LOS MUCHACHOS DE MI BARRIO V ( EL GRINGO Y EL ZAPATERO)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
LOS MUCHACHOS DE MI BARRIO V (EL GRINGO Y EL ZAPATERO)
Mi relato anterior terminaba más o menos así:
Un rato después escucho que alguien pregunta
-¿Está buena el agua?.
-Sí.
Buenísima – El que me preguntaba era uno de los caseros que tenían en la finca.
Un gringo grandote.
-¿Está como para bañarse?
-Sí…- Había pensado en salirme para irme pero me quedé en el agua al ver que el hombre se quitaba la camisa primero y el pantalón y el calzoncillo después y se paró desnudo en el borde.
Era imponente, blanco, peludo por todos lados y con un pedazo largo y gordo que se balanceaba sobre un par de bolas rosaditas bastante grandes.
Se tocó los genitales y luego se tiró al agua.
Yo me salí primero y enseguida él me siguió.
Me tendí en el pasto y él se quedo parado tocándose el miembro.
Mirado desde abajo se puede apreciar en su plenitud y en todas sus formas.
Nos miramos y el hombre me sonrió.
Yo no podía quitar mis ojos del cuerpo desnudo y en particular de los genitales del casero.
-¿Te gusta lo que ves?.
-Sí.
Es bonito
-Vení.
Si te gusta dale un besito…
Me arrodillé delante de él y bese el gordo glande y acaricie todo.
Trate de meter la cabezota en mi boca…
-Mejor vayamos hayá, a la casa.
Estoy solo ¿Venís?.
-Bueno…
Nos vestimos y caminamos por entre los parrales hacia la casa en que vivía el hombre que luego supe se llamaba Rafael.
Como ya dije era el cuidador o casero de la finca.
Tenía, calculo, unos 35 años y vivía solo en la finca.
Había quedado viudo un par de años atrás y no se volvió a casar.
La esposa murió al parir un hijo del gringo al que dejó al cuidado de unos familiares.
Llegamos a la casa ubicada en medio de la finca, como a 300 metros de la laguna y me hizo pasar a una habitación en la que él dormía.
La cama era grande y tenía una ventana bastante alta, como casa de campo.
-Desnudate que tengo un rato hasta volver a controlar el riego de los frutales…-dijo mientras se desnudaba.
Yo me quité el short, la remerita y las zapatillas y me senté en el borde de la cama.
Desnudo se paró frente a mí ofreciéndome su miembro al que traté de meter en mi boca – Chupa despacito, nene
Traté de meter la enorme cabezota en mi boca y apenas cabía la mitad.
Entonces lo lamí por todos lados.
En verdad este fue el pedazo más grande que conocí en ese tiempo.
Gordo y cabezón.
Bastante largo y con unas bolas rosaditas bien gordas y peludas, muy colgantes.
El gringo era bien peludo.
-¿Crees que te puede entrar por el potito?.
Vi que el flaco te la mandó hasta los huevos…
-¿Usted nos vió?
-Sí.
No te hagas problemas.
Soy una tumba… Seguí chupando… Mira mi chota es más grande que la de tu amigo así que vas a tener que aguantarte un poquito.
Te va a doler al comienzo pero una vez que entre la cabecita lo demás va y viene.
Si te la aguantas vas a poder venir todas las siestas y hacerte la fiestita con mi pija ¿Qué decís?.
-¿Me la va a meter despacito?.
-Te lo prometo.
Despacito pero hasta los huevos…
-Huy, no.
Toda es muy grandota…
-No te asustes.
Te voy a ir abriendo el upite de a poco hasta que llegue el día en que te entre hasta los pelos.
Todos los días un poquito más… Acostate boca abajo y pone flojito el potito para que mi bicho te entre.
Eso así.
Ponete la almohada en la pancita para que el culito quede levantadito y abiertito.
Así… Que bonito que se ve… ¿Sabes? Nunca me culié un chico pero cuando vi al flaco que te la daba con todo primero me enoje y lo iba a fajar y escuché que vos querías, entonces me quedé a mirar y se me paró la pija.
El hombre este se fue muy rápido y entonces pensé que por lo menos me podrías chupar la chota…
Mientras hablaba se trepó a la cama.
Acarició mi cola y después llevó de su miembro flujo que le brotaba como un manantial y me mojó la rayita y en especial el agujerito de mi culo.
