Malandro y barco atunero III.
Soy Tito el de los zapatos con los militares. Sigo contando mis aventuras cuando era adolescente, era adicto al sexo y sobre todo a la leche. Aquí relato dos de los hechos más resaltantes en mi vida de puto, aunque hago una pausa de mi emburramiento (como decían ellos) con dos pescadores, padre e.
Soy Tito el de los zapatos con los militares. Sigo contando mis aventuras cuando era adolescente, era adicto al sexo y sobre todo a la leche. Aquí relato dos de los hechos más resaltantes en mi vida de puto, aunque hago una pausa de mi emburramiento (como decían ellos) con dos pescadores, padre e hijo, por el que a cambio me regalaron una bolsa llena de pescados.
Una trampa deliciosa
Me desperté al día siguiente, hice mis quehaceres, hice desayuno, limpié la casa y cuando se levantaron mis primos, cada uno me apretó mis nalgas. Me metí a bañar, me metí el gotero para lavarme después que hice pupu.
Sali a las 5.20 vi a ferris y me senté en la arena, ya el sol se metía y miraba el barco donde gocé. Como a los 15 minutos vi a alguien que venía, era Andrés el machote que más me gusto. Lo vi más bello.
Hola carajito, como estas. Llegaste antes de la hora y no puedes subir aun, el capitán aun anda en el barco.
Me tocaba la espalda y me la acariciaba, llegaba a la altura de mis nalgas.
Tienes un culito bello carajito, anoche no podía dormir recordando cómo te cogí, ¿te gusto?
Sí, me gustó mucho señor. Usted me gusta mucho. Me eche hacia adelante y levante mi culito, lo que aprovecho Andrés para tocarme el hoyito.
Lo tienes maltratado, crees que podrás follar hoy.
Sí señor lo quiero
Para provocarme se puso de espalda al barco y aprovechando la soledad de la playa se sacó su macana negra. No me importo nada y me fui a mamársela, algo que sorprendió a mi hombre, pero solo fueron segundos.
No carajito, estás loco, aquí nos pueden ver.
No me importa, es que usted me gusta señor, usted me besa rico.
Aguanta carajito, me decía mientras seguía diciéndome cosas y ya faltando 5 minutos se vio una luz.
Ya está, ahora sí carajito, el capitán se fue a dormir. Vamos. Me pare y me apretó las nalgas.
Bebé, hoy quiero que te tragues mi leche y luego cuadramos para llevarte a casa de mi amigo, porque quiero pasar una tarde reventándote ese bello culito, ¿quieres bebé?
Sí señor, usted me gusta mucho, me gusta cómo me coje y me besa, pero… ¿y su amigo también me va a follar?
No sé, pero si él quiere vas a tener que complacerlo para que nos siga prestando el cuarto los días que estaré en tierra firme. Quiero que cuando regrese me esperes, quiero seguir gozando este rico culito.
Sus palabras me tenían excitado, quería que me follara allí mismo. Subimos al barco y cuando ingresamos al salón, estaba un señor gordo, de bigotes con los brazos cruzados.
Que es esto marino, quien es este niño que traes. Con que permiso subes a desconocidos al barco.
Disculpé capitán, pero él tenía ganas de conocer cómo era un barco y no le vi nada de malo, pero si usted quiere lo bajo.
No, tranquilo, pero antes ve a comprar una botella de licor y una bolsa de hielo. Yo te esperare con el niño en mi camarote.
Los ojos del capitán me miraban con lujuria, mientras mi amante ponía cara de molesto.
El capitán me dijo, ven carajito, conocerás mi camarote.
Entre, había una cama grande era bonito su camarote.
Siéntate en la cama, me decía a la vez que me preguntaba, ¿cómo te llamas y que edad tienes?
Carlitos señor, me dicen Tito y tengo 14 años.
Me miraba, comenzando a pasar su mano por mi cara. Eres muy lindo carajito, blanquito y tienes unos ojos lindos.
