Mario de 16 y Román de 6, incesto cachondo. Primera parte
Hola, le voy a dar un breve pausa a mi otra historia, para explorar un tema igual de excitante. Que sus jaladas lo disfruten..
Mi nombre es Mario, tengo 16 años, mido 1.75, peso 75 kg., piel clara, cabello castaño; practico mucho fútbol y natación, por lo que tengo una buena condición física, nada del otro mundo, abdomen plano, se me empiezan a marcar los cuadritos y pectorales, eso si buena pierna y una verga generosa para mi edad, de 18 cm. Soy algo así como los típicos galanes de preparatoria de paga, me gustan los antros, ligar, beber, pero no dejo de ser disciplinado y cuidadoso. Aunque voy en una escuela muy conservadora, por ello mis novias suelen ser muy mojigatas y no pasamos del faje, y dada mi edad ya se imaginaran, soy pólvora mojada.
Mis padres, ambos maestros de universidad solo me habían planeado a mi, hasta que por un «accidente» jaja, cuando cumplí 9 años me dieron la sorpresa de un hermanito, que nació poco después de que cumplí 10. Para cuando entré a la pubertad me alejé mucho de él, cada quien su cosas y ya. Se llama Román hoy tiene 6 años, piel clarita, cabello castaño, mide 1.09, pesa 15 kg más o menos, y como desde bebé lo metieron en clases de natación, no tiene el típico cuerpo de niño, piernas y brazos flacos con pancita, de hecho tiene bien formadas para su edad las extremidades y un detallito más que les platicaré.
En la privacidad de mi cuarto yo me destrampaba de toda la falta de acción con mis novias, me masturbaba viendo porno durante horas. Pero todo cambiaría un día.
Mi abuelo que vivía solo enfermó gravemente y le dejó secuelas que evitaban que siguiera solo en su casa, por lo que mis padres decidieron llevarlo a vivir a nuestra casa, donde solo había tres recamaras, por lo que decidieron darle la de Román a mi abuelo y obligarme a compartir cuarto con el morrito, pues el mio era más amplio. Obviamente me enojé, pues significaba el fin de mi privacidad, no lo niego me disguste al grado de no hablar con nadie y fastidiar a Román para que lo sacaran de mi cuarto. Mis papás prometieron que eventualmente construirían otro cuarto, pero aun así, imagínense robarle su privacidad a un adolescente caliente, que es lo único que tiene para sexo jajaja.
Cambié mi rutina, y solo me masturbaba ya muy de madrugada cuando Román estuviera bien dormido, pues era raro que no estuviera en el cuarto; claro con la luz apagada y usando el celular con audífonos; o aprovechaba cuando me bañaba, ya que afortunadamente mi cuarto tenia baño propio.
Todo comenzó la tarde de un sábado cuando mi novia en turno me dejo como sábila cortada, así que me fui a mi casa pensando en descargarme. Esa noche sin embargo, mi abuelo volvió a enfermar y mis papás me dejaron a cargo de mi hermanito. Maldita sea (pensé). En fin, yo andaba caliente y no detuve mis planes; le puse una película a todo volumen en mi cuarto, le di helado con chocolate derretido (no olviden este dato) y me metí a bañar.
Me la estaba jalando muy rico, ya con la verga parada cuando escucho (recuerden por lo de las faltas de ortografía no puedo escribir como hablan los niños, así que usen su imaginación jaja):
Román: -«Mario (tocando a la puerta), quiero hacer popo, me duele la panza»
Mario: – No costal (así le digo), me estoy bañando, ve al baño de mis papás o al de abajo» (entrecortada la voz porque estaba bien entrado en la chaqueta)
Román: ¡No, abajo esta oscuro y me da miedo, y el cuarto de mis papás esta cerrado, ya déjame entrar por favor!
Mario: (Con la verga bien eriza) No chaparrito, deja que termine de bañarme.
Román: Ya Mario, me voy a hacer y mi mamá me va a pegar.
Mario: (Sediendo) ¡Me lleva la fregada, entra pues cabrón!
No me quedó de otra que voltearme para que no viera mi verga erecta y me seguí bañando con coraje, el se sentó en la taza, y yo ligeramente me enjuagaba acariciando mi verga, para pedirle perdón por dejarla llena jaja.
Decidí esperar a que se saliera, pero al maldito mocoso se le ocurrió caerse dentro de la taza, y mancharse todo el culo; ante lo cual comenzó a llorar.
Mario: ¡No manches Román, y ahora!
Román: (llorando) ¡Mi mami me va a pegar, bañame Mario por favor, mi papá me va a pegar!
