de Danielito e inicieron su familia.
Él siempre ha sido un macho muy caliente y le encanta estar metiendo la verga en donde pueda, se rumora que tiene varios hijos regados con diferentes hembras pero nunca se había hecho responsable, hasta que con Ana fue diferente ya que su suegro el padre de Ana, un violento y poderoso ranchero que con base de amenazas y con una reputación de cuidado en la pequeña ciudad de donde viven, no le quedo otra que hacerse cargo de Ana y Danielito, no sin antes recibir ayuda $ de su suegro para montar un taller en su mismo hogar.
Ahora Héctor es dueño de un taller mecánico que está en su misma casa, con una alta demanda de clientes y mucho trabajo por hacer, fue reclutando para trabajar junto a él a conocidos que compartían su gusto por los coches, las cervezas y por los calientes hoyitos en donde meter la verga.
Héctor siempre ha tenido mucho éxito con las mujeres por su impresionante físico, es un garañón moreno barbón de 1.85m que en sus 30’s siempre mantuvo curtido en el gimnasio y si bien ahora no acude como antes, aún tiene unos enormes brazos, unos muy velludos pectorales bien inflados, una espalda enorme y si bien no es precisamente guapo, irradia masculinidad, una mirada ruda que pareciera que siempre anda enojado, con cara de «mata putos» y que sumado a que es un patán en toda la extensión de la palabra, al contrario de alejar a la gente, le permite llevarse a la cama a la vieja que él quiere. Eso sin contar sus atributos más llamativos que trae locas tanto a mujeres como a maricones, un enorme bultote por delante que le encanta estar acomodándose, unas enormes pero masculinas nalgotas y unas piernotas que parecen unos troncos de árboles.
Su amigo Ricardo, de 47 años fue su primer ayudante en el taller, desde jóvenes han sido amigos y complices de ricas aventuras y de borracheras, así que no dudo en traérselo a jalar a su taller. Ricardo es un poco más bajo que Héctor, no tiene unos músculos tan marcados como él pero también tiene un cuerpo macizo, él es un poco más claro casi tirandole a guero, con una barbota castaña, él tiene ya 3 hijos con su esposa, siendo el mayor de ellos de 27 años otro de los trabajadores del taller llamado Juan. A Juan siempre le ha gustado ese ambiente de machos, donde ve a su papá simplemente como a un compañero del trabajo y les da oportunidad de compartir sus andanzas sexuales tanto de Ricardo fuera de matrimonio, como de Juan de aprender de hombres más experimentados y de compartir sus (por ahora) no tan numerosas y diversas experiencias sexuales, pero va que vuela para volverse un cabrón como su papá. Lo cogelones les viene en la familia y ambos son demasiado calientes.
Por último está Mario, otro amigo de Ricardo, arriba de los 50 años, pero con un físico bien conservado, divorciado con 2 hijos ya mayores que viven con su mamá en otra ciudad del país. Ricardo puede que sea el menos agraciado de todos pero al ser un hombre divorciado, viviendo solo en casa, le da oportunidad de encamarse con cualquier vieja que se deje seducir por él, sigue siendo un maduro semental muy caliente y que le encanta seguir en el desmadre, por eso encaja tan bien con Héctor y Ricardo.
Ana la esposa de Héctor es Doctora y tenía cansados turnos rotativos en la clínica donde trabajaba, en los que se tenía que ausentar a veces un par de días de su casa, pero aprovechaban que Héctor trabajaba en casa y que podía cuidar a Danielito, su hijo de 7 añitos que estaba de vacaciones de su escuela, pero en realidad a veces él no le ponía toda la atención debida ya que después de trabajar si a él y sus compinches se les antojaba, se quedaban a emborracharse en el taller.
Danielito es un pequeño niño con piel clara como su mamá, delgadito y con actitudes afeminadas que Héctor ha intentado corregir sin éxito.
Después del contexto y de conocer un poco de este grupo de gañanes, nos situamos en el día en donde tuvieron juntos uno de los días más calientes y que borró límites que aun tenían.