Gracias, señor, le contesté a la vez que agachaba la cabeza viendo cómo me miraba con lujuria.
A ver, conoces a Andrés, de dónde.
Ayer lo conocí señor con otro amigo de él.
Ok, y que pasó ¿te tocaron, te hicieron algo?
Yo no sabía que responder, el capitán comenzó a tocarme la espalda y de repente sujetándome la cara, me dio un beso, metiéndome la lengua.
Su aliento sabía a licor y su bigote me hacía cosquillas, me sentó en sus piernas mientras me besaba, sus manos tocaban y acariciaban mis nalgas.
Estás muy lindo carajito, me gustan así blanquitos, ¿has mamado guevo, alguna vez?
Asentí con la cabeza, mientras el capitán comenzaba a desabrocharse el pantalón mostrándome su pene, pequeño pero su cabeza parecía un hongo.
Mámalo carajito, trágatelo todo, me decía acercando su verga a mi boca.
No tuve problemas porque he mamado grandes guevos y este no fue problema de tragármelo todo, abrí la boca empezando a mamarle aquella tiesa verga, mientras el capitán sujetaba mi cabeza a la vez que impulsaba su pelvis y con sus manos empujaba mi cabeza para que me la tragara toda.
Bufff carajito, eres un experto mamas sabroso, mejor que las putas. Espero que tu culito sea tan rico como tu boca.
Yo seguía mamando y al rato el capitán me dijo a la vez que me sacaba de su tiesa polla, Quiero ver ese culito, debe ser lindo como tú.
Me puse en 4 en la cama y el capitán me bajo el short, estaba sin interior porque quise venir ya preparado de casa.
Bufff que culito más rico. Pero tienes la flor hinchada, ¿Andrés ya te cogió?
Sí señor, ayer me cogió, le contesté.
Coño te dio bien duro porque lo tienes brotado, epro mejor así y de una metió su lengua en mi culito. Pare mis nalgas y el me daba suaves nalgadas, mamaba culo rico. Me lo escupía a la vez que me decía, Voy a cogerte carajito, aguanta sí…
Abrí mis nalgas con las manos, mientras el capitán comenzó a meterlo. me dolió un poquito porque su cabeza era muy gruesa.
¡Ayyy señor! Gritaba notando como me iba introduciendo su verga por el culo.
Tranquilo carajito, ya entro, ya la tienes toda dentro, ¿te gusta? Me preguntaba a la vez que tiraba de mi sujetándome por las caderas, para que su verga me llegara a lo más hondo de mis entrañas.
Después de hincarme varias veces su verga en lo más profundo de mis entrañas, comenzó a darme sin contemplaciones, ya no me dolía, su pene era muy grueso pero muy corto, varias veces se salió. No aguantó mucho y enseguida me llenó el culito d leche.
Bufff carajito, me hiciste gozar, tienes un culo hermoso. Puedes venir mañana si quieres, pasas directo a mi camarote, que te tendré un regalo bueno.
Está bien señor, vendré mañana si usted quiere, pujé un poco y la leche del capitán comenzó a salir de mi hinchado culito.
Bufff que rico, estás botando mi leche carajito.
Al terminar de salir, le pedí el baño para limpiarme. Luego de limpiarme un poco, el capitán me beso y salimos del cuarto y allí estaba mi mulato hermoso esperándome.
Ya lo hizo gozar señor, ¿es complaciente este carajito verdad?
Sí marino, este carajito es lo mejor que has traído al barco, es mejor que mañana venga otra vez. Lo tratas bien ok.
Tranquilo capitán que este carajito nos pondrá a gozar a todos.
Me abrazó llevándome al camarote grande donde ayer me cogió junto a su compañero.
Hoy vas a gozar más que ayer bebé, ya verás la sorpresa que te tenemos preparada. Recuerda que quiero llevarte a casa de un amigo y estar a solas contigo, ¿ok carajito…?
Sí, yo también quiero estar contigo, usted me besa rico.
Entramos y Adalberto estaba en interior, estaba completamente erecto.
