LOS MULATOS TIENEN ALGO DE MAS…. I
Joven descubre en un hospital su gusto por las vergas mulatas y no para hasta comerse una por el culo..
Mi nombre es Adrián, tengo 24 años soy blanco de ojos claros, cabello muy castaño, es herencia materna, ojos hacinaditos, pestañas rizadas naturales y soy nalgón, si también es herencia materna. Un metro setenta y cinco de estatura… Muy callado, sumiso y delgado.
Trabajo en una empresa de oficinista administrativo y casi no tengo mucha cercanía con personas, y mi trabajo es muy discreto lo cual me hace estar solo la mayoría dl tiempo, pero aun así tengo algunos poco amigos, como soy un poco alto los demás me observan con cierto temor, pero no saben que soy muy sensible y me emociono muy rápido por algunos detalles. Un día tuve un accidente al subir los escalones de una escalera para ordenar un documento en un altillo, y tuve ser llevado a un nosocomio del lugar, los médicos determinaron que debía quedarme internado un determinado tiempo en calidad de observación para evaluar que las posibles lesiones no afectaran algunas otras funciones de mi cerebro.
Me alojaron en una sala de dos pacientes, muy especial; allí había un paciente internado, era un chico de 18 años, más alto que yo y muy fuerte, había fracturado sus manos y brazos, por lo que estaba enyesado y tenía que ser ayudado por las enfermeras. Me dejaron allí casi dormido por las medicinas, cuando desperté me di cuenta que me estaba mirando y, yo no podía ni sentarme, porque me sentía con mareos y no podía ponerme de pie, como consecuencia del golpe sufrido. Yo: Hola soy Adrián Bartolomé: Soy Bartolomé, y puedes llamarme Tocho, que así me llaman todos. Yo: Tu puedes llamarme Adri. Tocho: Que paso? Yo. Me caí de una escalera, y tú? Tocho: Me cayó una pared y me fracture las manos y brazos, aquí estoy una semana, cuántos años tienes? Yo: 24 y tú? Tocho 18. Tocho tenía unas facciones muy fuertes, se notaba un cuerpo musculoso, pues sus hombros muy anchos, manos amplias, seguro por el tipo de trabajo. Cara fina y cabellos ensortijados. Me quede dormido.
Al día siguiente vinieron sus parientes, eran más oscuros que Tocho, su papa lo único blanco que tenía eran sus dientes y sus ojos, ellos me miraban mucho, yo era todo lo contrario para su hijo, su hermano mayor muy corpulento y el menor tampoco estaba disminuido, la mama tenía un cuerpo muy voluptuoso, unas caderas muy anchas, decidí echarme a dormir mientras ellos estaban en la sala. Cuando se fueron Tocho me despertó, Tocho: Adri ya se fueron. Yo: No te preocupes Tocho: Tu eres bien callado, y muy observador Yo: Te parece? En ese rato llegaron las enfermeras para el tratamiento diario Enfermera1: A ver tocho me toca llevarte a los servicios Enfermera 2: Adrián te toca tus medicinas, te pareces a tu mama mucho, y desde atrás pareces ella. Yo: Así dicen. Cuando terminaron las enfermeras se quedaban viendo el bultote que tenía Tocho entre sus piernas y, parece que ellas se peleaban por su higiene.
Pasaron días y un día muy especial hubo en la ciudad, hubo un accidente en las carreteras y trajeron muchos naciente, no había atención por las enfermera, Tocho: Adri tengo ganas de orinar, me ayuda en el baño Yo: Si, está bien. Se bajó de la cama, con sus manos enyesadas, no podía dirigir su pene en el baño. Le subí la bata y, Oh me dijo para mis adentros, Tocho tenía uno bien grande y con una cabeza muy redonda y rosada, Tocho: Disculpa vas a tener que coger mi sexo. Yo: Si, disculpa. Salí de la sorpresa y tomo su sexo, era duro y musculoso, muy caliente, presentaba venas y eso, que estaba tranquilo. Sentía en mis manos como salía su orín, era todo un acontecimiento para mí, nunca había agarrado un pene de nadie y ahora tenía uno entre mis manos y sentía sus vibraciones al miccional, no sé si era placer o qué, pero me hizo sentir cosquilleo en mi cuerpo.
Cuando termino salinos del baño, Tocho: Que paso, nadie va a saber que me tomaste mi verga. Yo: Si está bien Tocho: Te sorprendió o te asustase? Yo Creo que las dos cosas. Tocho: Mi papa la tiene más grande que yo y mucha más cabeza, después del soy yo. Yo: Oh. Tocho: Porque te sorprende Yo: a tus 18 años la tienes así, como será cuando tengas la edad de tu padre. Tocho: No sé, pero si sé que a mama le gusta. Yo: Oh, y como sabes eso. Tocho: Muchas veces le he escuchado a mama, en sus noches decirlo que le gusta y que se la meta más seguido y muy adentro. Yo: Yo le dolerá. Tocho: No creo, porque mi mama le pasa sus manos por sus bolas muy seguido.
