Marco, el albañil que me hizo su hembra ll
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Awen09.
Durante esas dos semanas Marco se fue a vivir a mi casa.
Yo me dedidacaba a hacer las tareas del hogar, de lo cual no me quejaba, pues siempre me había gustado y además mantenía de buen humor a mi macho.
La obra estaba tardando más de lo predicho y a pesar de mis intentos por ocultarlo, parecía que el padre de Marco ya sospechaba algo.
-Parece que tú y Marco se llevan muy bien.
– dijo Juan.
-S-sí, tiene buenos temas de conversación y es amable.
– mentiras, ese hombre tenía de todo menos de amable
.
-Vaya, que raro, ese siempre ha sido un cabrón, como su padre, hehe.
Ese día traí un short pues tenía mucho calor y pude ver como Juan se me quedaba viendo.
Yo no supe que responder o hacer, así que asentí y dije que tenía que salir.
Cuando salí me encontré a Marco sentado tomándose una cerveza y me sonrío mientras se tocaba la verga sobre el pantalón.
Yo le regresé la sonrisa y salí de la habitación dejando que admirara mi culo en ese short que traía.
Llegada la noche, Marco entró a la habitación y sin decirme nada, se bajó el pantalón y me puso la verga a la altura de mi rostro, sabiendo que hacer, la puse en mi boca y empecé a mamarla y disfrutar ese sabor a macho, hasta que se vino en mi boca y me los tragué.
Tras un "bien hecho putita", Marco se fue a dormir.
Al día siguiente mientras me dirigía a la cocina, escuché a Juan y a Marco hablando, parecía que discutían algo, así que sigilosamente me acerqué para escuhar mejor.
-Veo que te has conseguido una muy buena putita.
– dijo Juan
-Eso no es de tu incumbencia viejo – respondió Marco
-Ya, yo solo quería ver si no te gustaría compartir con tu padre, no creo que le moleste, si se ve que le encanta a tu hembrita.
-No me siento con ganas de compartir contigo viejo.
-Hahaha, si serás malagrecido, sin mí jamás la habrías conseguido.
Deja que pruebe a este macho de verdad y verás como te deja.
-Mantente alejado de él viejo.
Es una puta y no me importa quien se la coja, pero eso sí, tú no la tocas.
Marco salió de la habitación y yo me fui corriendo antes de quee descubriera.
Durante un rato estuve pensando en la conversación y a pesar de que no me sentía tan atraído a Juan, no descartaba la idea de un posible encuentro.
Más tarde, mientras me dirigía a mi habitación, Marco me interceptó y se metió a la habitación, encerrándonos.
-Mira nene, la neta mi viejo te trae muchas ganas, pero yo ya te he marcado y no te pienso compartir con él, quedas advertido, si te descubro con él, haré que lo lamentes.
Entendiste?
-Sí papi.
-Así me gusta, ahora me voy a trabajar y arreglar unas cosas de la casa, te veo en la noche.
Recuerda lo que te dije nene.
Marco se fue y me quedé solo con Juan.
La verdad tenía miedo de Marco y no quería engañarlo, así que todo el día me mantuve lejos de él.
Más tarde mientras preparaba la cena Marco me llamó para decirme que no pasaría la noche y para recordarme su amenza.
Por estar en el telefóno no me había dado cuenta de que Juan había entrado y me tenía agarrado por la espalda con su verga rozando mi culo mientras me decía:
-Ya sé que eres la puta de mi hijo, pero si crees que el es un macho es porque aún no me has conocido.
Me empezó a besar el cuello y a morderme la oreja.
Olía a hombre sudado y a pintura, estaba excitado pero mi miedo por Marco era aún mayor, así que le dije:
-Creo que se equivoca señor Juan, será mejor que se vaya, ya es tarde y estoy cansado.
-Mm, a mi no me engañas, si luego luego se ve lo putita que eres.
Pero ya veo que mi hijo te tiene bien domada.
Pude haber sido un caballero, pero ahora tendré que tomar otros medios.
-Salga ya de mi casa!– dije enojado
-Enseguida me voy, una disculpa joven– dijo con una sonrisa y se fue.
Estaba molesto, pero había sobrevivido a la tentación, me fui a bañar y después a dormir.
En la noche escuché que alguien entraba en la casa y supuse que era Marco que al final sí había venido.
