MADUROS.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ariez96.
Su casa quedaba en la zona sencilla del pueblo pero era acogedora y limpia, el café y el pan recién comprado me pareció muy rico. Música salsa sonaba bajito en su equipo y me invitó un ron q cayó muy bien a esa hora, la conversa fluída continuaba, él, expescador, tenía innumerables anécdotas q contaba con gracia. Yo no tomo mucho, cada vasito de ron q yo terminaba eran dos q el ya había acabado, pronto estaba sazonado y se levantó a bailar una salsa q le gustaba, me jaló del brazo y me hizo levantar para bailar con él, pero me dió risa su payasada y solo sonreí. De pronto así parados me miro fijamente y me dijo "me gustas" y besó mi mejilla, quedé perplejo pero pensé también q a los morenos les gusta la piel blanca, no me considero blanco, soy cholo peruano, pero varias veces me han dicho q soy colorado, me gusta hacer ejercicio así q de cuerpo, si bien no era un adonis de ébano como él, no estaba mal. Su seducción siguió me besó el cuello, desabotonó mi camisa y besó mi pecho y al llegar a mis tetillas peludas noté q se exitó, pegó su cuerpo al mío y frotó su bulto contra mi bragueta, yo estaba a mil pero me controlaba, no sabía q seguiría, más pronto sentí su mano gruesa y caliente sobar mi ombligo y bajar, sus dedos tocaban mis pendejos bajo el jean, se sentó en una silla y me atrajo, desabrochó mi correa, bajó el cierre y dirigió su rostro a mi bulto oliéndome, subió la mirada y me sonrió, y lentamente me bajo el calzoncillo, mi pene es normal pero grueso y saltó a su boca, y lo besó con sus gruesos labios, ufffff, era delicoso tener así a este macho, machazo. Se engulló todo y subiá y bajaba su cabeza rítmicamente produciéndome gran placer.
Sabiendo lo q seguía lo incorporé y le dije "nos duchamos?", me respondió afirmativamente y me enseñó el baño, me desnudé y dejé q el agua tibia me cayera, al instante lo ví en la puerta del baño, era un moreno esplendoroso, algo velludo, de muslos gruesos, pies y manos grandes y una verga negra y grande, como todo moreno jaja, rodeada de pendejos pequeños ensortijados a su alrededor, su bolsa escrotal también era oscura y peluda, estaba erecto al máximo. Entró a la ducha y me besó, nuestros penes se tocaban y botaban baba, me empezó él a enjabonar el pecho, el pubis, la verga, éramos fierro los dos, agarré ahora yo el jabón y le enjaboné la espalda, sus nalgas grandiosas y entré entre su raja a jabonarle su huequito, sabía q pronto estaría allí mi boca. Nos enjuagamos, sonriendo, nos secamos y, siempre con el fondo salsero, nos echamos en la cama, sus besos eran ricos, sus labios gruesos me gustaban, su lengua entraba y salia de mi boca, mis manos acariciaban todo de él. Otra vez dirigió su boca a mi pene y me hizo una chupada q casi me hace eyacular. Sabía q ya era el momento así q levanté sus piernas fuertes y dirigí mi boca a su ano q estaba rodeado de pelitos ensortijados, su ano negro era delicioso, y a cada lengueteada mía el gemía y se desesperaba. Yo no estaba preparado, no tenía lubricante, así q fuí al baño y me enjaboné profusamente la verga, rápidamente levanté otra vez sus piernazas,
le puse la almohada debajo y dirigí mi cabezón a su huequito, despacio, lento, entraba rico, él gemía, seguía suave entrando mas y mas hasta q pronto le empalé todo, el me dijo "papi, eres mi papi" y empezé ese mete- saca q hace deliciosos estos momentos, él gemía y decía q me amaba, puse las plantas de sus pies sobre mi pecho y fué rico sentir sus plantas blancas acariciar mis tetillas, bajé un poco la cabeza y mordisqueé suave su dedo gordo y gimió fuerte, lamí el sgte dedito y el sgte y el cada vez gemía mas fuerte, definitivamente eso le gustaba, hize lo mismo con su otro pie hasta q sentí su ano ajustar fuerte y un chorro de semen brotar hasta su cuello, luego otro q cayó en mi boca y sentí su sabor y lo caliente q estaba. pronto un orgasmo me empezó a nacer, muy fuerte, muy intenso, mientras él seguía eyaculando, y pronto yo eyaculé, gemí fuerte pero corto y él movía su cabeza lateralmente como poseído sin dejar de eyacular, era una máquina de leche, su pecho, mi pecho, mi barriga, todo estaba mojado con su semen y ese olor fuerte inundó la habitación. Lo poseí, le dí placer, sentí q en esos momentos nos queríamos y nos abrazamos así fuerte, sus piernas entrecruzadas sobre mis nalgas me hacían sentir suyo tanto como él era mío.
Esto fué el inico de una gran y secreta amistad, vinieron muchos sunset juntos y muchos orgasmos juntos también.
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