Martincito, el niño gordito (3)
Martincito cumplió su palabra y vino a chuparmela .
El día me parecía más soleado, estaba muy contento y ansioso, si vendría Martincito? Me detenía a pensar y tejía en mi cabeza los planos dónde él me la chupaba como becerrito hambriento. Levanté el portón de la cochera a la misma hora que los demás días, dí un vistazo a la acera de enfrente buscando a Martincito pero no lo miré, así que comencé solo la pequeña sesión de mecánica del día, hacía alguna cosa y cada tantos minutos volteaba buscando a mi vecinito gordito sin éxito. Llevaba ya cerca de una hora cuando de pronto cuando estaba debajo del carro escuché la voz
– Ya vine- Dijo Martincito, estaba en cuclillas viéndome.
– Buenos días, pensé que no ibas a venir- Le dije
– Estaba ayudándole a mi mamá con algo-
– Está bien, entonces pásame porfa las pinzas aquellas de la caja- Le dije indicándole dónde estaba la caja de herramienta, Martincito se agachó frente la caja buscando lo que le había pedido, desde mi posición tenía vista total a su culo mientras estaba agachado y me lo imaginaba sin ropa, ese culito gordo y fofito, entonces se levantó y regresó con las pinzas para entregarmelas, seguí haciendo lo mío mientras Martincito hincado me veía trabajar, platicamos sobre un programa de la tele que mirábamos los dos en la mañana y algunas otras cosas de caricaturas, teníamos más o menos media hora platicando y trabajando cuando en medio de un momento de silencio Martincito me interrumpió,
– Oyes-
– Qué?- Le dije
– Vamos para que me des de tu leche, pues- Dijo. Detuve lo que estaba haciendo y de inmediato volteé a verlo,
– No irá a llegar ya tu mamá?- Le pregunté
– No, está viendo la novela- Dijo Martincito, podía notar como en su shortsito se marcaba su verguita parada.
– Vamos- Le dije, y rápidamente salí de debajo del carro. Caminé a paso firme hasta el pequeño baño del fondo y Martincito me siguió, me lavé con desespero las manos que tenía sucias de grasa y me las sequé con una playera vieja que tenía de jerga por ahí,
– Ya?- Me preguntó
– Sí, ya- Le dije
– Sácatela, pues – Me dijo mirando a mi entrepierna, yo no dudé más, me bajé la ropa hasta las rodillas y mi pene saltó libre listo para dejarse querer, instantáneamente Martincito se acercó y lo tomó en su mano para empezar a masturbarme como le había enseñado ayer,
– Sácatela tu también- Le pedí, entonces al igual que yo se bajó la ropa dejando su penesito parado a la vista, se lo agarré con mi mano y al igual que ayer empezamos a masturbarnos el uno al otro y estuvimos un rato meneandonos las vergas,
– Ya empezó a salir- Dijo Martincito cuando mi pene empezó a dejar salir líquido, no tuve que decirle nada, él solito se agachó y lamió la cabecita de mi pene llevándose en su lengua la gotita de líquido y siguió lamiendo el ojillo de mi verga haciendo estremecer,
– Chúpamela si quieres que salga más rápido la leche- Le dije, él se quedó viendo a mi pene y después a mi cara
– No me vayas a hacer pipí, eh- Me advirtió
– No, lo prometo – Le dije, y entonces nuevamente volvió la vista a mi polla, se veía pensativo pero después de unos segundos abrió grande la boca y lentamente fué metiendo en ella mi verga y yo sentía las piernas de mantequilla mientras el calor de la boca de Martincito abrasaba mi pene y literalmente empezó a chuparmela, sentía como succionaba mi pene como si fuera un popote y aunque no era excepcionalmente placentero, sentía riquísimo sus chupadas, tres, cuatro, cinco chupadas, ocho, nueve, diez, empezó a chupar más fuerte y entonces la sacó de la boca,
– No te sale nada- Dijo con un leve tono de enojo
– Es que así no es, tienes que chuparla despacito, te acuerdas ayer cuando me chupaste el dedo con leche?-
– Si- Me dijo
– Pues así le tienes que hacer- Le respondí
– Así?- Dijo, se volvió a meter mi pene a la boca y lo chupó mientras lo sacaba
– Sí, así, pero tiene que meterlo y sacarlo y sin morderme – Le dije. Estaba bien excitado, si Martincito lo hacía bien no tardaría mucho en darle la leche que tanto quería. Martincito se limpio los labios con el brazo, y volvió a empezar como le dije que hiciera, rápidamente agarró un buen ritmo ayudado por mi mano en su nuca, lo hacía tan bien que me empezaba a arrancar gemidos,
– Así, así, así… Síguele así…- Le indique, mi vecinito alzó la mirada encontrándose con la mía y yo estaba que me moría de calentura viéndole a los ojos mientras me la mamaba,
– Ya te va a salir?- Dijo sacándola de la boca
– Ya casi, tú síguemela chupando- Le dije, y se la empujé contra los labios, él abrió y comencé a menear la cadera cogiéndomelo por la boca, – Chúpamela, chúpamela, así, Martincito, que rico me la chupas, me vas a sacar la leche- Le decía mientras le seguía cogiendo la boca
– No me la metas tanto- Dijo sacándosela y empujándome con las manos
– Perdón, ya, síguele – Le dije, y volví a arrimarle mi verga, él se la metió a la boca y le dió unas chupadas para después ser de nuevo yo quién se empezaba a mover, sostenía la mirada en la carita de Martín, veía como mi verga entraba y salía de su boca, no lo podía creer, tenía a mi vecinito que acababa de conocer hace dos días mamándome la verga y estaba apunto de correrme en su boca,