Entró a la habitación y sentí como me vendaba los ojos.
La verdad estaba muy cansado y no tenía gana seguir su juego.
Estaba a punto de decirle cuando sentí su verga en la boca.
Sabía diferente, más sucia de lo normal, pero de alguna manera me gustaba, así que me callé y seguí chupándola.
Sacó su verga de mi cuerpo y sentí su cuerpo moverse y subirse a la cama.
Traté de seguir sus movimientos ya que no podía ver nada y luego comenzó a tirar de mi ropa y a tocar todo mi cuerpo.
Fue entonces cuando me di cuenta que esas manos eran más raposas y grandes que las dd Marco y supe que se tratabs de Juan.
Estaba a punto de gritar, cuando esa verga me invadió la boca nuevamente y Juan dijo:
-Te advertí maldita zorra, ahora me conocerás y querrás más después de esta noche, pero no te lo daré por malagradecida.
Depues de esas palabras me escupió en la cara y sentí la tentación de morder su miembro, pero a quien engañaba, mi boca jamás lastimaría a aquello que me hace tan feliz.
Seguí chupando su verga mientras intentaba librarme de su cuerpo que me mantenía firme en cama y entonces la sacó de golpe y agarrándome los brazos con una mano, con la otra comenzó a jugar con mis pezones y yo gemía.
-A qué te gusta, eh? Mi hijo no ha jugado lo suficiente contigo, verdad? – dijo Juan, quien después comenzó a morder mis pezones y me derretí, era tanto mi placer que le supliqué.
-Ah! Por favor, dejáme verte, quítame la venda, papi.
-Hahah, ya sabía que me suplicarías, pero tendrás que hacer más que eso.
– me quitó la venda y se quedó tendido en la cama.
Yo me quedé mirando aquel cuerpo enfrente de mí, era un poco robusto, pero no gordo, su verga era tan hermosa como la de su hijo y todo su cuerpo, su pecho, sus huevos, piernas y culo estaban cubiertos vello.
Si me había costado conseguir a su hijo, sabía que él sería más complicado.
Pero después de lo que me había hecho sentir, necesitaba más.
El solo me veía, esperando mi movimiento, no sabía que hacer, así que comencé nuevamente a comer su verga, la enorme cabeza rosada.
Me la metía toda a pesar de las arcadas, mero el se mantenía igual y parecía no ser suficiente.
Estaba entrando en pánico, así que me dirigí a sus manos de macho y comencé a lamer sus dedos mientras le veía la cara.
Pareceía que le gustaba pues sonreía y se tocaba los huevos.
Entonces comencé a menterme sus dedos en mi culo, los metía, sacaba y volvía chupar.
Ya lo había conseguido, pues dijo.
-Pinche puta estás hecha, ahora si te haré sentir hembra de verdad.
– se paró y se movió de manera que quedó sobre mi, y depués levantó mis piernas y comenzó a mamarme el culo.
Succionaba y me hacía gemir como un animal.
-Te gusta mamita?
– Ahhh, sí papi
-Dime, quién es más macho, yo o el pendejo de Marco? Vamos complacéme con la verdad.
-Tú, oh mi macho numero 1.
-Mmm, que ricas palabras y tu culito ni se diga, eres una puta perra en celo.
Me derretía, mi ano estaba húmedo y era deborado por ese macho.
Lo necesitaba dentro mío.
-Métemela papi, házme tuyo por favor.
-Lo haré, nene, claro que lo haré, pero tu también me harás disfrutar.
Vi entonces que sacaba un condón y se lo ponía.
-Ya sé que mi hijo te ha reclamado y no pienso hacer lo mismo que él, así que tendrás que conformarte con esto mamita.
La verdad me sorprendió que dijera eso, pero yo estaba más que satisfecho con tenerlo dentro.
Entonces me subío las piernas y lentamente comenzó a metermela, me dolía, pero aún así estaba agradecido con la delicadeza con la que lo metía.
Una vez estuvo dentro comenzó lentamente a moverse, puso mis piernas sobre sus hombros y mientras aumentaba la velocidad de sus embestidas me mordía el cuello y jugaba con mis pezones.
Yo gemía y decía:
-¡Sí, papi, tú si sabes como ser un macho!
-Ay niño lindo, estás tan apretado y hueles tan bien.
Te voy a dar la cojida de tu vida, nena.
