Los niños del edificio (2-3)
Los siguientes encuentros con mi curioso vecinito..
ra domingo, mi día libre, estuve desde temprano elaborando mi plan para con Lalito, me bañé muy bien, me recorté el bello púbico y me puse un short deportivo sin ropa interior, incluso me había recortado el bigote para estar presentable para mí nuevo e inesperado amante,
– A qué hora vengo mañana?- Me había preguntado Lalito,
– Puedes en la mañana?- Le dije yo, tratando de apresurar un poco la hora y no esperar tanto para estar con él,
– Sí, mi mamá no va a estar hasta en la tarde- Dijo emocionado,
– Entonces, vente a las 10, si puedes- Le dije,
– Sí- Respondió, y se fué emocionado no sin antes yo verle y saborearme ese culito.
Era imposible no imaginarme a Lalito a cuatro patas dándome el culo cómo lo había hecho hace tiempo aquél otro niño, yo chupándole el hoyito y pasándole la verga por las nalgas, de solo imaginarlo y recordar lo que había hecho antes con aquél niño calenturiento me hacía exitar mucho, quizás y con Lalito si lograba podermelo coger y conocer de una vez por todas lo que era chingarse a un niño .
La mañana había alcanzado la hora pactada entre Lalito y yo y él no había llegado aún, miraba por ratos desde mi ventana al corredor y no divisaba nada, estaba triste y convencido que no se me haría de nuevo un dezlechada con Lalito cuando escuché un remoto sonido de pies arrastrándose, miré de nueva cuenta por la ventana y ahí estaba él, apresurado le abrí la puerta, mi verga al instante se había parado y viendo a los lados me aseguré que nadie nos viera,
– Buenos días- Dijo Lalito viendo al piso,
– Buenos días, pásale – Le dije, y tomándolo de la mano lo jalé dentro del departamento, cerré la puerta detrás y rápido busqué a Lalito, él traía puesta una camiseta interior blanca y un pantaloncillo de camuflaje, las ganas tremendas que me deban de sacarle toda la ropa y chuparle el culo,
– Está bonita su casa- Dijo Lalito que observaba a todos lados el interior del departamento,
– Gracias- Le dije, pero yo en su lugar le miraba el culo y lo imaginaba sin ropa, – Quieres algo de tomar?- Le pregunté para tratar de aligerar el momento,
– No- Respondió,
– Nadie te vió?-
– No… Bueno, sí, Pablito, pero sigue castigado y no lo dejan salir- Me comentó,
– Que bueno, entonces… Quieres que empecemos?- Le pregunté, Lalito simplemente bajó la cabeza y dijo que sí moviéndola, entonces puse en marcha el plan-
– Ven, siéntate- Le dije y tomé asiento en el sofá, Lalito se sentó junto a mí guardando distancia, – Acércate para que veas mejor- Le dije y estiré un poco mi cuerpo en el sofá sentándome bien al filo del asiento y haciendo que mi verga se marcara más en la ropa entonces Lalito soltó una risita, – Qué?- Le pregunté,
– Ya la tiene parada- Me dijo y entonces también reí,
– La quieres ver?- Él respondió de nuevo con la cabeza diciendo que sí, – Acércate – Le dije, y lo hice ponerse pegado a mi muslo, entonces comencé lentamente a desatar el cordón de mi short sin dejar de mirar en todo momento su reacción, terminé con el cordón del short y ahora comencé a desprenderle el Velcro hasta que mi verga quedó completamente afuera, el niño abrió bien grande los ojos clavando la vista en mi macana, hasta parecía que se le hacía agua la boca, – Te gusta?- Le pregunté, entonces volteó a verme y se sonrojó diciendo que si con la cabeza, – Se me hace que hoy también me va a salir mucha leche- Le dije, entonces volteó a verme de nuevo,
– Sí?- Preguntó emocionado,
– Sí. Me la voy a jalar, si quieres tu también hazlo- Le dije,
– No, yo no- De nuevo bajó la mirada,
– Porqué?- Le pregunté y comencé a masturbarme,
– Es que me da vergüenza- Respondió, – No pasa nada, yo ya te vi la verga el otro día con tus amigos, la tienes grandesita- Le dije,
– Se le hace?- Lalito estaba colorado de la pena,
– Si- Le respondí y me seguía masturbando mientras lo miraba a la cara,
– No, mejor nomás lo veo a usted- Respondió y de reojo miraba como me masturbaba,
– Bueno, si no te la vas a jalar, entonces ayúdame- Le pedí, sus ojos instantáneamente buscaron los míos abiertos de par en par,
– Cómo ayer?-
– Sí, como ayer- Le dije, Lalito no respondió nada, se quedó cayado un momento y después de unos segundos como que agarró valor y su mano suavemente se posó en mi verga, de nuevo la corriente eléctrica se dió paso por mi cuerpo y entonces el niño comenzó a masturbarme. Lalito con su vista fija en mi verga subía y bajaba mi prepucio haciéndome gozar, parecía gustarle cubrir al completo mi glande y luego tirar abajo dejándolo todo expuesto, pasados unos minutos del niño tocándome, la primera gota de líquido salió de mi pene, Lalito dejó de masturbarme un momento y parecía estar viendo el líquido que había comenzado a fluir, – Si quieres acuéstate aquí para que veas mejor- Le dije, invitándolo a tenderse en mi vientre, él me vió un momento a los ojos, después miró mi vientre y luego de nuevo a mis ojos, pensé que diría que no, pero en silencio posó su mejilla en mi caminito de bellos y regresó a masturbarme, mi verga estaba más cerca de su cara que nunca, se me complicaba el resistir la tentación de mover un poco la cadera y ponérsela en la boca pero en lugar de eso tomé la mano que Lalito tenia libre y calladamente la puse sobre mis huevos, él supo que hacer y empezo a acariciármelos mientras yo me retorcía de placer, eché la cabeza atrás y vi al techo, me costaba creer que tenía a un niño que acaba de conocer haciéndome la mejor jalada de mi vida, el gusto era muy grande y casi sin darme cuenta me empecé a venir, los chorros de leche salieron disparados al frente cayendo hasta en la mesita de centro que tenia en la sala, Lalito había detenido su movimiento de muñeca y parecía que se dedicaba a observar como me corría hasta que mi verga dejó de palpitar y el flujo de semen acabó,
