Maduro, probé con otro hombre y me gustó
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Desde adolescente me gustaban las mujeres, tuve varias novias cuando era estudiante y pasando los 20 años me junté en unión libre con una mujer 8 años mayor que yo. Todo fue maravilloso disfrutábamos al máximo del sexo. Esa linda y extraordinaria mujer me inició en los placeres anales, en ocasiones, me acariciaba el ano con sus dedos, me lo lamía con la lengua y en ocasiones me metía sus vibradores. Todo eso yo lo disfrutaba de maravilla, e inclusive me llegó a proponer que invitáramos a un tercero, para mamarle la verga y que me la clavara por el culo, frente a ella. Nada de esto, último, pasó y unos años después nuestra relación terminó. Entonces yo me fui a vivir sólo a un departamento que adquirí en renta. Seguía saliendo con mujeres, pero cada día era más fuerte en el deseo de probar una verga.
Fue así como en una noche de viernes decidí realizar mí gran deseo de que otro hombre me ensartara su macana por el ano.
Ese día miré en el periódico un anuncio que sólo de leerlo me calenté decía: se brinda el servicio de masaje hombre para hombre.
Desde temprana hora me empecé a alistar, para vivir la gran experiencia de que por primera vez me cogieran, como cualquier marica.
Fui a una tienda de juguetes sexuales para adultos.
Compre unos condones de sabor y lubricante para el ano.
Después pasé por una tienda de venta de vinos y compre una botella de vino de tequila de exportación y unos cuantos refrescos.
Avanzada la tarde me metí a bañar a arreglarme un poco, me recorte muy cortito todo el vello del cuerpo y de manera total las axilas, bigote, las nalgas y pies.
Al terminar me dispuse hablar a teléfono de anunció en el periódico.
Una señorita muy amable me atendió.
Yo le di a conocer mi pretensión y ella me preguntó que si quería sólo el masaje deun muchacho apuesto o que si también deseaba me penetrarán el trasero.
Pues como era mi ardiente deseo de probar una macana por el chiquito, pues le dije que deseaba también que me clavaran; le di mi dirección y acordamos que las 11 de la noche estaría en mí departamento.
Desde momento me sentía muy caliente y ansioso; así empecé a arreglarme muy gays, sexy y atrevido.
Recogí totalmente con fijador mi pelo negro rizado, me saqué la ceja y delineo en una franja muy delgadita remarcada con lápiz café.
Me enchine las pestañas y fue lo único que me hice en el rostro.
Una gargantilla negra en el cuello, me porté una camiseta negra sin mangas corta hasta el ombligo, una tanga negra de hilo dental que se me metía y perdía entre mis nalgas rasuradas y al frente un corte en forma de corazón que así apenas tapaba mi pene, un schors azul de mezclilla a la cadera muy ajustado y corto que dejaba ver, un poco, de la parte baja de mis pompas, unas sandalias negras tipo playa de 3 agujeros de correas muy delgadas para lucir mis del 6 estéticos, alargados y escrupulosamente arreglados, de adorno una pulsera negra en el tobillo izquierdo, me miré al espejo y me gustó aquella personalidad de homosexual obvio, ahora mi caminar, hablar y actitud eran en congruencia con el joto en que había transformado, para la ocasión.
Un poco de perfume a todo mi cuerpo.
Prepare la sala del departamento muy limpio y un colchón matrimonial en el piso, para recibir el masaje .
una luz roja tenue, música relajante y en la televisión un vídeo gays.
A las 11 en punto sonaron el timbre del departamento; yo con cierto nerviosismo me apresure a abrir y dar el pase a a que joven apuesto de unos jims de mezclilla, camiseta deportiva y teniz blancos.
Nos saludamos, le ofrecí un vaso con un poco de vino y yo hice lo propio para relajarme.
Me indicó que me quitara la ropa para quedar sólo en la chitanga negra transparente de hilo, el hizo lo mismo se desnudo, para quedar sólo en una tanga roja que le permitia se le marcara el gran bulto de su pito sin ereccion me colocó boca abajo y brazos extendidos y el sentó sobre mis piernas descansando su tolete cerca de mis nalgas.
Así desde los hombros hasta mis pies me recorría con sus grandes y hábiles manos, poco a poco centro su masaje en mis nalgas y con el hilo de la tanga acariciaba mi agujero oscuro, enseguida me quitó la tanga y con un dedo, luego con dos me acariciaba el fundillo, yo de manera receptiva, muy ardiente como todo un puto consumado disfrutaba de sus caricias y me dejaba someter.
Me indicó pusiera boca arriba se quitó la tanga y suavemente se sentó sobre mis pechos, de esa manera me dio en la boca a probar su pito que se empezaba a poner erecto lo puso entre mis labios carnosos mamadores y me ayude con una mano, para meterlo y sacarlo con suavidad de mí boca y chupar ese rico caramelo que cada vez crecía más.
Mis instintos sexuales estaban al máximo.
Y le pedí que favor ya me lo clavara.
El insinuó mi pregunta y me volvió a preguntar en verdad señor quiere que meta esta enorme riata.
por el trasero? Y le contesté; claro nene quiero que me claves tu enorme verga por mi cola caliente.
Me arrodillé empinado de a perro y pare mis nalgas ofreciéndole mi ano ardiente.
El se colocó un condón, me puso lubricante en mi yoyó, luego con una mano me apunto su enorme pitón, lo puso en la entrada de mi horno y con suavidad lo fue empujando hasta el fondo.
Al principio me dolió, peto después eso fue placer al estarme bombeando el ojete, en el mete y saca.
Yo sentía de maravilla y cada vez le pedía más, más y más que me la clavara hasta lo mas profundo de mi culo.
El me daba con maestría con sus dos manos acariciando mis grandes nalgas rasuradas, me decía: que rico agujero negro tiene, se le va toda, cabrón puto, le va s encantar la riata, se va a enamorar de la verga, va a ser un pinche maricón.
Yo le decía: si mijo, que importa, eso es lo que quiero, dame más fuerte lindo bebe.
así, así, así, más fuerte que rico me cojes chiquito, hermoso, no pares.
es lo que quiero que me den verga, así de lo mas lindo, por mí chiquito, claro que me gusta, me encanta hermoso debe.
Sin sacármela, me puso boca arriba, el incado, y yo, abierto con las piernas abiertas, estiradas apoyadas en sus hombros.
Así me la ensartaba todita, y yo gozando de lo más lindo.
Me la sumía, una y otra vez, hasta el fondo.
me agarra de las nalgas y así me ka encajaba de manera deliciosa.
De lo mas rico así me la encajaba en mi cola sin celos, que y se había acostumbrado s esa enorme, a la que se abría muy generosamente para disfrutarla por mi cañito oscuro.
De momento sentí las en las embestidas que el chico ya se iba a venir.
Y le pedí me hechara su semen en la boca.
Así de momento grandes chorros de leche calientita se esparcían por los labios de mi boca y yo DBA el gran paso a la mariconeria que tanto me encanta y que disfruto en diferentes variedades.
Gracias por leerme amores y si les gustó.
Posteriormente les compartiré otro relato caliente de mis experiencias.
Qué se sintió sentir a un hombre dentro tuyo? Te gustó más que te penetrara o chupársela?