Los primeros años
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy Robinson, cuento con 20 años, les digo que nací en un barrio pobre de mi ciudad, mi madre nos abandonó a mi y a mi padre para irse con otro cuando yo tenía tres años, durante los siguientes cuatro años, mi vida la pasaba entre la casa de mi tía solterona amargada y mi padre hasta que él se hizo de Lucrecia, dedicada a la venta de comidas en el mercado
Era una mujer caprichosa e influyente en las decisiones económicas igual que su hijo Alonso al que le daba todo gusto con el dinero que mi padre lograba como ayudante del albañil, Alonso tenía por ahi nueve a diez años, era muy egoísta, no le gustaba perder, era muy mimado de su madre, su hermano y sus dos hermanas ya se habían casado a temprana edad, yo en cambio tenía un carácter dócil siempre acompañado de una sonrisa, era muy humilde y me gustaba hacer mandados y servicios en el barrio ganándome con eso algunos pesitos, las noches de los viernes y sábados jugaba a las guerritas y a las escondidas con Alonso y con los chicos del barrio.
Cada vez que deseaba orinar se me paraba muy rápido la verga igual al Alonso, esa verga era un poco más grande que la mía pero ambas sin pelos, ambos dormíamos en el mismo cuarto en camas separadas, cuando se apagaban las luces él hacía unos gestos como si estuviera pujando, se ladeaba y se metía los dedos en el culo, decía nombres entrecortados que no entendía, y palabras como culéame, tómame, putita, jadeaba diciendo así, así métemela, se acostaba boca arriba, la sábana la alzaba desde su verga haciéndola punta con las manos para arriba y para abajo y de nuevo decía así, así, culiemos, culiemos, finalmente se acostaba boca abajo a veces la sábana quedaba a un lado y podía ver su pijama hasta las rodillas, su culo descubierto y el movimiento de su verga culiando el colchón, sus movimientos eran rápidos y la cama se movía rápidamente, en ese vaivén decía palabrotas gruesas como te estoy rompiendo el culo, dámelo dámelo, es mío, así culiemos, no te detengas, así así, yo a veces me asustaba, parecía demonio poseído de lo que tanto se movía boca abajo en la cama, con las piernas abiertas, las manos sujetas al filo del colchón hasta que se detenía por un largo rato, quedaba acostado con la cara rodeada de almohadas que las besaba suavemente, seguía quieto con su respiración algo acelerada, se levantaba, el pijama le daba a los tobillos, me daba la espalda dejándome ver su culo, se inclinaba para sujetar la bacinilla orinando sobre ella y diciendo que qué rico es culiar, o a veces decía ya te culié eres mío o mía, botaba gestos que parecían de placer y se regresaba a la cama quedándose completamente dormido, esto lo hacía muy seguido las noches.
Cada vez que lo veía hacerse mi verga también se me paraba, en aquella noche bien fría de lluvia torrencial Alonso tenia su verga bien parada, me vio creyendo que estaba dormido, se sentó sobre el filo de la cama abriendo las piernas dejándome ver su verga bien parada pajeaba y pajeaba con ella y alzó su cara y me miró que apenas tenia abierto de ojos, yo me tapé con la sábana, él sabía que lo estaba mirando las últimas noches y me dijo que vaya donde estaba, no le contesté, pasó un largo rato, la cama de Alonso no se movía, me destapé y para sorpresa mía Alonso estaba cerca de mí, él estaba completamente denudo con la verga muy cerca de mi cara, se acercó más, tomó mi cabeza a la fuerza y la llevó a su verga, la rozé con mis labios, me pidió que la oliera y que le pasara la lengua, yo me negué, me dijo que no lo iba a saber nadie y que ya era el momento de que sintiera rico el culeo
Yo solo accedí a olérsela, se dio la vuelta diciéndome que oliera su culo, olía raro, se metió el dedo en su culo se lo sacó y me lo pasó por la nariz, a la fuerza me lo hizo oler, lo sentí raro pero me gustaba, metió las manos dentro de mi pijama, me estiró la verga y se dio cuenta que estaba parada, me la estiró suavemente me gustó mucho, abría la boca y la cerraba porque me querían salir salivas, me puse muy caliente, no lograba entender qué me pasaba, me quedé quieto a su merced, me gustaba eso que me hacía, me tomó de los brazos sentándome al filo de la cama me sacó la camiseta ligera, me levanté para que me baje el pijama, me senté, estiré las piernas y con facilidad me lo quitó nos quedamos desnudos, en lo sentado que estaba acerco su boca abierta a mamar mi verga, al impulso de la mamada abrí más las piernas, me lo hizo tan rico que le dije que me daban ganas de ir a orinar, permitió que lo apartara y que me fuera a orinar en mi bacinilla, Alonso me recostó sobre el filo de mi cama diciéndome que me iba a culiar, mi cara descansaba sobre una almohada y mi culo estaba a disposición de Alonso, con la verga lo masajeba, quería metérmela con gestos, pero se le hacía difícil, entró algo en mi culo era una sensación única difícil de describir por lo deliciosa que era, estaba siendo suyo, escuché las palabrotas que antes decía como dame tu culo, asi asi mi nena, eres rica, me sentía mal que se me dirigiera como hembra pero me gustaba eso que me hacía, Alonso estaba dominando la situación y yo me dejaba llevar por él, me hizo virar y me culió la verga.