– Si le salió mucha leche otra vez- Dijo Lalito, entonces me la soltó y se levantó de mi vientre,
– Te dije- Le respondí, recuperando el aliento, tomé una bocanada de aire, me levanté y me dirigí a la cocina, tomé servilletas y regresé a la sala, Lalito seguía sentado en el sofá, le dí una toallita para que se limpiara la mano y yo por mi lado limpié el semen del piso y la mesita, cuando terminé de limpiar le pedí a Lalito la toallita sucia y las tiré en el cesto de la sala, me volví a girar hacia él y de tirón me saqué la ropa baja quedando desnudo de la cintura para abajo,
– Porqué se quita la ropa?- Preguntó Lalito, de nuevo bajando la mirada,
– Qué? Ya no quieres seguir sacándome la leche?- Le pregunté, quería que el niño comenzará a normalizar verme desnudo,
– Le va a salir otra vez?- Dijo de nuevo con ese tono de emoción,
– Claro- Le respondí y me volví a sentar junto a él,
– Se la jalo?- Preguntó, mientras volvía a empuñar mi verga,
– Espérate, ahora yo te la voy a jalar a tí- Le respondí,
– Usted a mí? Es que me da vergüenza- Dijo, sonrojándose,
– No te preocupes, ven, párate aquí de espaldas- Le dije, el niño no levantó la cabeza dudó un buen rato pero al final de forma lenta hizo lo que le pedí, se levantó y se paró frente a mí de espaldas. Pasé mis manos por el frente de él, con la derecha comencé a acariciar su pecho por debajo de su camiseta y la izquierda la coloqué en su entrepierna acariciando su pene superficialmente, obviamente el pene del niño también estaba erecto, lo podía sentir sin problemas a través de la ropa, – Así está bien?- Le pregunté, él emitió un quejido y posteriormente asintió y lo seguí acariciando, dejé que pasaran unos minutos así y cuando noté que se había relajado un poco metí, mi mano por el frente de su ropa y directamente comencé a masturbarlo, su pequeña verguita era muy suave y terza, tal y como me la imaginaba, me gustaba mucho como se sentía su prepucio y sus venitas, mientras, con mi mano izquierda le daba pellizquitos en uno de sus pezones, bajé un poco la mano derecha y empecé el masaje ahora en sus huevitos, la piel de su escroto era aún más terza que la de su verguita, hacía años que no tocaba lascivamente un niño, que había olvidado lo suave y tierno de sus partes íntimas, era como re-descubrir las sensaciones de practicar el sexo con un menor, así fué como para facilitar las cosas para mí bajé el pantaloncillo de Lalito por la parte del frente dejando salir sus bolitas y verga, instintivamente el niño se cubrió con las manos, – No te preocupes, no te puedo ver- Le dije al oído, entonces el niño dejó de cubrir su intimidad y yo de nueva cuenta regresé a masturbarlo pero ahora a dos manos, la derecha en su verga y la izquierda en los huevos, el niño se movía mientras mis dedos subían y bajaban por su pequeño pene, – Así me estabas haciendo tú, te gusta?- Le pregunté,
– Sí…- Dijo él y soltó un profundo suspiro, lo tenía bien tomado de los huevos y la verga, sin pensarlo había llegado hasta la fase dos de mi plan con él, ahora lo siguiente era tocarle el culo, cautelosamente dejé de tocarle sus huevitos y con la vista fija en mi objetivo le toqué la cola, un rosón prácticamente, solo era el tanteo, después le dí otro y cuando ví que no parecía poner resistencia directamente le puse la mano encima del culo sin moverla, solo habían pasado unos minutos pero en mi mente escuchaba las manecillas de reloj marcando los segundos mientras que seguía tanteando los límites con ese niño, ya le estaba acariciando las nalgas al compas de que lo masturbaba, me tenía a mil ese niño, mi verga estaba lagrimeando de solo tocarlo y ya de forma descarada le manoseaba el culo, el pequeño suspiraba y se retorcía y llegó un momento donde no pude contenerme más, dejé de masturbarlo un segundo y le bajé el short a medio muslo, él dió un brinquito y trató de subirse la ropa pero yo lo detuve de nuevo agarrándolo del pene y volviéndolo a masturbar mientras le veía el culo. Sus nalguitas moreno claro, la rayita divisoria enmarcando esas bellas nalgas, el plan ya se había salido del límite y tocaba improvisar, aprovechar ese momento, así que ahora de forma directa comencé a acariciar ese culito, la piel se le puso chinita en cuanto comencé a amasar sus cachetitos traseros, era como un sueño, como revivir los días de casi culearme a aquél niño caliente que había conocido.