¡Uyyy carajito me tienes cachuo! Estás más rico que ayer, me decía a la vez que se quitaba el interior quedándose completamente desnudo.
Una vez quedó completamente desnudo, vi cómo su erecto guevo estaba baboso, a lo que me dijo: Ven carajito, chúpalo rico como ayer.
Ponlo a mamar compa, que ya viene cogido, el pervertido del capitán se nos adelantó y se lo tiró en su camarote.
¡Verga! Pero el capitán siempre quiere ser el primero…
Me saqué el guevo de la boca y les dije, él lo tiene pequeño, solo me dolió un poquito porque lo tiene muy cabezón, me gusta más el de ustedes.
Ven carajito, hoy haremos algo diferente. Me llevaron a una mesa pequeña, me acostaron de espaldas quedando con la cabeza colgando, lo que aprovecho Adalberto de volver a meterme el guevo en la boca, me ahogaba, en aquella postura me entraba demasiado la verga de Adalberto, mientras que Adalberto me metía su guevo en la boca, Andrés levantando mis piernas, apuntó su guevo y poco a poco me lo fue metiendo por mi abierto e hinchado culito.
Estaba gozando con estos dos machos. A los cinco minutos cuando estaba en pleno goce sentí una bulla, levanté la cabeza, viendo como tres hombres entraban en el camarote donde me estaban cogiendo. Sentí miedo y a la vez morbo.
Oye compa, que preciosura de carajito, blanquito y mira que culito más rico tiene. Espero que nos aguante a todos.
Coño, sí porque desde que singue a la mujer del bar no lo he metido y hoy me desquito con este carajito, decía un segundo marinero de los que acababan de entrar.
El de más edad de los que acababan de entrar, decía, coño, pero crees que este carajito aguante con los 5…
Tranquilos les decía Andrés, solo tenemos que tratarlo muy bien para que vuelva durante los 10 días que estaremos aquí. Así no necesitamos buscar putas para coger. Os garantizo que este carajito os va a hacer gozar mucho mejor que cualquier puta que podáis encontrar, ¿verdad Adalberto?
Sí, compa, este carajito es mejor que cualquier puta, le contestaba Adalberto a la vez que llamaba a uno de los compañeros que acababan de entrar. Ven Vicente, ponte a mi lado y lo ponemos a mamar.
El llamado Vicente se puso al lado de Adalberto y luego de sacarse su verga, metió su guevo en mi boca. Era algo loco, mamaba uno y volteaba al otro mientras Andrés seguía cogiéndome por el culo.
Los otros 2 se desnudaron, mientras veían cómo me cogían por el culo y la boca, uno me pellizcaba y acariciaba las tetillas, mientras el otro no perdía detalle de la follada que me estaban dando. Aquello era Una locura, cinco hombres mayores me usaban, uno de ellos comenzó a chuparme las tetillas haciéndome suspirar y gemir a la vez que me retorcía de gusto y el otro lo imito, haciendo que me volviera loco de tanto placer como me estaban dando.
Allí estaba yo un adolescente de 14 años siendo usado por cinco machotes deseosos de sexo y tres de ellos cargados de leche por meses, usando mi cuerpo como querían.
Un marino le dijo a mi Andrés. Déjame probar ese culito compa, que se nota que le gusta. Al quitarse mi amante, el marino lo metió de una, haciéndome gemir. Al levantar la cara, uno de los marinos me la agarro y empotró su verga en mi boca. Uno a uno fueron metiendo su miembro en mi boca y mi hoyito, pero la sorpresa fue cuando Adalberto acostado en la cama con el miembro erecto dijo:
Vamos carajito móntate y cabalga en mi guevo.
Como buen pasivo complaciente que soy, montándome a horcajadas sobre Adalberto, me fui introduciendo su erecta verga y al estar dentro toda comencé a moverme mientras los demás se pajeaban, viendo como yo, un adolescente de 14 años gemía como un loco mientras aquella erecta verga me entraba una y otra vez por el culo.