Yo gemía y el metía más y más hasta que estuvo completamente adentro.
Con la respiración acelerada comenzó un leve movimiento de caderas, metía y sacaba un poco y mi culito apretaba su verga ante la invasión de ese hombre.
Me agarró de ñas caderas y comenzó a acelerar, se inclinó hacia m, de manera que nuestros cuerpos quedaron pegados y comenzó a besarme.
Sentía su lengua jugando en mi boca y yo abría mi boca recibiendola.
De pronto se regresó a la posición anterior, sacó toda su verga y la metió.
Yo cerré los ojos y abrí la boca del dolor y placer, luego lo escuché reírse y me escupió en mi cara.
Yo recogí lo que pude con mi lengua y lo tragué
–Hahaha, te gustó? Yo diría que te encató putita.
Estaba tan excitado que empecé a tocarme y entonces sentí un golpe en la cara y una mano en mi boca.
Me estaba atragantando con su mano mientra me decía.
–Así no se corren las hembras como tú, acaso no soy suficiente, ya estuvo bien, ahora me vas a dar placer tú.
Asentí con la cabeza aún con sus dedos en mi boca, sacó su verga y se acostó sobre la cama.
-Vamos nena, monta a tu semental.
Rapidamente me coloqué sobre el, abrí mi culo y poco a poco fui introduciendo su miembro.
Ahora si lo tenía todo dentro.
Entonces empecé a saltar sobre el y Juan comenzó a gemir a la par que yo.
-Ahhhh, así me gustan las mujeres, putitas como tú.
Sigue así nena.
Yo seguía montando si verga mientras el me agarraba la cintura y me guiaba, aumenté la velocidad de mis saltos y el cerraba los ojos y gemía, parecía proximo a terminar.
Ya me estaba preparando y entonces dijo:
–Así no putita, en cuatro.
–Lo que tú digas papi
Rspidamente me puse en cuatro sobre la cama, él se puso detrás de mi y me inclinó de manera que mi culo quedara más levantado, entonces la metió de golpe y empezó a embestir rapidamente.
–Sí papi, sigue así, rómpeme el culo.
–Eres la mejor puta que me he cojido, lastima que no seas mía.
Sentía coml aumentaba la fuerza de sus emebestidas, estaba a punto de terminar y entonces con una mano en mi cadera siguió embistiendome mientras que con la otrs comenzó a masturbarme.
–Te has ganado correrte conmigo putita.
Ya voy a terminar así que preparáte.
Sentí como aumentaba de tamaño su verga y luego, sentí la fuerza de su explosión y yo también me corrí junto a mi macho.
Gemí de placer y caí exhausto.
–Ufff, ya me hacía falta una hembrita como tú.
–Gracias por se mi macho papi.
–Nada de eso, solo ha sido por esta noche.
Se fue entonces al baño a limpiarse y regresó a la habitación, se acostó en la cama conmigo, me abrazó y me dijo:
–A pesar de estar celoso que tú no seas mía, me alegra que mi hijo se haya encontrado a una puta como tú.
Quiero que lo complazcas en todo lo que te pida o yo mismo haré que lo lamentes.
Entendiste?
–Sí, es lo único que deseo.
–Muy bien, ahora duerme nene, que tienes mucho trabajo por hacer.
Así me quedé dormido, desnudo, con un macho al lado y una amenaza que jamás debo olvidar.
A la mañana siguiente me desperté y me di cuenta que Juan ya no se encontraba en la casa, sin emabargo había dejado una nota que decía que la obra la terminaría su hijo y que había sido un gusto conocerme.
Yo superé aliviado pues ya no tendría que preocuparme por él.
Con una energía rennovada me bañé y bajé a prepara el desayuno para cuando llegara Marco.
Una hora más tarde escuché que alguien abría la puerta y me asomé para ver que era Marco.
–Buenos días Marco, ya desyunaste? Te preparé algo.
Al no escuchar su respuesta me volteé para mirarlo y me di cuenta que parecía bastante enojado, debo decir que daba miedo.
–Pasa algo? – pregunté
–No, absolutamente nada – dijo con voz muy calmada – Pasa que me enteré que hay una puta que no sabe acatar órdenes.
Estaba muy asustado, no había manera de que supiera lo que había hecho.
