Luego de ser penetrado por mi, tu vida cambiará por completo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Debo advertirles que este no es un relato inventado ni fantasía alguna. Realmente es una experiencia verdadera que viví yo mismo y no es que me la contaron. Como me ocurrió hace apenas 4 días tengo las escenas tan vividas en mi mente que aún tengo orgasmos al recordarlo.
Tengo 50 años de edad y soy un hombre blanco, rubio y de ojos azules; de muy buena presencia, profesional, atractivo, bien parecido, con muy buena situación económica y de buen nivel social. Mido 1,80 peso 180 libras y me mantengo físicamente bien pues asisto al gimnasio todas las mañanas pues me gusta lucir un cuerpo atlético y bien formado. Soy soltero y me siento realizado casi en todo, salvo por un pequeño detalle: nunca me he realizado sexualmente. Nunca me casé y tampoco soy gay, así que jamás he tenido aventuras sexuales, ni parejas ni compañías sentimentales de ningún tipo.
El fin de semana pasado, estaba en mi departamento navegando en Internet y como me satisfago sexualmente masturbándome, simplemente busco pornografía y lo hago, luego me quedo tranquilo y sigo con mi vida. Sin embargo el último sábado busqué algo nuevo y lo encontré, existen unos anuncios virtuales en los que las personas indican lo que buscan y otros ofrecen servicios sexuales, entre todos estos, encontré uno que decía: “Penetración anal con Gregory Garay”, al ingresar buscando información, leí que se trataba de un hombre joven que garantizaba total satisfacción al ser penetrados o penetradas por el, ya que su pene era muy especial, usaba la siguiente frase publicitaria: “luego de ser penetrado por mi, tu vida cambiará por completo”
La osadía del muchacho que escribió esto me causó gracias al principio pero luego una gran curiosidad ya que el ofrecía penetración anal tanto a hombres como a mujeres y a gays, pero el no se definía sexualmente en ningún momento.
Mi curiosidad fue tal, que ingresé mi número de celular y un nombre falso: “Juan Carlos”. Luego de esto seguí haciendo mis cosas y la verdad olvidé por completo el tema.
Ya en la noche, mientras veía una película tranquilamente, sonó mi celular y cuando lo contesté escuché una voz muy varonil de un hombre joven del otro lado de la línea que me respondió: “Hola, soy Gregory!” yo no recordaba a ningún Gregory así que le dije: “Bueno si, pero con quien desea hablar?” y el respondió muy resuelto: “tú dejaste tu número en mi aviso de Mundo Anuncio, yo soy Gregory Garay, el de la Penetración anal efectiva”, yo me puse nervioso, no esperaba obtener ninguna respuesta y le dije: “y que más?” “nada,” respondió el, “dónde quieres que nos veamos?, tienes algún lugar o prefieres ir a un hotel?” yo le dije muy tenso: “Mira, disculpa, pero no pensé que contestarías, en realidad no creo estar preparado para este tipo de cosas” y el me respondió con una seguridad que francamente me desarmó: “Mira, yo se que esto es un poco preocupante y que no sabes quien soy yo y que piensas que podría ser un delincuente, en fin, lo que te propongo para que no te quedes con la duda y con las ganas, es que nos citemos en el lugar que tu elijas, yo iré vestido con jeans ajustados, y una camiseta negra con cuello, zapatos tenis negros y soy de piel morena clara, pelo ondulado negro, ojos negros, boca bonita –según me dicen- y no soy alto, apenas mido 1,69 cts., si no te gusta lo que ves simplemente tu vas, si te gusto tu te me acercas en el momento que quieras o me haces una señal para saber que eres tu”, me pareció que el chico tenía razón, si cerraba el teléfono me quedaría con la duda toda la vida y si iba y no me agradaba simplemente daba media vuelta y me iba y el nunca me conocería. Le di cita en una hora en la gasolinera Mobil de la avenida Orellana, y aceptó.
Me duché y vestí tan rápido para llegar antes que el y poder verlo llegar; y en menos de media hora ya estaba yo frente a dicha gasolinera esperándolo y luego de otros treinta minutos más, llegó un auto Renault color vino, se parqueó al pie del mini market de la gasolinera y salió un hombre joven con la descripción de Gregory Garay me dio, no mintió en lo absoluto, era bajito, trigueño, su boca era muy bonita, su nariz respingona, sus ojos rasgados y en conjunto tenía una cara muy simpática, como de niño bueno. Lo que no me había dicho es que era un poco gordito, no tanto pero si un poquito, pero no le quedaba mal esa leve gordura porque era lo que se llama: “bien repartido”, caderón, muy nalgón y de piernas gruesas, lo que hace muy sexi a un hombre, sobre todo cuando es joven como este que máximo habrá tenido unos 30 años. Lo que no encajaba es el tema de su tan promocionado pene, ya que en el aviso decía que tenía uno del otro mundo y no lograba notar un paquete que me sugiriera eso, pese a que el jeans que llevaba puesto era sumamente apretado al punto de que le marcaba un culo increíble.