Después de esa experiencia y las confidencias de Tocho, nuestra amistad se amplió, dos días después le quitaron el yeso de sus manos y, ya no había que acompañarlo al baño, y a mí me dieron de alta. Yo: Me voy Tocho ha sido un buen compañero de sala, no te voy a olvidar. Tocho: Tú también has sido un buen compañero, siempre te voy a recordar ya sabes porque, eso que tienes como tu mama será imposible olvidarlo. Nos despedimos, mis padres me llevaron a casa a disfrutar de tres días de descanso en casa. Mis recuerdos se centraban en esa parte más grande de su cuerpo para su edad, y cuando eso sucedía , mi culito se ponía en un cosquilleo fuerte, yo no sabía si asustarme o ponerme contento, pero el solo hecho de saber que un pene de ese tamaño entraría en un culito, me hacía pensar y soñar cosas, una noche soñé con Tacho, yo le agarraba la verga para que se meta en mi culito, no para que orine, sino para que me posea y yo comer con el culito ese pene largo y a cabezón.
Pasaron los días, ya trabajaba y, ocurrió algo imprevisto desde mi ventana de mi oficina se divisaba la puerta de entrada y la recepción de la empresa y allí note un nuevo guardia de seguridad ¡Oh! Me dije, era un mulato como Tocho, mi culo se abrió solito, como esperando una bienvenida furiosa me quede observándolo, era un poco mayor y era más robusto, más alto. Ese día me la pase rápido, hice mi trabajo del día y me puse a pensar y recordar el pene de Tocho; e incluso me fui al baño, si a ponerme una crema al culito, porque me quemaba de deseo, eso me asustaba. Los días pasaron y un día sábado yo estaba en casa descansando, estaba solo, mis padres habían salido y tocaron el timbre, Salí y grande fue mi sorpresa, era Tocho Yo: Hola Tocho; que haces acá? Tocho: Mi familia se va a vivir a Angola de donde es mi padre y vine a despedirme de ti. Yo: Que lastima, pero como conseguiste mi dirección. Tocho: En la clínica me la brindaron Yo: Ja, ja Tocho: No quería irme si ver por última vez ese culazo que tienes. Yo: que dices. Tocho: Voltéate para verlo. Yo: Como? Y como un autómata me di vuelta y me quedé un rato enseñándole mi espalda a tocho Tocho: Puedo tocarlo? Yo; ¿Tocho: Déjame tocarlo, no importa con ropa, aunque seria más rico desnudo. Yo: Una sola vez y te vas. Tocho: Si. Me baje el buzo y le deje a su disposición mis nalgas protuberantes. Tocho puso sus manazas en mis glúteos, que estaban tan calientes que me daban gas de quitarme la ropa para que me coma con el culito esa vergota, pero me contuve. Tocho las masajeo y cuando estuvo satisfecho me dio las gracias. Tocho: Gracias me voy feliz. Dicho esto salió y se fue. Fue una despedida muy curiosa.
El Día Lunes cuando fui a trabajar, el nuevo guardia me saludo muy efusivamente, pero en vez de decirme Señor me dijo Señorita. Yo: Como se llama usted señor? Guardia: Yo Elías y disculpe, pero es que usted es tan finito, y delicado. Perdóneme señor… Yo: Me llamo Adrián… A partir este señor se convirtió en un buen servidor para mí, muy atento y solicito a todo mis deseos. Un día al salir me fui a los servicios higiénicos generales para asearme, ya que el baño de mi oficina estaba en reparación y OH! Allí encontré a Elías, que se estaba duchando, si estaba todo desnudo, sus músculos perfectos, y cuando dio vuelta OH! Tenía un pene más grueso que el de Tocho; Yo disculpa Elías. Elías: no se preocupe señor Adrián, yo siempre me ducho aquí cuando salimos y usted ni viene por aquí. Yo: Si, discúlpame sigue que me voy. Elías: porque se va, sigamos conversando usted me cae muy bien. Mientras decía eso el seguía secando su cuerpo, sus bolas se sacudían al compás y su verga fuerte y gruesa iba de abajo hacia arriba. Yo: practicas deportes por lo que se nota. Elías: Si Futbol, porque no viene con nosotros.
