MARQUITOS 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Allí me encontraba yo boca abajo, sintiendo mi anito palpitar después de que mi noviecito me acaba de desvirgar, como me pidió me quede así hasta que trajo una toalla del baño y me limpio suavemente mi anito, lo hacia con suavidad y me preguntaba que, si me dolía, respuesta negativa de mi parte pero si le exprese que me ardía un poco.
Javier me hizo saber que no había sangrado y que tenia un poco enrojecido el culito pero que todo parecía normal, aparto la toalla subió besándome la espalda hasta llegar a mi carita y nos fundimos en besos en esa posición, nos acomodamos mejor en la cama yo quede a su lado, con mi mano derecha acariciaba su pecho y el con su brazo bajo mi cabeza me acareaba la espalda y las nalgas.
Así abrazados hizo que lo mirara a los ojos y me dijo que le había gustado mucho hacer el amor conmigo, que se sentía super feliz de haber sido mi primer hombre, que me quería mucho y que le gustaría hacer esto por mucho tiempo, me encantaba aquel hombre que me trataba super bien, era cariñoso y super dulce conmigo, me subí un poco para que nuestras bocas se encontraran para besarnos, acariciando su pecho fui bajando hasta llegar a su pene que en ese momento estaba flácido, pero con mis besos y mis caricias fue tomando su respectiva dureza, el entendió el mensaje y empezó a acariciarme las nalgas y la espalda, creo que no quería hacerle nada a mi anito porque a pesar de que ya estaba excitado no me tocaba allí, entonces pare mis besos y le dije que me metiera el dedo, me miro y me cuestiono sobre mi dolor por mi desvirgada, le hice saber que la molestia inicial ya había pasado y que quería seguir haciendo el amor con él.
Lubrico su dedo y siguiendo con los besos me lo metió suave, como queriendo no lastimarme, empezó a moverlo dentro de mí y mis gemidos no se hicieron esperar, igual su lengua y su boca los acallaban, pero era imposible no sentirme en las nubes, a todo esto yo nunca solté su pene que masturbaba suave, estaba super duro de nuevo, duramos un rato así hasta que Javier me dijo que me acomodara de lado, lubrico mi culito y se posó detrás mío, me guio para que mi culito quedara bien y se acomodo presionando su pene, entraba lentamente, sentí dolor pero me sentía feliz de tener a mi noviecito penetrándome de nuevo, quería hacerlo sentir bien y aguantaría todo lo que él quisiera hacerme.
Inicio con un bombeo suave pero firme, yo gemía muchísimo y el me besaba el cuello y las orejas, con su mano acariciaba desde mis piernas hasta mi pecho donde pellizcaba suavemente mis tetillas, me sentía en las nubes, el gruñía y me decía que me quería mucho, que mi culito era perfecto.
Mi noviecito me lo saco suavemente y se puso boca arriba, me dijo ven siéntate en el y me ayudo, centímetro a centímetro mi anito se trago 18 cms del pene de Javier, cuando estaba en lo mas profundo de mi ser, me tomo de la cintura para hacerme subir y bajar, yo gemía fuerte, estaba en la gloria, miraba a mi noviecito y el también estaba desencajado, blanqueaba los ojos, se mordía los labios, acariciaba mi ombligo y pellizcaba mis tetillas, me hacia bajar un poco para besarme y luego me volvía a subir para que lo cabalgara yo, cuando le cogí el ritmo a mis caderas para que penetrarme yo mismo el gemía como un animal y me decía así mi amor, así me encanta bebe, Javier parecía desencajado, apretaba los dientes y me miraba con mucho deseo, eso me animaba y lo hacia mas fuerte y rápido, créanme que me ardía el culito pero sentía un placer indescriptible.
Después de un rato de hacer amor de esa manera me acomodo boca arriba, volvió a colocar la almohada bajo mi cadera, levanto mis piernas y me penetro profundamente, sentí molestia al principio pero empezó a culearme rápido, llevo mis piernas al lado de sus caderas teniendo acceso a mi boca la cual besaba desesperado gimiendo aceleradamente al igual que yo hasta que exploto en un orgasmo delicioso, se quedó con su pene en lo mas profundo de mi ser, sin dejar de besarme, me miraba a los ojos y me decía que me quería mucho, yo le respondí que también lo quería mucho, más tranquilo salió de mí y volvió a limpiarme el culito pero esta vez espero más tiempo hasta que saliera mayor cantidad de semen.
Mi noviecito siguió besándome y acariciándome, acostado al lado mío, con sus dedos rosaba mi cara y mi cabello, me daba piquitos en los labios y me miraba a los ojos.