Seguía masturbando a Lalito a mis anchas, pasaba mi mano por la raya de su culo sin dejar de darle jalones a su verguita y en un momento cuando mi mano izquierda bajaba por el zurco de su culo, le separé las nalgas y palpé su ano, la piel se le puso nuevamente chinita a Lalo mientras yo con suavidad masajeaba su agujerito, sentía en la punta de mis dedos las arrugas y lo tibio de su hoyito, miré al espejo que había colgado en la pared y pude ver la cara de Lalito, tenía los ojos cerrados y movía la boca al compas que mi dedo hacia círculos en su ano, entonces Lalito abrió los ojos y me vió en el reflejo, se sonrojó y bajó la cabeza,
– Te está gustando?- Le pregunté, sabía de sobra la respuesta, pero solo quería que de su boca me dijera que le gustaba lo que le hacía,
– Sí…- Dijo solamente, me saban ganas de meterle el dedo, pero eso comprometía el avance que había hecho, no me podía permitir que se asustara, así que solo seguí acariciando sus nalgas y hoyito mientras al frente intercalaba entre sus huevitos y verga. Quería eyacular, mi verga estaba muy húmeda así que me puse de pie, doble las rodillas cuál cangrejo pasándole la verga por entre las nalgas a Lalito y comencé a moverme cómo si me lo cogiera, me estaba masturbándo con su culo y él solo suspiraba, el cuerpo de Lalito se sentía caliente, para él debía ser un mar de sensaciones las que estaba descubriendo, le puse el glande en la entrada de su hoyito y apreté un poco, quería que lo sintiera, que su ano y mi verga se fueran conociendo, con suerte y está vez si se me haría cogerme un culito de niño, pero por el momento lo dejé así, solo unos cuantos punteos y después le puse la verga entre las piernas y seguí masturbándome con ellas, la cabeza de mi pene le salía al frente por el nacimiento de sus piernas y de nuevo viendo al espejo noté como Lalito miraba mi glande saliendo y entrando de entre sus muslos rozando justo abajito de sus huevitos. Me había perdido en el reflejo del espejo, que maravilla era el tener a mi vecinito así, olía el propio perfume de mi pene y precum mezclado con el delicioso aroma a la entrepierna y culito de Lalo, lo abracé pegándolo fuerte a mí y de mi verga salió disparado un chorro de leche seguido de otro y otro más, me estaba viniendo con la verga entre las piernas de mi vecinito y él no perdia detalle de como mi pene expulsaba su jugo, dejé que todo el semen saliera y seguido a ello muy lentamente le saqué la verga de entre los muslos a Lalito, en el trayecto mientras volvía a pararme con normalidad mi verga se deslizó por las nalgas de Lalito manchando con los restos de semen que habían quedado en mi punta y me dejé caer sentado en el sofá viéndole el culito a Lalo, satisfecho. Le tomó un momento a Lalito volver en sí, se había quedado ahí parado sin hacer nada hasta que simplemente se empezó a subir la ropa, cuando se colocaba el calzón noté como se humedecía en la parte donde le había manchado de semen y me llenaba de satisfacción, Lalito terminó de colocarse la ropa en su sitio y volteó verme apenado,
– Te gustó?- Le pregunté,
– Sí… A usted le sale mucha leche, sentía como que me salía a mí cuando me la puso en las piernas- Dijo con una sonrisita,
– Ya te va a salir cuando estés más grande- Le dije,
– También… También se me va a poner grande la verga como a usted?- Preguntó viendo a mi pene de reojo que poco a poco iba perdiendo la erección,
– También, a lo mejor hasta más grande la vas a tener- Le dije, Lalito sonrió,
– Ya me voy- Me respondió, y tomó camino a la puerta, rápidamente me puse mi short y lo acompañé,
– Vas a venir mañana?- Le pregunté, sosteniendo el pomo de la puerta, él me miró, bajó la mirada,
– Sí – Respondió.
