Luces Parpadeantes en la Cuna
Camilo es puesto a una prueba para medir su depravación antes de permitirle corromper el regalo celestial..
Me gustaría compartirles la segunda parte de la historia que recibí por parte de un contacto en mi Telegram (@carlosparrarojas0) dónde describe algo que le sucedió hace poco. Pero antes, vale aclarar algunas cosas:
- No sé si es verdad o no lo que me dijo.
- Yo soy pasivo, el activo era el que me contó la historia.
- La historia es mucho más larga, por lo que la voy a dividir e ir publicando dependiendo de si gusta o no.
- El tipo me bloqueó cuando terminó de compartirme su relato.
- Si estás por ahí, escríbeme de nuevo y fóllame.
- No había podido subir la historia antes porque tuve unos inconvenientes personales que ya fueron resueltos.
- A raíz de esos mismos inconvenientes tuve que eliminar la cuenta de Telegram, pero ya está activa nuevamente para que me contacten.
- No fue nada grave, pero vale más la prevención que el tratamiento.
Disfruten la historia, puntúen bien para animarme a compartir las demás partes, compartan para que otros también la disfruten, comenten y escriban a mi telegram @carlosparrarojas0 para hacerme comentarios o retroalimentaciones
Sin más preámbulos:
La Prueba:
Es jueves por la tarde y miro constantemente la foto de perfil del usuario @luces de cuna en Telegram. Hay muchas emociones contradictorias que me invaden y que no me dejan concentrarme en el trabajo. Siento vacío en el estómago, como si el mundo se moviera, estoy desubicado y es poco lo que he podido hacer. Incluso el camarógrafo me ha llamado varias veces la atención porque parezco «pensando en culitos de angelitos»… Si supiera que realmente estoy pensando en el diminuto culito de un angelito que aún no se descarga de la nube jajaja. Lo sé, mal chiste.
_»Camilo, terminamos la sesión por hoy. Es mejor que para mañana vengas más despierto y concentrado porque no me puedo quedar todo el día tomándote fotos, el cliente necesita el material ya listo y editado para la semana que viene y tú ahí distraído. Menos mal pude sacar dos muy buenas. Hoy particularmente registra muy bien la bolsa de tu pene. Lo que sea que te tiene así, trata de que siga igual, pero sin distraerte tanto.»
A mí sinceramente me trae sin mucho cuidado lo que diga Kale, el camarógrafo. Nunca le gusta nada de lo que hace y cuándo dice un buen comentario lo acompaña con una enorme dosis de críticas destructivas. Si no fuera porque realmente es un excelente fotógrafo y prácticamente sostiene la compañía con su trabajo, hace rato le hubiera dado su puño en la cara para que se quede callado.
Salí de la agencia a las 7 de la noche e iba manejando mi carro cuando escuché una notificación de mensaje en mi iPhone 13. No le presté atención. Algunos minutos después el mensaje se volvió llamada, miré y decía «número desconocido». En ese momento sentí un fuerte corrientazo de energía en mi verga porque, aunque Iván también suele llamarme por números desconocidos, algo en mi interior me decía que esta llamada no era Iván.
Estacioné al lado de una acera, en un barrio muy lindo que queda cerca a mi edificio. Respondí la llamada:
_»Aló, buenas noches. ¿Con quién hablo?» Se escuchaba una respiración al otro lado, pero nadie decía nada.
_»¿Me escucha? Aló.» Repetí.
_»Si, lo escucho. Soy el contacto de Telegram. El que habló con usted anoche ¿lo recuerda?» Lector le voy a ser sincero, la voz no se parecía en nada a la personalidad que me estaba chateando la noche anterior. Si bien se escuchaba que era la voz de un hombre, se escuchaba suave, calmada y lenta. Sé que una cosa no tiene que ver con la otra, pero sí me había hecho a la idea de que el depravado de Telegram era igual a mí o un poco menos masculino… Resulta que es bastante menos masculino.
_»No, no lo recuerdo. Ayer hablé con demasiadas personas en la noche. ¿Puede ser más específico e identificarse? Estoy manejando». Le dije. Tenía que comprobar si este tipo era sumiso o no.
_»Si, disculpe. No me puedo identificar porque jamás nos presentamos. Soy el contacto que usted siempre ha podido bloquear pero que no lo hace porque quiere disfrutar.» Me resultó curiosa la respuesta. Si bien es evidente que es un hombrecito sumiso, un «faggot», también se nota que es un depravado sexual que no es capaz de disimular lo enfermo que está. Lo hace casi tan mal como yo tratando de cubrir con mi codo la enorme erección que tenía en ese momento.
_»Sí, lo recuerdo. El futuro papá». Le dije imponentemente.
