Mamada en un Auto
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por pabloasd.
Hola de nuevo! me llamo Pablo tengo 23 años.
Esta es la historia de mi segunda y mas breve experiencia con un hombre.
Tiempo después, unas dos semanas aproximadamente de ese fantástico encuentro con ese maduro de 58 años quise probar nuevamente, esta vez con alguien mas joven, unos 30 a 40 años seria ideal para mi.
Me conecte a aquella aplicación que tan útil había sido para mi anteriormente y espere a quien me hablara, como lo hice antes solo ofrecía una buena mamada, al los minutos después alguien me habló, se trataba de un hombre de 34 años, mucho mas alto que yo (yo mido 1.
80, tengo la tez clara, mi cuerpo es mas bien normal no marcado, cabello oscuro, barba poco crecida y velludo en las piernas), de piel y cabello claro, ademas era bastante ancho de cuerpo (no gordo), aquella descripción me interesó y acepte, no sin algo de vergüenza (si bien ya lo había hecho antes, seguía siendo inexperto y apenas era la segunda vez).
Eran cerca de las 3 am, hay algo en esas altas horas de la noche que hace que mi excitación aumente, ademas la adrenalina generada al tener que “escapar” de mi hogar sin tener que hacer ruido provocan una jugosa sensación de clandestinidad que exaltan esos deseos sexuales.
Acordamos en juntarnos en la esquina de una avenida cercana, el vivía cerca pero no contaba con lugar, sin embargo se ofreció a ir a buscarme en su auto.
Ahí estaba solo esperando en una esquina junto a un semáforo, a esa hora no transita casi gente, solo estaba yo tapado con mi capucha, la noche y algo de neblina lo que lo hacia mas interesante, me sentía realmente como una prostituta sedienta de verga esperando su cliente.
No negare que en varios momentos pensé en irme por la vergüenza, pero no lo hice.
a los 5 minutos de espera se acerco el único vehículo que circulaba a esa hora, comenzó a andar mas lento y se acerco a mi.
Ahí estaba el, bajo su vidrio y pregunto:
– ¿Pablo? ¿eres tu? – con mucha pero mucha pena respondí – S-Si, soy yo.
– Ven, Sube!
Entré a su auto, era un auto mediano y negro, estaba muy bien cuidado, tenia un agradable aroma, estaba muy caluroso en contraste al frió exterior.
El era tal cual describía durante nuestra conversación.
El calor del auto me obligo a desatarme y abrirme un poco la ropa, mis cuerpo comenzaba a sudar, estaba muy ruborizado y no solo por la vergüenza.
El comenzó a hablarme, preguntaba donde podríamos ir, que quería hacer yo, también me comentaba cosas de su vida privada, todo esto para hacerme sentir mas confianza y me tranquilizara.
lo logro de a poco.
Después de unos minutos conduciendo sin rumbo me comento que conocía unos lugares bastante reservados donde podríamos hacer cosas, así que se dirigió a ese lugar.
Poco a poco fuimos alejándonos de la ciudad, las luces se apagaban y ya en un punto solo se veía la luz del auto y pocas luces a lo lejos.
Se me acelero el corazón a medida que nos alejábamos mas y mas, me sentía como secuestrado, como que me llevarían a un sitio baldío donde seria sometido, violado y dejado a mi suerte con la ropa a medio poner y mi ano palpitante chorreando semen.
Oh eso me calentaba mas y mas.
A medida que nos acercábamos a nuestro destino el comenzó a sobarme la pierna, primero lento en la zona de la rodilla y luego fue acercándose temeroso hasta mi entre pierna, donde acaricio levemente mi pene.
Sentí estaba parada mi verga y ya estaba chorreando a montones ese viscoso liquido transparente.
No aguante mas, acaricie su pierna mientras el conducía , luego me fui directamente a acariciar su pene, ahí lo sentía erecto, duro pero algo doblado atrapado bajo su ropa.
Con una mano y estirado lo mas que pude, desate el cinturón y el botón de su pantalón, metí mi mano dentro y lo sentí!.
Se notaba que ya llevaba un buen rato con su ropa interior puesta ya que estaba con algo de pelusas, Su pene estaba muy suave, podía sentir la sangre de sus venas fluir en mis manos, estaba caliente y mi mano quedo completamente cubierta en sus fluidos pegajosos mientras acariciaba su verga.
En cierto momento solté mi arnés de seguridad y me incline hacia el mientras manejaba y le di dos chupadas muy rápidas a su glande antes de volver a mi puesto, con eso el quedo a mil.
Finalmente se detuvo, era un lugar completamente oscuro, rodeado por arboles, al costado de un camino de tierra, apago el motor y solo eramos alumbrados por la luz de luna.
Estábamos muy calientes, yo necesitaba mamar esa verga rápido pero me contuve un poco mas.
Comenzó a tocarme esta vez con toda su concentración, nos bajamos los pantalones y me hizo quitarme mi camiseta y polerón, así que quede casi completamente desnudo en ese caluroso auto con los pantalones y calzoncillos colgando de mis rodillas.
El también bajo sus pantalones, por fin podía verla con mis ojos.
Sus huevos eran algo brillantes y colgaban hasta el asiento del vehículo, su pene era de un suave tronco rosado en el que se le marcaban fuertemente las venas que lo mantenían erecto, mas arriba apreciaba esa maravillosa curvatura de su glande, estaba infladisimo y era de un rojo vivo y brillante, desde su punta manaba liquido lubricante transparente que lo hacia ver mas brillante y húmedo, salpicaba toda su cabeza y mojaba ciertas zonas del tronco de su pene el cual tenia un tamaño bastante prominente.