Yo notaba a Javier pensativo y le pregunte que si le pasaba algo, me miro a los ojos y me respondió que sí, que tenía que confesarme algo y que si yo me molestaba lo entendería, me dijo que era un hombre casado pero que a pesar de eso le encantaba estar conmigo, se disculpó por no haberme contado antes, me dijo que le daba miedo que yo no quisiera seguir con él, pero que desde que empezamos a vernos sentía algo muy especial por mí.
Yo lo miraba a los ojos, no sabia que decir, pero tampoco me enoje ni nada por el estilo, igual todo lo que Javier me hacia me gustaba, entonces le dije que tranquilo que entendía la situación, le exprese que lo único que me importaba era que me siguiera haciendo sentir bien.
Javier me besaba con pasión y me decía que por eso le gustaba tanto que era un niño perfecto, al ver mi reacción tan relajada con ese tema, continuo diciéndome que tenia que decirme algo más, resultaba que Diego el señor del chalet era muy amigo suyo y sabia de sus gustos y que al enterarse de que quería tráeme aquí estaba interesado también en conocerme, hay si me sorprendí, y le pregunte que a que se refería, entonces Javier me dijo Diego al saber que yo tenía 10 años quería tener algo conmigo también, me tomo fuera de base y no supe que decir, entonces me dijo que tranquilo que el solo intentaría acercarse a mi hasta donde yo permitiera.
Mi noviecito continuo dándome piquitos en los labios, hasta que miro la hora y era mas de medio día, debíamos volver, me dijo que me lavara el culito rápido en el baño, mientras él se vestía, igualmente me vestí y salimos del cuarto, bajamos al primer piso y Javier me dijo que lo esperara un momento, se fue hasta donde esta Diego y hablaron por unos momentos.
Diego era casi de la misma estatura de Javier, cabello canoso y delgado, después de hablar Diego se acercó a mí y Javier se quedó dónde estaba, cuando llego a mi lado me dijo hola marquitos como te fue, yo me avergoncé y agache mi cabeza, pero el tomo mi barbilla y mirándome a los ojos me dijo tranquilo que lo que paso entre ustedes es muy rico y por mi parte nadie lo va a saber sonriéndome pícaramente, yo también le sonreí y le pude sostener la mirada, me volvió a preguntar, te gusto? Si le respondí, que bueno que haya gustado marquitos, sabes todos tenemos gustos y secretos en la vida, por eso lo que ustedes hicieron es natural muy rico, por ejemplo a mí me gustan también tener sexo con chicos a pesar de ser un hombre casado igual que Javier, pero debo confesarte que nunca he tenido la oportunidad de estar con alguien tan lindo y tan niño como tú, mirándolo a los ojos me parecía que estaba siendo muy sincero conmigo, entonces continuo diciéndome que le había pedido permiso a Javier de hablar conmigo para proponerme si algún día me animaba a hacerlo con él, yo no sabía que decir, mi mirada se desvió de los ojos de diego para mirar a Javier al cual le puede leer los labios diciéndome, tu veras, volví a mirar a diego con cara de duda y el no demoro en decirme que me tranquilizara, me pidió mi número telefónico preguntándome que si me podía llamar, como mi respuesta fue afirmativa me dio la mano y me dijo marquitos un gusto conocerte y estamos hablando, diego se encamino al lugar donde estaba Javier esperando y me dijo que podíamos volver cuando quisiéramos, solo que le avisáramos con anticipación, los dos amigos se despidieron, mi noviecito y yo nos dirigimos al taxi y salimos del chalet de don diego.
Mientras llegábamos carca del polideportivo Javier me decía que le había gustado mucho hacer el amor conmigo, quería repetir claro que, si yo aceptaba después de su confesión de ser un hombre casado, yo lo mire y le dije que también me gusto mucho hacerlo con el y que si quería que se repitiera, continuo acariciándome las piernas y dándome piquitos en los labios, lo cual yo respondo tocando su pene por encima de la ropa.
Llegamos a nuestro destino, y nos despedimos con un gran beso en la boca.
Cuando estaba caminando hacia mi casa con un ardor fuerte en mi anito, recordé que esa mañana fue fabulosa y que me sentía super feliz, tenia un novio de 50 años que me acababa de desvirgar lo cual me encanto y un amigo suyo también quería tener sexo conmigo, tanta atención me tenia contento, feliz y dichoso.
Y pues ya vendrán mas cosas locas que pasaron teniendo todavía 10 años.
CONTUNUARA….
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