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Era lunes, así que tocaba volver a ir a trabajar y por tanto tendría que esperar a la tarde para poder estar con Lalito, tal como lo habíamos acordado. Llegué cansado del trabajo pero muy animado, tan pronto llegué lo primero que hice fué bañarme, cuidando nuevamente estar bien presentable para mí cómplice sexual, justo iba saliendo del baño con una toalla enredada en la cintura cuando tocaron suavemente la puerta,
– Quién?- Pregunté,
– Yo- Respondió bajito una voz que yo fácilmente reconocí, era Lalito, rápidamente me acerqué a la puerta y le abrí- Pásale- Le dije, él entró y rápido cerré la puerta detrás, – Te vieron venir?-
– No, no había na… – Lalito se dió la vuelta y vió cómo yo estaba con solo una toalla cubriendo mi mitad inferior del cuerpo, – No había nadie –
– Muy bien- Le dije, él permanecía viendo en dirección a mi entrepierna, – Ya la quieres ver?- Le pregunté, mi verga comenzaba a levantarse, él niño respondió que si con la cabeza y noté como se sonrojaba asi que me quité la toalla y me la eché al hombro dejando mi pene y huevos al descubierto,
– Ya se le está parando- Dijo Lalito con una risita nerviosa,
– Agárrala si quieres, ya sabes cómo- Le dije, él no dudó mucho esta vez, puso su mano en mi pene y me lo empezó a masajear gentilmente, inevitablemente mi verga terminó de endurecerse en su mano,
– Ya está bien parada- Dijo Lalito con el mismo tonito de voz y la apretaba como midiendo su dureza,
– Es que mi verga ya sabe que le vas a sacar la leche- Le dije mirando su rostro,
– Sí…- Respondió él en automático y al darse cuenta levantó la mirada apenado,
– Siéntate, en lo que yo voy y tiendo la toalla- Le dije,
– Sí- Respondió Lalo y se sentó en el mismo sitio donde se había sentado el día anterior. Rápido fuí y colgué la toalla para que se secara, pensé en ir a la habitación y ponerme algo de ropa, pero preferí salir de nuevo así y que Lalito se diera vuelo viendo mi piel al descubierto, así que regresé a la sala con la verga bien parada y me senté junto a él,
– Síguele – Le dije,
– Sí – Respondió nuevamente Lalo con una sonrisita y volvió a empuñar mi verga, el niño poco a poco iba perdiendo la pena y sin más regresó a masturbarme, – Recuéstate para que estés más agusto- Le dije atrayendo su cabeza, Lalito no puso resistencia y se recostó en el sofá poniendo la cabeza sobre mí vientre igual como había hecho el día anterior, regresó a agarrar mi verga pero ahora sin que yo se lo pidiera, con su otra mano empezó a acariciarme los huevos, – Ah… Así… Así me gusta- Le dije, cerrando los ojos, Lalito seguía subiendo y bajando su manita por mi verga y rozando delicadamente mis huevos, puse mi mano en su cabeza y comencé a acariciar su cabello, ese cabello castaño oscuro y lacio, recorrí el cabello de su cabeza hasta llegar a su nuca y ahí seguí acariciando para con disimulo sostener su cabeza y empujando un poquito la cadera le acerqué mas el pene a la cara, – Chúpala, así cómo se la chupas a tu amigo- Le dije, y empujé un poco su cabeza hasta que mi verga quedó en los labios,
– Pero no me vaya a echar la leche en la boca- Dijo y entonces sentí cómo mi pene se envolvía de un reconfortante calorcito, acompañado de un tacto suave y húmedo, sí, Lalito se la había metido a la boca. Las piernas me temblaron, los huevos se me contrajeron y mi pene dió un salto dentro de la boca de Lalito que le daba una chupada fuerte que se sintió muy rico, Lalo le daba chupaditas a la cabeza de mi verga y yo gozaba y a la vez recordaba las mamadas que aquél otro niño me daba, la diferencia es que aquél niño era una fiera para mamar verga, en cambio a Lalito se le notaba que era principiante, – Métetela y sácala, así mira- Le dije marcándole el paso con mi mano en la nuca, – Así, y chúpala como si fuera un helado, eso, así…- Le decía, Lalito estaba aprendiendo a mamar verga y empezaba a hacerlo mejor, me enloquecía ver su nuca desde atrás cómo subía y bajaba chupando mi pene, – Hey, no, no me la muerdas- Le dije con una risita, pues Lalo habia empezado de pronto a darle mordiditas a mi pene, – Ándale, así, síguele- Le dije cuando dejó de morder y comenzó a mamar más fuerte, ese niño me tenía a reventar y aprovechando que tenía el cuerpo recostado en el sofá con su culito cerca, entonces estiré mi mano y se lo empecé a tocar, traía puesto un short deportivo que se le metía en el culo enmarcando sus nalguitas, muy rico pero venia la hora de sentirlas mejor por lo que sin preámbulos deslicé mi mano a través del borde de la ropa de Lalito y entonces fué de pronto movió el culo y se sacó mi verga de la boca,
– No, no me agarre la cola- Dijo y me vió a los ojos como enojado,
– Pero porque? Ayer no dijiste Nada- Le dije sorprendido,
– No, es que no debo dejar que me toquen ahí- Dijo bajando la mirada,
– Entonces no te gustó lo que hicimos ayer?- Le pregunté,
– Es que…-
– Dime, y ya no hacemos nada que no quieras-