–De qué hablas? – pregunté
–No sé, dímelo tú mismo – se me acercó con su celular y entonces vi que en la pantalla se reproducía un video de mí siendo dominado por su padre.
–P-pero cómo?!
–Sí bueno, verás, mi padre es de esos que le encanta dar lecciones.
–Lo siento mucho Marco, él me obligó, tú lo viste, dejáme compensarte.
–Hahaha si se ve que lo disfrutaste! Al parecer no soy suficiente macho para ti, verdad?! Pues ya basta de juegos, ahora sí me lo pagarás.
Y antes de que te niegues, yo tengo tú video y puedo hacer lo que sea con él.
–L-lo siento mucho Marco
Marco se me acercó me abrazó y pensé que me besaría, pero solo me dijo al oído:
–Desvístete puta
–Sí papi
Rápidamente me desvestí y quede completamente desnudo frente a él.
–Muy bien nene, has sido una puta muy mala y has desobedecido al hombre de esta casa, hoy serás una perra de verdad.
–Pero.
Marco.
–Shht te quiero ver todo el día en cuantro, me observarás mientras yo trabajo y no hablarás para nada.
–No pienso.
En eso se sacó el cinto y me golpeó con él.
Realmente no lo hizo muy fuerte pero dio a entender lo que quería.
Yo solo asentí.
–Muy bien, así me gusta, ahora a terminar la obra para poder jugar contigo el resto del día.
Marco se dirigió a la habitació que él y su padre habían estado arreglando y cuando entré a cuatro patas dentrás de él, me dijo:
–Sé una buena perrita y sientate, que mientras trabajo te pongo unas películas.
Yo me senté y Marco conectó su celular a la televisión.
Cuando prendió la tele apareció una lista de series de videos porno hetero.
–A ver si aprendes algo.
Asentí y haciendo caso a sus órdenes, me quedé viendo los videos.
Marco se quitó su camisa y se puso a trabajar.
No sé cuanto tiempo pasó, pero me quedé dormido viendo los videos y cuando desperté vi a Marco sentado, mirándome.
Estaba sin camisa, sudado y con la verga saliendo del pantalón.
–Ven acá linda, ven con papá.
Yo me dirigí en cuatro patas hacia él.
Él empezó a acariciar mi cuerpo y yo acercandóme a su verga, comencé a comerla.
En eso recibí una nalgada.
–Las perras no chupan, solo lamen.
Dejé de chupar su verga y comencé solo a lamerla, primero su cabeza y apartir de allí fui cubriendo en resto.
Movía mi lengua y ña enrosacaba, trataba de hacer presión para lograr satisfacerlo.
–Ufff, muy bien perrita, que buena niña eres, espera aquí mientras te preparo una sorpresa.
En eso se paró, se guardó su verga y salió de la habitación.
Más tarde vi que regresaba de muy buen humor y me emocioné pensando que por fin terminaría este juego, pero estaba equivocado.
–Muy bien nena, ya es tarde y es hora de que vayas a dormir, vamos, te preparé tu camita.
Un poco molesto de que aún mo terminara esto lo seguí y ví que se dirigía al garage.
No podía creer que el maldito me iba a dejar dormir afuera en mi propia casa, así que me detuve en la puerta.
–Muy mal, acaso quieres ser una mala perrita? No creo que te convenga.
Me estuve debatiendo si hacerle caso o no.
A fin de cuentas yo había causado toda esta situación y a pesar de que mi mente gritaba que no, mi cuerpo decía lo contrario.
Seguí entonces a Marco y vi que había colocado un cartón sobre el suelo de la cochera y al lado un plato con divisiones para perro.
–Y bien perrita, te gusta?
Como no podía hablar, me acerqué a él y lamí su mano.
–Como has sido buena perrita, te he dejado comida en tu plato, para que cenes antes de dormirte.
Por un momento tuve miedo de que se tratara de comida de perro, así que en cuatro patas me acerqué y me quedé sorprendido y excitado.
De un lado había un líquido amarillo que parecían miados y del otro uno balnco y espeso que supe que era su semen.
–Se te antoja?
Yo no respondí y me lancé a devorarlo todo.
–Hahhahaha que buena perrita! Ahora a dormir que mañana será un nuevo día y a lo mejor te quito el castigo.
Yo terminé de limpiar los platos y después me acosté, Marco me acarició la cabeza y se fue.
Mañana sería otro día.
Continuará.
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