_»El mismo, jajajaja. Lo llamo para decirle que le tengo una prueba. Necesito poder determinar que usted es una persona confiable para que conozca a mi bebé cuando nazca. Diríjase a la calle 67B Sur. #512. Es una casa blanca. Las llaves van a estar bajo la alfombra. Entre y disfrute lo que encuentre. Mientras lo hace, si quiere, me manda fotos y vídeos. No es necesario que se vea su cara, pero que al menos se vea su verga y lo que se está follando para yo poderme masturbar mientras lo admiro jajaja». Me dijo el sumisito.
_»Está loco si cree que voy a hacer eso. No sé quién es ni si me está mandando a una trampa o a mi propia muerte. No voy a hacer eso. Déjese de payasadas.» Le dije desafiantemete.
_»No se preocupe, no es una trampa y no le va a pasar nada malo allá. Al contrario, es una deliciosa prueba que preparé para usted. Sin embargo, si desconfía tanto, recuerde que siempre puede bloquearme y no hacer lo que le pido. Tiene hasta la medianoche para llegar a la casa y disfrutar los regalos que le dejé. Si no va, entenderé que no es la persona indicada y seguiré buscando a alguien para coger a mi bebé.» Sin responder nada le colgué.
Volví a encender mi auto y seguí rumbo a mi apartamento. «Este tipo está loco si cree que voy a ir a un lugar desconocido para que me pase cualquier cosa» pensé furioso.
«Además, ni sé dónde queda esa dirección… Creo que no pasa nada si miro en Maps donde queda. Igual no pretendo ir.» Pensé inocentemente.
Abrí Maps. Introduje la dirección y me di cuenta que quedaba a unas cuantas calles del lugar donde recibí la llamada. Era el barrio aledaño al lugar donde me encontraba, pero este otro es menos bonito y parece más un suburbio de la ciudad. A veces paso por ahí para ir a mi apartamento, cuando la vía principal está congestionada.
Giré él volante por la siguiente salida a la izquierda y me dirigí a esa dirección. «Sólo voy a pasar cerca en mi carro. Nada más». Me repetí por todo el camino.
Ya estaba cerca del lugar y noté que las calles estaban solas, en las pequeñas casas había luces encendidas, cortinas cerradas y se escuchaban personas en su interior. Supuse que la actividad social se terminaba temprano en esta zona y las personas se retiraban a sus hogares a vivir su vida familiar.
Pasé por el frente de la casa que me dijo el loco ese y vi lo mismo, luces encendidas, cortinas cerradas y personas hablando. Me resultó extraño porque yo pensaba que la casa iba a estar sola. Estacioné el carro en un lugar oscuro y me dispuse a observar detenidamente lo que ocurría. Estuve en ese plan aproximadamente 35 minutos y no vi nada extraño.
Me decidí a bajarme del carro, acercarme sigilosamente a la puerta y mirar si el número de la puerta sí correspondía con el que me indicaron. De la calle no tenía duda, varias señales de tránsito que pasé lo confirmaron, pero no estaba seguro del número de la puerta.
Caminé con cuidado de no hacer ruido, llegué a la puerta y vi una pequeña alfombra sucia que intentaba decir «Bienvenido», pero que en su lugar decía «Bien ido»… Debí hacerle caso.
Cuando vi el número de la puerta «512» supe que sí era la casa. Me dio mucho susto, me di la vuelta y empecé a caminar rápido hacia mi auto.
«¿Y si solo es una casa, pero no pasa nada con ella? Voy a mirar si la llave está bajo la alfombra y echo un vistazo a la casa por dentro sin pasar de la puerta. Si soy silencioso nadie adentro lo va a notar.» Pensé.
Levanté con cuidado la alfombra y vi una pequeña llave plateada, la tomé, miré para todas partes y no vi nada extraño. Abrí lentamente la puerta y esta cedió en completo silencio. Asomé la cabeza y vi una pequeña sala con tres sillas vacías. Ahí me di cuenta que las conversaciones de personas que estuve escuchando era un programa de televisión que se estaba transmitiendo. Miré otro poco y vi una pequeña cocina, muy limpia y ordenada.
“¿Hola?” Pregunté tímidamente.
Afortunadamente nadie me contestó porque no hubiera sabido qué responder si me preguntaban qué hacía entrando en su casa “Hola, es que venía en mi carro y pude notar que tienen su llave bajo la alfombra. Es muy peligroso y quería regresarla”. Ridículo.
Entré un poco más. Me acerqué lentamente hasta la sala y no vi a nadie. Luego me moví a la cocina y tampoco encontré rastros de personas. No había ningún sonido en aquella casa, solo el ruido del programa de televisión. Entré un poco más y encontré las habitaciones. Dos en total, en la primera no había nadie. Solo una cama impecablemente organizada y un escritorio de computadora con una pc de escritorio apagada. Pero grande fue mi sorpresa cuando en la segunda habitación encontré algo. Una pequeña perrita pincher de color blanco que estaba echada en la cama mirándome. Me resultó muy extraño porque los perros de esa raza suelen ser muy ruidosos y agresivos con los extraños, pero esta no. Solo me miraba quieta y en silencio.