Lo que vi fue un chico de clase media, común, nada peligroso y hasta simpático, aunque no era ninguna belleza, no se parecía a Tom Cruise ni a Ben Afleck ni nada por el estilo y me abordó una duda: cómo un muchacho tan corriente puede dárselas de garañón o de semental y más aún de que le cambiará la vida al hombre o a la mujer a la que penetre con su fabuloso miembro?
Creo que más me acerqué a el por esa curiosidad que porque el me impactara favorablemente, porque en honor a la verdad, yo era más guapo y pintero que el.
Finalmente entré a la gasolinera, puse gasolina, lo quedé mirando, el a mi, le hice una señal disimulada y el comprendió, luego salí de la gasolinera y el caminó hasta la acera de enfrente en donde lo recogí sin que nadie notara nada extraño.
Cuando subió a mi carro me dijo sonriente: “Hola, yo soy Gregory Garay” le di la mano y le dije: “Y yo Juan Carlos”, rodamos en mi auto un rato mientras nos terminábamos de conocer y le dije: “tu vas ha disculparme pero, cómo es que publicas en Internet un aviso en el que te pones como un dios griego por lo hermoso, cuando en verdad no lo eres, no te digo que seas feo, pero tampoco eres como para perder el sueño!” el sonrió muy tranquilo, encendió un cigarrillo y me dijo otra vez con la misma seguridad de antes: “Mira Juan Carlos, yo no puse nunca en el anuncio que era Brad Pitt, simplemente puse: luego de que te penetre con mi poderosa verga tu vida cambiará por completo”, en realidad eso era lo que yo vi, lo que pasa es que al leer eso asumí que se trataba de un modelo de pasarela o algo así, pero en fin, ya estábamos embarcados, el muchacho no lucía peligroso así que le dije: “Sabes que, te llevaré a mi departamento porque me has inspirado confianza” el sonrió y dijo: “Eso solo es el principio, ya verás”
Si bien no lucía como un actor italiano de películas porno, la verdad es que su seguridad y simpatía si eran impresionantes, incluso lo encontré muy “lindo” en términos dulces por la manera de ser y parece que el lo sabía porque cada paso que daba lo hacía con el fin de que uno descubra “aquella belleza escondida en el”
Ya en mi casa nos servimos unos tragos, fumamos, escuchamos música y conversamos mucho, me contó que trabajaba en un canal de televisión, que era soltero, que había tenido muchas enamoradas pero que no le había ido bien con ellas, que prefería ser libre y que le gustaba tanto tener sexo que se lo hacía a hombres a mujeres y a gays por igual porque le gustaba brindar placer, pues era muy generoso.
Le pedí que vayamos a mi dormitorio para conocerlo mejor y accedió, ya en la cama, abrí su camisa y toqué sus masculinas tetillas y noté como se endurecían enseguida al tacto, luego bajé mi mano por su barriga gordita hasta que llegué a su paquete y lo agarré para descubrir cual era la maravilla de la que el se jactaba tanto, con mis caricias, noté que su miembro, que había estado totalmente flácido, comenzó a endurecerse y crecer pero no podía definirlo bien ya que el jeans era demasiado apretado y esto impedía notar bien formas, así que le bajé el cierre mientras que el acomodó una almohada debajo de su cabeza, puso sus brazos cruzados detrás de su nuca y adoptó pose de divertirse viéndome descubrir su maravilloso miembro.
Cuando bajé totalmente la cremallera del pantalón descolorido, metí mi mano y sentí un gran bulto pero estaba aprisionado por un calzoncillo igual de apretado que el jeans, así que con dificultad traté de liberar al pene del chico para sacarlo por la abertura del cierre abierto del pantalón y conocerlo al fin pero eso era totalmente imposible puesto que este pene ya estaba demasiado duro y no lograba salir ni del calzoncillo ni por la abertura del pantalón, yo comencé a impacientarme porque comprendí que realmente si había algo de extraordinario en el muchacho, lo que pasaba es que era un misterio, ya que no lograba sacar este miembro para verlo! Totalmente intrigado, abrí el cinturón para luego desabotonar el pantalón y al tratar de bajarlo me encontré con que el jeans se atoraba en las caderas del chico porque ese pantalón debía ser por lo menos dos tallas menos que las de el!