Adalberto me abrazó fuerte y dijo:
A ver Williams date vida, métele el guevo junto al mío, le decía haciéndome poner de manera que mi culito quedara totalmente expuesto, pudiendo verse como me tenía clavado en su erecto guevo.
Coño lo van a destrozar compa, decía el de más edad.
Dale que este carajito aguanta, si le aguantó el guevo a Andrés, dos vergas le caben, decía Adalberto, abrazándome a él mientras me mantenía totalmente expuesto con el guevo clavado hasta los huevos.
Yo que ya estaba acostumbrado a estos hechos, ya me habían hecho la doble penetración cuando los militares, me quede tranquilo. El llamado Williams le hizo caso, aunque le costó, comenzó a meterme su pene.
¡Ayyy señor suave, me duele! Gritaba yo notando como mi culito se iba abriendo cada vez más, dejando paso a aquel otro guevo que me estaban metiendo por el culo.
Aguanta carajito que hoy te vas a ir con el culo roto para tu casa, me decía mientras me iba introduciendo su tiesa verga por el culo.
Cuando ya entró toda, Williams comenzó a darme mientras Adalberto se quedaba tranquilo. Bufff que rico se siente este culito, decía, mientras la cogida seguía. Yo chillaba y gimoteaba a la vez que me abrazaba cómo podía a aquel marino que me estaba sodomizando, cuando al ratico lo saco, poniéndomelo en la boca echando su larga y espesa corrida en ella, mientras yo trataba de tragar todo lo que podía, pues me estaba soltando una gran cantidad de leche, sí que llevaba tiempo sin descargar aquel hombre.
Otro, dijo Adalberto. Esta vez fue el viejo quien me sodomizó, dándome duro haciendo que me abrazara a él gimoteando del tremendo gusto que me estaban dando, ya gozaba este momento y todos se dieron cuenta de lo mucho que me gustaba ser follado.
Vieron compañeros como le gusta al carajito. Le gusta, decía Adalberto, vean como gime y goza estos guevos que le metemos por el culo.
Tenía razón, el placer era grande, el viejo me daba y largó su leche en mi culo, mojando el guevo de Adalberto.
El otro no se quedó atrás, nada más sacarme el guevo el viejo, me penetró, metiéndome su guevo hasta el fondo. Ya mi culo se había adaptado a recibir esos guevos ricos, ya mi hoyito estaba completamente abierto, ya no me dolía nada, solo quería que me siguieran cogiendo. El momento era digno de una película. A mi edad actual, había visto videos donde un solo pasivo de apenas 18 años (según el titulo) aguantó verga de 10 hombres de más de 30 años, negros de miembros grandes quedando al final muy satisfecho, así me estaba sintiendo yo en esos momentos.
Cuando estés por llegar, se lo sacas, vamos a bañarle la cara en leche y después que nos limpie el guevo, decía el viejo que ya me había cogido.
Yo Gemía rico, el goce era tremendo, solo faltaba mi Andrés que también me hiciera la doble, sabía que me dolería, pues Andrés tenía un guevo muy grande y grueso. Cuando estaban a punto de llegar, Adalberto me lo saco y me dijo: Siéntate en el piso carajito que te vamos a embarrar de leche.
Sentí que entraba aire por mi abierto hoyito, pero me sentía bien. Los dos comenzaron a pajearse y yo con la lengua afuera esperando mi premio, el marino fue el primero en correrse y su leche me cayó en la cara, boca y pelo. Le agarré su pene y comencé a pasarle la lengua para saborear los restos de leche. Adalberto fue más rudo, agarro mi boca y comenzó a echar su semen en mi garganta, otro de los marinos también vino y se corrió en mi boca y cara.
Andrés, viendo que yo complacía a todos sus amigos marinos, no se aguantó y dijo: Voy a follarte carajito, quiero correrme en tu culito, quiero dejarte bien preñado.