Ese día temprano:
Ana: Amor ya me voy a ir a la clínica, necesito que cuides a Danielito, pidió permiso para traer a su amiguita Caro para que se quede estos días en la casa aprovechando las vacaciones.
Héctor: No mames, a que vino esa escuincla? Muy apenas tengo tiempo de cuidar al niño.
A: Es que se aburre, dice que no le haces mucho caso por estar con tus amigotes después de trabajar, se porto muy bien y ha sacado buenas calificaciones para traerla a casa.
H: Bueno, cuido a los chamacos pero si antes de irte a tu trabajo me ayudas con esta madre (Sobándose un alterado bultote que se le veía en los pantalones de mezclilla que traía ese día para trabajar)
Ya tiene un ratote que no me lo exprimes y me están doliendo los huevos de tanta leche guardada.
A: Cállate los niños están en la sala viendo TV, tú siempre pensando en eso, ya sabes que mis horarios son muy estrictos, tu eres dueño de tu tiempo yo no.
Ya me tengo que ir. Te encargo a los niños, no se pongan a tomar en el taller.
Héctor se quedó encabronado porque a su esposa no le gustaba tanto el sexo como a él, pero ese día de verdad que tenía la verga más gorda y dura que nada, porque no se había deslechado en días, no le gustaba la masturbación se le hacía un desperdicio. Su esposa se fue de casa a su trabajo, dejando caliente a su caliente esposo, quien volteó con fastidio a ver que estaban haciendo su hijo y su amiguita, vio que estaban tirados en el piso viendo una caricatura de princesas, con las manitas en su barbilla y boca abajo.
Héctor con lo caliente que traía la verga, no pudo evitar voltear a ver las nalguitas de Caro la amiga de la escuela de su hijo quien noto la pesada mirada del papá de su amigo y volteo con una sonrisa que hicieron que le punzaran los huevos a ese macho, esa niña que él había notado que se pasaba de amable con los adultos, muy coqueta. «A esta niña le encantará la verga, sino que ya hasta la probó jajaja». Pensó mientras se rascaba los huevos y se acomodaba su dura verga delante de Caro que no dejaba de verlo y hasta Héctor podría jurar que se mordió los labios.
Vio la hora y notó que ya era la hora de abrir el taller, salió de su casa para abrir el enorme garage que le servía como local y ya estaban esperándolo Ricardo, Juan y Mario. Sus amigos e incondicionales trabajadores.
Ricardo: No mames cabrón, pues que te hizo tu vieja? Vienes con la pistola lista jajajaja
Héctor: Más bien que no me hizo cabrón? Ya sabes como es de apretada, le hubiera podido echar un palo para mandarla bien contenta al trabajo pero no aprovecha lo que tiene en casa (Marcando con su mano el bultote en su pantalón)
Todos se cagaron de risa de su jefe y amigo que andaba con una carpa en el pantalón que parecía que iba a explotar.
Héctor: Órale putos, dejen de mamar, vamos a empezar a trabajar.
Juan: Héctor , pues a ver si hoy no viene alguna de las doñas ricas que traen a arreglar sus carros no? dice mi papá que antes no perdonabas a ninguna.
Mario: Lo que pasa es que a este cabrón entre su vieja y su suegro lo traen bien checadito, han escuchado de los rumores de las clientas que este cabrón se ha empalado aquí mismo en el taller y lo traen de los huevos jajaja.
R: Eso sí hijo, cuando al Héctor no se le hace un palo con ellas, nosotros salimos ganones porque nos da chanza de meter el camote jajajaja. Antes de que te vinieras con nosotross al taller, no sabes qué ricas hembras nos parchabamos, cuidaban menos al Héctor y hasta a varias les toco que les dieramos entre los tres sus ricos vergazos.
J: No mames qué rico, jefe, ojalá ya mi mamá me hubiera dejado venirme contigo a trabajar para también meter pito yo.
H: Pues le daba miedo a tu mamá que salieras igual de verga fácil como tu papá jajaja ya como ve que ya estas huevudo pues ya ni pedo te tuvo que soltar.