No me quedó más remedio que limpiarlo, quitarle la ropa y meterlo a bañar, todo esto mientras aun yo estaba desnudo y la verga semi erecta (no teníamos vergüenza mutua, pues ya nos habíamos visto desnudos otras veces, por la natación o cuando yo salia de bañarme y viceversa, pero sin morbo)
Comencé a enjabonarlo, haciendo más carga en las manchas de sus nalgas, las cuales eran redonditas y suaves, bien paraditas, la natación hacia efecto en el. Algo pasó dentro de mi, cuando enjabonaba sus nalguitas, no se si era la calentura de mi infructuosa chaqueta, pero esas nalgas eran hermosas y jugosas, nunca las había visto de esta manera, con un morbo que me hacia sentir entre culpable y cachondo, porque mi cuerpo reaccionaba de dos maneras, con un ligero sudor frió y con una nueva erección; luego enjaboné su raja y al sentir mi dedo medio chocar con su anito, mi imaginación voló y mi verga siguió hinchándose. Me entró la culpa y lo solté, le dije que siguiera el solo dandome la espalda, pero mis hormonas juveniles ya habían hecho el trabajo, sembrando en mi la idea «y si le doy un lleguesito».
No pude pelear con toda la energía sexual que todo buen adolescente guarda, me acerqué a él, me incliné ligeramente y le di un arrimón con mi verga parada sobre su culito. El lo notó y…:
Román: ¡Eh! ¿Qué es eso, que me pusiste?
(Me quedé pensando: Piensa Mario pendejo, ya estas aquí, piensa carajo)
Mario: Es que me pico una araña costalito y se me hincho mi pene, me duele mucho.
Román (angustiado y lagrimeando): ¡Marito no, no! ¿que te va a pasar?
Mario: ¿Te acuerdas de lo que vimos en discovery para sacar el veneno de las víboras? Funciona igual chaparrito, tienes que sacarme el veneno chupandomela, succionando para que salga, por favor o ¿quieres que me muera?
Román: Pero, pero, yo no se como, y por ahí hacemos pipí y me da asco
Mario: Chaparrito nos acabamos de bañar, la tengo limpia, por favor ayúdame, mira te juro que nunca le vamos a decir a nadie, va a ser nuestro secreto, para que mis papas no se enojen con los dos. Hazle como cuando chupas una paleta, cuando le sacas el dulce al pelón pelo rico (dulce popular en México)
Lo convencí, tímidamente se acercó y empezó a succionar ligeramente el tronco, pues pensó que donde estaba mi vena hinchada estaba el veneno. Me trasladé a otra pinche dimensión, ¡wooow, no lo podía creer, mi hermanito de 6 años me estaba chupando la verga!
Sus labios rositas y suaves, su boca caliente y su saliva tibia, eran magia pura, Me sentía en la gloria cabrón.
Mario: Ahí me mordió la araña mi amor, pero el veneno va a salir por la puntita, chupale ahí.
Román: ¿Por qué me dices mi amor?
Mario: Porque lo que haces es muestra de que me quieres mucho y me cuidas
Román: Ah, yo también te quiero mucho. Pero ya me esta dando asco.
Mario: Si quieres le pongo chocolate derretido del helado para que no te de asco.
Román: Ok
Nos fuimos sobre la cama, le puse chocolate a mi verga, y Romancito comenzó a tomarle gusto, porque chupaba sin asco, obvio por el chocolate, pero disfrutando el «recipiente» de este. En uno de esos momentos, hizo lo impensable, se metió más de media verga en la boca, casi siento su campana, presionaba con fuerza y yo me prendí cabronsisimo.
Mario: ¡Ahhhh, no mames, no mames, que rico costalito, que rico, siiii, si, así, mi vida, así, lo haces muy bien (tomaba su cabeza con mis manos y lo acariciaba) ufff, aggg, ayyy!
Roman: Tu pito sabe rico con chocolate (wooow me prendió más el chamaco).
No quise ser rudo todavía, y deje que fuera la excitación y no la intensidad la que me hiciera venir.
Mario: ¡Ya viene el veneno mi amor, ya viene, ufff, ahh ahhh, ayy wey ahhhh argfgr ahhh!
Román no pudo controlar la salida de mis mecos y se los comió, provocando asco y ligeras ganas de vomitar. Yo entrado en el clímax, lo besé para contener sus ganas.
Román: Marito me comí el veneno, me voy a morir
Mario: No mi amor, ahí en tu pancita no puede hacer daño, en el baño lo sacas.
Lo mire con una mezcla de excitación y pasión, y lo abrazé.
Esperen la segunda parte.
es muy bueno sigue
Buen relato, al igual q los anteriores a mi un primo me inicio a los 6 también y honestamente me gusto, alguien más para compartir historias y vivencias? Saludos!
Deberias relatarla o minimo contarmela jaja
Por supuesto me gustaría contarla y quizá compartirla
Si escribela me da curiosidad
gran relato como sigue