Desesperado me senté junto a sus caderas y le dije que eleve su pelvis para poder bajarle el pantalón, el así lo hizo pero sin inmutarse siquiera, seguía con los brazos detrás de su nuca y tenía dibujada una leve sonrisa picara en su carita, una sonrisa que decía: “ya ves como te estoy gustando?” cuando Gregory elevó su pelvis y yo pude al fin bajar con esfuerzo el pantalón que aprisionaba las caderas y piernas del joven noté que a la altura de los muslos también se atoraba porque eran muy gruesos, casi irritado le terminé sacando el pantalón por completo y luego aquel calzoncillo bikini tan apretado que no me permitía ver el pene prometedor del chico, cuando retiré el interior, debajo de el estaba la verga más impresionante que había visto en toda mi vida!, era un pene tremendamente grueso, y al dejar de estar aprisionado comenzó lentamente a elevarse hasta quedar completamente parado apuntando hacia el techo del dormitorio, yo estaba realmente fascinado con esto, lo agarré con mi mano izquierda y sentía el tremendo grosor de la verga, además de que estaba muy caliente, como si fuera a explotar! Me quedé maravillado sintiendo toda esa cantidad de carne deliciosa en mi mano que ni queriendo lograba cerrarse alrededor del tronco porque era demasiado gordo y susurré casi idiotizado:
“que belleza carajo”, subí mi mano acariciando este pene maravilloso hasta que llegué al glande y si antes me había quedado sorprendido, ahora mi boca se hacía agua porque la cabeza de la verga de Gregory era enorme y de un hermoso color rosado, estaba circuncidado y era en suma una escultura porque sus formas aparte de ser muy grandes, eran perfectas!, el tronco era moreno, igual que sus testículos y tenía muy pocos vellos porque Gregory era lampiño, las bolsas caían enormes sobre la parte superior de un par de piernas gruesas y muy sensuales que aunque estaba separadas se unían en esa parte intocable de los hombres a la que se llama: “la tierra de nadie”, encerrando el mayor tesoro que guarda un macho de verdad: su ano.
Yo debo haber tenido una cara de estúpido admirando esta pieza, con la boca abierta y salivando como si tuviera al postre más delicioso frente a mí, porque Gregory sonreía complacido al ver las reacciones que producía en mí su bello y apetitoso miembro.
Entonces decidí colocarme entre sus gruesas piernotas y el trató de separarlas lo que más aunque era muy difícil ya que sus dimensiones eran impresionantes, era como tener en mi cama al Diego Armando Maradona en sus años mozos, me recosté entre sus piernas y mi cabeza quedó a la altura de su pene, entonces sin dejar de agarrarlo, sentir su dureza, su grosor, y su calentura, abrí mi boca cuanto pude y me metí aquella hermosa cabezota dentro, la chupé fascinado y luego la solté produciendo un sonido excitante, como cuando uno se retira un enorme chupete de la boca, su sabor era deliciosamente saladito y su aroma embriagante por completo pues se mezclaban los aromas del macho rudo y del jabón antibacterial que usó al bañarse, mamé ese pene durante tanto tiempo que terminé con dolor en las mandíbulas pues aunque era muy grueso yo quería devorarlo por completo y no me importaba las arcadas que me producía, solo quería tragármelo entero, chuparlo, lamerlo mamarlo una y mil veces porque si la verga era una delicia, también era placentero ver como el muchacho gemía apasionadamente por el placer que mis mamadas le producían, entonces le dije algo que sonó a súplica:
“culéame” Gregory Garay me dijo: “si te culeo yo te mato, porque tu culo no soportará mi gruesa verga, mejor siéntate lentamente en mi pieza y te la vas introduciendo tu mismo lentamente, es por tu propio bien loco, para no partirte el ano”, la verdad es que el chico tenía razón, claro que si el me hubiera violado con semejante portento de pene yo me hubiera dejado tranquilamente, no me había importado que me desgarre el ano con tal de sentirme suyo, pero su idea no era mala, así yo manejaría la situación y me tragaría poco a poco esa delicia.
Me desnudé por completo y me paré sobre el con mis piernas a cada lado de su cintura, bajé lentamente abriendo mis piernas como si fuera ha hacer sentadillas, sujeté el vergón con mi mano mientras que Gregory me ponía saliva en mi ano para lubricarme y luego sentí aquella cabeza de verga suprema en la entrada de mi culo, como si me diera un beso con aquel glande fabuloso, yo sentía desesperación porque ingrese en mi culo y bajé mi cuerpo de manera que entró ligeramente estirando mi ano y dándome un placer fabuloso, así que bajé mas mi cuerpo hasta que la cabeza ingresó por completo pero ahí si sentí que el ano dolió un poco y me detuve, solo logre detenerme unos segundos porque al pasar el dolor quedó una sensación tan placentera al tener aquel bolón de carne incrustado en mi culo y mi anillo rosado sucumbir ante el volumen de semejante falo, sentía delicioso, me mordía mi labio inferior, me puse de rodillas para poder dominar más la situación y sobre todo para poder continuar devorándome ese pene majestuoso y sin razonarlo más, porque lo único que quería era ser de este muchachote por completo, saber que yo le pertenecía, saber que el era también mío, que su pene estaba dentro de mi, terminé de sentarme y de tragarme toda aquella suculenta pieza de gruesa y rica carne morena, grite algo, sentí que me moría, me detuve en seco asustado porque era demasiado grande como para resistirlo adentro pero tampoco quería sacármelo, no, por nada del mundo!