J: Y ya no han hecho esas reuniones en el taller con algunas perritas?
H: No wey, es neta lo que te dicen estos pendejos, me traen de los huevos bien checadito, ya desde que trabajas con nosotros lo más chido que hemos hecho es quedarnos a pistear aquí en el taller después de trabajar pero nada sabroso con unos culitos, lo que sí es que ya toca weyes, ¿Acabando de trabajar, que el Juan se lance al expendio por unas charolas y nos chingamos unas cervezas?
Todos: Simón
Pasaron un día normal arreglando un par de autos que tenían desde el día anterior, duraron alrededor de 5 horas cuando los tuvieron listos para entregar y pasaron por ellos los clientes, uno de ellos una mujer con un busto pronunciado que cuando entregaron las llaves, todos le voltearon a ver esos melonsotes y Héctor volvió a sentir en los huevos cosquillas, se acordó de como lo había dejado su vieja con la reata bien parada, Caro la amiga de su hijito viendolo mientras el veía sus piernas y nalguitas tirada en el piso y al ver a esa clienta chichona le volvió a calentar la verga, pero sabía que tenía que ser cuidadoso de no cagarla con cualquier clienta que le gustara como antes, para que no le fueran con el chisme a su mujer y a su suegro.
La clienta se llevo su carro dejandolos a todos con la boca abierta y babeando no precisamente por la boca.
Cerraron la cortina del taller y Juan se lanzó por unas merecidas cervezas para todos por un merecido día laboral terminado.
Al volver Juan con las cheves, seguían hablando de la clienta chichona.
M: No mamen cabrones, como no invitamos a quedarse a esa ricura que vino hoy por su carro?
R: A mí se me hace conocida no weyes? ha venido varias veces a traer su carro, está casada con un ruco bien culero, vieron la carita de zorra que nos hacía cuando le entregamos las llaves?
H: Si pendejos, a esa putita ya le ha tocado probar mi camote hace algunos años, no me acordaba que tenía las chichis tan ricas, me acordaba que eran grandes pero no mamen hasta me goteo la verga
J: (Abriendo su cerveza y pasándole una a sus compañeros)
No mames Hector ya la atoraste?
H: A huevo, sí está bien mal atendida la ruca, cuando me la cogía me decía que se estaba enamorando de mí jajaja.
Mama la verga como las diosas y se me hace que el pendejo de su esposo la tiene chiquita porque está bien apretadita, yo creo que sigue igual por como nos estaba viendo.
Estuvieron hablando de la chichona y de otras mujeres, fueron avanzando las cervezas y a Héctor se le olvidó que seguía en su casa su hijo con su amiguita, ya estaba oscureciendo y los niños se fueron a asomar al taller.
D: Papi ya nos vamos a ir a dormir, no sabía que seguías aquí con los señores.
Caro no dejaba de ver a Héctor con una sonrisa y también volteaba a ver a los demás que estaban en el taller que le devolvían una morbosa mirada.
H: Sí hijo, me voy a estar un rato más aquí con estos weyes, vayan a acostarse, tu mamá les dejó la cena ya hecha. Cenen y se van a dormir.
C: Me estoy haciendo del baño Dani, señor aquí tienen baño? -Dijo sin dejar de sonreír y de ver a Héctor a los ojos.
H: Sí Caro, hijo si quieres ve adelantándote a casa en lo que Caro entra al baño, ahorita te alcanza.
D: Sí papi – Dijo Danielito cerrando la puerta del taller y volviendo a entrar a su casa.
Ricardo y Mario sonrieron con complicidad, Juan preguntó en voz baja:
J: No mamen, esta zorrita le tira el calzón gacho al Héctor verdad? Porque no la invitamos un ratito a que nos acompañe? jajajaja
R: Por qué crees que este cabrón mando a su hijito a la casa? jajaja
Caro entro al baño a hacer de la pipí
J: No mamen, pero está bien morrilla la zorra, a poco si se la chingarían?
M: A huevo, apoco tu no?