– Ya casi?- Dijo sacándose de nuevo
– Si, ya casi sale- Le dije, y nuevamente se la empujé contra los labios y empecé a cogérmelo ahora más rápido. Martincito soltaba a veces un poco de aire por los costados de la boca, quizás yo estaba siendo muy desesperado, pero es que ya la sentía venir, tenía la leche ya en la punta de la verga, – Ya, abre la boca grande, Martincito – Le dije, y él hizo caso, abrió la boca y con dos jalonsitos a mi verga le empecé a tirar los chorros de leche dentro, sentía que mi pene se hinchaba con cada chorro que dejaba caer en la boca de Martincito, sentía también su saliva embarrada en la mitad de mi verga, cuando dejó se salir el semen Martincito cerró la boca, se lamió los labios y empezó a pasarse la leche,
– Está rica, ya me está gustando tu leche- Dijo después de pasarse el trago de esperma
– Que bueno- Le dije con una sonrisa perversa, – Ten, cómete lo que quedó – Le dije volviendo a acercarle la verga a la boca, él de nueva cuenta la abrió y me dió una chupada,
– Ya- Dijo, y se puso de pie, – A mí también me puede salir leche?- Preguntó
– No creo, estás muy chiquito – Le dije
– Y si me la chupas, me saldrá?-
– Quieres que te la chupe?- Le pregunté
– Sí, a ver si me sale- Respondió. No necesité más, me puse de rodillas y acerqué la cara a su entrepierna, rápidamente sentí el olor de su verguita, olía a limpio, sentía más el aroma a medida que me acercaba hasta que mis labios tocaron su penesito, abrí la boca y me la metí toda entera, moví un poco mi lengua sintiendo su pequeña verguita con la lengua, sabía bien, jamás había chupado un pene ni me había imaginado siquiera hacerlo, pero hacérselo a Martincito me gustaba, lo saqué de mi boca y lo pelé con mis dedos descubriendo su cabecita rojiza, le pasé la punta de la lengua por el glande haciendo que Martincito se retorciera,
– Te gusta?-
– Sí, mucho- Dijo, viéndome mamársela, pasé mi mano por entre las piernas y empecé a acariciarle los huevos, eran dos bolitas que se movían entre mis dedos, se me ocurrió chuparselos también para que aprendiera a hacerlo conmigo, así que me saqué el pene de la boca y en su lugar empecé a chuparle los huevos, me cabían ambos huevos sin problema, movía mi lengua por su escroto y los sentía moverse, – Porqué me chupas los huevos si de ahí no sale leche?- Me preguntó con voz entrecortada
– No te gusta?- Le pregunté, le tenía ya la verga y huevos brillantes de mi saliva
– Si, pero pensé que íbamos a ver si me salía leche –
– También en los huevos se siente rico, entonces ayuda a que salga la leche –
– Tú tienes muchos pelos en los huevos, no te los voy a chupar – Dijo con una extensión de asco,
– Entonces me los voy a quitar – Le respondí y volví a engullir su pene chupándolo, Martincito tomó una grande bocanada de aire en un suspiro y se la comencé a mamar con todo, Martincito se quejaba y gemía, no aguantó mucho más de dos minutos cuando sentí que su piquito palpitaba en señal de orgasmo, no soltó nada, ningún líquido de ningún tipo, un orgasmo seco totalmente, me saqué de la boca su pene y lo ví aún palpitando después de acabar,
– Te gustó?- Le pregunté mientras me ponía de pie
– Si!- Respondió enérgicamente, – Se siente bien rico-
– Que bueno, te dije que no te iba a salir nada- Le dije mientras me empezaba a acomodar la ropa
– Cuando me va a salir leche como a tí?- Preguntó, también mientras se subía la ropa
– Ya que estés más grande, y también te van a salir pelos como a mí-
– No quiero que me salgan pelos- Dijo, haciendo una mueca de desagrado
– Pues te van a salir, y sabes dónde más te van a salir?-
– Dónde?-
– En el culo- Le dije, y le metí la mano entre las nalgas haciendo que se le metiera la ropa en la raja
– Noo!- Dijo Martincito riendo
– Ya vamos afuera – Le dije, y ambos salimos.
Ya no continuamos con la reparación del auto, en su lugar fuí por unos jugos y unas galletas y nos sentamos afuerita de mi casa a comer mientras seguíamos platicando,
– Ya me voy- Dijo Martincito pasado un rato – Puedo venir mañana?- Me preguntó
– Sí, si quieres – Le dije
– Bueno, nos vemos- Respondió, y se fué a su casa mientras yo le miraba desde atrás, viendo mi siguiente objetivo, su culo. Martincito tardó dos días en chuparmela, cuánto le tomaría darme el culo?
Que ganas de tenia de leerlo… no sabes como me gusta.
Espero en la IV parte Martincito te deje que le metas la verga.
Me encanta esta historia… como sigue?
Buen relato… como sigue?
Uff… menuda excitación traigo encima… necesito mas 💦💦
Como sigue?
Lo vuelvo a decir, que buen inicio 💦💦💦. Tiene buena pinta esta serie
Uff… me encanta Martircito, se nota que dentro de su inocencia, va hacer tremendo putito adicto a una buena verga…
Me encanta la forma que tienes de escribir. Siempre consigues excitarme con tus relatos…
como sigue
Como sigue? quiero mas… 😋😋
Me encantan tus relatos, estoy muy enganchado al relato de Tavito. Y este va por el mismo camino.
Que delicia de historia… me encanta como el pequeño se siente atraído de algún modo por tu verga.
Que rico. Me la jale pensado que era q mi a quien se la estába mamando. Con dos agarrones de nalga más y deja que le rompas el culo.
Buen relato, la verguita de Martincito me puso a mil por hora. ¿Cómo sigue?