– Es que yo no soy marica- Dijo, tenía un tono de voz que parecía entre enojado y dudoso, pero principalmente me parecía demasiado paradójico cómo el niño hacía cinco segundos me estaba mamando la verga y tocando los huevos y ahora me decia que no era marica,
– No te preocupes, si te gustan los hombre está bien, yo no voy a decir nada y nadie se tiene que enterar si no quieres- Le dije y lo tomé del mentón para que levantara la cabeza,
– Es que… Es que a mí sí me gusta mucho su verga y ver como le sale toda la leche, ayer me gustó cuando me agarró la cola y cuando me la puso en la piernas me gustó mucho, pero no quiero que me digan cosas- Lalito tenía tristeza en su mirada,
– Si tú no dices nada yo no digo nada- Le dije con una sonrisa, él al fin sonrió con una lagrimilla en el filo de sus ojos,
– Sí- Dijo,
– Quieres seguírmela chupando?- Pregunté, él se sonrojó y dijo que si con la cabeza, regresó a la posición anterior y volvió a engullir mi pene y a chuparlo, – Entonces… Si te me dejas agarrarte la cola?- Lalito no se sacó la verga de la boca y solo hizo un sonido afirmativo, así que con una sonrisa volví a meter mi mano por la parte trasera de su short y me fuí directo a su ano, Lalito soltó un sonido parecido a un gemido cuando la punta de mis dedos hizo contacto con su hoyito, cómo no podía ser de otra manera su ano estaba cálido y un poco húmedo, me hacía enloquecer de exitación, con mis dedos hacia círculos en su hoyito, torpemente le bajé la ropa a Lalito hasta dejar al descubierto su lindo trasero, pasaba mi mano por el zurco de su culo y volvía a su ano, no perdía detalle de las nalgas y agujero del niño que seguía prendido de mi polla mamándola, me hacía dudar que la mía y la de su amiguito fueran las únicas vergas que había chupado, no era como que fuera un maestro mamando, pero no lo hacía tan mal para ser principiante,
– Que rico la chupas- Se me salió, y gozaba las mamadas que Lalito me daba mientras yo no dejaba de tocarle el ano, llevé los dedos a mi nariz y aspiré su aroma, olía a limpio, rico, de nuevo me hacia rememorar el culito del niño que casi me había logrado coger hacía tiempo, está vez lo debía lograr, este culito no se me podía escapar, mi verga debía conocer lo que era meterla en un culito tan tierno. Me chupé los dedos recogiendo el saborcito al ano de Lalo, me puse saliva y volví a dirigirlos al culo del niño, las nalgas se le erizaron a Lalito en cuanto volví a tocarme su delicado agujero y ahora con la lubricación de la saliva mis dedos bailaban con más soltura por el hoyito del niño, era toda una fantasía, me iba a venir en cuestión de nada, lo sentía en la base de los huevos- Lalito, ya me va a salir la leche- Le dije con voz temblorosa, Lalito se sacó mi verga de la boca soltando un sonido de succión,
– Sí – Respondió,
– Jalámela- Le pedí,
– Sí – Dijo nuevamente, y agarró mi verga comenzando a masturbarme,
– Más rápido- Le pedí, Lalito no dijo nada, solo acató la orden y con rapidez su manita subía y bajaba por mi verga, no tardó mucho cuando entre gemidos me empecé a venir. Otra vez los chorros de leche salían disparados con fuerza mientras Lalito me sostenía la verga en su mano a centímetros de su cara, debieron ser unos cinco chorros los que lancé esa vez con el último de ellos derramándose y escurriendo por mi pene mientras Lalito aún con él en mano lo observaba,
– Si quieres pruébala, a lo mejor y te gusta- Le dije, pues sabía que en su interior mi leche le daba mucha curiosidad. Lalito no respondió a mi sugerencia, simplemente como que tomó valor y de una se metió mi verga a la boca arrancándome un gemido, le dió una chupada y se lo sacó, – Te gustó?- Le pregunté deseando escuchar un sí,
– No está mala su leche, está como dulcesita- Respondió Lalito y antes de decir algo más le pasó la lengua por el tallo a mi verga limpiandola, – Mmm… Si me gusta, yo pensé que iba a estar mala- Dijo, entonces me apreté el pene de abajo hacia arriba para que me saliera el restante de semen y Lalito sin que yo se lo pidiera me la volvió a chupar. Tenía la gran duda de a quién más se la abría chupado Lalito, me resultaba difícil creer que solo a su amiguito, debía haber alguien más pero no quería incomodarlo, al contrario, debía ser muy paciente con él si quería culeármelo. Pasaron unos minutos y Lalito aún seguía recostado en mi vientre, tenía aún mi verga en mano y muy lentamente me masturbaba, por mi parte yo también seguía con mi mano entre sus nalgas acariciándole el ano, «también ya se la habrán metido?», pensé,
– Lalo, levántate- Le dije, él no pareció muy contento con eso, pues se tomó su tiempo para soltar mi pene, se levantó y se acomodó la ropa,
– Qué?- Preguntó, entonces yo también me levanté,
– Vamos a mi cuarto- Le dije, y tomé su mano,
– Su cuarto?- Dijo con miedo,