J: Nunca he estado con una tan morrilla, a mi jefe ya le he contado mis andanzas pero siempre es con morras de mi edad y una que otra ruca que me he chingado, pero vean de solo imaginar que podemos hacer como estoy?
Se levantó y les enseño un bulto grande y duro en sus pantalones. Volteó a ver a los demás y vio que los tres machos les estaba haciendo una carpa mucho más grande que la que él tenía.
H: Esa zorra siempre anda provocándome cuando viene a mi casa, quien sabe con cuantos otros weyes no ande de resbalosa aún a esa edad wey, a huevo que ya merece.
R: Entonces como le hacemos wey? tú que ya la conoces de más tiempo.
H: Yo me encargo weyes, dejen que se me baje un poco la verga para no asustarla tanto, jajajaja.
Héctor prendió un cigarro, le dio un último trago a la cerveza que traía en la mano y se concentro en perder un poco la erección moustrosa que traía. Los demás siguieron tomando, se fueron a sentar con una sonrisa y esperaron el movimiento de Héctor con la pequeña putita.
Tocando la puerta del baño donde seguía Caro:
H: Mi vida, ya vas a salir del baño? Lo que pasa es que me ando meando también, ya ves que hay una taza y un mingitorio, si todavía no terminas yo hago ahí y tu en la taza
C: Si señor Héctor está bien, está abierta la puerta.
Héctor volteó a ver a sus cuates y sonrió. Entró al baño en seguida y cerró de nuevo la puerta.
Caro estaba sentada haciendo pipí y vio entrar al enorme y músculoso papá de su amiguito.
Héctor la veía fijamente a los ojos, empezó a desabrochar su pantalón, traía su cigarro aún en la boca, con sus enormes brazotes desabrochó el pantalón y lo abrió un poco dejando ver que de su bóxer salía una buena mata de pelos negros, empezó a avanzar hacia el mingitorio aún mirando a Carito y vio que se tapaba sus partecitas mientras aun estaba sentada.
Héctor exhaló humo de su boca.
H: No te tapes hermosa, tu continua haciendo pipí.
C: Es que me da pena
H: Por qué mi amor? Mira yo también vengo a hacer lo mismo y todos hacen lo mismo aquí en el baño.
Solo que de diferente manera.
C: Cómo señor?
H: Mira si te enseño como yo aviento mis meados, así ya no te dará pena que te vea?
C: Sí está bien.
Héctor sonrió, le dio una última calada a su cigarro y lo aventó al mingitorio. Empezó a bajar su boxer y metió su mano para agarrar su rifle, bajó un poco más agarrando sus dos pesados huevotes, con la otra mano bajó su boxer y por fin liberó lo que estaba guardando ahí, ante la mirada incrédula de Carito.
Carito abrió los ojos y se llevo sus manos a la boca, nunca había visto un pene y mucho menos uno adulto y tan bien desarrollado, que era capaz de satisfacer a las hembras más golosas.
Héctor separo un poco sus piernas y se puso frente al mingitorio, dejando colgar libremente un par de huevotes que caían pesados, como dos enormes pelotas y arriba de ellos una manguera morena, bastante gruesa y aún dormida medía unos 16cm la chingadera. Vio que Carito lo veía asombrada, con sus manos en la boca y dejando al descubierto una vaginita sin nada de pelos que aun estaba goteando un poco de meaditos.
C: Wow señor Héctor, nunca había visto uno así
H: Sí chiquita? – Dijo pelándose la verga, dejando asomar una cabezota morena oscura, con un poco de presemen y orín. – Quieres ver como mea una de estas?
C: Sí señor, quiero aprender como lo hacen ustedes, aunque yo ya terminé.
Dijo levántandose de la taza y limpiando con papel sus partecitas.
H: No hay pedo, mira es más, tengo una idea, ven y tú me vas ayudar a mear.
C: Qué hago?
H: Mira acércate, no tengas miedo no te va a morder, la vas a agarrar así como la tengo yo agarrada.