Nos subimos a la cama, nos tapamos con las sábanas nuestros cuerpos desnudos se unían como nuestras vergas, las manos de Alonso pasaban por todo mi cuerpo y yo le hacía lo mismo, eso nos calentaba más, las piernas pegadas sobaban mis piernas, el aliento chocaba mi cara, casi nos dimos un beso, de repente me puso boca abajo pasándome la verga en el culo, nuestros movimientos eran muy fuertes y rápidos tanto que la cama se movía mucho haciendo ruido que lo absorbía el ruido de la lluvia que caía en el zinc del techo, Alonso gemía a lo loco, sus rodillas chocaban con mis muslos, disfruté algo de su corta penetración infantil, se detuvo para meterme el dedo en el culo sentí algo de dolor a lo que me viré y Alonso se estaba pasando su dedo por la nariz dijo que mi culo olía mejor que el suyo, me dijo que me iba a culiar la verga y se me montó nuestros pechos estaban bien unidos igual que nuestras vergas, Alonso pegó un gemido fuerte y al ratito vi sobre mi barriga una mancha brillosa que parecía orina, Alonso se levantó y terminó de orinar en la bacinilla depositando lo que le quedaba de orina, sin decirme nada me dio la espalda, se vistió y se acostó, yo tuve un sentimiento de recelo y de culpa por lo que hicimos, por la mañana me dijo que hiciera silencio de lo que hicimos y si se enteraban nuestros padres nos iba peor de grave, seguimos culiando las siguientes noches cuando él o yo lo deseaba, en cada encuentro sexual que teníamos sentía que su verga entraba más y más a mi culo y cuando yo se la metía en el culo era más facil porque su hueco era más grande y mi verguita entraba sin dificultad.
Cuando jugábamos con los chicos, teniamos especial amistad con Rigoberto, con quien hacíamos equipos y nos escondiamos por largo rato en la oscuridad, escuché a Lucrecia que nos llamaba a dormir pero todavía no aparecía Alonso, lo fui a buscar a unos zaguanes oscuros de casas viejas, salió de uno de esos zaguanes acomodándose el short que estaba con polvo y tierra, su pelo con telarañas y algo de polvo, más atrás en la poca claridad estaba Rigoberto que se limpiaba la camiseta, el short mal acomodado en la cintura algo sucio de polvo, al verme se sorprendiero
Me hice el tonto como que no vi nada, le dije al Alonso que Lucrecia nos llamaba, me dijo algo nervioso que me adelantara, Rigoberto lo abrazó por detrás al Alonso que le estaba diciendo algo en la oreja, Alonso agachaba la cara y se dejaba culiar parado por detrás cuando caminaban lentamente, hasta que salimos al claro de la calle y al despedirse Rigoberto le pasó la mano por el culo de Alonso. Esa noche Alonso me cogió por largo rato con la verga en mi culo, fue allí que me besó por primera vez, nos deseábamos tanto que duró mucho nuestro culeo inolvidable de rutina.
Me tocó de formar equipos de guerritas Alonso estaba de otro equipo y el jefe de mi equipo era Rigoberto que con 2 compañeritos fuimos a un zaguán el más distante del sector con escasa luz que daba desde la calle, Rigoberto hizo señas de separarnos en parejas, mis dos amiguitos salieron del zaguán, Rigoberto me dijo que me metiera más adentro del zaguán, me dijo que me quedara quieto que él iba a la entrada del zaguán y vendría para llevarme a la salida o si no que lo agarraban y quedaba yo para salvarlo, le dije que tenía miedo de quedar solo, se negó a que lo acompañara, al ratito regresó y salimos por un hueco de la pared del zaguán que da a un solar abandonado se apreciaban huecos en la tierra a manera de trinchera en uno de esos nos metimos estaban puestos unos cartones desde allí podíamos ver a nuestros amiguitos capturados y a los enemigos del juego, escuchaba a mi lado su respiración, me bajó el short, me pasó las manos por el culo, el dedo actuaba por mi raja, le gustó que yo no me movía, terminó de quitarme el short acostándome de espalda sobre el cartón desde el suelo vi a Rigoberto quitarse el short y caer cerca de mi cara, sentí el peso de su cuerpo, su verga era muy grande peluda y apretaba mucho a la mía que se le movía y me decía repetidamente cerca de mi oreja culiemos culiemos culiemos Robincito, mi putita, así, así mi nena, al rato vio mi cara agestada por soportar su tremendo peso y se levantó viendo a los lados, por segundos estuvo de cuclillas masajeandose la verga, yo seguía acostado sobándome la verga que había sentido su apretazón, me hizo virar el cuerpo, olía mi culo y le pasaba el dedo sentí un liquido en la entrada de mi culo, me metía un dedo húmedo de saliva en mi culo