Ese día en casa me quede pensando en esa nueva verga, gruesa, dura, derecha y con una cabeza muy morada, como será dentro de un culito, a mí me mataría. Esa noche dormí desnudito, tenía mucho calor, y más aún en el culo, tenía unas ganas de tener el culo lleno de carne que me lo mueva, quería comer una verga, dos o tres, las que fueran, si quería conocer ese placer. Los días pasaron mis miradas al sitio de Elías continuaron, me detenía entre miradas, a ver su pierna del centro, no sé si se dio cuenta, pero mi culo palpita duro. Ese fin de semana mis padres me comunicaron que se iban a un compromiso y mi hermana estaría en trabajo de campo, así que estaría solo. El sábado muy temprano me puse a podar el jardín, cuando de pronto ciento un silbidos, era Tocho. Yo: Hola Tocho, que haces aquí, no estabas en tu país? Tocho: Si vino por mis documentos de trabajo y regreso, pero antes quería verte. Yo: Gracias, Donde te hospedas? Tocho: Todavía no buscado hotel. Yo: Si quieres queda aquí, mis padres no estarán hasta el lunes por la mañana. Tocho: Gracias.
Tocho se instaló en una habitación libre de mi casa, y bajamos al jardín, pude percibir ese aroma de su cuerpo, si era olor de las personas como el, era un olor a mulato bastante intenso, eso me excito, mi culo empezó a palpitar. Yo: Vamos a terminar de podar. Tocho: Voy a ponerme un short. Yo: No mira allí hay uno mío. Se lo puso, y en esa cambio de ropa pude ver su bulto inmenso, Tocho: Tu culito esta más rico Adrián, Ya comió su primera verga’ Yo: Que hablas. Apuramos el trabajo, Yo: Te vas a bañar, tienes toalla? Tocho: No, porque no no bañamos juntos. Yo: Ok. Eso me dio agria tendría un mulato para mí solo y sabía que mi culito iba a comer una verga buena. Nos fuimos al baño, Tocho dejaba salir sus aromas de sudor y de mulato, me calentaba más. Cuando estuvimos desnudos, el mulato y yo blanco, una mezcla rara contraria, Yo: Ve te jabono. Tome el jabón y se lo pase por la espalda, cuando se dio vuelta empecé a jabonar sus huevos, me detuve en cada uno entraba a las justas en mis manos, luego tomo su verga, y esta empezó a poner dura, se levantó, OH Es bien larga Tocho, cuanto mide 29 cm o 30 Tocho: 29 Tocho: Ahora me toca a mí. Tocho tomo el jabón, cuando llego a mis nalgas se detuvo, y dejo entrar un dedo en mi culo yo emito un gemido, pero me gusto, pero quería el dedo grande.
Terminamos en la ducha muy caliente, me alzo y me llevo a la cama, allí me dijo: Tocho: Chúpame la pinga… Yo: No se: Agarro mi cabeza y se la llevó hasta la verga, abrí la boca y su verga entro, estaba como una braza, caliente muy, caliente Tocho: Te gusta Yo: Si, pero la quiero si entra toda en mi culito… Cáchame… Este pedio no se hizo esperar, me echo saliva en el hoyo, metió un dedo, luego otro, me puso en cuatro, como perrito, sus dedos hacían su trabajo, luego puso unas almohadas en mi pubis y me hizo echar encima de ellos, quedando mi culo en pompa, allí OHHH sentí que se metía, entraba lento y muy suave, dolía mucho, pero quería sentirla, en movimiento de Tocho, hizo pasar el dolor hasta llevarme a un máximo de placer…Oh que rico tocho…que rico. Sentí mover si cintura empujando su verga y sus brazos duros apoyándose en la cama, solo había contacto de mi cadera y la suya, pero ese movimiento rápido y fuerte en donde cada embestida sentía que entraba más adentro esa cabezota… Yo: Porque no la metes toda ya? Tocho: La tienes toda dentro, solo faltan los huevos… Yo: Entonces mételos también y muévelos más… Yo: Me estoy corriendo Tocho ajústame el culo…me estoy corriendo….Ay que rico… El siguió moviendo su vergota, y no salía de mi asombro de haber comido tanta verga mi primera vez. Sentía sus gemidos, la forma como bramaba a cada centímetro de verga que entraba en mi culo virgen, lo sentía palpitar fuerte, y cuando empezó a botar su leche, se calentó más esa vergota…sentí llenar mi culo de mucha leche, espesa y abundante…era mi primer momento feliz de mi culo con un mulato.
Esa noche dormimos juntos me cacho, no sé cuántas veces fui su mujer. Al día siguiente marcho. El día lunes cuando llegue a la oficina Elías me saludo muy efusivamente, y me dijo: Todavía no arreglaron su baño Adrián o sea que en la tarde lo voy a ver… Me dije el próximo será tu, deja que me pase el dolor y te doy mi culo… seré también tu mujer…que puta soy.
Los Mulatos tienen Vergas muy grandes, es por eso que los «Dildos Mulatos» que venden en los Sexshop son todos Enormes, y tengo la Fantasia de estar con un Mulato como «Tocho»,.. Ummm que Rico.!!!