Me cargó y me monto en la mesa, comenzando a cogerme patas arriba. Este hombre era una maravilla follando, me hacía temblar de gusto cuando me cogía, me hacía tener orgasmo continuo, mi verga no paraba de soltar semen, era como un pequeño chorreo continuo, un delgado hilo colgaba de mi guevo por el que iban cayendo gotas de semen, hasta que comencé a botar grandes chorros de leche mojando el abdomen de mi macho.
Adalberto al ver cómo me estaba corriendo mientras era cogido por Andrés, decía todo asombrado, coño compa lo hiciste llegar, el carajito está teniendo un orgasmo, tiene que estar excitado de más, debe ser de tanta verga que ha llevado.
Yo quería besar a ese hombre machote negro que me estaba cogiendo, pero me rechazó el beso, por pena con sus compañeros, ya que ninguno de los otros me beso. Vi cómo se puso tenso a la vez que me decía, te preño carajito. Y de repente sus arremetidas eran más salvajes y profundas cuando de repente empezó a gritar.
Siií, siií así, así, hay que gusto, hay que gusto, gritaba mientras de su polla salían unos largos trallazos de un espeso y caliente semen los cuales bañaban mis tripas. Sentí como sus calientes chorros de esperma preñaban mi culito. Una vez terminó de correrse, saco su enorme guevo de mi abierto y dolorido culito, me aguantó las piernas y todos vieron como la leche me iba saliendo del culito, además que tenía el hoyo full abierto.
Me gustaba exhibir mi hoyito, todos lo miraban y decían que estaba rojito y full de abierto.
El de más edad de pronto dijo, ¿Aguantas otro polvo carajito…? Lo miré y le sonreí. Se acostó en la cama y me monte a horcajadas encima de él metiéndome de nuevo su guevo en el culito, comenzando a moverme. Mire a Adalberto quien de inmediato se puso detrás, metiéndome el suyo; quien no haya probado dos vergas a la vez en el culo, se lo recomiendo, al principio duele, pero después es un placer muy grande.
Me volvieron a coger, volviendo a ser follado por cada uno de ellos, aunque Andrés me hizo que me tragara su leche.
Mi culito estaba hecho un desastre, pero estaba feliz, lo tenía muy hinchado y dolorido, solo lo había tenido así cuando los militares, pero me gustaba, me gustaba mucho.
El viejo me pregunto, ¿coño carajito, desde que edad te cogen? Le dije que a los 12 un vecino militar negro de 19 años fue el primero. Cada vez que venía del cuartel me llevaba a su cuarto y pasaba hasta 5 horas en su cama. Y que muchos hombres maduros me buscaban para cogerme ofreciéndome dinero.
Ese Dia fue una tarde noche muy intensa, mucha leche trague por ambos hoyitos, pero estaba contento, aquellos machos me habían dejado muy satisfecho.
Me tengo que ir señor Andrés, le dije pues ya se me hacía tarde.
Te acompaño carajito, me dijo Andrés. Todos me felicitaron y cada uno aporto dinero para regalármelo, toma carajito te lo ganaste, espero que sigas viniendo y te dejes coger.
Miraba a Andrés con mucho deseo, era un hombre hermoso, su cuerpo, sus ojos verdes y su verga me tenían encantado.
Vamos carajito te acompaño, despídete de los muchachos que te esperan mañana. Todos se agarraron el guevo y a cada uno le di un chupón, aunque Adalberto me hizo tragármelo todo, ahogándome.
Cuando estábamos abajo, Andrés me dijo, ¿Aguantas otro polvo carajito? Tu culo me encanta.
Usted también me gusta mucho señor, sí quiero, pero… Sin que pudiera decir nada más, me mandó que callara y tirando por mí, me llevó detrás de unos porrones, me bajó el short y me puso pegado contra la pared, allí me clavó de una, aunque estaba dilatado me dolió un poco, pero ese hombre me gustaba mucho. Me daba rico, me decía que tenía el mejor culito que había probado.