– Sí, te va a gustar, ven- Le dije con una sonrisa, entonces dijo que si con la cabeza y de la mano lo llevé a mi habitación, tenía la cama preparada por si se me daba la oportunidad, todo estaba en su sitio y las sábanas blancas preparadas para recibir encima ese cuerpecito, Lalito dió un vistazo a la habitación, yo lo dejé que observara y después lo tomé en brazos como si lo fuera a arrullar, él me vió con sus ojitos brillantes y le sonreí, Lalito sonrió tenuemente y entonces le dí un beso en su mejilla derecha para posteriormente tenderlo en la cama. Era una locura, el niño estaba en mi cama y yo tenía la verga re dura deseando penetrar ese hoyito, me acosté junto a él y contemplé su cuerpo aún con ropa, se notaba a simple vista la protuberancia del pene erecto de Lalo, ese niño estaba disfrutando lo que estábamos haciendo. Acaricié su cara, el me miró a los ojos y se notaba que estaba nervioso, acaricié su pecho, deslicé la mano a su panza y con cuidado llegué al borde de la camiseta, metí la mano a través de él y seguí acariciando su tronco, su piel era tan suave y estaba tibia pero especialmente sus pezones, sentía su aureola y pezón súper terzos lo que me llevaba a querer verlos, así que tomé su camiseta y comencé a subirla, él se dejó guiar y terminé de sacarle la camiseta, regresé a acariciarlo pero ahora con vista libre de su piel, me encantaba, como si de hipnosis se tratara llevé mi boca a su pecho izquierdo y comencé a lamerlo, Lalito gimió mientras mi lengua resbalaba por su pezón y mientras tanto mi mano izquierda bajó de su panza a su entrepierna tocando su erección. Sus pechos se sentían aún mejor en mi boca, tenían un sabor suave, por algun motivo me hacían imaginar que sus huevos iban a saber igual asi que ya manos a la obra avancé al siguiente punto: su entrepierna. Me corrí en la cama para alcanzar la parte baja del cuerpo de Lalito con mayor facilidad, tomé el elástico de su prenda con mis dedos y comencé a bajarlo dando un vistazo antes, Lalito se llevó una mano a la boca y tenía los ojos bien abiertos así que seguí con cuidado, Lalito no ayudaba, debía estar muy nervioso pero ese no fué obstáculo, su short terminó fuera y ahora tenía al niño solo en calzoncito en mi cama, la prenda era de baja calidad, uno de esos calzones económicos de paquete que encuentras en el supermercado, pero eso me exitaba mucho más, pues le quedaba bien justo, a penas y cubria correctamente sus huevitos y cuál carpa su verguita levantada se marcaba en la tela, así que empecé de nuevo a acariciar esas partes prohibidas del niño viendolo al detalle, sus huevos redonditos bien envueltos por el calzón de algodón que más bien parecía tanga, la delgada tela me permitía sentir a plenitud la intimidad de Lalito, me excitaba mucho y a él también porque suspiraba dejándome tocarlo, comencé a besar la panza de Lalo sin dejar de acariciar su pene y huevos aún cubiertos por su calzoncito y lento mis besos fueron bajando a su vientre, seguí bajando despacio hasta que mi boca quedó sobre su pubis, le dí unos besitos sobre la ropa a Lalito y entonces llegó el momento, tomé el calzón por los lados y me disponía a tirar de él hacia abajo cuando de pronto Lalito con una mano lo tomó del medio,
– No…- Dijo,
– Ándale, déjame quitártelo- Le dije, le olfateé los huevos y luego le di un beso a su pene por encima, Lalito soltó el resorte de su calzón y ahora sí con toda la felicidad del mundo se lo bajé despacio quedando ante mi le hermosura de su intimidad pero antes que pudiera hacer algo Lalito se tapó con las manos lo cuál me hizo enternecer, levanté la mirada y Lalito estaba rojo como tomate, tomé unas de sus manos con la mía y le dí un beso en ella para después retirársela, la otra sólo la levanté e hice a un lado y de nuevo tenía a pocos centímetros de mi cara ese pene y huevos pequeños que había conocido por casualidad hace dias en la azotea, me acomodé en medio de las piernas de Lalo pues quería que pudiera ver lo que le iba a hacer, lo primero fué olerlo, olí su pene rozando mi nariz con este y bajé olfateando el espacio entre sus huevos y verga, olía tan rico, tan suavecito, pero el máximo de los olores lo encontré en sus huevitos, era indescriptible el aroma que esas bolitas tenían, como a talco, tan rico que no pude resistir a probar, me metí sus huevos a la boca y con mi lengua los probé a detalle, yo tenia razón, sus huevitos tenían el mismo sabor que sus tetillas pero con un ligero sabor saladito. Lalito no era indiferente a los estímulos que le estaba dando, gemía despacio mientras yo chupaba sus huevitos, le mamé y lamí las bolas hasta que dejaron de tener sabor perceptible,
– Te gusta?- Le dije sacándome sus huevos de la boca,