Carito se acerco lentamente, acerco su manita a esa cosa tan gorda con miedo y lo primero que sintió es que estaba muy caliente. Héctor soltó su verga y dejo que carito se la sostuviera, no la podía rodear toda de lo gruesa que estaba y se le retrajo el prepucio cucbriendo el glande.
H: Para que haga del baño, tiene que bajar ese pellejo otra vez, mira ya se me escondió la cabeza, con la otra mano hazlo para atrás pero despacio y sosten bien la verga.
C: Qué es verga?
H: Así se le dice al pene de un hombre grande como yo, mi amor.
C: sí está bien señor – le peló la verga con una mano al hombre y con la otra sostuvo la verga.
H: Ahora apunta al mingitorio porque ya se me va a salir, apuntale al cigarro que aventé ahí para terminar de apagarlo.
Héctor entonces hizo fuerza y chorros de dorados meados empezaron a salir fuerte, Carito sostenía la verga pero no podía evitar que saltaran meados y ella jugaba a apuntar hacia donde Héctor le había dicho. Cerca de un minuto Héctor estuvo aventado chorros de orina y veía con morbo como la amiguita de su hijo le sostenía esa peluda verga hasta que terminó de orinar. Caro podía sentir el olor de ese macho a meados, verga y huevos mientras veía como salían las últimas gotas de la uretra.
C: Ay perdón señor, salpicó un poco mis mano y afuera del baño su pipí, no la solté y apunte bien pero mire moje sin querer.
H: No te preocupes muñeca, ya irás aprendiendo solo hay que practicar más. – Le dijo morbosamente mientras agarraba la manita de Caro húmeda en calientes meados y luego le metió su dedo a la boca asegurando de dejarle un poco de meados en su boquita. – Mira en lo que aprendes a no mojar nada afuera, tu castigo va a ser probarla en la boquita.
C: Sabe saladito señor Héctor
H: Son las chelas de ahorita princesa, traía el tanque lleno, aventé como un litro de meados, pero ahorita ya no tengo ganas de sacar más, pero tienes que seguir practicando, ya sé, le puedo decir a mis amigos si les puedes ayudar para que practiques. Solo que esto debe ser un secreto, no le puedes decir a nadie, estamos muñeca?
C: Sí está bien señor
Héctor sin preocuparse en abrocharse el pantalón, salió del baño de la mano con Carito, con la verga y los huevos colgando, chorreando unas gotitas de meados en lo que caminaba. Aquellos cabrones seguían cheleando esperando con ansías que salieran del baño a ver que pasaba allá adentro.
H: A ver cabrones, necesitamos de su ayuda, aquí Carito está aprendiendo como un hombre avienta los meados y está practicando su puntería con la verga, pero como ella no tiene, todavía no tiene puntería, necesitamos que siga practicando pero yo ya no traigo más meados…
R: Con mucho gusto hermano, traemos el tanque lleno los tres, se tardaron un chingo encerrados en el baño.
Héctor encendió otro cigarro y destapo una cerveza.
H: En lo que vuelvo a llenar el tanque, a ver saquénse los tres la verga que nos va ayudar esta princesa.
Se pararon los tres sonriendo, y desabrocharon su pantalón.
H: A ver Carito, ayúdalos ya que se desabrocharon, sácales tu la verga.
Después de Héctor, el que más le gustaba a Carito era Ricardo, tomo el cierre del pantalón de ese barbón y se lo bajó, quedando a su una trusa blanca con un bultote que se le transparentaba en la punta una gotita de humedad. Tomo esa trusa desde arriba y la fue bajando hasta que quedo en su vista una verga parecida a la de Héctor pero en versión blanca, tenía más recortados los vellos a diferencia de Héctor que tenía una matota de pelos negros. La verga de Ricardo y sus huevos quedaron al descubierto frente a la cara de Carito y este sonrió.
Después se pasó con Juan que ya había bajado más sus pantalones y solo estaba en boxer, tomó también los calzones de juan y los fue bajando hasta que quedaron descubiertos sus huevos y la verga, parecida a la de su padre en color y forma pero de menor dimensión.
Finalmente cuando volteo a ver a Mario, el no había podido esperar y se sacó la verga y se puso muy cerca de la cara de Carito.