¡Verga carajito! Este culito es bien aguantador, pocos son los que han soportado mi guevo y tú te lo tragas todo, ¿te gusta cómo te cojo? Me decía mientras me follaba teniéndome pegado cara a la pared.
Sí señor me gusta mucho, quiero que me coja siempre, usted me gusta mucho y me coge bien rico.
Quiero tenerte para mi solito toda una tarde, quiero cogerte hasta la noche. Voy a hablar con mi amigo para que me preste el cuarto. Coño carajito, me vuelves loco, pero después que me dejes seco, a lo mejor vas a tener que mamarle el guevo a mi amigo, ¿no te importa verdad bebé?
No me importa señor, se lo mamo, quiero estar con usted todo el rato, que me coja y haga el amor así de rico.
Así será bebé, te voy a coger de varias formas, toda mi leche será para ti, esta macana que tengo es toda tuya mientras estés conmigo.
Siguió dándome verga hasta que me dijo, ¿dónde quieres la leche carajito?
En la boca señor, la quiero en la boca, su leche es rica y usted me gusta mucho.
Bufff bebé, estoy que acabo. Me Salí y comencé a mamarle el guevo, hasta que dijo, Toda tuya bebé, trágatela toda. A pesar de que no fue mucha disfrute esa venida. Le pasaba la lengua y le chupaba las bolas, quería dejarle su miembro limpio.
Eres increíble, tragón, no te conformas. Los muchachos te cogieron dos veces cada uno y pides más, ¿y que te hizo el capitán, Te gustó?
Un poquito, él no lo tiene grande, me dolió cuando me metió la cabeza que la tiene gruesa, me gusto cuando me chupo el culito y metía los dedos. Quiere que venga mañana, me dijo que mi culito es bonito.
El capitán tiene razón carajito, tienes un culo hermoso, blanquito sin pelito y bien aguantador, me aguantaste mi verga negra.
Le di un pico y me despedí, iba contento. Antes me dijo que me esperaba el viernes a las3 en la plaza y allí estaría para seguir probando todo con mi mulato.
Fueron tres veces que estuve con ese hermoso negro mientras estuvo en tierra firme, me puso como quiso y hasta me orino las nalgas, pero también tuve que dejarme follar por el hombre que nos prestó su cuarto, como dicen que es una raya más pa un tigre, un guevo más que normal.
Bueno amigos lectores este es mi último relato, las aventuras más morbosos en mi vida como pasivo, aunque hubo muchas más, como el entregarme a un profesor de matemáticas gordo a cambio que me pasara la materia en segundo año o cuando el encargado de la limpieza me encontró clavado por ambos hoyos en el baño de mi liceo por los de quinto año a mis 14 años y luego que pagar penitencia con él y luego con el director. Recordar a mi vecino de al lado quien me daba ricas folladas y luego sus primos, o con mis tres primos en su cuarto y cuando fui a Puerto La Cruz en carnaval y los hijos de mi Tía Ana, me follaban en su cuarto (eran más jóvenes 20 y 23 años) y luego cuando me invitaron a una fiesta y solo estaban ellos y dos amigos, uno negro mi preferido. Dos de las escenas que más recuerdos era las folladas que me daban un abogado de 43 y su socio de 45 en su oficina o me llevaban a un motel, y yo con 14 años o la de los tres viejos que me pagaban por irme con ellos a una casa de playa. En Fin, espero que les haya gustado mis relatos amigos, se despide Tito. Si ustedes lo quieren, si comentan y escogen cual de mis encuentros les gustaría vivir. Así como cuando me follaron, hijo, padre y abuelo, por supuesto por separado porque Rodri (el hijo) era uno de mis sementales a pesar de su pene chico, pero era el galancito del liceo.
Podéis escribirme o poneros en contacto conmigo en:
ufff hermano no nos hagas esto, ese Tito es una belleza, varios mililitros de leche he derramado con tu Saga, demasiada rica la vida de este pelao ah? jajajaja ojala te animes a continuarla con el relato de las experiencias que Tito mas ha disfrutado… soy tu fan Danisampedro91