Sentía que algo no andaba bien, por lo que volví a recorrer la casa y confirmé que no había nadie más fuera de la pincher y yo.
Sonó una notificación de mensaje en mi celular. Recordé que no había revisado mensajes desde la tarde y empecé a ojear:
- Judea LOGOS: “Es que yo no entiendo ella porqué es así. Desde hace varios días le indicamos que esos logos ya estaban listos y no ha pagado aún.”
- Sandra Amor: “Jajajaja que genial!”
- Kale: “Ya revisé las fotos de hoy y pude salvar otras tantas. Creo que hoy fue un día algo tensionante para ambos. Te recomiendo que te relajes, descansa y disfruta del resto del día. Hoy hizo un calor muy fuerte. Hidrátate bien para que mañana le demos a la campaña con toda.”
- Ximena: “Hace días que no sé nada de ti. No te gustó lo que te hice la última noche?”
- Ferchito: “Amor, este fin de semana sí vamos a pasarla juntos? Mira que me has tenido muy abandonado y ya ni sé si somos novio o no. Te extraño”
- Pame: “TIOOOOOO!”.
Creo que Kale tenía razón. Hoy fue un día largo y necesito relajarme. Aparte de que hizo un calor horrible en el estudio. “¿Será muy malo si busco algo para beber en la nevera?” pensé.
Abrí la nevera y encontré una caja de cartón cerrada con una nota garabateada que decía “Un regalo para el que quiere comer carne fresca”. Entendí la referencia.
Tomé la caja con cuidado, la agité suavemente para escuchar qué tenía (admito que pensé que era una bomba) y alcancé a escuchar un leve sonido líquido entre vidrio y algo compacto que se movía en su interior. La abrí y encontré una preciosa botella de whisky junto con dos cd’s.
Miré por la ventana para ver si alguien venía, apagué las luces y bebí una copa de licor, luego me acerqué a la primera habitación que había encontrado y encendí el computador para introducir los cd’s. Serví otra copa de whisky y me la tomé como si fuera agua. Ya estaba sintiendo el mareo.
Puse uno de los dos cd’s. Y se abrió una carpeta con un único archivo .mp4, lo abrí y era un video de un hombre metiéndole la mano por el culo a un perrito de esos caresapo (los pug). Amigo que estás leyendo esto, te juro que jamás había visto tanta belleza. Ver como el ano de ese can se tragaba toda esa mano sin problema alguno, la forma como dilataba, lo inflamado que se veía, el sonido que hacía… me serví otra copa y me saqué la verga para empezar a masturbarme. Ya no me importaba si me encontraban en casa ajena y me acusaban de allanamiento, este video era oro puro.
describiré un poco más el video: la perrita era un pug, color beige claro, estaba echada en una cama, estaba boca abajo y tenía las patas de atrás abiertas entregándole su enorme ano a la mano que estaba entrando y saliendo sin dificultad. La perrita de vez en cuando miraba a la cámara y agitaba su pedacito de cola corta para luego volver a recostar su cabeza sobre la cama y disfrutar el espectacular masaje rectal que le estaba dando ese hombre. Más adelante se vio como el tipo sacó su mano completamente de ese enorme agujero, lo contemplo por unos segundos, se veía jodidamente espectacular y destruido, acercó su boca a ese montón de carne inflamada e inundado de placer empezó a chupar el roto trasero de esa hembra. Estuvo en esas aproximadamente 3 minutos hasta que volvió a meter la mano y a fistearla con fuerza.
Yo para ese punto ya sentía los tragos en la cabeza y quería otro más. Subí mis pantalones hasta mi cadera, pero no me guardé la verga, salí de la habitación con la cuarta copa de whisky en mi mano izquierda y masturbándome con la mano derecha. Iba por la perrita pincher para pegarle la cogida que jamás le habían dado en su miserable vida de perra.
La vi echada en la cama, me acerqué y le puse mi mano derecha en su hocico para ver si me iba a morder o no. La perrita olió mi mano, se puso de pie y se quedó mirándome. A esta putita ya le han enseñado a reconocer el olor de la verga de los machos humanos.
Me bebí mi cuarta copa de licor, puse el cristal en el suelo y levanté la perrita para salir con ella al cuarto donde estaba el computador mientras me iba masturbando.