Separó mis piernas y metiéndose entre ellas colocó su miembro entre mis nalgas y me cubrió con su cuerpo, sin aplastarme.
Luego pincelaba con su miembro duro y enorme toda mi rayita y mi ano.
Sentía mi boca seca y que mi corazón latía alocadamente, pero también me sentía muy excitado.
Con una de sus manos guió su miembro hasta la puertita de mi potito, apoyó con firmeza e hizo presión hasta que de golpe entró la cabezota y un poquito más.
Me dolió pero mordí la sábana y lo soporté…
-Qué rico nenito… Entra bien.
Estas bien dilatadito, chiquitín.
Tranquilo que lo vamos a pasar muy bien.
¿Te duele mucho?.
-Un poquito… ¡Ay! No se mueva, espere un poquito… No me la meta a toda, don…
-Tranquilo… No tengas miedo que yo te voy a culear de una manera que te va a gustar y no me vas a olvidar en tu vida…
Los movimientos de sus caderas eran apenas perceptibles.
El rose de su peluda piel en mis nalgas y en mi espalda me transmitían una sensación de placer que nunca había sentido y esto permitió que me relajara y dilatara mi ano.
Sentí como se deslizaron hacia adentro de mi cuerpo varios centímetros más de su miembro.
Sentí un placer singular mezclado con un poco de dolor…
-¡Huy!
-Tranquilo.
Se fue solito porque yo no empuje ¿Te duele mucho?.
-No, don.
Me asusté un poco…
-Yo te voy a culear despacito.
Si te hago doler o querés que te la saque, decimelo…
-Bueno…- ¿Cómo iba a querer que me la saque? Sentía las enormes dimensiones del falo del gringo que empezó a menearse y hacerme sentir que me partía en dos, que me subía el estómago hasta mi boca cuando metía y me dejaba vacío cuando sacaba.
Además me hacía sentir el roce de sus pelos en mis nalgas y el balanceo de sus enormes bolas deslizantes, suaves y calientes.
-Estás muy apretadito para mí y te voy a llenar enseguida… OOOOHHHHHH TE DOY PENDEJITO… ¡QUE HERMOSO CULITO ME DISTE! Aaaauuuuuugggghhhh
A mí también me transmitió su gozo y su placer al sentir la violencia de sus pulsaciones al darme su semen.
Acabó de una manera interminable y yo lo disfruté.
Era tanto su liquido volcándose en mi recto que le pregunté
-Don ¿Se está haciendo pis?.
-No.
Jajajajajá.
Siempre acabo así.
Mucha leche sale de mis bolas…
Recordé que mi tío Tito me había hecho beber su semen y le dije
-Oh.
Si se la chupo me va a ahogar…
-No.
Te tragas un poco y te bañas con el resto, jajajaja
Sentía su miembro duro todavía dentro mío y pensé que seguiría como mi tío pero dijo…
-Que joda, nene.
Me gustaría seguir pero debo ir a controlar el riego.
Veni mañana, después de comer y seguimos… ¿Te gustó? –preguntó mientras con suavidad sacaba su miembro de mi ano…
-Sí
-¿Te hice doler mucho?
-No
-Entonces ¿mañana vas a venir?.
-Sí…
Nos vestimos y él se fue en bicicleta hacia el sector de los frutales y yo me fui hacia el lado de la laguna.
Antes de llegar me metí entre los matorrales bajo de los parrales y evacué litros de semen.
Al levantarme miré y ví que era bastante espeso.
Despues seguí hasta la laguna.
Me quería meter un rato para lavarme un poco.
Al llegar vi que había varios bañistas retirándose, entre ellos el Bolita, Jorgito, Omarcito A y Omarcito G y se quedaba en el agua Manuel, el zapatero del barrio que además era el cuñado del Jacinto.
Esperé que se alejaran un poco mientras me desnudaba para meterme al agua.
Mientras observaba al hombre que nadaba plácidamente.
-Hola Manuel…
Saludé y me tiré al agua
-Hola Chochi ¿Cómo andás?
Estuvimos un rato más y nos salimos.
Antes nunca lo había visto a Manuel desnudo y me asombré al ver lo que portaba…
-¿Qué mirás tan asustado?.
-Mamita mía que pichulón…
-Jajajaja.
Qué ¿Te gusta? –dijo moviéndose hacia los lados para que el largo miembro se balanceara – Todos los días lo vas a encontrar en mi taller.
Claro que va siempre con mis piernas…
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