M: Te tardaste mucho, perrita, pero mirala aquí está también esta.
Mostrando una verga corta pero gruesa, encima de dos huevotes que no eran tan colgantes como los de Héctor pero eran de buena dimensión.
C: Wow todas son diferentes pensé que tenían la misma.
H: Ya quisieran estos cabrones tener esta madre, chiquita -Decía riendo al tiempo que con su cigarro en la boca hacia círculos con la cadera haciendo mover a su verga ahora ya con una semierección y a sus dos huevotes. – Entonces que mi reina, empezamos a practicar?
Los cuatro hombres se acercaron un poco a Caro que permanecía casi incada de cuando les estuvo bajando los calzones a estos machos, viendo de cerca unos mástiles de carne que cualquier mujer adulta desearía tener en su panocha, ya que si de por sí dormidas se veían deliciosas, paradas era otro pedo.
No se percataron que Danielito, ya aburrido de que su amiga Carito no volvía a casa del taller de su papá, abrió un poco la puerta del taller viendo sorprendido a su papá y a sus amigos como tenían de rodillas a Carito son sus vergas de fuera y muy cerca de ella, convenciéndola primero de ponerlos a sacar meados, para después seguir con más juegos.
D: Papi yo también puedo jugar como Carito?
R: No mames pendejo, pensé que Danielito ya no volvería.
H: No hijo, este es un juego solo para Carito. No puedes andar agarrando vergas tú.
D: Andale papi yo tampoco voy a decir nada así como Carito, sino le voy a decir a mi mamá lo que estaban haciendo con mi amiga.
J: No mames wey, le va a decir a su mamá y luego que vamos a hacer?
M: Otra vez te tienen de los huevos, mi Héctor jajaja
H: No pues ni pedo, ni que fuera algo nuevo no se hagan pendejos que no sería el primer mariconcito que nos agarramos, sirve que así tenemos a otra perrita para que nos ayude a terminar más rápido este juego y pasar a otros.
R: Lo dices en serio wey? O sea sí no es el primer jotito que tenemos, pero este este está chiquito y es tu hijo.
Héctor exhaló humo de su cigarro y dijo.
H: Ese es pedo de él, va a pedir no haber venido a molestar.
Mientras agarraba de la mano a Danielito y lo metía al taller donde estaba su amiguita y los amigotes de su papito.
Si quieren saber que más sucede con este grupo de mecánicos y que continue con más partes, por favor dejenme saber.
Excelente! Sigue por favor
Que buena historia, sigue escribiendo
Por favor sigue me quedé con mucha intriga!!
Cabron, q delicia de relato, me empezo a gotear la verga y casi acabo cuando salio Danielito a ayudar … no puedo esperar a leer la segunda parte .
Rola tu cuenta de tele cabrón
No mames, lo dejaste en la mejor parte, hay para los dos nenes, así me gusta
Síguele ya, cabrón y no te hagas de rogar.
Muy bueno. Me encantaría saber cómo sigue
Chingonsísimo relato… aviéntate otro, ya quiero leerol. El ambiente en ese taller se puso bueno, jajaja.
Dios, que rico relato, me puso la ve…a a full, cuándo la segunda parte?
Si continúa por favor
Bro que rico relato, ¿cuándo subes la segunda parte?, de verdad me puso muy caliente 🥵
MÁS MÁS Y MÁS
Viejo muy buen relato, espero la segunda parte
Espero con ancias la segunda parte
Me sigue poniendo súper tiesa la verga este relato ; debería haber continuación ya !!!
Continuaa me calienta muy rico esta historia
Beto rola tu Telegram cabrón
Cabrón. Me urge leer la continuación, yo te ofrezco historias a cambio, rola telegram.
Simón wey cual es tu Telegram?
Es igual a mi nombre, Anonemino, buscame wey, mandame mensaje.
No te encuentro cabrón, donde más te puedo contactar? No me sales en tg
Mi cuenta es la misma q aqui betoperez0101
Vuelve a buscarme, debería salirte.