– Ajá…- Respondió viéndome a los ojos y sosteniendo su mirada ahora me metí su verguita a la boca, Lalito echó la cabeza hacia atrás y empecé a mamársela. La verguita de Lalo también sabía rico, con un a penas perceptible sabor a pipí, su verguita se sentía como una manguerita de goma muy suave, me gustaba sentir su prepucio en la punta de la lengua y en los labios, subía y bajaba mi boca con su pene adentro mientras Lalito se retorcía de placer y ahogaba gemidos, continué un momento más con la felación y de manera disimulada levanté las piernas del niño, bajé de nuevo a sus huevos dándole una mamadita y después ya con Lalito bien entregado a mí y con las patas arriba, observé su ano, ese hoyito que me tenía ansioso, estaba limpio, morenito, cerradito, se me hacía agua la boca de solo mirarlo así que lo hice, pasé mi lengua por ese hoyito dándole una primera probada, las nalguitas se le pusieron chinitas a Lalo ante la nueva sensación que estaba conociendo y de esa manera seguí lamiendo una y otra vez su ano, Lalito contraía el hoyito mientras yo se lo chupaba, le estaba comiendo el culo en toda regla, con la punta de mi lengua sentia cada arruga de su agujero y la empujaba tratando de penetrarlo con ella, alzaba la mirada cada tanto para ver su rostro y me exitaba aún mas ver como apretaba los ojos mientras gemía y se dejaba seguir comiendo el culo, lalito tenia ya el hoyo lleno de mi saliva y me daban unas ganas tremendas de metérsela o al menos meterle los dedos, necesitaba descargar los huevos otra vez así que me le eché encima colocándome entre sus piernas, Lalito abrió los ojos sorprendido y antes que pudiera reaccionar le empecé a besar el cuello con mis dedos acariciándole el ano,
– Que rico estás, me encanta tu culito- Le dije, y me movía pasándole la verga sobre las piernas, – Agárramela, mi verga es toda tuya- No dejaba de pasar mi lengua por su oreja y cuello, pensaba que Lalito no haría nada y solo se dejaría usar, pero de pronto sentí cómo su manita me tomaba del rabo y me lo empezaba a acariciar, – Te gusta mi verga? Te gusta?- Le metía y sacaba suavemente la puntita de mi dedo índice por el culo,
– Sí…- Dijo junto a un quejido,
– Ya te la metieron?- Le pregunté, estaba hecho un loco, muy caliente, listo para dejársela ir a Lalito y hacer mi sueño más sucio realidad,
– No…- Respondió, y seguimos tocándonos, mi verga ya estaba bien húmeda y el hoyito de Lalito más relajado y un poquitito dilatado, entonces me coloqué en posición y le perfilé mi glande en su ano, – Señor…- Dijo Lalito,
– Qué?- Le pregunté,
– Me la va a meter?- La voz de Lalito también delataba su excitación, pero más importante, delataba miedo,
– Si no quieres No- Le dije, y apartando mi boca de su cuello miré su rostro, estaba rojo como tomate y en su mirada notaba el temor,
– No quiero- Dijo casi sollozando,
– No te preocupes- Le respondí y entonces comencé a moverme, el ano de Lalito besaba la cabeza de mi pene con cada balanceo que hacía, yo deseaba con todas mis fuerzas penetrarlo, pero solo hacerlo de esa manera también se sentía bien. Venían de nuevo recuerdos viejos a mi cabeza mientras disfrutaba tener esas nalguitas acariciándome el pene y ese hoyito caliente y húmedo chocando con la punta de mi verga, – Así te gusta?- Le pregunté,
– Sí…- Respondió, el líquido que había soltado hacía que el roce sonara más y que se sintiera más rico el resbalar de mi verga por su culo, mi cama rechinaba y Lalito gemía suavemente.
Lalito era todo un putito, a penas unos días y ya me tenía encima dejándome repegarle toda la verga en el culo, había sido más rápido que con mi primer niño, quizás no igual de fácil, porque aquél otro había sido él mismo quien se me había ofrecido, pero Lalito era tan sumiso que no dudaba que con paciencia lo haría mío.
Ya teníamos un rato «cogiendo», el ano de Lalito estaba rebosante de líquido y el constante choque de mi glande contra él se sentía rico, habría sido necesario tan solo un empujón mas fuerte y de seguro se le hubiera ido aunque sea la cabecita, pero no quería lastimarlo o asustarlo, debía tener paciencia, ese culo sería mío, tan solo debía de ser cuidadoso y este no se me escaparía. Pasados unos minutos me cansé de la misma posición, así que me levanté de encima de Lalito acostándome a un lado de él,
– Ya?- Me preguntó, en su voz dejaba claro que no había tenido suficiente lo cual me agradó bastante, – No, ponte de ladito – Le dije, entonces me dió la espalda y le volví a meter la verga entre las nalgas, levanté su pierna, dirigí mi glande de nuevo hacia su ano y volví a comenzar los repegones de verga a su hoyito mientras le olía el cabello, – Te gusta cómo se siente mi verga en tu culo?- Le pregunté,
– Es que… No sé…- Respondió,
– Si no te gusta entonces ya no lo hacemos- Le dije deteniendomé,
– Si me gusta, me dan como cosquillas en la cola- Dijo Lalo, dejándome confundido,
– Entonces?-
– Es que mi mamá dice que no deje que nadie me toqué la cola, ni el piquito, ni los huevitos, porque es malo- Respondió Lalito con culpa,
– Es que tú mamá te está cuidando, no quiere que te pase nada malo, pero yo no te voy a lastimar, si no quieres que te siga tocando entonces mejor no lo hacemos, sale?- Le dije y saqué mi pene de sus nalgas. En verdad me daba ternura Lalito, era un niño sumiso y curioso pero no lo obligaría a nada, no era tonto, él entendía que estaba mal lo que estábamos haciendo.