Me senté en la silla del escritorio, volví a poner el video y empecé a meterle los dedos por la vagina al animalito mientras yo me masturbaba. Tenía la verga tan dura que podía jugar béisbol con ella. Sentía suavidad, la humedad y el calor de la vagina de la perrita. La hembrita me estaba dando permiso para penetrarla.
Me escupí la verga para lubricarla con mi manos, mientras le chupaba la vagina a mi pequeña compañera de la noche. Ya cuando sentí que ese coñito estaba lo suficientemente abierto para meter mi lengua, la puse en posición y empecé a enterrar mi verga. Lentamente el animalito se fue tragando centímetro a centímetro la parte superior de masculinidad.
Aunque el alcohol ya me tenía caliente la sangre y aturdido el cerebro, recordé el segundo cd. Sin dejar de follarme a la perrita con los 7 cm que le entraban fácilmente, coloqué el segundo cd y también se abrió una carpeta con un único archivo .mp4. Lo empecé a reproducir y en el vi la escena de sexo más gloriosa que jamás había visto hasta ese momento. Ni el anterior vídeo del perro era tan sublime.
Vi a un hombre, alto, joven, de cabello rojo o rubio, que tenía una sudadera holgada color gris y la llevaba hasta la cintura y creo recordar que tenía una camisa roja o vinotinto. Algo así. La parte más atractiva de toda esa escena era el bebé… ¡Si! El tipo tenía un bebé y le estaba metiendo su verga por ese culito. Escuchaba los gritos y llantos del bebé, mientras yo enterraba más mi verga dentro de la perrita quien también empezaba a llorar tímidamente.
El chico del video le daba verga a ese bebé en todas las posiciones: Encima, de lado, debajo… Simplemente lo estaba disfrutando como quería sobre esa cama. Al final eyaculó dentro del intestino de ese niño, lo desclavó y le limpió el culito untado de sangre y semen.
Evidentemente volví a repetir el video, empecé a beber whisky directamente de la botella para luego empezar a follarme a esa perra imaginando que era ese bebé del video. Llegué a un punto que estaba tan extasiado y borracho que le metí toda mi verga a la perra, que ya desde hace rato estaba chillando durísimo, no me importaba. Así me voy a follar a ese niño cuando nazca y su llanto me animará a que le destruya más el ano.
Recuerdo que varias veces sentí que con mi verga le rompía cosas al animalito en su interior, pero yo estaba ciego de placer y solo quería ser yo quien penetrara a fondo ese bebé. Luegó dejé de escuchar a la hembrita, la follé con mas fuerza hasta que por fin la preñé. Saqué mis 22 cm de su cuerpo y caí en el suelo de aquella habitación completamente ebrio y sin energía para hacer algo. Me quedé dormido con los llantos del bebé del video de fondo…
Un fuerte destello de sol me estaba pegando en la cara, me desperté asustado porque pensé que alguien ya había llegado a la casa y había encontrado semejante espectáculo que había hecho la noche anterior, pero grande fue mi sorpresa cuando al despertar me encontraba en la parte de atrás de mi carro y al lado del edificio donde vivo. Rápidamente me senté y traté de recordar todo lo que había echo antes. con muchísimo esfuerzo por el dolor de cabeza pude recordar todo lo que acabo de describir, pero no recordaba en qué momento había llegado al carro y había manejado hasta mi apartamento. Revisé mis cosas; billetera, celular, papeles de conducción, mi ropa… Todo estaba completo y en buen estado. Revisé mi pene y extrañamente estaba lavado y oliendo bien.
Miré la hora en mi celular y vi que eran las 11:13 de la mañana “¡Mierda, yo tenía que estar en la agencia a las 7 de la mañana. Kale me va a matar!” Grité furioso dentro del carro.
- Sandra Amor: “Camilo dónde estás metido? Iván te necesita urgente en la agencia”
- Luces de Cuna: “Que hombre tan pesado eres, casi que no te llevo al carro”
- Kale: “Camilo, se supone que hace 17 minutos empezaba la sesión de fotos y usted no está por ninguna parte. Sea más serio hermano y al menos diga que se va a demorar en llegar o que no va a llegar. Respete.”
Alcancé a leer en la miniatura de los mensajes de telegram.
Como pude arranqué mi carro y salí para la agencia… Entre la confusión, la rabia y el dolor de cabeza no alcancé a notar el mensaje de mi depravado amigo.
Recuerden puntuar bien, comentar, compartir y escribirme a mi telegram @carlosparrarojas0
Un abrazo.
Continúa, interesante y rica historia
No soy fan de la zoofilia pero la trama de la historia me esta poniendo demasiado caliente y la perversion es genial
Muy interesante. Continúa pronto.
porfa sigue quiero saber como acaba
Por favor, sigue con la historia porque está muy interesante! Gracias por la erección 😉
MMMM que rico espero con ansias como le va al bebito espero subas la continuacion del relato