El chico que hasta entonces había dejado que sea yo quien maneje la situación mientras que el solo me contemplaba sonriente, tomó acción, de pronto me agarró de la cintura y me dijo con autoridad y voz varonil pero dulce a la vez: “tranquilo, toda esa pieza va ha ser tuya, pero tranquilo”, entonces subió sus manos por mi vientre, hasta llegar a mi pecho y agarró mis pezones entre los dedos índice y pulgar de cada una de sus manos acariciándolos y pellizcándolos suavemente, sólo yo puedo decir lo que sentí entonces: mientras estaba prácticamente atorado por aquella gruesa estaca de carne, sentía descargas eléctricas en mis pezones y estas descargas invadían todo mi cuerpo, relajándome por completo, mi cintura y mis caderas comenzaron a moverse poco a poco permitiendo que el pene continuara ingresando mientras que el recto se abría para darle paso, no se que me pasó pero perdí el juicio de repente y comencé a mover el culo como una licuadora con aquella vergaza adentro y gemía enloquecido: “así, así papacito, culéame, párteme en dos, mátame con tu huevote, que rico” y el joven culiador simplemente se limitaba a mover su pelvis para arriba y para abajo, pegándome una culiada majestuosa como si fuera una máquina de coser, me ensartaba su tolete gigante una y otra vez sin dejar de agarrarme los pezones y volviéndome loco por completo.
Estuve en este trance no se que tiempo pero de pronto sentí que de mi pene salía disparado un chorro de esperma caliente, y otro y otro, y otro, y otro más, al mismo tiempo que mi ano se comprimía con cada chisguetazo aprisionando semejante falo grueso y ordeñando al muchacho que dejó de coger mis tetillas para agarrarme de la espalda y atraerme hacia el con fuerza de gorila, levantó su pelvis una y otra vez con el fin de enterrarme hasta la misma raíz su estaca poderosa de carne y descargó en mi interior un mar de leche calida y espesa mientras que me besaba con lujuria y me mandaba su lengua al interior de mi garganta como tratando de encontrar la cabeza de su verga dentro de mi.
Nunca en mi vida me he sentido tan lleno por dentro, tan dominado, tan poseído. Una vez que los dos eyaculamos permanecimos abrazados y en la misma posición largamente hasta que poco a poco el fue retirando su verga ya semi dura de mi anillo de carne, dejándolo inflamado y enrojecido.
Dormimos un rato y luego nos duchamos, yo no podía dejar de contemplar la cara de este hermoso chiquillo trigueño, era precioso, que cara más linda, que sensualidad tan generosa y desbordante, que varonil y experto culiador que resultó!, no se como no me di cuenta antes de su belleza, realmente era un hombre precioso y yo no podía dejar de besarlo y abrazarlo, luego de la ducha nos vestimos y saqué todos los billetes que tenía dentro de mi billetera, todo se lo di, nada era suficiente comparado con el placer que este muñeco me brindó, lo fui a dejar a la misma gasolinera sin dejar de agradecerle por haberme hecho el amor de una forma tan deliciosa y suplicarle que nos volvamos a ver puesto que yo quería repetir mil veces aquella maravillosa culiada, el me dijo que no me preocupe, que nos veríamos cada vez que yo quisiera y se bajó de mi carro, me quedé triste mirando como caminaba hacia su auto con un andar tan varonil, vestido con esos jeans tan sensuales que escondían su portentosa virilidad y aún sentía temblores en mi cuerpo por la tremenda culiada que me propinó hace tan solo unos minutos atrás.
De regreso a mi casa no podía quitarme de la cabeza a Gregory al tiempo que sentía mi ano completamente abierto, además, me latía apasionadamente, comprendí que en verdad, ni mi ano, ni yo, jamás volveríamos a ser los mismos, después de haber sido culiado por Gregory Garay, cuan autentica era la promesa que consta en aquel aviso: “Penetración anal con Gregory Garay, luego de ser penetrado por mi, tu vida cambiará por completo”
FIN
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