– Si me gusta lo que usted me hace- Respondió Lalo que permanecía en la misma posición de espalda a mí,
– Y… Quieres seguir?- Pregunté,
– Sí, pero no me la meta, por favor- Dijo, entonces sin dudarlo volví a tomar mi pene y lo direccioné a su culo, fué tan rápido el movimiento que el choque de mi glande contra su ano fué más duro, incluso sentí que casi se lo había metido y Lalito dió un respingo, pero lo tomé de la pierna y de nuevo le empecé a bombear, lo tenía con la pierna más arriba y con una cadencia mayor le daba los repegones de verga en el hoyito, me maravillaba el sonido que mis líquidos y el roce producían, Lalito me tenía vuelto loco, no hacía falta que se la metiera para hacerme gemir y disfrutar de su rico culito, bajé mi mano al interior de sus piernas y le empecé a estrujar los huevos, quería que Lalito sintiera cosas en esas partes que su mamá le decia que no dejara que le tocaran, que sintiera la adrenalina de hacer lo incorrecto, que sintiera el placer en su pequeño cuerpo infantil,
– Tú también agárrame los huevos- Le dije, él tardó un poco en hacerlo pero finalmente pasó su mano sobre la mía y estirándose logró agarrar mis bolas en su manita y empezó a moverlas con sus dedos, no resistí mucho más, mi verga palpitante se empezó a chorrear disparando sobre el ano del niño toda su leche, hasta sentía cómo las bolas se me contraían entre los dedos da Lalo al vaciarse. Como no podía ser de otra manera fué mucho semen, sentía como empezaba a escurrir sobre mi propio pene,
– Me echó toda la leche en la cola- Dijo Lalo,
– Sí- Le respondí satisfecho,
– Tengo las nalgas todas pegajosas- Agregó Lalito,
– Si quieres vamos al baño para que te limpies- Le dije, y le dí espacio alejando mi pene de su cola,
– Sí – Dijo, entonces lo guíe hacia el baño, ya dentro, tomé un trozo de papel higiénico y me limpié el pene mientras Lalo hacía lo mismo con el semen que le había escurrido de las nalgas a las piernas mientras yo veía cómo en el nacimiento de las nalgas tenía un cúmulo de leche,
– Te ayudo?- Le pregunté acercándome a él desde atrás, -Agáchate al frente y pon las manos en la pared- Le dije, él hizo lo que le pedí y quedó inclinado de espalda a mí, me agaché a altura de su culo y primero le acaricié las nalgas, después tomé papel y le quité parte del semen para después separarle las nalgas y seguir limpiándolo, tenía el ano cubierto por una cristalina capa de leche que empecé a quitar con papel hasta que le dejé el trasero limpio, me quedé unos segundos mirándole su ahora limpio ano imaginando cómo podría penetrarlo, lo rico que de seguro se sentiría ese culo,
– Ya?- Dijo Lalito sacándome de mis pensamientos,
– Sí- Le dije, pero antes de pararme le pasé la lengua por su hoyito, entonces Lalo se dió la vuelta,
– Ya se le volvió a parar – Me dijo,
– También a tí- Le respondí y entonces tomé su pene y lo empecé a masturbar, él hizo lo mismo conmigo y ambos nos tocábamos viéndonos a los ojos,
– Ya me tengo que ir, o mi mamá me va a regañar- Dijo,
– Vas a venir mañana?- Mientras hablábamos no dejábamos de jalarnos las vergas mutuamente,
– Sí, pero no hay que durar mucho o mi mamá ya no me va a dejar salir- Respondió,
– Ok- Le dije y ambos sonreímos.
Regresamos a la habitación para vestirnos, pero adelantándome a Lalo tomé su calzoncito,
– Esos son los míos – Dijo con una risita,
– Regálamelos para acordarme de tí- Le pedí,
– A ver si mi mamá no se da cuenta- Me dijo y se empezó a poner su ropa sin ropa interior,
– Si te dice algo te lo regreso- Le respondí,
– Bueno- Dijo, y miraba cómo el niño se iba vistiendo,
– A quién más se la haz chupado?- Le pregunté, pues me resultaba claro que Lalito algo de experiencia tenía y no solo con su amiguito,
– A nadie- Dijo, Lalito se había quedado quieto, la pregunta le debía resultar incómoda,
– Yo sé que se la chupas a tu amigo, el niño más grande que estaba con ustedes el otro día- Le respondí,
– Nomás se la chupé una vez- Dijo, y continuó vistiéndose,
– Nada más a él? – Pregunté, tratando de verlo a la cara, pero él miraba a la pared,
– Sí. Ya me tengo que ir- Se apresuró a decir y yo ya no traté de sacarle más información.
Terminamos de vestirnos y acompañando a Lalo me quedé en la ventana para verlo marcharse, Lalito salió de mi casa rápido y con discreción y yo lo miraba desde la ventana, tan pronto su imagen desapareció de la vista me di la vuelta y regresé a mi habitación, me acosté junto a dónde había estado él y me llevé su calzoncito rojo a la nariz, quería revivir el rico aroma de sus huevos, el sabor de su verguita, la sensación de su ano. Lalito… Lalito… Te quiero coger. Pensaba.
Me masturbé repetidas veces con su calzón en mi cara, oliéndolo, deseando que llegara mañana y así cómo habíamos quedado, Lalo volvería y de nuevo probaría todo su cuerpo.
Como sigue??
Excelente relato… Como sigue??
Uufff… Que rico.. menudo calentón me has provocado 🫦
No sabes como he disfrutado de esta parte… Ya creia que habías abandonado la historia…
Que rico relato…. no sabes como me gusta esta historia, como ya te he dicho me tienes enganchado a todas tus historias y a tu forma de narrar.
Uuff… Que suerte tienes de a ver encontrado a lalito… Estoy ansioso de que subas otra parte para seguir leyendola.
Me encanta que hayas hecho tan larga esta parte, ya que así me has dejado disfrutar de lo lindo mientras me masturbaba. Aunque ahora me has dejado con mucha ganas de leer la próxima parte 💧😋
Como sigue? Necesito mas.
Excelente relato… Como sigue??
Muy buena historia! Te felicito por tu manera de escribir tan detallada! Continúa, por favor!!! 🍆🍑
Parte 4 5 6 7 o las que sean por favor
Paja segura con este relato, bien caliente
Ya tenía mucho tiempo que no había leído un relato similar, me gusta mucho la forma en la que escribes, el detalle Pero sobre todo el morbo que le imprimes a cada relato, muchos hombres me incluyo hemos pasado por ese momento tan sublime de tener la verga bien dura delante de un niño y que rico poder llegar a tocarle su anito, dejar nuestros fluidos en su lindo cuerpo ufff amigo sigue escribiendo porfavor eyaculé en cada uno de tus relatos… Saludos