Toda esa visión en conjunto me provocó una sed por llevármelo a la boca, comencé a salivar bastante tanto que llegó a caer desde los bordes de mis labios.
Primero cruzamos nuestros brazos y comenzamos a masturbarnos juntos, fue una experiencia exquisita, los dos gemíamos y nadie escuchaba, luego de unos minutos nos detuvimos y ambos quedamos con los dedos y parte de la mano bañada en ese líquido tan rico que no podía permitirme perder, así que lo mire y acerque mis propias manos a mi boca, entre cerré mis ojos y frente a su mirada extasiada me lamí mis manos extrayendo todo ese líquido que me regalo su pene.
Lo tenia conquistado con toda esa muestra de promiscuidad y el ya no aguantaba más (al igual que yo) imploraba por que le mamara esa verga, pero lo hice sufrir más, tome su mano con la que me había masturbado y en un acto que nunca antes había hecho, comencé a beber de mis propios fluidos mientras le chupaba con fuerzas sus dedos, al igual que los fluidos de el, estos eran levemente salados, espesos y pegadizos que no salían fácilmente solo tragando saliva, cubrían mi paladar y no se salían de ahí.
Ya no aguante mas, corrimos rápida y desesperadamente los asientos hasta el máximo para hacer más espacio.
Me incline hasta su lado y como si necesitara beber agua después de días de sed, lo comencé a chupar fuerte, firme y rápido, esta vez no pude hacerlo lento como en aquel primer encuentro con un maduro.
no, esta vez lo necesitaba rápido en mi boca, mi cabeza se movía fuertemente de arriba a abajo, mientras tenia mis labios apretados y mi lengua estirada sobre la cual se posaba su jugoso y rojo glande haciendo una gran succión en cada vaivén.
El gritaba y se retorcía de placer, yo abrí los ojos y me vi a mi mismo frente al volante en una imagen que tantas veces me imagine con hacer pero que jamas espere hacer, se sentía tan sucio, como si me usaran como un objeto que solo sirve para dar placer, me puso tan caliente que yo también empecé a gemir mientras lo mamaba, era un gemido ahogado y entrecortado.
Luego vino lo mejor, tome su pene con una mano bajando y estirando al máximo su prepucio, y comencé a mamar de nuevo, recorrí con mi boca y lengua reiteradas veces todo el largo de su pene, aumentando el roce al limite.
Podía sentir cada parte en mi boca, el tronco, las venas palpitantes, su enorme cabeza.
Luego me concentre solo en su glande, hice girar rápidamente mi lengua en círculos alrededor de toda esa esponjosa cabeza, al mismo tiempo que lo masturbaba y lo chupaba, luego con la lengua recorrí el surco que separa el tronco de la cabeza, también pase por su punta la cual acariciaba y besaba apasionadamente.
Sentía que cada vez se hinchaba mas y mas.
mientras hacia esto, él, por reflejo puso sus manos en mi cabeza y apreto mi pelo.
Nuevamente me sentía como su puta:
– Úsame! – le grite con la boca llena – soy tu perra, quiero tu leche en mi boca –
Dicho esto el, comenzó a penetrar mi boca como si lo hiciera con un culo, cada vez llegaba mas profundo en mi garganta, yo solo estaba dejándome dar sin oposición, casi acostado sobre su entrepierna con la boca abierta mientras fluía toda mi saliva hacia su cuerpo.
Mis ojos estaban ya desorbitados y yo me encontraba entregado fuera de mi y extasiado en aquel acto donde me violaban por mi boca.
En un largo gemido, por fin llego mi premio.
Se encontraba lo mas profundo de mi cuando lo arrojó.
Su semen tibio fluía hacia dentro de mi garganta, no paraba de salir.
Yo apreté como pude mis labios para perder lo menos posible de su leche, pero no se detenía, lleno por completo mi boca y un ultimo chorro cayó sobre mis mejillas ruborizadas, parte de mi nariz y mis labios brillantes y rosados en ese momento.
Quede agotado, permanecí sobre sus piernas un par de minutos, mientras el respiraba agitadamente tratando de recuperarse de lo recién ocurrido.
Mientras descansaba en sus piernas, saboreaba su semen que llenaba mi boca, lo daba vueltas con mi lengua para sentirlo de todas direcciones, era cremoso y salado, su textura era empalagosa y tibia, la sensación era única y embelesante, ademas sentí el olor de su pene, ese olor que se siente después de un largo rato de excitación y roce, era una droga para mi.
Yo estaba en el cielo, era tanto semen en mi boca que se asomo una espesa gota blanca desde el borde de mi labio.
Finalmente el me miro y yo trague todo (sin embargo esa maravillosa sensación empalagosa no se iba), me levante y unos hilos de saliva, semen conectaban mi boca y cara con su pene, esto sumado a lo que se asomaba por mis labios y lo que tenia chorreado en mi cara daba una perfecta imagen de mi.
yo era una perfecta puta.
– Lo chupas espectacular – me dijo con un tono agitado y caliente –
Yo solo le sonreí con todos esos fluidos colgando de mi boca.
Unos minutos mas tarde, a lo lejos se vio una luz que venia en nuestra dirección, en ese momento nos vestimos rápidamente y aceleramos el auto.
Nos estaban siguiendo pero al rato los perdimos y el me dejo en el mismo lugar que me recogió, yo camine hacia mi casa, pensando en que aun estaba excitado y que yo no me había corrido.
Me recosté en mi cama desnudo aún con sus fluidos y su olor a pene en mi rostro y comencé a masturbarme recordando cada momento y cada imagen, fui feliz siendo la puta de alguien.
Acabe y quede cubierto en mi propio semen.
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