No esperó más y sentí al ratito algo que molestaba mi culo sentía algo parecido como si me estuvieran poniendo una cala como me las aplicaba mi tía cuando estaba estreñido, escuchaba decirme dame tu culo, dámelo, es mío, yo había escuchado eso antes con Alonso, entendía que Rigoberto lo culiaba al Alonso de esa forma como Alonso lo hacía conmigo, sentía el dolor más fuerte, me decía que aguantara que ya terminaba, la verga de Rigoberto me penetraba, sentí cada vez más fuerte y pegué un grito que lo asustó, me dejó un rato y me dijo que hiciera silencio que ya terminaba, pero yo no me dejaba porque me dolía, de tanto insistirme me dejé un ratito, no aguanté más su penetrada que creo que en ese momento algo de la cabeza de la verga me entró, me soltó y se levantó, se pajeó delante mío botando la leche a un lado, nos limpiamos y salí yo primero por el zaguán más atrás Rigoberto, siempre me elegía para hacer equipo y nos escondíamos para culiarnos ya sea en el fondo del zaguán, debajo del descanso de unas escaleras del zaguán o en ese solar abandonado lleno de huecos, en cada lugar de esos experimentaba una pequeña penetrada que ya sea hacía costumbre.
Una noche en la que Rigoberto no pudo jugar con nosotros jugué en el equipo de Alonso y capturé a Danilo un chico menor que mi con tres años, lo sujeté fuerte como mi prisionero, nos metimos en el zaguán donde siempre me culiaba Rigoberto, yo lo llevaba abrazado por detrás haciéndole culiadas en su culo, él se dio cuenta y se dejaba, nos metimos debajo del descanso de la escalera de aquella casa abandonada de caña que se encontraba a oscuras, lo acosté y le corrí el short a los tobillos, yo me saqué el mío, mi verga ya estaba bien parada, lo acosté boca abajo, su culito esperaba que le corriera verga y se lo hice por un ratito, escuchaba sus pujes, le corría mi verga rapidito por las nalgas, escuchamos unos pasos que se dirigían rápidamente a nosotros, fue Alonso que se nos acercó y que no nos dio tiempo a subirnos los shores, nos miró lleno de risa cuando nos subimos los shores, me dijo en la oreja niño culión ya te vi cómo le metías la verga, sale y espéranos afuera del zaguan no regreses que voy limpiar a Danilo, nosotros ya te seguimos, corrí hasta la entrada del zaguán pero como se demoraban en salir regresé caminando despacito hasta donde estaban ellos, miré que Alonso lo tenia acostado en el piso a Danilo pasándole la verga en el culo sus shores estaban a los tobillos, Danilo pujaba le decía que tenia miedo que yo o alguien los descubriera, Alonso le decía tranquilo que no van a venir están lejos y capturados, Robinson no entrará porque me tiene miedo que lo golpee y le rompa la cara, al escuchar eso de mi, me quede como churo en un rincón en silencio sin que me vieran
El movimiento del cuerpo de Alonso sobre Danilo era muy rápido y le decia las mismas palabaras que me decia a mi cuando me culiaba, se quedó quieto, Danilo se ladeó para quitarse el cuerpo de Alonso, se sentó sobre la tierra y se jaló el short, se paró y terminó de ponérselo, Alonso le siguió y le limpió la espalda y la camiseta que estaba con polvo igual que los pelos de la cabeza, se posieron a orinar y aproveche para salir por un corredor del callejón al lado del zaguán sin que me vieran.
Esa noche que nos acostamos fue inolvidable, me dijo que vamos a culiar, la verga de Alonso en mi culo penetraba con delicia, Rigoberto había hecho el surco y Alonso terminó de metérmela de acuerdo a su tamaño de verga, para no hacer tanto ruido culiabamos en el suelo, lo hacíamos con más pasión, él me dijo que mi culo era sólo de él, cada vez que me la metía con fuerza sentía dolor pero con una mezcla de deseo, inclusive le mamé la verga por repetidas ocasiones, no me perforó totalmente, botó un poquito de miado en mi cara, me molesté al principio, pero después de varias cogidas que me hacía yo me resigné hasta tal punto que en una noche de tanta pasión logró penetrarme totalmente, en lo que creciamos probé su primera leche y luego él la mia, eyaculamos juntos y nos dábamos de mamadas, todo eso aumentó la necesidad de desearlo otra, otra y otra vez y siempre.
Seguimos culiando por mucho tiempo, también lo hacía botándo leche con Rigoberto, con Danilo y con los chiquillos del barrio, ahora que me convertí en lo que soy los recuerdos de esas culiadas siempre llegan a mi con mucho amor y deseo.
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